Eugenia de Montijo-Winterhalter
Maria Eugenia Palafox-Portocarrero y Kirkpatrick, nació en Granada el 5 de mayo de 1826 y fue la segunda de las hijas de D. Cipriano Palafox-Portocarrero, grande de España, duque de Peñaranda, conde de Teba y de Montijo entre otros títulos y de Dª Manuela KirkPatrick de supuesta nobleza escocesa.
Su nacimiento fue azaroso, como lo sería su larga vida. Cuando en su madre se iniciaban las primeras contracciones que anunciaban el próximo alumbramiento comenzó a temblar la tierra. Aunque el movimiento sísmico era de escasa intensidad, su padre decidió instalar en los jardines de su palacio una especie de carpa para que su esposa fuera atendida sin los peligros que de la afectación de la estructura del edificio se pudieran derivar.
Dª Manuela, la madre de las niñas Palafox-Portocarrero, era una mujer ambiciosa que se había impuesto así misma una misión fundamental, conseguir unos buenos partidos para sus dos hijas. Así que, en 1837, se traslada a Paris con Francisca (llamada familiarmente Paca) y con Eugenia a las que inscribe en el colegio del Sagrado Corazón. D. Cipriano moriría dos años después pero la vida en París continuó mientras las niñas completaban su formación alternándose con periodos vacacionales en España.
Dª Manuela que seguía empeñada en casar bien a sus hijas organizaba fiestas con lo más selecto de de la aristocracia madrileña y así fue como la mayor de ellas, Paca, logró convertirse en Duquesa de Alba. Algunos historiadores señalan que Eugenia estaba enamorada del duque pero que éste finalmente eligió a su hermana.
Habiendo conseguido ya uno de sus objetivos, Dª Manuela regresa a París acompañada de Eugenia. Corría el año 1849 y Francia era una República que tenía como presidente a un príncipe: Luis Napoleón Bonaparte. Luis además de tener la ambición de convertirse en Emperador era también un gran mujeriego y no le pasó inadvertida la belleza de la joven aristócrata española. No consideraba el Príncipe a Eugenia una candidata adecuada para ser la futura emperatriz y su deseo de conquistarla no pasaba del deseo carnal y galante propio de la aristocracia de la época. Pero la española, bien aleccionada por su madre, supo jugar bien sus cartas. Hay una anécdota, por casi todo el mundo conocida, que cuenta que en una ocasión Luis pregunto a Eugenia "Por donde se va a su dormitorio madame" a lo que ella contestó "por la capilla, Sire".
Napoleón III- Winterhalter-Roma
Lo cierto es que consiguió su objetivo y el 30 de Enero de 1853 Luis Napoleón y Eugenia se casan en el altar mayor de la Catedral de Notre Dame. El 2 de diciembre de 1852, Luis Napoleón había sido nombrado Emperador de Francia, así que, no cabe duda de que Dª Manuela había conseguido su objetivo, una de sus hijas era duquesa de Alba y la otra Emperatriz de Francia.
Eugenia representó su papel de Emperatriz con verdadero entusiasmo. Dado que no era de sangre real intentó por todos los medios parecer más "real" que nadie. Derrochaba simpatía, encanto y sobre todo dinero que gastaba en joyas, vestidos y fiestas. Fue el referente de la moda femenina durante años y era imitada por el resto de las damas. Guerlain creó un perfume para ella y fue recompensado con el nombramiento de perfumista de su Majestad. No cabe duda de que dada su elegancia y belleza, dotó a la corte imperial de un gran esplendor.
Eugenia queda embarazada en 1854, pero sufre una caída y el Dr Dubois que la atendía prescribe baños calientes. A éstos y no a la caída, atribuye la Emperatriz el aborto que sufriría días más tarde. El siguiente aborto se produjo un año más tarde aunque no hay referencias clínicas del mismo, así que, cuando poco después queda de nuevo embarazada se extreman todas las precauciones y el Dr Dubois recomienda descanso en Biarritz donde Eugenia había mandado construir un palacio dos años antes. Se consigue al fin que ésta gestación llegue a término aunque el parto se presentó difícil. Según parece el feto venía de nalgas por lo que el Dr Dubois solicita la ayuda de otros dos eminentes médicos: Darralde y Conneau y tras 22 horas de parto nace el día 16 de marzo de 1856 el Príncipe Imperial.
