Luis II - Ferdinand von Piloty
Hijo de Maximiliano II von Wittelsbach rey de Baviera y de la princesa Maria de Hohenzollern hija del rey de Prusia, este príncipe nació el 25 de agosto de 1845 en el palacio de Nympherburg cerca de Munich.
Luis estuvo apartado de sus progenitores durante su infancia pues se consideró que era importante que recibiera una estricta educación dado que como príncipe heredero ocuparía un día el trono de Baviera. Dócil como era, cumplía con el estricto régimen de estudio y ejercicio físico que le imponía su preceptor, y destacaba su afición a la equitación y a la natación y su interés en las artes, en especial en la arquitectura, la pintura y la música. Pero, no parece que se diera ninguna importancia al aspecto psíquico de su educación ya que, creció sólo, sin ningún amigo ni compañero de juegos si exceptuamos a su hermano Otto, tres años menor que él. Su vida transcurría entre las habitaciones del palacio y los paseos a caballo por los hermosos alrededores del mismo.
Todo esto fue generando el carácter retraído y soñador del príncipe.
Luis amaba las artes como las habían amado su padre y su abuelo. En 1861, cuando Luis contaba 16 años asiste a la representación de una obra de Wagner," Lohengrin", y desde ese momento queda cautivado por la obra del músico.
Dos años más tarde le es asignado como oficial de servicio a Paul de Thurn y Taxis, un noble perteneciente a una de las familias más importantes de Baviera y desde ese momento el solitario Luis encuentra en Paul al amigo que nunca tuvo y entre ambos se establece una profunda relación. Algunos historiadores coinciden en afirmar que aunque Luis se enamoró de su amigo, la relación fue sólo platónica pero, las pocas cartas que se conservan de las que intercambiaron parecen indicar lo contrario.
En 1864 y tras la temprana muerte de su padre este príncipe romántico y sensible se convierte en rey con el nombre de Luis II. Lo primero que hace es traer a Wagner a su lado y convertirse en su mecenas. Paga las deudas del artista y le proporciona una casa en Munich y todo lo necesario para que el Maestro sólo tenga que dedicarse a componer. Con la música de Wagner, Luis siente que el artista ha sido capaz de expresar todos los sentimientos, los miedos, los sueños y las ilusiones que él mismo alberga en su interior. Así lo expresa en carta que le escribe al compositor " ¡ Sublime y divino amigo ¡ Te ruego que no renuncies a tu arte, en nombre de aquellos a quienes proporcionas dichas que sólo Dios podría dispensar".
Luis II - Wilhelm Tauber
El carácter irascible de Wagner, su orientación política y la dejación de funciones como Rey de Baviera por parte de Luis II, acaban provocando que el gobierno presione al Monarca para que el compositor sea exiliado ya que se considera una mala influencia para el Rey y así, en diciembre de 1865, Wagner marchará hacía Suiza en calidad de exiliado.
A los pocos meses de la marcha de Wagner la relación entre Paul Thurn y Taxis y Luis se enfría. Parece ser que el interés que Paul empieza a mostrar por las mujeres será el detonante por lo que se le libera de sus funciones de ayudante de campo de S.M. y se le traslada al regimiento de artillería.
En 1867 y en un intento de cumplir con sus obligaciones dinásticas Luis se compromete con Sofía de Baviera, hermana de la Emperatriz Isabel de Austria, pero la farsa durará poco tiempo y el compromiso será anulado.
Los asuntos de Estado le importaban poco a Luis, cada vez más interesado en las artes y con esa lucha interior tremenda que siempre mantuvo contra su homosexualidad. La construcción de castillos se convirtió en la nueva prioridad del Monarca. En ellos Luis intentaba plasmar no sólo su concepto de la belleza sino también sus fantasías oníricas.
Así se inicia la construcción de Neuschwanstein sobre las ruinas de un antiguo castillo medieval.
La política de su país seguía sin importarle demasiado. Ni la guerra franco-prusiana en la que Baviera se vió obligada a participar logrará apartarlo de sus sueños arquitectónicos e iniciará la construcción de Linderhof su visión personal del Petit Trianon.
Castillo de Linderhof
Los gobiernos se suceden pero el Rey está cada vez más ausente de Munich a la que sólo acude para asistir a la opera y cumplir con el número de días mínimo que la ley le obliga a vivir en la capital del reino.
