Bárbara de Braganza. Jean Ranc. Museo del Prado
En 1724, Fernando, hijo del Rey Felipe V de España, es nombrado Príncipe de Asturias y aunque el jovencito apenas contaba 11 años de edad se decide que es el momento de ir buscándole esposa.
La tarea era difícil y en la política matrimonial había que tener en cuenta muchas cosas. Por supuesto era impensable que los candidatos a contraer matrimonio tuvieran alguna opinión.
Según nos cuenta Gonzalez-Doria, en aquellos momentos existían más de cien princesas casaderas en Europa. Por orden del rey Felipe V se redactó un memorándum con todas ellas y como si de un concurso de misses se tratara se inició la selección desechando a las que por edad no interesaban y a las que no convenían a los intereses políticos del Reino español.
Dª Bárbara de Braganza, hija de D. Juan V de Portugal y de la Archiduquesa Mariana de Austria estaba en los primeros puestos de la clasificación. Había nacido en 1711, tenía por tanto dos años más que D. Fernando y además interesaba tanto a España como a Portugal incrementar los lazos de amistad.
La madrastra de Fernando, Dª Isabel de Farnesio, que no daba puntada sin hilo, y que deseaba ver a sus hijos coronados, consideró y así se lo hizo saber a su esposo, que lo que interesaba a España era un doble enlace. Dª Bárbara casaba con Fernando y la hija de Isabel y Felipe V, María Ana casaba con el Príncipe heredero de Portugal. De este modo aseguraba ya una corona para una de sus hijas.
Isabel de Farnesio. Jean Ranc. Museo del Prado
Se iniciaron las conversaciones y mientras se esperaba a que los principitos crecieran se solicitaba a Portugal el retrato de Dª Bárbara, solicitud que siempre recibía alguna excusa como respuesta. Finalmente el marqués de los Balbases escribía desde Lisboa a Felipe V : "La cara de la Señora Infanta ha quedado muy maltratada después de unas viruelas, y tanto que afírmase haber dicho su padre que sólo sentía hubiese de salir del Reino cosa tan fea…"
Finalmente el retrato de la Princesa se envía a Madrid pero, el propio Balbases advierte: "no está nada semejante porque además de encubrir las señales de la viruela se han favorecido considerablemente los ojos, la nariz y la boca, facciones harto defectuosas".
Pero como estas cosas no importaban, llegado el momento, se realiza el intercambio de princesas y se lleva a cabo, sobre el fronterizo río Caya, en enero de 1729. Unos días después se celebra la misa de velaciones en Badajoz. Un diplomático inglés, el embajador Keene, escribió una crónica del encuentro de los nuevos esposos : "Pude observar que la Infanta, aunque estaba cubierta de perlas y diamantes, desagradó al Príncipe que, pese a sus prevenciones, la miraba como no dando crédito a lo que veía. Claro está, que si bien la desposada es un verdadero adefesio, este defecto se halla compensado por su conocimiento de seis lenguas"
Realmente Dª Bárbara era enormemente culta y virtuosa. Además de las muchas lenguas que hablaba, sabía historia, música, amaba el arte y tenía muchas inquietudes a nivel intelectual. Nadie se imaginaba en aquellos momentos que el matrimonio de los contrayentes iba a ser enormemente feliz.
Fernando era un hombre melancólico y falto de cariño. No había conocido a su madre y su madrastra, Isabel de Farnesio, tan sólo le había demostrado indiferencia y ocasionalmente una cierta hostilidad, por tanto no había recibido el cariño de ninguna mujer.
Fernando VI. Michael van Loo. Museo del Prado
Dª Bárbara era una mujer con una gran capacidad amorosa y enormemente comprensiva y todo ese amor lo vuelca sobre su esposo. Entre ambos nace la complicidad, la amistad y el amor convirtiéndose en una de las parejas más unida y compenetrada de la realeza.
