La primera hija de los Reyes Católicos había nacido en 1470 y no parecía que Isabel fuera a quedar embarazada nuevamente pero ocho años después, concretamente el 30 de junio de 1478, y tras un peregrinaje al monasterio de San Juan de Ortega y las consiguientes rogativas de la Reina, venía al mundo en el Real Alcázar de Sevilla el ansiado varón, un niño al que se impuso el nombre de Juan.
La felicidad de los Reyes era enorme y el nacimiento se celebró durante varios días con las llamadas "festas e alegrías" en las que además de los saraos habituales hubo una gran justa en la que participó el Rey Católico. Se nombró como ama del neonato a Dª María de Guzmán y nueve días después de su nacimiento fue bautizado. Llevaron al infante en procesión todas las autoridades, la nobleza y el clero. El cronista Bernáldez nos da cuenta de quienes componían el cortejo que habría de llevarle a la Catedral de Sevilla y nos relata: "Iba el ama del príncipe encima de una mula, en una albarda de terciopelo, e con un repostero de brocado colorado: llebava al príncipe en sus brazos" . La ceremonia del bautismo fue oficiada por el Cardenal Pedro Gonzalez de Mendoza.
En el siglo XV, los fenómenos astronómicos cobraban mucha importancia y ocurrió que pocas semanas después del nacimiento del pequeño príncipe, tuvo lugar un eclipse total de sol que proyectó, a decir de la mayoría, un mal augurio sobre el recién nacido. Fuera por esto o no, lo cierto es que el Infante dio muestras desde su nacimiento de una salud débil. Escribe Junceda Avello que el Príncipe tenía labio leporino y que con el paso de los años se demostró que era tartamudo o esto es al menos lo que contó el médico alemán Jerónimo Münzer tras haber tenido una audiencia con D.Juan cuando éste era adolescente :"el príncipe no pudo hablar por tener una dolencia en el labio inferior y en la lengua que le impedían hacerlo expeditamente".
También es Junceda quien nos dice que debido a la extrema debilidad del infante "los médicos se vieron obligados al empleo de toda clase de tónicos vigorizantes y entre ellos se le recetó el extracto de tortuga, razón que explicaría la preocupación que desde entonces los reyes tuvieron en la búsqueda de estos animales" hasta el punto - siempre según éste autor - de enviar a Mallorca al Procurador General con ese fin, ya que allí se encontraban en mayor cantidad. Lo que si parece es que las tortugas además de escasas, o tal vez por ello, eran caras y hay constancia de que se pagaron 310 sueldos por 33 tortugas que fueron enviadas a Medina del Campo en 1489.
En 1480, cuando todavía no había cumplido los dos años, es jurado por las Cortes reunidas en Toledo, sucesor de Isabel en el trono de Castilla, convirtiéndose así en el nuevo Príncipe de Asturias. Cuatro años después, en 1484, fue jurado como heredero de Aragón por la Cortes reunidas en Tarazona.
Los Reyes Católicos, como era de esperar, dispusieron para su hijo la mejor educación al frente de la cual colocaron a fray Diego de Deza, un dominico profesor de teología en la Universidad de Salamanca, que sería quien se encargaría de su educación académica y moral. De enseñarle el arte en el manejo de la espada se encargó mosén Bernal y del resto de las artes militares D. Juan de Zapata. Tampoco se olvido la música en su educación, hacia la que el Infante sentía una especial inclinación, siendo Juan de Anchieta, cantor de la capilla de la reina Isabel la Católica, su principal educador en ésta materia. Una educación por tanto humanista como correspondía a la época.
Educación de D. Juan. Martinez Cubells
Pero, la salud del Príncipe seguía manteniendo a sus padres en continua zozobra. Contaba sólo diez años cuando estando en Murcia, nos cuentan los cronistas que, "adoleció de disentería con tenasmo e fiebre continua, en el undécimo nacieron viruelas". Según parece, los médicos le recetaron aceite de bacalao y jugo de carne de tortuga. Tanto preocupaba la salud del Príncipe que Mártir de Anglería, en una carta escrita el 11 de septiembre de ese año al ayo de Príncipe Juan Velazquez, le refiere «Me preguntas, ilustrísimo caballero, mi opinión acerca del joven serenísimo Príncipe, primer heredero de tantos reinos, y qué clase de Rey será si llega a vivir».