Una vez recuperada, Eugenia, a la que las veleidades de su marido con otras mujeres parecían no importarle, decide continuar con su vida social y tomar parte activa en la política de su país. Así lo comunica por carta a su hermana: "Querida Paca sin duda he nacido para la vida tumultuosa…Confieso mi espíritu aventurero…"
Eugenia desempeñó la regencia del Imperio en tres ocasiones: en 1859 durante la campaña de Italia, en 1865 durante la visita de su marido a Argelia y en 1870 en los últimos momentos del Imperio. La Emperatriz comprendía y asumía las guerras y parece ser que alentó algunas, como la invasión de Mejico por los franceses y la guerra de Prusia que concluyó con la derrota de Sedán.
La Emperatriz Eugenia-Winterhalter-Casa de Alba
En 1969, Eugenia, cobró un protagonismo sociopolítico importante al asistir como la máxima representación de Francia a la inauguración del Canal de Suez. Allí, a orillas del Nilo escuchó por primera vez la opera Aída de Verdi, en un espectáculo único y excepcional.
En 1870 se derrumbaba el Imperio francés. El 4 de septiembre se proclamaba la tercera República y Eugenia y su hijo huyen a Gran Bretaña. Allí esperan a Napoleón que había caído prisionero en Sedán. La vida de Napoleón sería corta tras la perdida de la corona imperial, falleciendo tres años después, en 1873.
Eugenia vuelca entonces todos sus desvelos y ambiciones en su hijo deseosa de que tuviera un destino glorioso pero la tragedia invadirá su vida en 1879 cuando el joven príncipe muere en la guerra contra los zulúes. La otrora Emperatriz de los franceses quedaba sola, las relaciones con su madre eran frías y distantes y de hecho ella misma le prohibió que acudiera a consolarla, y su hermana Paca, la duquesa consorte de Alba, había muerto muchos años antes.
Napoleón Eugenio Bonaparte
Vivió alternando sus residencias entre Inglaterra y Biarritz, sin interferir en absoluto en la política de Francia. Eugenia gozaba de una buena salud si exceptuamos algunos dolores de tipo reumático controlados por el Dr. Attenburough. Pero, ya hacía el final de su vida comenzó a perder progresivamente la visión. Diagnosticada de cataratas bilaterales decide ser operada por el Dr Barraquer y con tal fin se desplaza a España alojándose en el Palacio de Liria. Será su sobrino Jacobo, Duque de Alba, quien pedirá a Ignacio Barraquer que se desplace a Madrid para intervenir a la ilustre dama. La intervención fue un éxito y se cuenta que cuando a los cinco días le retiraron los apósitos, la misma Eugenia llena de felicidad solicitó El Quijote y logró leer un par de páginas.
Esa dicha duraría poco, un resfriado febril ocasionó una insuficiencia renal, probablemente ya latente, y que le produciría la muerte por síndrome urémico en la madrugada del 11 de julio de 1920. Tenía 94 años.
Soberbia y altanera para algunos, sociable y generosa para otros, denostada y alabada, criticada y envidiada, nunca resultó indiferente a quienes la conocieron. Le tocó vivir un periodo convulso de la historia de Europa pero como ella misma decía, había nacido para la vida tumultuosa.
Cumpliendo su expreso deseo sus restos mortales fueron trasladados a Inglaterra para ser enterrada junto a su marido y su hijo en la cripta imperial de St Michael’s Abbey.
Le tocó vivir a la emperatriz un momento muy importante en la historia de Francia y de Europa. Nada menos que el ascenso y la decadencia del Tercer Imperio Francés y el relevo de este país por Alemania como potencia continental. Nacía así la nueva nación tras la guerra franco prusiana y a partir de ahora la historia europea se escribirá al son que mande tocar el coloso germano. Como sigue pasando en la actualidad.
ResponderEliminarUn saludo.
Parece ser que la emperatriz alentó la guerra franco prusiana, luego pasó lo que pasó y Guillermo I acabó proclamándose emperador de Alemania en la sala de los espejos del Palacio de Versalles.
EliminarEn la reciente biografía del duque de Alba, escrita por Emilia Landaluce, aparecen muchas referencias a Eugenia de Montijo. Fue una personalidad de gran carácter y con una indudable influencia incluso después de su caída. Su artículo ha contribuido, sin duda, a su mejor conocimiento,
ResponderEliminarSaludos.
Cuando Eugenia murió su única familia era su sobrino Jacobo, así que la Casa de Alba recibió su legado. Tuvo una gran influencia en la sociedad de su época.