Tan sólo una sombra enturbiaba su idílica relación. Los hijos no venían y según los doctores Higgins y Le Mack la esterilidad era atribuible al Príncipe de quien decía éste último que "tenía muchos resplandores pero sin llamas para la generación" lo cual no significaba que no pudiera satisfacer a su esposa.
La pareja vivía - por expreso deseo de Isabel de Farnesio - apartada de la corte en el Palacio del Buen Retiro. Allí, sin intrigantes palaciegos a su alrededor, Dª Bárbara se dedica a bordar, a componer música de la mano del compositor Scarlatti, que había sido su maestro y se había trasladado con ella a España, a imprimir libros, a pasear por el campo junto a su esposo, a cuidarle y a mimarle. Por las noches siempre se organizaba alguna representación teatral a las que era muy aficionado D. Fernando, algún concierto o alguna opera, siendo un asiduo de estas representaciones el cantante Farinelli. Poco a poco alrededor de los Príncipes empezarían a acudir admiradores atraídos por la bondad de ambos.
Felipe V fallece en 1746 y Fernando es coronado Rey de España. La nueva Reina, Dª Bárbara, tiene 35 años en es momento y, según escribe el embajador de Francia, sus súbditos sienten por ella auténtica adoración por su dulzura y prudencia.
Isabel de Farnesio, ya viuda, no se conformaba con un papel segundón y continuaba intrigando e intentando mover los hilos de la política de España. Por ésta razón los Reyes decidirían apartarla y desterrarla a La Granja, mostrándose inflexibles ante las muchas pretensiones de la viuda.
Convento de las Salesas Reales
Dª Bárbara era consciente de que el hecho de no haber dado hijos a la Corona la apartaba de ser enterrada junto a su esposo en El Escorial y de acuerdo con D. Fernando funda un Monasterio, el de las religiosas Salesas, orden inexistente en España y para cuya fundación hizo venir a cuatro monjas italianas. La intención era que la iglesia del Monasterio sirviese a ambos de sepulcro y poder estar juntos durante toda la eternidad. Fue un cuantiosos gasto que salió de las arcas privadas de la Reina pero los madrileños, siempre tan ocurrentes, le dedicaron este versito.
Bárbaro edificio,
bárbara renta,
bárbaro gasto,
Bárbara Reina.
La Reina era una mujer obesa y había presentado desde joven síntomas de diabetes que lógicamente se agravaron con el paso de los años y el aumento de su peso. Se movía con dificultad y además era asmática.
En 1757 la reina enferma de una patología de difícil diagnostico en aquella época. El padre Flórez escribiría "La fue Dios purificando con una enfermedad tan molesta, tan prolija y tan poco limpia…”"Y el conde de Fernán- Núñez diría que Dª Bárbara a pesar de ser muy pulcra murió en "un estado de inmundicia".
Bárbara de Braganza. Michael van Loo
La soberana estaba siendo asistida por los doctores Virgili, Suñol, Casal y Piquer. El Rey viendo, que a pesar de los cuidados que éstos le dispensaban la gravedad de su amada esposa aumentaba, impuso a los médicos una consulta con D. Vicente Pérez, "el médico del agua" que propuso curar a la Reina mediante su método de " humectación" consistente en purgas, sangrías, lavativas y agua fría. Estas terapias tan sólo agravaron el cuadro.
Dª Bárbara sufría una carcinomatosis uterina que le provocaba dolores abdominales y grandes metrorragias . Probablemente también existieron metástasis pulmonares puesto que hay referencias a la continua tos de la Reina.
En el verano de 1758 aparece un cuadro febril que indicaba infección y que precipitaría el final. La Reina falleció el 27 de agosto de 1758 en el Palacio Real de Aranjuez. Tenía 47 años.
Sus médicos certificaron que :" Su Majestad tenía unos tumores escabrosos precedidos de supresión menstrual, que producen calenturas y que habían entrado en horripilaciónes…"
Se le daría sepultura en en la Iglesia de la Salesas Reales donde un año después su esposo se reuniría con ella.