En 1486 los Reyes Católicos deciden que ya era hora de que el príncipe configurase su propia Casa y se decide que la Corte del Príncipe quedaría establecida en Almazán. La Casa estaría compuesta además de por fray Diego de Deza como preceptor, por diez consejeros, todos ellos pertenecientes a nobles familias, de los cuales cinco serian caballeros ancianos y cinco jóvenes de edad similar a la del Principe. También contaba la Casa con veinticuatro pajes escogidos entre los hijos de los nobles y cuyos nombres aparecen relacionados en El Libro de Cámara real del Príncipe don Juan del cronista del siglo XVI, Gonzalo Fernandez de Oviedo.
En 1495, los Reyes Católicos acuerdan un doble tratado matrimonial con el Emperador Maximiliano de Austria, mediante el cual los dos hijos de Maximiliano, Felipe y Margarita, casarían con dos de los hijos de los Reyes , Juana y Juan. El compromiso interesaba y mucho a los Monarcas españoles y se dispuso para el evento una flota de más de cien embarcaciones, al frente de la cual estaría el Almirante de Castilla, Fabrique Enriquez de Cabrera. En ella llegaría a Flandes la Infanta Juana y en ella se traería a España a la princesa Margarita.
La vida de Margarita no había sido fácil. Cuando tenía dos años murió su madre y poco después y como consecuencia de la firma de un tratado de paz entre Francia y Borgoña se la prometió a Carlos, el delfín de Francia, con la condición añadida de que Margarita debía ser educada en la Corte francesa. Así pues, la Princesa pasó su infancia sin su familia y en un país que no era el suyo hasta que los intereses franceses variaron de dirección y fue repudiada y devuelta a su padre, Maximiliano, sin que el matrimonio hubiese sido consumado. Es entonces cuando desde Castilla se la reclama para ser desposada por el príncipe D. Juan.
La boda se celebró por poderes en Malinas y en marzo de 1497 Margarita embarcó hacía su nuevo destino. La travesía fue terrible, se desató una gran tormenta y a punto estuvieron de zozobrar pero finalmente arribaron a puerto y el 4 de abril se celebraba la ceremonia nupcial en Burgos, con toda la pompa y el boato que la ocasión exigía y oficiada por el Cardenal Cisneros.
D. Juan tenía diecinueve años y dos menos su prometida y, según nos cuentan los cronistas, ambos quedaron gratamente impresionados cuando se conocieron. Y no parece que el Príncipe de Asturias fuera el único que quedó impresionado por la belleza de Margarita. Pedro Mártir de Anglería en carta al Cardenal de Santa Cruz escribe: "Si la vieras, te harías la idea de que estabas contemplando a la misma Venus".
Margarita de Austria, Princesa de Asturias - Anonimo. The Metropolitan Museum
Se trasladaron a la residencia del Príncipe en Almazán y allí daría comienzo la leyenda. Según nos dice José Ignacio de Arana: "el encuentro amoroso fue explosivo y los jóvenes no se dieron descanso durante varios días. Los criados dejaban discretamente los alimentos en la puerta de la alcoba principesca".
A los tres meses, todos los que rodeaban al Príncipe se dan cuenta de su palidez y de que "se iba quedando chupado y con gran tristeza en el porte". Nadie de sus más cercanos ocultaba su preocupación por la salud de D. Juan y todos concluían que el progresivo debilitamiento del príncipe era debido al exceso de actividad sexual por lo que, para evitar que "se le reblandeciesen las médulas" o incluso que su vida corriese peligro, recomendaron a la Reina Isabel que separase a los esposos a fin de dar tiempo al Príncipe para restablecerse. Pero, la respuesta de la Reina fue contundente: "no es conveniente que los hombres separen a quienes Dios unió con el vínculo conyugal".