Su “gran amigo” y el que le acompaña en esos años es Richard Hornig, su caballerizo mayor. Se dice que la relación entre ambos fue de profundo amor y que en los diarios del Rey así quedó escrito, del mismo modo que describió su profunda lucha interior contra unos sentimientos que su ideología repudiaba, pero lo cierto es que sus diarios fueron destruidos durante la Segunda Guerra Mundial y tan sólo queda alguna copia de páginas sueltas.
Y así transcurre la vida de Luis II de Baviera, cada vez más encerrado en si mismo, atento tan sólo a la construcción de sus castillos, a las representaciones de las óperas de Wagner y a los intercambios epistolares con el compositor y con su prima la Emperatriz de Austria "Sissi" a la que le unía una estrecha amistad, la propia de dos espíritus atormentados y románticos que se sentían fuera del tiempo que les había tocado vivir. Su apatía aumenta progresivamente y empieza a descuidar su aspecto físico y a comer en exceso y desordenadamente, suele dormir durante el día y deambula por las noches
En 1883 muere Wagner y su muerte sume a Luis en la desesperación, se encierra en sus habitaciones y ordena que se cierren y se prohiban tocar los pianos en su castillo.
Las ministros empiezan a estar preocupados. Los castillos en construcción suponían una enorme deuda y los que Luis tenía en proyecto podían agravarla aún más. El ministro de Hacienda habló con el rey pero, Su Majestad no entendía de economía y en lugar de reducir los gastos se endeudó todavía más. Era el año 1886, el Gobierno decide que no se puede sostener por más tiempo al rey en el trono y de común acuerdo con el tío del monarca, el príncipe Luitilpold al que se le ofrece la regencia, se conspira para declararlo loco.
Era necesario pues un informe médico y cuatro eminentes psiquiatras, los doctores Hagen, Grashey y Hubrich, encabezados por el Dr Gudden, se encargan de elaborarlo. Para redactarlo no examinan al Rey sino que se basan en los testimonios del personal a su servicio y que habían tenido una estrecha relación con él. El informe contiene afirmaciones como que: " Su Majestad sufría alucinaciones, oía voces que nadie oía y hablaba solo, además tenía extrañas fantasias". El informe concluye diciendo: " Su Majestad esta en una forma avanzada de una enfermedad mental conocida como Paranoia y debe ser considerado como incurable…. Sufriendo un trastorno de este tipo la libertad de acción ya no puede ser permitida y Su Majestad debe ser declarado incapaz de gobernar". El informe se firma el 23 de marzo de 1886. En abril se muestra una copia al canciller prusiano Bismarck.
Castillo de Neuschwanstein
El día 9 de junio una comisión del gobierno a la que acompaña el Dr Gudden sale de Munich camino de Neuschwanstein con el propósito de arrestar al Rey. Luis es conducido al castillo de Berg junto al lago Stamberg, donde quedará confinado y al cuidado del Dr Gudden.
El 13 de junio, alrededor de las 18 horas, Luis y el Dr Gudden se disponen a dar un paseo por los alrededores del castillo, el Dr Gudden dice a la guardia que no es necesario que los acompañen, parten pues solos. Llega la hora de la cena y ni Luis ni su acompañante aparecen, el personal del castillo sale a buscarlos. Sobre las 22:30 el cuerpo del Rey y el de Gudden son encontrados flotando en las aguas poco profundas del lago Stamberg y a unos 20 metros de la orilla.
Lo que realmente pasó aquella noche a orillas del lago Stamberg sigue siendo tema de debate. No hubo testigos y las pruebas no son concluyentes. Algunas fuentes señalan que no hubo autopsia del rey, otras dicen que hubo autopsia pero que no se encontró agua en sus pulmones por lo que no pudo morir ahogado. Si hubo autopsia del Dr Gudden y había agua en sus pulmones luego no cabe duda de que el psiquiatra murió ahogado. La versión oficial es la del suicidio. Luis se suicidó y el Dr Gudden se ahogó al intentar impedírselo. La otra versión es la del asesinato, aunque no existe ninguna prueba que sostenga esta teoría.
Luis II de Baviera tenía 41 años un gran drama interior y una corta vida que acabó en tragedia. En el lago Stamberg se alza una cruz en el lugar donde fue hallado su cuerpo.
Lago Stamberg
Una muerte sumamente misteriosa. Creo que además Luis II había pedido a la guardia que no los siguiera. Pero si había decidido suicidarse, es extraño que planeara hacerlo estando acompañado del doctor.
ResponderEliminarUna lástima. Tal vez hoy día su enfermedad hubiera podido mantenerse a raya de modo más eficaz.