Fue un reinado muy relevante en el que España recuperó, en parte, su posición de gran potencia en Europa. Gran entrada la suya.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias D. Ángel
EliminarEstá claro que la belleza interior de esta reina su pareja la supo ver, es raro que consiguieran tener un feliz matrimonio a pesar de tanta intriga como había a su alrededor.
ResponderEliminarComo siempre te digo Ambar es fantástico aprender historia contigo.
Besos
Fernando había perdido a su madre siendo muy niño y su madrastra solo sintió por él animadversión. La dulzura de Bárbara y las muchas cosas que tenían en común fueron más fuertes que la belleza.
EliminarBesos
Curiosidades reales interesantes de seguir de tu mano.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Alfred.
EliminarUn beso
Tuvo que aguantar a la horrible de Isabel de Farnesio, pero supo formar una pareja estable y con complicidades. Y eso que cuando vio por primera vez a la novia estuvo a punto de mandarlo todo al garete. Parece ser que el roce hizo el cariño. Cuando ella falleció, él entró en una profunda depresión y no hacía otra cosa que deambular por el castillo de Villaviciosa de Odón aullando como un lobo desconsoladamente. Perdió el apetito y dejó de asearse y de afeitarse, la melancolía por la pérdida de su esposa se convirtió en locura, hasta que al año siguiente abandonó este mundo y fue a reunirse con su amada.
ResponderEliminarUn abrazo, Ambar.
En este caso además del roce existían muchos intereses, muchas aficiones que les eran comunes. La muerte de Bárbara fue el fin de D. Fernando que dejó de encontrarle sentido a la vida. No había tampoco hijos propios que le pudieran consolar. Se había quedado absolutamente solo.
EliminarUn abrazo, Cayetano
Great post. The clothes are fantastic. In fact, I would not fit in with them. Hih hih.
ResponderEliminarGracias Matti
EliminarEra raro que los matrimonios seleccionados según los intereses del estado fueran felices. Aquí, sin embargo, lo era. Es una pena que los cónyuges estuvieran muertos por mucho tiempo porque estaban felices. Saludos.
ResponderEliminarEfectivamente fueron una rareza. Muchos matrimonios contraídos con amor no llegaron a ser tan felices como ellos.
EliminarSaludos
Curioso que pese a todo lo que rodeaba los casamientos por conveniencia de la corte y más aún si no eran del agrado de alguno, éste en particular fuera feliz y cómplice para ambos. Quizás supieron sacar lo mejor del otro y disfrutar con ello y eso les salvó de una vida triste y vacía.
ResponderEliminarUn beso.
La personalidad de ambos presentaba una tendencia a la tristeza antes de su matrimonio, después supieron canalizar estos rasgos en beneficio de los dos.
EliminarBesos
Dice mucho a favor la reina que consiguiese hacer feliz un matrimonio que nació con un futuro tan poco prometedor.
ResponderEliminarUna vez más, interesantísima entrada. Así da gusto aprender Historia.
Besos.
Fernando estaba muy necesitado de cariño y Bárbara supo tratarle con ternura. Fue un amor donde probablemente prevaleció la amistad y el respeto.
EliminarBesos
Después de la lectura de esta entrada, se llega a la conclusión de que la belleza interior, la bondad y el cariño une más que las apariencias. Da pena el triste final de ambos esposos, pero al menos pudieron ser un matrimonio feliz, que ya es bastante.
ResponderEliminarUn saludo.
La belleza externa es efímera y para Fernando, que no era un hombre apasionado, prevalecieron las muchas cualidades de su esposa.
EliminarSaludos
La belleza definitivamente es interna...Lo demostró la reina. Y su marido, si bien no le impresionó, al menos se dio una oporutnidad para conocerse y quererse.
ResponderEliminarQuien sabe si España hubiese ido por otros derroteros si hubiese habido descendencia...
Besos Ambar
Quién sabe lo que habría pasado con su descendencia. Eso forma parte de la historia-ficción.
EliminarBesos, Manuel
Qué bueno que fueron felices, me alegra muchísimo!
ResponderEliminarGracias Ambar.