EliminarSaludos
Conocía la anécdota de la capilla, pero referida a una cacería de Napoleón, a la que iban invitadas varias damas. Al volver éstas contemplanban el regreso de los cazadores desde un balcón y Napoleón que vio a Eugenia, le preguntó cómo podía llegar hasta ella, contestando la española que por la capilla, con el doble sentido que conocemos, pues además, por ella se accedía a la dependencia donde estaba. Tanto da, el caso es que demuestra cómo había sido aleccionada por su madre y lo lista que era.
ResponderEliminarDesconocía lo de su operación de cataratas y su final, pero no el del emperador, que tuvo también bastantes teclas, como sabrá, digno personaje de cuadra perfectamente en la temática de su blog. Ha sido un artículo excente, como es habitual. Un abrazo.
La anécdota a la que me refiero en el texto es la que narra usted. Tiene razón el emperador tuvo bastantes teclas así que en alguna ocasión le dedicaré una entrada.
EliminarGracias por el comentario y la recomendación
Un abrazo
Todo un personaje esta Eugenia, saldría una serie de televisión estupenda...
ResponderEliminarNo te quepa duda, saldría una serie de televisión de éxito. quién sabe, a lo mejor...
EliminarHace nada que leí sobre Napoleón Eugenio, y el hecho de que la propia emperatriz viajase a Africa del Sur a visitar el lugar donde los zulúes le mataron, además de haber perdido trono y marido, demuestra que era una mujer francamente fuerte, y no me extraña que llegase a los 94 años, aunque ella afirmaba que estaba muerta desde que supo de la muerte de su hijo.
ResponderEliminarTienes razón debió ser una mujer emocionalmente muy fuerte, se necesita serlo para visitar el lugar donde mataron a un hijo.
EliminarSaludos
Ha sido interesante. Una vida llena de muchos avatares...94 años de sufrimiento...
ResponderEliminarPero quizás lo importante es la fuerza que demostro en todo momento
Besos
No creo que los 94 años que vivió fueran de sufrimiento, pienso que durante algunos de ellos vivió como quería vivir y eso siempre produce felicidad.
EliminarBesos
La anécdota es muy buena, bien había aprendido de su madre.
ResponderEliminarNo fue muy afortunada en lo que le concernió ser madre, pero dentro de todos los obstáculos que se le fueron presentando pudo hacer frente a ellos.
Un abrazo.
Era muy lista, sabía lo que quería y como conseguirlo.
EliminarBesos
Ciertamente no tuvo una vida fácil pero si interesante. Morir con 94 años y con la cabeza bien amueblada es una suerte,
ResponderEliminarParece que el terremoto fue una premonición para su vida tumultuosa. Pero creo que en lo que tuvo suerte fue en la madre que le tocó. Pero también en esa época era normal que las madres quisieran casar a sus hijas con gente influyente.
Bss
Era y es normal que las madres quieran casar bien a sus hijas, pero a Dª Manuela sólo le falto presentarlas en bandeja de plata.
EliminarBesos
Una vida apasionante la de esta noble que llegó a Emperatriz de Francia, una vida, por otra parte, bastante desconocida para el gran público del país que la vio nacer. Un saludo desde Reinado de Carlos II.
ResponderEliminarUna vida apasionante y apasionada la de Eugenia.
EliminarGracias por el comentario.
Un saludo
Ciertamente fue una vida llena de altibajos. Desconocía todo su historial médico. Su fallecimiento debió de vivirse como un gran acontecimiento.
ResponderEliminarHa sido un artículo muy completo. Da gusto leerte. Un saludo.
El traslado de sus restos mortales camino de Inglaterra fué efectivamente un gran acontecimiento.
EliminarGracias por el comentario.
Saludos
Una vida muy interesante, realmente desconocida para los españoles.
ResponderEliminarUn saludo.
Si que fué interesante su vida y su alegría por vivirla.
EliminarSaludos
Querida Ambar, una excelente e interesantísima entrada como todas a las que nos tienes ya acostumbrados. Había leido que cuando Paca fue preferida por el Duque de Alba para el matrimonio, la desdeñada Eugenia intentó infructuosamente poner fin a su vida envenenándose con fósforos desleidos en leche por despecho. Pero de lo que no cabe duda es de la triste situación de que una y otra fuesen puestas "en el mercado" al mejor postor.