Bueno, siempre nos quedarán su maravilloso castillo, que tan bien refleja su pasión por la belleza.
Buenas noches
Bisous
Parece ser que fue el doctor el que pidió a la guardia que no los siguiera.Luis era un prisionero, no le habrían obedecido. Supongo que su enfermedad hubiera podido estar mejor controlada con los fármacos actuales.
EliminarTiene razón Madame, Luis II nos dejó una hermosa herencia.
Gracias por el comentario.
Saludos
He leído sobre este personaje porque siempre me ha gustado el castillo de Neuschwanstein.
ResponderEliminarSiempre se le achacó esquizofrenia. El misterio ha rodeado su muerte aunque yo creo en la teoría del asesinato. Lo que no sabía nada era acerca de su homosexualidad. Una pena morir tan jóven.
Bss
La teoría del asesinato va ganando adeptos, pero lo cierto es que, su cadáver no mostraba signos de violencia o al menos nadie ha dicho que así fuera. Por otra parte Luis era un gran nadador...quien sabe.
ResponderEliminarBesos
Buenas noches Ámbar
ResponderEliminarEl rey de Baviera tenía sobrados antecedentes de locura: era un Wittelsbach por rama paterna, el abuelo Luis I también fue declarado demente por su fanática obsesión por mujeres guapas; una de sus amantes fue la famosa actriz Lola Montes.
Sin embargo su obvia homosexualidad parece provenir por rama materna: los Hohenzollern.
Luis tuvo muchos amantes, entre ellos jóvenes aristócratas y el actor húngaro José Kainz.
También se dice que amaba al compositor Richard Wagner pero parece que fue un amor platónico. Más creible fue una relación con un mozo de cuadra que duró casi 20 años.
Era muy culto lo cual no quitaba para que estuviese como una chota.
Aunque sus enemigos declararon que llevó a Baviera a la bancarrota, está demostrado que la construcción de los castillos corrió por cuenta de su fortuna personal.
Estuve documentándome que la auténtica enfermedad que padecía Luis II era lo que hoy conocemos como Síndrome de Stendhal, que causa a quienes lo padecen confusión y alucinaciones bohemias de obras de arte, música, etc.
Lo que sucedió el último día de su vida, jamás lo sabremos, todo son conjeturas.
Fue sucedido por el hermano Otto, quien estaba mucho más loco y fue recluido en una habitación acolchada pues tenía la maniática obsesión de golpearse la cabeza contra las paredes. Además se creía perro, ladraba y caminaba a cuatro patas, ¡Ostia! que bueno es ser un simple plebeyo.
Tienes razón en casi todo, los Wittelsbach habían dado ya sobradas muestras de locura. Su hermano Otto había sido recluido y se daba golpes contra las paredes antes de que Luis fuera declarado demente.
ResponderEliminarEn lo que no estoy de acuerdo es en lo del Síndrome de Sthendal. Es muy posible que Luis lo sufriera en algún momento de su vida al contemplar una obra de arte o una opera de Wagner, pero este síndrome, que se produce en un momento determinado, no indica enfermedad. Es un Síndrome puntual que podríamos comparar, para que se entienda mejor, al miedo que también puede producir taquicardia, confusión e incluso relajación de esfínteres, pero que en modo alguno implica enfermedad.
Un placer leer tus comentarios
Saludos
Hola Ambar:
ResponderEliminarHe leído sobre la muerte de este Rey, pero no me había llamado la atención realmente. Soy de los pocos que piensan que Luis ahoga al médico y luego se suicida.
Tengo un paciente con Sindrome de Sthendal. Me refiere el psiquiatra que es raro encontrarlo en pacientes del medio rural.
Besos
Toda teoría es válida.
EliminarGracias por el comentario.
Un abrazo
Fue un espíritu atormentado, y quizá porque a mí se me va la chola un poco, uno de mis grandes ídolos históricos. Le admiro, quizá por mi podrida sangre bávara.
ResponderEliminarMucho se ha escrito y se escribirá sobre este rey y su extraña muerte, pero yo pienso que fue un asesinato de estado. El tío Leopoldo nunca me ha parecido trigo limpio, y desde luego, todo se hizo con la anuencia de Bismarck.
Saludos.
Desde luego Bismarck estaba enterado y como bien dices el tío Leopoldo acepto de muy buen grado la regencia.
EliminarLuis II fue un personaje en lucha siempre consigo mismo.
Gracias por pasar por aquí.
