María José fue una mujer desdichada, las adversidades la acompañarían a lo largo de toda su vida que había comenzado el 4 de agosto de 1906 en Ostende. Hija de los reyes de Bélgica , Alberto e Isabel, era la más pequeña de tres hermanos, una preciosa niña de rizado pelo y limpia mirada.
Tenía ocho años cuando estalló la Primera Guerra Mundial. Sus padres, deseosos de evitarle posibles peligros, la enviaron a un internado inglés mientras ellos permanecían en Bélgica. No obstante, María José, volvía con frecuencia a su país y cuando lo hacía solía acompañar a su madre a los hospitales para visitar a los heridos de guerra. Probablemente a estas visitas y a lo que en ellas veía se debe la profunda germanofobia que desarrolló.
El destino de María José lo marcarían sus padres al final de la Gran Guerra. Católicos como eran, consideraron que el mejor candidato para convertirse en esposo de la niña era Humberto de Saboya, príncipe heredero a la Corona de Italia, y otro tanto parece que pensaron los católicos reyes italianos.
María José pasó su juventud sabiendo cual era su futuro y según deja escrito en su propio diario no le desagradaba el novio elegido. Era atractivo y tenían algunas cosas en común, como su inclinación por el arte y la literatura.
La boda tuvo lugar en el Palacio del Quirinal, el 8 de enero de 1930. Humberto era un joven muy apuesto y ella era una de las princesas más bellas y elegantes de Europa. En el momento en que se realizó el matrimonio Italia estaba gobernada por Benito Mussolini.
A pesar de lo que pudieran aparentar, el matrimonio fue desgraciado. Años después, María José afirmaría en una entrevista: " Nunca fuimos felices". Muchas cosas influyeron en la infelicidad conyugal entre ellas la educación de ambos que era radicalmente distinta. Humberto había cursado estudios en la academia militar de Módena y por tanto había estado sometido a una disciplina que nada tenia que ver con el carácter y las ideas liberales de su esposa. Además los rumores sobre la posible bisexualidad de Humberto, que también llegaban a oídos de la princesa, fueron otro de los motivos de distanciamiento.
Benito Mussolini contribuiría a la mala relación de la pareja. Las ideas progresistas de Maria José chocaban frontalmente con la práctica fascista del dictador Mussolini y, como consecuencia, éste se encargaría de vilipendiar la imagen de la princesa. En los medios sociales se criticaba su forma de vestir, de peinarse, se la acusaba de frívola y se llego a decir que evitaba tener descendencia para perjudicar a la Corona de Italia. Lógicamente esto quedo desmentido en la primera gestación de la princesa.
Las desgracias siempre estarían presentes en la vida de Maria José. El nacimiento de su primera hija se vería ensombrecido por la muerte de su padre, como consecuencia de una caída mientras escalaba una montaña. Poco después fallecería su cuñada Astrid, la esposa de su hermano, el nuevo rey de Bélgica, y también de forma trágica.
La aversión de Mª José por el fascismo era clara y notoria y no obstante se llegaría a decir que entre Mussolini y ella habían existido relaciones sentimentales.
Cuando estalla la segunda guerra Mundial Maria José intenta ayudar a los prisioneros de guerra belgas con pobres resultados. Su actitud la enfrentaba con su familia política ya que el rey, Victor Manuel, había aceptado sin oponerse la pérdida de la democracia en su país y el cambio a la dictadura de Mussolini. También había permitido la alianza con la Alemania nazi y la entrada de Italia en la Segunda Guerra Mundial hasta que, en 1943, y cuando la victoria de los aliados parecía inminente los jerarcas fascistas solicitaron al rey que destituyera al Duce y formara un nuevo gobierno y el rey se apresuró a obedecer.
Hitler consideró una afrenta la destitución de Mussolini y Wehrmacht lanzaría sus tropas contra Roma antes de que los aliados pudieran prestar su ayuda a los romanos. La Familia Real huiría de la capital italiana de inmediato provocando con ello el descontento de los italianos.