ResponderEliminarMil bicos.
Yo también he leído sobre el intento de suicidio con los fósforos pero no he podido contrastar que fuera cierto. No hay, que yo conozca, datos clínicos sobre la atención que se le prestó ni documentos que acrediten el hecho. Fueron puestas "en el mercado" tienes razón.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
Besos
Prácticamente solo sabía de María Eugenia por una canción que cantábamos mucho los niños en los 60-70 y que era un meollo sin sentido total, empezaba contando cosas de ella para en medio de la canción cambiar y cantar sobre un caos cuartelario, no se ni donde la aprendí, en clases de música de la primera EGB, supongo, pero todavía la recuerdo.
ResponderEliminarUn saludo.
Había una canción si, aunque apenas la recuerdo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
Saludos
Hola Ambar,
ResponderEliminarme has tenido pegada al monitor leyendo estos apasionantes pasajes biograficos hasta la última línea, los he leido y releido encantada, son historias fascinantes de vidas tumultuosas.
Un abrazo grande.
Me alegra que te hayan gustado.
EliminarGracias por tu visita. Saludos
Menuda vida y menudos tiempos mas movidos. Menudo lio de SXIX.
ResponderEliminarNo fueron tiempos fáciles, casi ninguno lo son.
EliminarGracias por tu comentario.
Saludos
Hola, buenas noches, un gusto pasar por tu lindo blog, saludos cordiales, te invito de manera cordial a que visites el Blog de Boris Estebitan y leas mi poema titulado “Espera por mí”, espero seguir visitando tu gran blog e intercambiar más comentarios, buen inicio de semana. Me gusto tu escrito, muy educativo, la parte de Napoleon no me la sabia, supo jugar bien sus cartas Eugenia.
ResponderEliminarYo leí un libro de Pilar Eire era una biografía de Eugenia de Montijo, y es espectacular por eso al leer tu entrada he recordado un montón de cosas, y me ha encantado leerte, como siempre.
ResponderEliminarY hay que ver lo claro que tenia vivir siendo emperatriz aunque ni estaba enamorada de su marido, ni le importaban sus aventuras, solo quería poder y riqueza, y así fue hasta el final. Un beso amiga.
Yo leí un libro de Pilar Eire era una biografía de Eugenia de Montijo, y es espectacular por eso al leer tu entrada he recordado un montón de cosas, y me ha encantado leerte, como siempre.
ResponderEliminarY hay que ver lo claro que tenia vivir siendo emperatriz aunque ni estaba enamorada de su marido, ni le importaban sus aventuras, solo quería poder y riqueza, y así fue hasta el final. Un beso amiga.
Es posible que Eugenia fuera operad en Madrid alrededor de 1917-20, pero visitó antes a Barraquer en Barcelona, se alojo en las Salesas Reales del Pso. san Juan-Valencia, hoy Colegio de la Inmaculada de los HHMM. Mi bisabuela vivía enfrente, en la c/ Valencia y tuvo siempre amistad con Eugenia que era algo mayor que ella, habían sido vecinas en Granada en la c/ Gracia 12 pared con pared. Mi bisabuela fue a verla y Eugenia le devolvió la visita días mas tarde. Existe también un parentesco en tercer grado a través de los Kirkpatrik.
ResponderEliminarEs posible que Eugenia fuera operad en Madrid alrededor de 1917-20, pero visitó antes a Barraquer en Barcelona, se alojo en las Salesas Reales del Pso. san Juan-Valencia, hoy Colegio de la Inmaculada de los HHMM. Mi bisabuela vivía enfrente, en la c/ Valencia y tuvo siempre amistad con Eugenia que era algo mayor que ella, habían sido vecinas en Granada en la c/ Gracia 12 pared con pared. Mi bisabuela fue a verla y Eugenia le devolvió la visita días mas tarde. Existe también un parentesco en tercer grado a través de los Kirkpatrik.
ResponderEliminarHola Ambar:
ResponderEliminarEspectacular y apasionante la vida de Eugenia de montijo, yo la conocía de la mano de Pilar Eyre como han mencionado anteriormente. Con estos párrafos plasmas perfectamente la esencia de la española que llego a ser Emperatriz de los franceses y nos muestra la gran ambición y objetivo de una madre por casar de la mejor forma a sus hijas. Me estoy inciando en el mundo blog y os invito a visitar me pequeño blog. http://entiempodelosdonceles.blogspot.com.es/
un saludo