Victoria Eugenia de Battenberg. Philip László
Tras los levantamientos de Jaca y Cuatro Vientos, la popularidad de la monarquía desciende. Cuando en abril de 1931 se realizan elecciones municipales el triunfo de los republicanos es contundente. El Rey ya sabe que está perdido.
El día 14 de abril de 1931 se proclama la República y el Rey embarca en Cartagena hacía el exilio. En Madrid ha quedado Victoria Eugenia y sus hijos que deberán salir del país al día siguiente. Esa noche Ena no se acuesta. Intenta recoger de las habitaciones privadas todas sus pertenencias mientras los gritos de hostilidad de los hombres y mujeres que llenan la plaza de Oriente se cuela por los balcones de palacio. Quienes velan por su seguridad y la de sus hijos deciden que la salida se efectúe en automóvil a través del Campo del Moro hasta El Escorial, donde la Reina y los infantes tomarán el tren hacía el exilio. Victoria llora. Tardará treinta y siete años en volver a pisar suelo español.
Proclamación de la segunda República
Una vez en París, los reyes se reúnen en el hotel Meurice. Allí se toman decisiones importantes la primera de las cuales es dejar de convivir como pareja, Victoria no está dispuesta a seguir soportando humillaciones como mujer pero no quiere dejar de ser reina y por lo tanto no se plantea la anulación ni ninguna separación legal, tan sólo una separación de hecho y discreta. La segunda de las decisiones afecta a la economía.
Alfonso fija una pensión para el mantenimiento de Ena y ésta pasa cinco años residiendo entre Suiza e Inglaterra mientras Alfonso y sus hijos pasaran a residir en Roma. En 1934 morirá su hijo Gonzalo con tan sólo 19 años de edad. La causa la hemofilia. El desencadenante un pequeño accidente. Cuatro años más tarde morirá su hijo Alfonso, victima también de un pequeño accidente.
Hacia el final de la guerra Civil española, Victoria Eugenia se va acercando cada vez más a la familia, sobre todo a su esposo, tal vez, porque piensa que si ganan los nacionales, en España sería posible la restauración monárquica. No sucede así y además ha comenzado la Segunda Guerra Mundial. Según Gerard Noel, el gobierno Británico advierte a Ena que de continuar en Londres no podrá garantizar su seguridad. Victoria solicita a una amiga que le permita utilizar su villa de Lausana y traslada su residencia a Suiza.
En 1941 acude a Roma, el Rey está enfermo y se espera su final. Alfonso XIII muere en febrero y en mayo Victoria y sus hijos regresan a Suiza. Allí se instalará, la que fuera reina de España, en la” Vieille Fontaine,” propiedad que había adquirido gracias a una herencia que recibió de una amiga. Allí hizo colocar en las puertas que daban acceso al jardín de la residencia la flor de lis, símbolo de la casa de Borbón.
En la Vieille Fontaine, a orillas del lago Lemann va a transcurrir la vida de Victoria Eugenia, de un modo monótono y tranquilo, recibiendo las visitas de sus nietos o de sus hijos y la de algunos amigos, y viajando de vez en cuando a Italia y a Portugal para visitar a sus hijos. También acude en ocasiones a Mónaco ya que con los Grimaldi le une una gran amistad.
La vida resultaba cara. Además de mantener el palacete, Victoria Eugenia tenía a su cargo a los dos hijos de su hijo Jaime. La asignación que recibía del gobierno de Franco era insuficiente para los gastos que generaba y parece ser que Ena, tan amante de las joyas, se vió obligada a vender algunas de ellas.
Vieille Fontaine
Treinta y siete años después de su salida de España se producía el regreso de Victoria Eugenia. Sería la madrina de su biznieto Felipe, único hijo varón de su nieto D. Juan Carlos. Era el 7 de febrero de 1968 cuando la reina vuelve a pisar suelo español. A Barajas, además de su hijo D. Juan, han acudido todos los familiares que se encontraban en Madrid, gentes de la nobleza, ministros del gobierno y gran cantidad de monárquicos que la aplauden y vitorean. Durante su estancia en Madrid se alojó en el Palacio de Liria. La duquesa de Alba era su ahijada y procuró que durante su estancia pudiera recibir el cariño de los monárquicos y abrió las puertas de su palacio a todos aquellos que desearan saludarla.
Bautizo de Felipe de Borbón y Grecia
Un año después la salud de Victoria decae. A partir del mes de marzo apenas abandonó sus habitaciones asistida además de por sus doncellas, por su fiel dama Beatriz Aguilar y por una enfermera. El doctor Nicaut, su médico de cabecera, ya advierte a los familiares que la situación provocada por la enfermedad hepática que sufría era irreversible. Sin embargo, los primeros días de abril y tras el tratamiento con corticoides, se percibe una ligera mejoría. Durará poco ya que, el 10 de abril, la reina Victoria perdía la lucidez y el día 15 entraba en coma profundo. Fallecía a las 11 horas y 18 minutos de la noche de ese mismo día. La rodeaban sus hijos y nietos. Su cuerpo fue cubierto con la bandera española.