Acompañaban los Príncipes de Asturias a los Reyes Católicos que se dirigían a Extremadura , cuando a D. Juan le sobrevienen unas virulentas fiebres. Se acuerda entonces que los príncipes queden en Salamanca al cuidado del antiguo preceptor del príncipe, D. Diego de Deza. Pero D. Juan se debilitaba por días, a pesar de los zumos, los jugos de tortuga y cuantos remedios le proporcionaban los médicos.
Pocos días después D. Diego de Deza envía carta a los Reyes, que se hallaban ya en Extremadura, advirtiéndoles en ella de la gravedad del Príncipe. D. Fernando oculta a Isabel la mala noticia y parte hacia Salamanca. Encuentra a D. Juan consciente pero extremadamente grave, intenta animarlo diciéndole "que no desfallezca y le recuerda que la esperanza de vivir ha traído la salud a muchos enfermos". Finalmente se produce la muerte del Príncipe , probablemente, el 4 de octubre de 1497. Tenía diecinueve años y llevaba casado apenas seis meses.
La causa de la muerte se desconoce, en aquellos años se dijo que D. Juan había muerto "de amor " y que el fallecimiento se había producido como consecuencia de un exceso de actividad sexual y de tener un cuerpo débil y enfermizo. Según el Dr Gargantilla :"la causa del fallecimiento habría que buscarla , probablemente, en una enfermedad infecciosa, quizás una tuberculosis". No lo sabemos.
Amortajado con el hábito de San Francisco fue enterrado en el Real Monasterio de Santo Tomás de Avila.
Buen apetito tenía Margarita. Y el cónyuge no se quedaba atrás.
ResponderEliminarEn todo caso, qué mala estrella tuvieron todos los hijos de los Reyes Católicos. O vivieron poco o fueron infelices en sus relaciones de pareja.
Un saludo.
No tuvieron suerte los hijos de los Reyes Católicos. Era difícil ser feliz en esos matrimonios de estado.
EliminarSaludos Cayetano
Fueron desgraciados por sus muertes tempranas, pero en general todos encontraron el amor, más o menos corto, que es el problema. Isabel amó profundamente a su primer esposo y fué un sacrificio tremendo casarse con Manuel I de portugal, y murió al dar a luz a su hijo. Catalina amó al gordo enfermo de Enrique VIII y fué una infanta dignísima con primcipios y por eso pasó a la historia(y este parece que también mientras fueron más jóvenes...luego ya sabemos lo que pasó)y su locura también influyo bastante.
EliminarJuan con Margarita, fué un amor a primera vista... y qué poquito duró por la muerte de Juan, que era el príncipe perfecto. Una pena tremenda que obligó a Juana a alcanzar el trono con su manipulador marido al que amaba con obsesión. Lo único bueno que le pasó a Españaa es que Felipe muriera, pero esa fué lo que provocó la total inmersión de Juana en su locura. Y María tuvo un matrimonio feliz con Manuel I... aunque también murió demasiado pronto. La tristeza de los RRCC fué enterrar a todos sus hijos y ver como la única sana físicament, se convertía en reina, pero con las mismas taras de su abuela, Isabel de Portugal
hola Ambar, me puedes indicar por favor el nombre autor y fecha de creación del primer cuadro de Juan da Aragón por favor?
EliminarYa nació el pobre con mala suerte, pero se consiguió al menos que llegase a conocer el amor, y que fuese bien amado, que en aquellos tiempos de matrimonios de conveniencia raro era.
ResponderEliminarY es que con tantas ganas de no mezclar las sangres nacían y morían rápido, una pena que todo fuese así de negro en la corte. Una historia que he recordado de uno de los capítulos que echaron en la televisión en la serie de Isabel. Muy bonita historia. Un abrazo.
D. Juan al menos conoció el amor eso, en aquellos tiempos, no era frecuente. Una pena que durara tan poco.
EliminarBesos Lola
Ay! puras tragedias... menos mal que como dice Lola, el matrimonio arreglado le salió bien!!!
ResponderEliminarun abrazo =)))
Si, es verdad. Algo le tenía que salir bien.