Muy interesante.
Besos =)))
Gracias a ti por pasar Lili.
EliminarBesos
Qué linda historia de amor entre ambos, con final doloroso,
ResponderEliminarpero linda mientras duró. Ambos supieron conocerse interiormente
y los lazos que forjaron permitieron que fluyeran sentimientos
profundos. Una verdadera pena que no hubieran tenido descendencia.
Besos, Ambar, y felices pascuas.
Formaron una alianza muy fuerte y esa fue la base de su felicidad y la pantalla que los libró de las muchas intrigas de Isabel de Farnesio.
EliminarBesos, Myriam
¡Qué interesante! Y da gusto leer sobre dos que se quisieron.
ResponderEliminarGracias Silvia.
EliminarEl amor reinaba en ellos ya que la muerte siguió uno tras el otro.
ResponderEliminarUna buena Semana Santa.
Para Fernando, que ya era propenso a ciertos trastornos mentales, la muerte de Bárbara fue un detonante.
EliminarBesos
Me ha fascinado tu post. Los relatos y palabras de la historia clínica son tremendos. Una mujer que consiguió hacer feliz a un infeliz príncipe, con un físico nada armonioso, tiene un mérito enorme. De hecho, que Fernando no pudiera superar su ausencia, habla de la grandeza de la tan fea y enferma mujer.
ResponderEliminarBrillante post. Un abrazo
Era tan poco frecuente el amor en los enlaces reales que siempre produce asombro que bajo esas circunstancias se pudiese llegar a ser feliz. Ellos, con todas las condiciones en contra, lo consiguieron.
EliminarUn abrazo
Una mujer muy culta que, sin ser bella, enamoró a su marido con sus buenas cualidades.
ResponderEliminarMuy interesante.
Un beso. Feliz semana.
Una mujer muy culta y con una gran inclinación a la música. Eso era algo que compartían.
EliminarBesos
Mira por donde en este caso y a pesar de ser un matrimonio impuesto a la fuerza y la fealdad de ella fueron felices.El amor y el cariño fue el causante de ese final tan feliz.
ResponderEliminarInteresante como siempre Ambar.
Besos
Puri
A veces, pocas, se dan las circunstancias adecuadas para florezca el amor a pesar de tener todas las circunstancias en contra.
EliminarBesos
Curiosa historia que demuestra que la belleza física no lo es todo, ni siquiera lo más importante cuando se suple con otras atenciones. Muy buenos los cuadros del Prado, los buscaré en mi próxima visita.
ResponderEliminarAmbos fueron pintores de la Corte y ambos eran de origen francés. Los Borbones acababan de llegar a España.
EliminarUn matrimonio bien avenido, una lastima el final de ambos. Gracias por escribir y deleitarnos con tus historias. Un abrazo Ambar.
ResponderEliminarGracias a ti por leerlas.
EliminarUn beso
Que tengas grandes bendiciones en tu vida siempre.
ResponderEliminarLa belleza de la vida consiste en mirarse de frente y verse reflejado en cada uno tal cual somos nosotros mismos, valiosos seres humanos en el camino del la búsqueda del amor y de la paz.
Gracias por acompañar siempre.
░░░(¯`:´¯)░░
░(¯ `•.\|/.•´¯)░░
░(¯ `•.(۞).•´¯)░
░░(_.•´/|\`•._)░░
░░░(_.:._)░░░░░
Un descubrir de personajes que sin dudas dejaron sus historias para aprender más de aquellos tiempos tan disimiles a los nuestros
gracias.
Gracias a ti, Magdeli, por tus palabras.
EliminarUn beso
Una reina que hizo tan feliz al rey Fernando durante su vida, como infeliz su ausencia, pues lo llevo a la depresión más nostálgica y la demencia más desmedida, como a su padre.
ResponderEliminarSaludos.
EliminarLa muerte de Dª Bárbara fue el detonante de la enajenación de D. Fernando pero ya existía en él la enfermedad latente.
