Enriqueta Ana Estuardo - Pierre Mignard (Palacio de Versalles)
La guerra civil asolaba Inglaterra. El absolutismo practicado por Carlos I, su enfrentamiento al parlamento y la participación en los asuntos políticos de su esposa, la católica Enriqueta María hermana de Luis XIII de Francia, la habían desencadenado.
Era el año 1644, dos años después de haberse iniciado la guerra, cuando nacía en Exeter, Inglaterra, esta princesa, última de las hijas del rey. Su nacimiento se produjo mientras su madre huía hacia Francia para intentar encontrar ayuda económica para la causa de su esposo. La princesa fue por lo tanto abandonada por su madre en manos de la Condesa de Morton. Recibía a menudo la visita de su hermano Carlos que siempre sintió por ella un especial cariño y que se convirtió en su protector. La guerra civil continuaba, su padre se veía cada vez más acorralado y dada la situación en 1646 ordenó a su hijo Carlos que abandonara Inglaterra y buscara refugio en Francia donde se encontraba su madre. Poco después y disfrazadas de campesinas huirían también a Francia la Condesa de Morton y “Minette”, nombre con el que sus familiares llamaban a la princesita.
Enriqueta Ana no tuvo una infancia fácil. En 1649 su padre fue juzgado y condenado muriendo decapitado el 30 de enero. Su madre había gastado todo su capital en la búsqueda de ayuda para la causa de su esposo, así que se inició un periodo de penurias económicas en la familia agravado porque la corte francesa se encontraba en plena convulsión a causa de las frondas parlamentarias.
En un principio, el futuro de Minette y con quién se desposara, carecía de importancia en la corte francesa pero, en 1660, su hermano Carlos consigue que la monarquía sea restaurada convirtiéndose en el nuevo rey de Inglaterra. A partir de ese momento, Francia mira a Minette con otros ojos pactándose su matrimonio con el duque de Orleáns, "Monsieur", hermano menor de Luis XIV. La boda entre Minette y Felipe de Orleáns se celebra con todo el boato que corresponde a una alianza dinástica en marzo de 1661.
Felipe de Orleáns era un personaje excéntrico, empolvado, maquillado, cubierto de joyas y encajes que se paseaba por Paris con una corte de hermosos jóvenes que mostraban claramente su tendencia homosexual. Minette, por su parte, se había convertido en una mujer inteligente, brillante y muy guapa. Ambos cónyuges se lanzaron tras su matrimonio a una vida de libertinaje llegando incluso a compartir amantes. El conde de Guiche fue uno ellos. Los escándalos que protagonizaron la princesa y el conde hicieron que Guiche fuera alejado de la corte por Luis XIV que también se había interesado por su cuñada a la que convirtió en su amante aunque no por mucho tiempo. "Monsieur", tras algunos amantes, encontró al que seguramente fue el amor de su vida, el caballero de Lorena.
Pese a todo, Minette tuvo una larga historia obstétrica con su esposo. Ocho gestaciones de las cuales, cuatro serían abortos, una hija nacería muerta y otro hijo moriría a los dos años de edad. De las dos hijas que sobrevivieron una se convertiría en reina de España al casar con Carlos II. Esta hija nació un año después del matrimonio de sus padres y la última un año antes de la muerte de Enriqueta Ana.
Felipe de Orleans - Pierre mignard - Palacio de Versalles
El estado de salud de Minette se fue deteriorando. Al hecho de que cada año tenía un nuevo embarazo se unió su vida disoluta con fiestas continuas y continuos amantes.
Corría el año 1670 cuando llegó el momento de que Enriqueta Ana entrase en el juego político de Luis XIV. Conociendo la especial debilidad que sentía Carlos II de Inglaterra por su hermana, con la que mantenía correspondencia de manera asidua, el Rey Sol le encomienda una misión: debe conseguir que su hermano firme un tratado secreto de ayuda entre las dos monarquías.
Minette embarca hacia Dover para entrevistarse con su hermano. Carlos se conmociona al verla. Aquella dulce niña que había dejado en Francia era ahora una mujer que no lograba ocultar, a pesar de los maquillajes, los lunares postizos y la peluca, sus ojeras y su rostro ajado pese a su juventud. Minette logra que su hermano firme el tratado que será conocido como Tratado de Dover o Tratado de "Madame". A su regreso y habiendo cumplido brillantemente con su misión es recibida con honores por Luis XIV.
Palacio de Versalles
A las pocas semanas, Enriqueta Ana cae enferma. Tras beber un vaso de agua con achicoria le acometen unos terribles dolores intestinales. Se llama a los médicos de la corte que intentarán toda clase de remedios pero, tras nueve horas de sufrimiento, la princesa de Orleáns muere. Los médicos afirmaron que su muerte fue debida a una peritonitis causada por una perforación en su estomago y este fue su informe. Sin embargo, en la corte, se daba casi por seguro que la causa fue el envenenamiento. Se llegó a atribuir la autoría al caballero de Lorena, el amante de su marido, a pesar de que se encontraba en Italia desterrado por la propia Minette. Voltaire dice de su muerte que fue "una mort subite et douloureuse", pero tampoco él cree en el envenenamiento ya que llega a explicar "Il y avait longtemps que Madame etait malade d’un abcés qui se formait dans le foie". Aunque no se ha llegado a saber la verdad, a día de hoy los historiadores coinciden en afirmar que su muerte fue debida a causas naturales.