EliminarBesos Liliana
Me encanta aprender, lastima que tenga memoria de pez. Algún pasaje que has relatado me ha recordado a la serie Isabel. Un besin
ResponderEliminarMuchos somos los que tenemos memoria de pez. Leer es un buen ejercicio para no perderla del todo.
EliminarBesos y suerte
Como soy una romántica, me encantaría que todas las historias tuviesen un final feliz.
ResponderEliminarSabía de la poca salud que siempre ha demostrado el príncipe Juan a lo largo de su corta vida y de la gran preocupación de sus padres por lograr algún remedio eficaz.
Lo que si desconocía es que, en aquél tiempo, se utilizasen las tortugas como remedio ¡menos mal que la medicina ha avanzado bastante! seguramente hoy en día, se supiese con certeza el mal que le aquejaba y que le llevó a morir tan joven.
Abrazos.
kasioles
Ya ves, la carne de tortuga era considerada una de las más nutritivas. Como tu dices menos mal que hemos avanzado.
EliminarBesos Kasioles
Tuberculosis; parece claro.
EliminarHola Ambar: Yo también pensé en tuberculosis en el Principe. Muy probalble que tuviese el aspecto tísico característico.
ResponderEliminarAl menos, en sus últimos días estuvo feliz.
Besos
Por los síntomas que cuentan los cronistas era la patología que más se ajustaba al cuadro.
EliminarBesos Manuel
Pobres príncipes y princesas casados por intereses reales. menos mal que alguna vez salía bien la cosa...
ResponderEliminarEl príncipe Juan, murió muy joven. Vivió enfermo desde su nacimiento y apenas pudo disfrutar de la vida.
Siempre es un placer, Ambar, visitarte.
Gracias por el comentario Maripaz.
EliminarBesos
La muerte de Don Juan quedo marcada en la memoria de todos, sobre todo de Carlos el emperador y sus descendientes mucho tuvo que marcar a Isabel que muriera tan joven su único hijo. Mala estrella tuvieron como dice Cayetano. Un abrazo Ambar.
ResponderEliminarTuvo que ser duro para Dª Isabel, había luchado mucho por sus reinos y D. Juan era el único varón.
EliminarBesos Leonor
Débil fue de pequeño y de mayor la salud tampoco le acompañó, lastima que muriese tan joven después de haber podido hacer un enlace matrimonial de agrado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Podría haber sido feliz con Dª Margarita, ella además de hecerle feliz hubiese sido una buena reina.
EliminarBesos
Muy interesante tu relato, nuestra historia, triste pero real. Un beso.
ResponderEliminarGracias Mara.
EliminarBesos
Como siempre, yo me pregunto qué hubiera sido de estos reinos de haber vivido el príncipe Juan y de haber dejado descendencia.
ResponderEliminarSaludos.
La Historia habría sido distinta, eso seguro.
EliminarSaludos dissortat
Hola Ambar, paso un minuto a empaparme de ésta interesante historia de D. Juan Príncipe de Asturias. Que por cierto desconocía. Y me ha gustado leerla. Que tristeza no haber medicamento! Y que tardó algunos siglos en haberlos. Yo acordé a morir mucha gente de tuberculosis o cualquier otras enfermedades, por no haber con que curarlas, algunas con suerte se curaban así, con remedios caseros. Ha sido un placer, amiga.
ResponderEliminarTambién te dejo un fuerte abrazo, mi gratitud y mi estima siempre.
Se muy muy feliz.
Gracias Marina. Lo que es un placer es que pases por este blog.
EliminarBesos
Acabo de ler mais um magnífico trabalho seu, com "D. Juan de Aragón y Castilla, Príncipe de Asturias”, que estimulou a ler mais sobre essa fase da História.
ResponderEliminarParabéns, Ambar.
Abraços.
Gracias Pedro. Un abrazo
EliminarÁmbar, un relato muy interesante. Es una pena la muerte de don D. Juan, a tan temprana edad. Me nos mal que el tiempo que vivió, su corazón estaba lleno de amor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegra que te haya resultado interesante.
EliminarUn beso Cristina
Una interesante exposición de esa historia de D. Juan de Aragon y Castilla.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Helio. Un abrazo
EliminarMala suerte. Corta su historia de amor.