EliminarSaludos
Para un matrimonio impuesto y que en verdad se enamoran y fueron felices, su vida no fue muy larga y es una pena. Menuda elementa era Isabel de Farnesio.
ResponderEliminarBesos de Espíritu sin Nombre.
Isabel de Farnesio era un mal elemento. Creo que Bárbara de Braganza supo verlo desde el principio y mantenerse, en la medida de lo posible, lejos de sus intrigas.
EliminarBesos
Es una bella historia, parece que en esa época los matrimonio impuesto eran un una obligación, ella tenia duende sin ser muy bella supo enamorar a su marido.
ResponderEliminarAmbar, un calido abrazo.
A veces el amor llega lentamente, de la mano de la amistad, de la comprensión y sobre todo de la generosidad.
EliminarBesos
El matrimonio de Fernando VI y Bárbara de Braganza fue concertado por intereses dinásticos y políticos, pero qué duda cabe que la pareja acabó enamorándose, algo extraño en esto casos. La enfermedad mental de Fernando VI tras la muerte de su esposa bien puede proceder de la herencia de su padre, Feliep V.
ResponderEliminarUn beso
Yo también creo que la herencia de su padre estaba ya en Fernando y que la muerte de su esposa fue tan sólo el detonante.
EliminarBesos, Carmen
Esta historia nos viene a demostrar que la belleza interior tiene más fuerza que la exterior.
ResponderEliminarMe ha encantado esta historia,tan bien relatada.
Un abrazo Ambar
Gracias Carmen. Un beso
EliminarPor fin una historia que termina: fueron felices y comieron perdices.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Un abrazo.
Es raro verdad pero, así fue.
EliminarUn abrazo
♫•*•*🐝
ResponderEliminar♫•*(¯`v´¯)¸.•*✿
*◦.(¯`:✿:´¯) ✿ 🐝
*🌸.(_.^._)*•.¸¸.•*`*•. ღ
✿❀❁•*¨✿❀❁•*¨`*•.🌼❀❁•*¨`*•🌸❀❁•*
Siempre se ha de tener motivos para compartir y reflejar en ello
lo que somos, sentimos y vamos cultivando cada día.
En ello siempre la gratitud por lo entregado y el acompañar.
Una historia que me ha gustado mucho...
Gracias por tus palabras .
♫•*•*🐝
♫•*(¯`v´¯)¸.•*✿
*◦.(¯`:✿:´¯) ✿ 🐝
*🌸.(_.^._)*•.¸¸.•*`*•. ღ
✿❀❁•*¨✿❀❁•*¨`*•.🌼❀❁•*¨`*•🌸❀❁•*
Gracias a ti por pasar y por el comentario.
EliminarBesos
Impresionante historia nos cuentas hoy. Una bella historia de amor a pesar de los pesares. Me apenan sus últimos días en lo referente a su salud. ¡Pobrecita!
ResponderEliminarMe ha encantado y te agradezco una vez más esa manera tan particular tuya de contar la historia.
Besos.
No era frecuente el amor entre las parejas reales pero, alguna vez, surgía a pesar de todo.
EliminarBesos
El último párrafo del diagnóstico y otras manifestaciones de los testigos, "estado de inmundicia, horripilaciones", llevan añadido al sufrimiento de aquella mujer una especie de antema despreciativo que no es la primera vez que leo algo así dedicado a pacientes femeninas. Magnífico perfil biográfico que deja un poso de tristeza.
ResponderEliminarEnlazo tu blog.
Era bondadosa y la muerte no fue compasiva con ella. Es cierto que deja un poso de tristeza.
EliminarUn abrazo
Sorprendente, me encanto, Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias José Ramón.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarGracias por tu tiempo y paciencia.Gracias por tu respuesta
ResponderEliminarSe muy poco de historia leerte para mi ha sido un placer
Enhorabuena!!! gran relato y descripción de la vida de Dª Bárbara de Braganza y Fernando VI, gran monarca en España y al cual se le debería de dar mas importancia y analizarse así su reinado. un saludo.
ResponderEliminar