En su funeral estuvieron representados los gobiernos y las casas reales de casi todos los países europeos. La Jefatura del Estado Español decretó tres días de luto. Recibió sepultura en Lausana y en el interior del sepulcro fue depositada tierra de distintos lugares de España.
Entierro de Victoria Eugenia de Battenberg
Sus restos mortales fueron trasladados en 1985 al Monasterio del Escorial.
Me pregunto que pensaría esta buena señora al ver a sus descendientes, gracias por compartir la ultima parte de la vida de esta Reina de España. un saludo y que pases unas felices fiestas. un saludo.
ResponderEliminarGracias por el comentario. Yo también te deseo unas felices fiestas.
EliminarUn abrazo
Una de las primeras medidas de la reina en el exilio fue separarse físicamente de su marido, un campeón en temas de infidelidad. Curiosamente no es la primera vez que esto ocurría entre esposos reales. Ya la abuela de Alfonso, la reina Isabel II, también adoptó esta medida en relación con su cónyuge Francisco de Asís, no precisamente por las infidelidades de este, aunque también "picaba" algo fuera de casa, sino porque su relación sencillamente no existía. En ambos casos, parece que París les sirvió de inspiración.
ResponderEliminarUn saludo.
Creo que fue en París donde Victoria Eugenia le dijo al rey "No quiero ver tu fea cara nunca más". En esa frase resumía toda su indignación.
Eliminarsaludos Cayetano
Representó su papel de Reina hasta el final. Fue transmisora de la que se conoce como la enfermedad real, lo que hizo que Felipe sea el actual Rey de España. Un recibimiento que es posible le haya emocionado mucho cuando regreso del exilio.
ResponderEliminarFelices fiestas. Besos
Carambolas del destino, sin esa enfermedad Felipe Vi no ocuparía hoy el trono de España.
EliminarFelices Fiestas Manuel
Estas tres publicaciones han sido muy interesantes al poder comprender su vida y su reinado.
ResponderEliminarMe imagino que la perdida de sus hijos jóvenes no debió de ser fácil para ella.
Un abrazo.
La infidelidad de su esposo, el exilio, la perdida de sus hijos. No tuvo una vida fácil.
EliminarUn abrazo
Fue un desafortunado matrimonio, en todos los sentidos. A pesar de no haber nacido reina, emanaba más majestad que Alfonso XIII.
ResponderEliminarSaludos y que tenga usted unas felices Pascuas.
Fue una gran señora, siempre digna y majestuosa.
EliminarYo también le deseo unas felices Pascuas D. Angel.
Si en su papel de rey dejo mucho que desear, como esposo no anduvo mejor. Más que harta debía estar para espetarle lo de su fea cara, que cita en otro comentario; y coincido con el señor del Retablo.
ResponderEliminarMuy interesantes estas entradas sobre una reina de la que se suele decir poco.
Le deseo una muy felices fiestas, amiga Ambar.
Fue un desastre como marido. Seguramente lo de la hemofilia no fue más que una excusa para tranquilizar su conciencia de esposo infiel.
ResponderEliminarYo también le deseo unas unas fiestas muy felices.
Dura vida la de esta reina, una vida marcada por la enfermedad de sus hijos, de la infidelidad de su esposo, por el destierro y el abandono. Y al final sus restos reposan aquí; es curioso.
ResponderEliminarUn beso
No tuvo una vida feliz pero, siempre llevo la cabeza alta y jamás permitió que la amargura asomase a sus ojos. Fue reina de España, es lógico que sus restos reposen en el monasterio del Escorial.
EliminarUn beso Carmen
Me ha encantado leer de tu mano su vida,donde hubo de todo,estimada amiga te deseo una Feliz Navidad con tus seres queridos,un abrazo
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado. Yo también te deseo una Navidad muy feliz.
ResponderEliminarUn abrazo
Esos treinta y siete años de ausencia debieron ser muy dolorosos para la reina. Siempre recuerdo esa foto de Victoria Eugenia con el pequeño Felipe el día del bautizo. Una historia triste la de esta mujer.
ResponderEliminarFelices Fiestas, querida Anbar, todo lo mejor para el nuevo año.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Retazos de historia... De interés Ambar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Ambar.
ResponderEliminarPodría dedcir que no sé porque no veo tus publicaciones, pero si que lo sé, el desosrdenado bloger, no deja ver lo publicado unas cosas las veo y otras no, ni se ve lo mío, actualiza por unas horas y luego salta una entrada antigua, rara vez actualiza bien.
Así que procuro pasar desde algún comentario, desde este artículo, voy repasando lo perdido, me gusta la historia y la geografía, y de historia nos regalas información, completa y amena, sigo repasando.
Un abrazo.
Ambar
Me olvidé de decirte que el confesor de la reina, fue Don Javier Vales Failde, nacido en la aldea de Failde provincia de pontevedra, no sé si te será de algún interes buscar alguna información acerca de él, si lo consigues me lo dices, me gustará tener esa información.
ResponderEliminarGracias y un gran abrazo.
Ambar