ResponderEliminarAunque algo conocía, tu escrito me ha enseñado mucho.
Un beso. Feliz fin de semana,
Tuvo mala suerte, él, su esposa y sus padres.
EliminarBesos Amalia
Hola Ambar, muchas gracias por tu comentario. Me quedo por aquí leyendo estas preciosas historias que son muy interesantes. Me gusta esta combinación de medicina e historia, además, profesionalmente estoy en el ámbito sanitario así que me encanta haberte conocido.
ResponderEliminarUn beso
Encantada de que pases por aqui. Nos iremos visitando.
EliminarBesos
Ámbar Siempre es un placer pasar por su blog Saludos
ResponderEliminarGracias José Ramón. Saludos
EliminarTus relatos de historia cumplen con el "deleitar aprovechando" que preconizaba Horacio.
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias por el comentario.
EliminarBesos
Me ha gustado leerte
ResponderEliminarHacia años ue no miraba la hisstoria
un placer conocer tus letras
Muchas gracias por tu visita.
EliminarSaludos
Por lo menos tuvieron Juan Y Margarita medio año
ResponderEliminarde felicidad. Siempre es triste cuando se muere tan joven.
Besos y muchas gracias por tus felicitaciones
en casa por mi cuarta nieta.
PD- Que buena la serie primero de Isabel La Católica
ResponderEliminary luego, la de Carlos I, Carlos V.
Que buenos actores hay en España.
las disfruté a ambas mucho.
Tu nieta es preciosa y además los nacimientos siempre son una gran alegría. Me sentí contenta por ti.
EliminarTambién a mi me gustaron las dos series, están bien ambientadas, el vestuario es espléndido y la interpretación magnífica.
Besos Myriam
Gracias, Ambar! Besos
EliminarUna corta vida y sin descendencia que dejo el paso libre a su hermana Juana en el trono, tampoco muy afortunada ella.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dejó el paso libre a su hermana Juana y como consecuencia a los Austrias.
EliminarAbrazos dlt
Dudo mucho que la causa de la muerte de D. Juan fuera por exceso de actividad sexual. Parece que los cronistas nunca encontraron equilibrio en las alcobas reales, siempre hablan de excesos o carencias. Quien sí parece que murió "de amor" fue su hermana Juana, sin embargo tampoco esa muerte fue el resultado de una frenética actividad sexual con su esposo, a pesar de lo mucho que ella lo deseaba.
ResponderEliminarEs un placer leerte, Ambar. Un abrazo.
Debía ser muy molesto tener un "paparazzi" en la puerta haciendo guardia para contarle al cronista de turno cuántas veces había visitado el esposo a la esposa. Imagino que la percepción del exceso o la carencia de actividad sexual dependería de lo que entendieran como tal el "paparazzi" y el cronista. Gracias por el comentario.
EliminarUn beso
Una historia que desconocía.Gracias por contarla de una manera clara y sencilla;es un placer leerte.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias a ti por leerla.
EliminarUn beso
La leyenda hizo morir de amor al heredero varón de los Reyes Católicos... ¡qué muerte tan perfecta y sin embargo tan poco creíble! Es posible que el príncipe tuviera alguna afección desconocida que le llevase a la tumba precisamente al poco de casarse. En todo caso, dejó sumidos a su esposa y a sus padres en un dolor del que difícilmente se puede salir, se sea de sangre real o no.
ResponderEliminarUn beso
Los dejo a todos, padres y esposa desconsolados. La pobre Margarita que, tras ser repudiada por su primer esposo, parecía que había encontrado el amor y... tan solo le duró seis meses.
EliminarBesos Carmen
Paso a dejarte un fuerte abrazo y desearte lo mejor del mundo.
ResponderEliminarBesiños.
Gracias Marina
EliminarNos has traído una lección magistral de nuestra historia Ambar, muchas cosas las conocía de haber leído algún libro y visto las series que en televisión nos han puesto de Isabel y Fernando, pero con tu entrada he adquirido aún más conocimiento. Gracias por compartir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Venía para agradecer tus letras y, de paso, saber si habías publicado algo nuevo.
