En la madrugada del 30 de enero de 1894 nacía en Sofia el primer hijo del matrimonio formado por Fernando I de Bulgaria y Mª Luisa de Borbón-Parma. Por aquel entonces Bulgaria era un pequeño principado que formaba parte del Imperio Otomano, la mayoría de la población era ortodoxa pero los Príncipes eran católicos por lo que para contentar a todos el pequeño Boris fue bautizado en ambas religiones.
Al día siguiente de que cumpliera los 5 años moría su madre y el pequeño Príncipe pasaba a ser educado por su abuela materna, Clementine de Orleáns. Cuando ésta murió, Boris que contaba ya 13 años, pasó a depender directamente de su padre. Fernando eligió personalmente a todos sus profesores, y a Boris se le instruyó en casi todas las disciplinas sin descuidar la instrucción militar y los idiomas, hablaba francés, alemán, ingles e italiano.
No tuvo una infancia ni una adolescencia feliz, su padre era un hombre exigente, muy autoritario y no daba muestras de sensibilidad ni afecto hacía sus hijos, probablemente en un intento de disimular su comentada homosexualidad.
Fernando I de Bulgaria
En 1908, Bulgaria se había convertido en un estado independiente y Fernando se había autoproclamado Zar del mismo. Permitió entonces una mayor libertad a Boris quien, a partir de 1911, justo un año antes de su mayoría de edad, pudo viajar por Europa y conocer a los miembros de la realeza y a los gobernantes de otros países.
Mientras esto sucedía en su vida personal, su país, Bulgaria, había sufrido el fracaso de la segunda guerra de los Balcanes y había visto como se empequeñecía su territorio. El final de la Primera Guerra Mundial supuso otro fracaso y la pérdida de más territorios. El pueblo búlgaro sumamente indignado presionó al Zar que no tuvo más remedio que abdicar en su hijo y salir hacia el exilio.
Serían años difíciles los que siguieron a la coronación de Boris y, una gran depresión económica propició que los partidos de izquierdas ganaran las elecciones un año después de su llegada al trono. Se instituyó entonces en el país el gobierno de la Unión Agraria Popular Búlgara. Este gobierno, contrario a la monarquía, situó a Boris al margen de la política y el Ejecutivo jamás consultaría sus decisiones al Rey. Se vivieron años de inestabilidad, la Unión Agraria fue apartada del poder por un golpe de Estado que perpetraron los militares. Se perdieron muchas vidas en las luchas internas.
Boris, que permanecía en la sombra sin desempeñar ninguna tarea política se dedicaría durante ese periodo a sus aficiones: la mecánica y la naturaleza. También, y dando con ello muestras de sensibilidad e inteligencia, emprendería viajes por su tierra, visitando los pueblos y las ciudades de Bulgaria, interesándose por la vida de sus habitantes y llegando incluso a convivir con ellos en alguna ocasión. De este modo se ganaría el cariño y la lealtad de su pueblo.
Durante este periodo de inestabilidad y de luchas internas por el poder Boris sufrió dos atentados. En el primero de ellos murieron dos personas de su séquito y él resultó herido de bala. Tres días después de estos sucesos y en el funeral de un general en el que se esperaba su presencia se produjo el segundo, el estallido de una bomba que causó 128 muertos aunque no logró su objetivo: matar al Rey.
Tras estos atentados Boris emprendería un viaje con su hermana Eudoxia por distintos Estados, entre ellos Italia. Tenía ya 33 años y sabia que había llegado el momento de elegir esposa. En Italia conoció a la tercera hija del Rey Victor Manuel III, Juana de Saboya, y se enamoró de ella. Contrajeron matrimonio católico en Asís en 1930 y poco después matrimonio ortodoxo en Sofía.
Juana de Saboya
Bulgaria continuaba con una gran inestabilidad política agravada por una nueva depresión económica. Ni el Bloque Popular en el gobierno ni los comunistas que dominaban los ayuntamientos eran capaces de mejorar la situación y en 1934 un golpe de Estado coloca en el poder al círculo del Zveno que establecería una dictadura y prohibiría todos los partidos políticos.
Al siguiente año, Boris cogería el timón del país y mediante otro golpe de Estado se haría con el poder. Sus primeras medidas fueron reimplantar la constitución y establecer un régimen parlamentario. Por primera vez en la Historia de Bulgaria las mujeres tuvieron derecho al voto. Gracias a la política del Rey, Bulgaria empezaría a gozar de grandes avances económicos y sociales. Fueron años de auge para todo el país.