En 1946 y para salvar una Monarquía altamente desprestigiada Victor Manuel, cuya hija, la princesa Mafalda, acababa de morir en un campo de concentración nazi, abdica en su hijo Humberto. Era el 9 de mayo de 1946.
Mª José se ve por tanto convertida en Reina, pero su reinado y el de su esposo duraría tan solo 33 días. El 9 de junio, y tras un Referéndum, Italia proclama la República y ordena el exilio de los Monarcas. Estos, junto a los cuatro hijos que ya tenían, embarcan en el Ducca degli Abruzzi, un barco de guerra de la marina italiana, trasladándose a Portugal.
Allí se instalaran en Cascais - como tantas otras cabezas destronadas de Europa - en un palacete al que llamaron Villa Italia.
Allí se instalaran en Cascais - como tantas otras cabezas destronadas de Europa - en un palacete al que llamaron Villa Italia.
El matrimonio, que nunca fue bien, se desmorona en el exilio y, mientras el depuesto rey Humberto permanece en Cascais con sus tres hijas, Mª José y su único hijo varón se instalan en Suiza. Nunca se divorciaron pero la separación fue un hecho y pasó una enorme factura a la familia. La vida de los hijos y nietos de los últimos reyes de Italia estuvo salpicada por los escándalos, los divorcios, el alcoholismo, la drogadicción y las tragedias.
Mª José moría el 27 de enero de 2001 en el Hospital cantonal de Suiza como consecuencia de una bronconeumonía que no logro superar.
Durante los 93 años que duró su vida fue Reina durante un mes, tuvo cuatro hijos de un matrimonio fracasado, vivió dos guerras mundiales, perdió a dos cuñadas, Astrid y Mafalda, de forma trágica, su yerno, Luis Reyna, fue asesinado y uno de sus nietos murió al lanzarse desde una ventana en un acto suicida. Además durante gran parte de su vida tuvo que ver reflejados en todos los periódicos europeos los escándalos protagonizados por la gran mayoría de sus descendientes.
No fue feliz pero supo llevar su infelicidad con una enorme dignidad y elegancia.
No fue feliz pero supo llevar su infelicidad con una enorme dignidad y elegancia.
Sus restos mortales descansan en la Abadía de Hautecombe, en la Saboya francesa.
De entrada me ha parecido una mujer bellísima, aunque eso no signifique, como ya hemos visto en más de una ocasión a través de tus relatos, garantía de felicidad alguna, y lo que parecía en un principio una pareja ideal se convierta en desdichada. El durar tantos años le permitió tener más vivencias, me imagino que buenas y malas, que otras mujeres de la realeza que murieron bastante más jóvenes, pero solo a ella corresponde saber cuales tuvieron mayor peso, parece que las malas. Le podía haber salido bien, aunque la historia le escribió lo contrario.
ResponderEliminarUn beso.
El fracaso de su matrimonio fue, probablemente, una de las causas de las desdichas que después vinieron.
EliminarBesos
Después de tanto sufrimiento e infelicidad, la dignidad y la elegancia no se perdieron.
ResponderEliminarGracias Ambar :D
Besos♥
Efectivamente. Gracias a ti Liliana.
EliminarUn beso
Cuánta envidia despierta esta gente y qué pocos son felices.
ResponderEliminarLa fotografía es una prueba de esa belleza y elegancia que nombras.
Besos.
Era bella y elegante. En alguna parte leí que la elegancia no reside en el vestido que llevas sino en como lo llevas.
EliminarUn beso
Es un cúmulo de desgracias. Recuerdo verla en las revistas que mi madre leía.
ResponderEliminarBesos.
Tienes buena memoria.
EliminarUn beso
Sufrir en exceso no es sinonimo de tenerlo todo perdido...