Era el 30 de junio de 1670. Acababa de cumplir 26 años. Como cabía esperar, el clérigo y afamado predicador, Jacques Bossuet, le escribió un sermón fúnebre que sería pronunciado en Saint Denis en agosto de ese mismo año.
Una brillante entrada como sueles hacer. La vida de las reinas y reyes no suele ser tan idílica como creemos. Y realmente dan escalofríos pensar en que menos estaba y está el destino de los pueblos.
ResponderEliminarBss y buen finde
Gracias por el comentario Katy.
EliminarBesos
Querida Ámbar, la entrada de hoy ha sido francamente fabulosa.
ResponderEliminarLa vida de los monarcas y cortesanos del pasado nos hace ver bien a las claras que muchas veces no necesitamos tanto boato para ser felices. Es curioso que se haya sospechado que tanto ella como su hija hubieran sido envenenadas, como bien referiste en una entrada hace no mucho tiempo.
Un saludo y gracias por esta labor impagable.
En aquel siglo los venenos hacían estragos y tanto la madre como la hija tenían motivos para temer por su vida, cada una por distintos motivos pero ambas tuvieron sus enemigos.
EliminarSaludos
Tenía todas las papeletas para una muerte así. Una vida disoluta y desordenada, compartiendo amante de cabecera con el marido, podía conducir perfectamente a una muerte "natural" dados los excesos o a un presunto envenenamiento por celos. Difícil saber lo que pasó con los medios de aquellos tiempos.
ResponderEliminarUn saludo.
Muy difícil saberlo, por los pocos medios y por que no creo que Luis XIV hubiera permitido un escándalo que le habría costado la enemistad de Inglaterra.
EliminarFeliz semana Cayetano
Vida dura y difícil la de esta princesa, cuyo padre fue el primer rey absoluto ajusticiado y con un matrimonio nada feliz con Felipe de Orleans, donde la muerte se cebó con su descendencia. Eso si, una superviviente fue reina de España, aunque tampoco acertó con el marido. Abrazos, Ámbar, y buen fin de semana.
ResponderEliminarNinguna de las dos, ni la madre ni la hija acertaron con los maridos. Un triste destino el de ambas.
EliminarQue tengas una buena semana.
Había un miedo generalizado a los venenos en aquellos siglos. Y no siempre con fundamento.
ResponderEliminarSaludos.
Se generalizó su uso en aquella época eran fáciles de adquirir y no dejaban huellas que pudieran delatar al autor.
EliminarSaludos
Minette pertenece a mi corte favorita en la red. Andanzas disolutas que la hicieron estar al borde de muchas enfermedades. Es posible que una apendicitis haya sido la causa, sin embargo la teoría del veneno es más novelesca.
ResponderEliminarMuy bueno Ambar.
Besote
Si hacemos caso a lo que dice Voltaire debió tratarse de una colecistitis, aunque cualquier hipótesis es valida.
EliminarSaludos
Vaya "peña", le daban a todo. No me extraña que muriesen jóvenes después de esas vidas disolutas.
ResponderEliminarMe resultan muy entretenidos tus estupendos relatos sobre esos aspectos no tan conocidos de la nobleza o realeza.
Un saludo.
Me alegra mucho que te resulten entretenidos mis pobres relatos.
EliminarGracias por tu comentario Presley.
Saludos
Querida Ambar, interesantísima entrada sobre una princesa de corta pero agitadísima vida; aquellas cortes, como quizá las de ahora, debían de estar aderezadas de intrigas, sospechas, escarceos amorosos de tono subido, amantes de diversos pelajes...
ResponderEliminarMe ha resultado una lectura muy amena y muy bien recreada sobre una figura bien singular.
Mil bicos.
Si, en aquellas cortes parece ser que la moneda de cambio era el sexo y las intrigas, así se conseguía el ascenso social e incluso los títulos nobiliarios.
ResponderEliminarBesos
Una estupenda entrada sobre Minette. La pobre tuvo una vida corta y una muerte rápida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por tu comentario.
ResponderEliminarUn abrazo
Gran artículo que narra de manera estupenda las intrigas palaciegas.
ResponderEliminarUn blog muy interesante.
Saludos.
Gracias por tu comentario y por tu visita.
ResponderEliminarSaludos
Hola amiga, hoy he vuelto a ver la serie Versalles que vi el año pasado, y ahora paso a leer tu entrada maravillosa de Enriqueta de Orleans, fue una vida difícil pero se lo pasaban bien... la corte tenía de todo, y los entresijos de poder se veía de lejos. El caso que esta entrada no la había leído, y me ha encantado como me pasa siempre que visitó tu blog. Te mando un abrazo enorme, y te doy las gracias por escribir tan bien.
ResponderEliminarA mi me gusta el perrito de la foto.
ResponderEliminarA mi también me gusta el perrito, debió ser amante también de los animales
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