ResponderEliminarComo ya veo que no, no me importa volver a leer esta entrada, siempre me quedaré con algo más en mi memoria.
Cariños en el corazón.
kasioles
Gracias kasioles
EliminarLa historia me encanta.
ResponderEliminarLos matrimonios padtados por el estado de la realeza no suelen tener la suerte o resultado de lafelicidad amorosa.
Que habría ocurrido si el príncipe hubiera sido fuerte de salud, nunca lo sabremos.
Al menos fueron felices todos esos meses.
Un abrazo.
Ambar
No sabemos lo que habría ocurrido en la Historia de España si D. Juan hubiera sido un hombre sano y fuerte. Nos podemos imaginar que habría tenido un feliz matrimonio a juzgar por lo que fueron los primeros seis meses del mismo.
EliminarBesos
Histórias de uma História fantástica dos nossos povos!
ResponderEliminarObrigada pela visita
Muchas gracias por el comentario.
EliminarSaludos
Una historia muy bonita, en este caso el matrimonio acordado por otros sin pensar en los sentimientos de los contrayentes salió bien, lo malo es que duró poco, y queda para la historia el saber si realmente murió de amor, que sería preciosos, o de una enfermedad común.
ResponderEliminarSiempre es interesante leer parte de nuestra historia y leyendo tus entradas Ambar la cosa está asegurada.
Besos.
Puri
Murió de una enfermedad común, la duda está en el diagnóstico. Lo de "morir de amor" es muy romántico pero poco real.
EliminarGracias por el comentario. Un beso Puri
Paso a dejarte un abrazo y desearte un muy feliz fin de semana, mi querida Ambar.
ResponderEliminarbesiños.
Gracias Marina
EliminarUn placer leerte Ambar!
ResponderEliminarQué linda reacción tuvieron ambos en su primer encuentro, hubo química y pasión...
Lástima que desde tan temprana edad tuviera tantos problemas de salud y muriera tan joven. Al menos conoció la mejor medicina para sus dolencias: El amor.
Besos desde Singapur
Tuvo la suerte de que el casaran con alguien de su agrado ( cosa poco habitual en aquellos años) y por lo tanto de enamorarse. Lastima que durase tan poco.
EliminarBesos
Hola Ambar: he descubierto tu blog hace poco y veo que es sumamente interesante. Analizas con mucho rigor las figuras históricas, pero con un estilo muy ameno y atractivo. En esta entrada, por ejemplo, he descubierto varias cosas que no conocía respecto al Príncipe Don Juan, un personaje que ha pasado un poco desapercibido en nuestra Historia. Pasaré por aquí asiduamente y sin duda, aprenderé muchísimo. Gracias por seguir mi blog y por tus comentarios. Un saludo
ResponderEliminarSiempre serás bienvenido. Gracias por el comentario.Saludos
EliminarHay que ver lo interesante que es nuestra Historia y lo olvidada que la tenemos. Parece que ahora, con algunas series de televisión, hay cierto interés por recuperarla. Lo cierto es que hay material para rato...
ResponderEliminarCreo que las series de televisión pueden ayudar mucho a despertar el interés por nuestra historia y eso, siempre es bueno.
ResponderEliminarSaludos Tawaki
Creo que las series de televisión pueden ayudar mucho a despertar el interés por nuestra historia y eso, siempre es bueno.
ResponderEliminarSaludos Tawaki
Hola, desde Brasil a leer su blog. Me encanta muchíssimo la historia española y la de los Reyes Católicos. También romantica, me gusta la serie Isabel, pués que todo nos parece tan hermoso, hombres valientes...Como no amar a Isabel y Fernando??? Sin duda, la serie despierta el interés! Así, pudo descobrir otras series, modernas, (El Tiempo entre Costuras, Las Chicas del Cable y la invencible Casa de Papel) mas que dicen a que viene España. Perfectas! Saludos a todos!
ResponderEliminarExcelente Don Juan y Doña Margarita, ya advertía el Emperador de los excesos de sus tíos ( amos lo eran) a su joven hijo Felipe !!!! . Gracias por llevarnos de la mano como en una película por la historia fascinante de nuestra amada España.
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