ResponderEliminarBesitos
Desde luego que no. Solo está perdido aquello por lo que no se lucha.
EliminarUn beso Inma y ... sigue luchando.
93 años intensos.
ResponderEliminarNo lo tuvo fácil, no...
Pero salió adelante a pesar de todas las dificultades.
No sabía quién era.
Ahora sí.
Gracias.
Besos.
Gracias a ti por el comentario.
EliminarBesos
Malos tiempos para la monarquía los del periodo de entreguerras. Se dirimían dos alternativas básicas en muchos lugares de Europa: fascismo o república. A pesar de todo, fue ella una mujer longeva.
ResponderEliminarUn abrazo, Ambar.
Durante ese periodo de entreguerras muchas coronas se cayeron de la cabeza que las sostenían. Fue, al igual que su madre, muy longeva.
EliminarUn abrazo Cayetano
Los tiempos convulsos, la insatisfacción matrimonial y ese deseo de ser feliz, son la amalgama de una vida, larga, densa, pero infeliz
ResponderEliminarGracias por acercarnos a ella. Un abrazo
Lo has resumido muy bien. Gracias a ti.
EliminarUn abrazo
Aunque por su naturaleza fuerte, llegara a los 93 años y sobreviviera a dos guerras, aquí tenemos otro ejemplo más de la infelicidad generalizada, por los matrimonios pactados, de la realeza de la época.
ResponderEliminarUn beso.
Cuando un matrimonio naufraga, los hijos suelen ser las mayores víctimas. La educación ya no es la misma y si a eso unes que la familia está en el ojo del huracán mediático los dramas están servidos.
EliminarUn beso Manuel
Hola Ambar:
ResponderEliminarVida dura para la dama, que supo mantener ante todo la dignidad...Muy interesante.
Besos
La dignidad, que suele ser el fruto del respeto por uno mismo, es algo que nunca se debería perder.
EliminarBesos Manuel
Hola.
ResponderEliminarQué vida tan intensa, demasiadas luces y sombras, abundando más lo segundo.
Besos y me ha encantado la entrada, como siempre me enganchaste desde la primera palabra.
Coincido contigo, su vida tuvo más sombras que luces a pesar de que siempre la acompañaban los flashes.
EliminarUn beso Marigen
Una princesa liberal perseguida por su ideas no creo que mantuviese relaciones con un hombre como Mussolini, contrario por completo a su visión del mundo. Reina por un mes... al menos tuvo el privilegio de ostentar el título a pesar de la cortedad de su reinadio y de haber tenido una vida poco feliz.
ResponderEliminarUn beso
Yo tampoco creo que tuviera relaciones con Mussolini. Había una campaña de desprestigio contra su persona por parte de Duce.
EliminarUn beso Carmen
Una vida muy intensa marcada por la infelicidad. Además longeva, dado los 93 años que duró su vida.
ResponderEliminarMuy interesante como siempre, querida,Ambar.
Besos
Muchas gracias Maripaz.
EliminarUn beso
La verdad es que lo tuvo muy difícil. Sin lograr ser feliz y con sufrimientos.
ResponderEliminarUna pena su vida.
Muy interesante. Desconocía esta historia.
Un beso.
La vida no fue fácil después de su matrimonio. Me alegra que te haya interesado.
EliminarUn beso
¡Hola Ámbar!!!
ResponderEliminar¡Pues si que eran bien guapos los dos! Esto de tener que aceptar lo que los progenitores eligen para ti, ya es una desgracia...Y está claro que en las mejores familias y de alto rango, también se sufre el mal de la infelicidad; y me atrevo a decir que, quizás más que en familias tradicionales.
Bien, pues es una bonita historia y muy bien contada, aunque triste a la vez.
Ha sido un inmenso placer leerte.
Te dejo mi gratitud y mi gran estima.
Un beso y feliz fin de semana.