En política exterior Boris tenía un lema: "Siempre con Alemania y nunca contra Rusia", y le funcionaría, ya que, con la ayuda de ambos países conseguiría firmar un convenio por el que le eran devueltos a Bulgaria los territorios que le fueron arrebatados en la Primera Guerra Mundial.
Pero todo tiene su precio y ya en la Segunda guerra Mundial, Alemania pasaría su factura. Boris, que deseaba mantenerse neutral, se vio obligado a adherirse al Pacto entre Alemania, Italia y Japón, eso si, manteniendo sus relaciones diplomáticas con Rusia y negándose a enviar tropas búlgaras al frente.
El Führer deseaba un mayor compromiso por parte de Bulgaria y en agosto de 1943 cita a Boris para que acuda el día 15 a su encuentro. Hitler enviaría a su piloto personal, el capitán Hans Baur, en un Junker 52 para recoger al Monarca y conducirlo a Rastenburg. La cara del Rey era de autentica preocupación.
Cuando llegaron a destino a Boris le sorprende no encontrar esperándole a su cuñado, Felipe de Hesse, esposo de Mafalda de Saboya y uno de los colaboradores del Führer, y éste hecho aumentaría su preocupación.
Boris III y A. Hitler
Hitler y Boris no necesitaron intérpretes, hablaron en alemán y el contenido de su conversación se desconoce. Se sabe que al término de la reunión el Rey de Bulgaria estaba visiblemente excitado, lo que hizo imaginar que en la misma se habría producido una fuerte discusión.
Boris y su cuñado Felipe no consiguieron intercambiar ni una palabra a solas, y ni durante el almuerzo ni durante la noche se les permitió que se acercaran, siempre estuvieron rodeados de los oficiales de la Gestapo.
De regreso, en el avión del Fhürer, el Monarca no podía disimular su frustración y desconsuelo. A su esposa, la reina Juana, tan solo le dijo que "Las conversaciones con Hitler fueron muy fatigosas" y que estaba extenuado.
El 23 de agosto, ocho días después de su viaje a Alemania, el Rey sufrió varios episodios de vómitos. Se desató la alarma en palacio y se dio aviso a los médicos. A los doctores Balbanof, Kirkovich, Eppinger y Sajitz, que eran quienes le atendían se les presentaron dudas diagnósticas. Unos pensaron que se trataba de una Colecistitis, otros de una trombosis coronaria. Tras las pruebas realizadas las dudas continuaban y entonces surgió otra duda, la peor de todas, el Monarca podría haber sido envenenado. Como consecuencia surgiría la pregunta¿ Había mandado Hitler envenenar al Rey de Bulgaria?.
Los búlgaros se apiñan alrededor de los aparatos de radio y escuchan sobrecogidos la fría voz del primer ministro búlgaro, el germanófilo Bogdan Filof, en los micrófonos de Radio Sofía: "Su Majestad el rey, zar Boris III, el Único, tras breve enfermedad, ha fallecido rodeado de su familia, hoy 28 de agosto de 1943, a las 16:22 horas".
Dos días después del fallecimiento, el ministro de Justicia búlgaro publicó el acta de defunción, según la cual la muerte se debió a "obstrucción de las coronarias, bronconeumonía, edema del pulmón y del cerebro". Pero lo cierto es que la causa de la muerte todavía no ha sido establecida. Tenía 49 años. Su hijo Simeón, el heredero al trono, apenas seis.
La Princesa Mafalda de Saboya había acudido a Sofia para acompañar a su hermana en tan duro trance. A su regreso a Italia pudo comprobar que Roma había sido tomada por los alemanes y que su familia había huido. Según parece Mafalda manifestó al oficial de la Gestapo que la acompañaba y que le preguntó por la causa de la muerte de su cuñado: "No trate de descubrir la verdad. Es mucho peor que todo lo que se ha supuesto hasta ahora". Pero si esto es cierto y si algo sabía Mafalda se llevó su secreto a la tumba ya que fue confinada en el campo de concentración de Buchenwald donde murió, mientras su esposo, Felipe de Hesse, permanecía prisionero en el de Sachsenhausen.
Monasterio de Rila
El 5 de septiembre de 1943 se celebraron los funerales por el rey Boris III en la catedral de Alexander Nevski y sus restos mortales fueron inhumados en el monasterio de Rila. En un grandioso funeral el pueblo búlgaro se despidió del que había sido un querido y admirado soberano.