Saludos
Es un personaje curioso y fuera de lo normal este Luis II de Baviera, el rey loco, como se le conoce. Desde luego, una persona romántica, pasional, sensible, delicada, refinada no cuadraba en un mundo de hombres duros e impasibles, hechos para gobernar; Luis II no daba el papel o la talla. Me interesa mucho los castillos que construyó, llenos de fantasías, de delirios, de un romanticismo exagerado, de cuento de fábulas. En fin, la música de Wagner también expresa el carácter de este monarca, que no podía tener otro final como el que tuvo; su personalidad no podria soportar mucho la prisión. Gran artículo, Ámbar, buenísimo. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarHas captado muy bien la personalidad de Luis II. Los Castillos son fantásticos en todos los sentidos y estaban dotados de los mayores adelantos de la época, además Luis, exigió que nada se importara y eso se tradujo en un aumento de trabajo en Baviera.
EliminarSaludos
Hay vidas que parecen guiones de cine, o de novelas, y esta es una de ellas; ademas, en el entorno en donde se desarrolla, los paisajes y castillos,la gente que le rodeaba, la mítica Sissi,el gran Wagner, el romanticismo en pleno apogeo, y esa alucinación por todo lo bello y lo trágico propio de la época, hermosa y triste historia.
ResponderEliminarExcelente narración, Ambar, me encantó.
Un gran abrazo.
Realmente su vida parece un guión de cine. Yo me pregunto, teniendo en cuenta las deudas que acuciaban a Wagner si habría compuesto de la misma forma sin el mecenazgo de Luis. Una triste historia,sin duda.
ResponderEliminarGracias por tu comentario
Abrazos
Buenas tardes, amiga Ámbar:
ResponderEliminarNunca me había parado a estudiar a este personaje en profundidad, que me sonaba por ser el mecenas de Wagner en Baviera. Creo que dice bastante sobre su personalidad el hecho de mezclar a Wagner con el 'Castillo Disney' por excelencia (aunque no debemos dejar contaminarnos por la connotación que el amigo Walt le dio a la imagen del castillo Neuschwanstein).
En cualquier caso, por el contexto en que vivió y los personajes que estaban mandando en Europa en aquel momento, el pobre Luis II aún siendo genial como persona, parecía un poco fuera de lugar como estadista.
Gran entrada y preciosa la cruz que recuerda el lugar de su prematura muerte. Que pases una buena tarde,
tus amigos anónimos.
Estaba totalmente fuera de lugar, demasiado sensible, demasiado romántico, con demasiadas carencias afectivas y con demasiada lucha interior.
EliminarUn saludo amigos
El romanticismo tardío. Y esa cruz sobre las aguas.
ResponderEliminarTardío si pero romanticismo.
EliminarGracias por el comentario.
Saludos
Se ha convertido en un personaje de leyenda, por la construcción del castillo y por su propio fin.
ResponderEliminarUn magnífico artículo.
Un saludo.
Creo que además de la construcción de los castillos le debemos a éste príncipe que facilitará a Wagner su tarea creadoora.
EliminarSaludos
Querida Ambar, si como está demostrado, los primeros años de la infancia de un niño o niña tienen mucho que ver que con su desarrollo posterior, no pudo haber empezado peor este joven. Su corta vida y su enigmática muerte darían para un buen guión de cine.
ResponderEliminarUn excelente artículo que mucho he disfrutado leyendo.
Mil bicos.
Visconti ya llevó a la pantalla la vida de Luis II. Realmente su existencia no deja indiferente.
EliminarGracias por tu comentario.
Besos
Quedará siempre la duda sobre su muerte.
ResponderEliminarMelómano y sensible hasta límites insoportables. Le vino grande el cargo heredado.
Ser rey por obligación es lo que tiene. Nicolás II de Rusia tampoco tenía una gran vocación por la corona y ello le pasará también factura.
Un saludo.
Le vino muy grande la herencia recibida, efectivamente. Pero si no fue un buen rey fue al menos un gran mecenas.
ResponderEliminarSaludos
No tengo tan claro que los construyera con su propio capital, porque se sabe que, en más de una ocasión, protestó el Gobierno bávaro por los enormes gastos que estaban ocasionando la construcción de esos palacios y el mecenazgo hacia Wagner.
EliminarDe hecho, le obligaron a tener que separarse de Wagner.
Lo educaron para ser rey, pero está claro que sus inclinaciones e intereses iban por otro, por eso no me extraña que viviera atormendado y su final es muy propio de su forma de vida.
ResponderEliminarUn abrazo.