Eran muy guapos, es verdad, y también tuvieron hijos muy guapos. Una de ellas, Mª Gabriela, dicen que fue el primer amor de juventud del rey Juan Carlos.
EliminarGracias por el comentario.
Besos
Desde luego cuántos dramas y vidas desdichadas pueden esconderse tras el lujo y la riqueza. Excelente artículo que nos acerca a esta figura histórica. Saludos!
ResponderEliminarLos dramas son como las enfermedades, pueden atacar a cualquiera.
EliminarSaludos David
Ay la pobre encima de ser infeliz tuvo que llevarlo con dignidad y elegancia. ¡Qué vida más difícil! Cada vez que leo las historias de tus artículos pienso en que hoy en día que nos quejamos a veces por cada tontería...
ResponderEliminarUn abrazo
Carmen
No fue fácil la vida durante la primera mitad del pasado siglo. Hubo dos guerras mundiales en menos de cincuenta años que llenaron de luto y lagrimas a la mayoría de las personas. No deberíamos olvidarlo cuando nos quejamos por cualquier cosa.
EliminarUn beso Carmen
Triste historia la suya, he aprovechado para leer más y aqui te dejo un apunte, en su exilio también estuvo en Mexico durante un tiempo y al parecer fue madrina y protectoras de los jóvenes músicos. Gracias por el articulo muy interesante y siempre empuja a seguir investigando. Un abrazo Ambar.
ResponderEliminarVivió en México, concretamente en Cuernavaca, algún tiempo. Allí residía su hija Beatriz junto su esposo Luis Reyna y María José pasó con ellos una larga temporada.
EliminarUn abrazo Ainhoa
Hi. Very interesting. She is so beautiful.
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarNo sabía nada de esta efímera reina, de vida, no sabría decir si decididamente infeliz, o simplemente de sinsabores, mezcla de buenos y malos momentos, pero como dice usted llevada con resignación.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Saludos.
Los peores momentos los vivió a la edad madura, aunque su vida nunca fue realmente dichosa.
EliminarSaludos dlt
Desconocía la vida de esta monarca, y por lo que cuentas ( por cierto muy bien ) fue una mujer desdichada y que sufrió por su familia. El vivir las dos guerras mundiales ya es mucho para un monarca.
ResponderEliminarComo siempre muy interesante y didáctica esta entrada.
Besos
Puri
Muchas gracias Puri.
EliminarUn beso
Hola, de nuevo una triste historia. Perece que los reyes y princesas viven cuentos de hadas, pero esa no es la realidad. Casi siempre protagonizan vidas desgraciadas, por unos u otros motivos. una bella mujer que la vida le gastó malas pasadas. un beso Ambar, encantada de de pasar un buen ratito contigo.
ResponderEliminarEncantada de que pases.
EliminarUn beso
Buenos días... La primera clase de la semana... Muy entretenida. Gracias por aportarno un toque de conocimientos. Un abrazo
ResponderEliminarMe alegra que te haya resultado entretenida.
EliminarUn beso
Con todo lo que poseía no la liberaba de responsabilidades
ResponderEliminarmenos de tragedias...sin dudas las guerras no tienen contemplación con quien sea
Una historia que da que pensar ,en que como se dice: no todo lo que brilla es oro.
Mi saludo cordial
Nunca todo lo que brilla es hora, siempre hay luces y sombras.
EliminarBesos
Esta claro que los ricos y poderosos no se libran de las penas y el sufrimiento. Una historia muy interesante.
ResponderEliminarBssss
Gracias paquita.
EliminarUn beso
Ya veo que es difícil ser feliz aunque sea desde lo más alto del mundo, y es que el poder " cansa" pero hay veces que eso hace que la felicidad no llegue, y en los matrimonios impuestos difícil es poder llebarlos a buen término. Una historia triste y muy común entre personas tan diferentes. Un abrazo amiga.
ResponderEliminarOtro abrazo para ti, Lola y gracias por el comentario.
EliminarInteresante entrada Ambar, de tu mano aprendo detalles de la historia que a veces desconozco y tu me los pones en bandeja. Gracias.
ResponderEliminarBesos.
Me alegro, Conchi.
EliminarUn beso
Es cierto ¡lo que le ha tocado padecer a esta admirable mujer liberal y reina de Italia!
ResponderEliminarEstoy convencida de que nunca se debe ir contra corriente, mucha gente no respeta las ideas de los demás y menos aún las comprenden.
De las calumnias ¡libéranos Señor!
Gracias por tus letras. Estoy encantada de haber regresado.
Cariños.
Kasioles
Yo también estoy encantada con tu regreso.
EliminarUn beso
Una mujer que nació en la riqueza que no es garantía de felicidad ....
ResponderEliminarMuy interesante relato Ambar
Abrazo
Gracias Cristina.
EliminarUn beso
Hola Ambar.Una historia que desconocía y que me ha parecido muy triste.El poder y la riqueza casi siempre son un impedimento para la felicidad.Me ha gustado mucho como lo narras.
ResponderEliminarAhora voy a estar un tiempo sin publicar pues me ha surgido un trabajo que me absorbe mucho y como bien sabes, para escribir se necesita tiempo y concentración.
Te mando un fuerte abrazo
Carmen
Espero que ese trabajo que te aparta de nosotros te resulte gratificante.
EliminarUn beso
Emocionante historia la de María José de Bélgica, un saludo.
ResponderEliminarGracias. Saludos
EliminarSe cree que Los poderosos son distintos de la gente corriente y no es así. En la biografía que nos cuentas lo reina sufre igual que el ciudadano mas humilde. Así es la vida.
ResponderEliminarGracias por traer hasta aquí retazos de la historia.
Un beso.
Nada es garantía de felicidad, ni siquiera la alta cuna.
EliminarBesos
No la conocía y pobre qué vida más triste tuvo, ya queda claro que la riqueza no da la felicidad. Me encanta descubrir a estas reinas de una manera mucho más humana que cuando las estudiaba en los libros de texto.
ResponderEliminarUn beso
Gracias Conxita.
EliminarUn beso
Vivió largo y desdichada pero con dignidad, que lástima que con una vida larga que tuvo pasase por tales circunstancias y sobre que no llegase a encontrar el amor en su enlace.
ResponderEliminarUn abrazo
Que belleza de mujer, la vida de esta reina de Italia, es digna de admiración, no solo tuvo que vivir de cerca las dos guerras mundiales, sino que además fue el centro de no pocas intrigas políticas.
ResponderEliminarAmbar, un abrazo!
Otra triste historia.
ResponderEliminar93 años, con todo lo qie le toco pasar no sé como llegó a esa edad.
Ambar, cada vez que leo tus relatos me doy cuenta que ni pobres ni ricos escapas a las desgrcias que trae la vida.
Un abrazo.
Ambar
Vi en TV la película sobre su vida y me gustó esta mujer, tuvo momentos muy dolorosos y fue además de bella, generosa y entregada a sus ideales, corriendo riesgos en épocas turbulentas, también me parece injusto que la tachen de frívola y que hablen de su correspondencia después de su muerte. Me permito dudar sobre su relación con Mussolini.
ResponderEliminarLa recuerdo en las crónicas de alta sociedad de la prensa, siendo ya muy mayor y en eventos familiares.
Gracias por traerla hasta aquí. Un abrazo, querida Ámbar
María José pasó mucho en su larga vida, en una época
ResponderEliminarhistórica muy difícil. Qué pena que no tuviera un matrimonio
con amor como sus padres. Al menos, tuvo algo de calma
al vivir separada de él en Suiza.
Besos
Qué bueno que enlazaste esta entrada. Me la había perdido
ResponderEliminaral estar de viaje.
Más besos