Leonor de Guzmán
Nació en Sevilla en 1310 y pertenecía a una de las familias más importantes y de mayor linaje de Castilla, los Guzmán, estando emparentada además con los más grandes de la nobleza. Sus padres , Pedro Núñez de Guzmán y Juana Ponce de León, le procuraron un buen matrimonio, como correspondía a una dama de su calidad y la desposaron cuando sólo contaba quince años con Juan Velasco. El matrimonio duró muy poco y no tuvo descendencia. Tres años después de la boda, Leonor quedaba viuda y con un importante patrimonio rústico y urbano.
Tras la campaña de Olvera, ocurrida en 1327, Leonor de Guzmán "en fermosura la más apuesta muger que auie en el reyno " según la Crónica de Alfonso XI , conoce al Rey. Parece ser que el amor de Alfonso XI por Leonor surge de inmediato y a partir de ese momento Dª Leonor pasará a formar parte del círculo más intimo del monarca y su prestigio entre la nobleza irá en aumento.
En aquellos años el amor y el matrimonio difícilmente iban unidos. Los matrimonios de la realeza tenían como objetivo afianzar las alianzas entre países y así sucedió en el caso de Alfonso XI. Convenía a Castilla una alianza matrimonial con Portugal, razón por la cual en 1328, el rey castellano toma por esposa a María de Portugal.
No consideraba Alfonso que el matrimonio que había contraído fuera razón suficiente para dejar a su bella amante y a los hijos que ya había empezado a tener de ella. Mantuvo ambas familias con completa naturalidad, sin esconder la relación, más bien al contrario. Dª María, como esposa legítima, permanecía junto al rey en aquellos actos oficiales que así lo requerían pero, era Leonor quien estaba constantemente a su lado. Ninguna otra figura de su tiempo adquirió una influencia y un relieve tan importante como el conseguido por la hermosa viuda sevillana sobre el rey de Castilla.
Alfonso XI
Leonor era además de bella muy inteligente y estas cualidades le permitían aconsejar al rey Alfonso tanto en política interna como externa. En la gran Crónica de Alfonso XI se pone de manifiesto"el rey fiaua mucho della ca todas las cosas que se avien de faser en el Reyno, todas pasaban sabiéndolo ella y no de otra manera, por la fiança que el rey ponía en ella". Dejando constancia, por tanto estos escritos, de la gran influencia que Leonor tenía sobre D. Alfonso.
María de Portugal se veía relegada a ser simplemente la "consorte". Había cumplido con su cometido y tras tres años de matrimonio había conseguido realizar la misión que de ella se esperaba: dar un heredero a la corona, el Infante Pedro, al que pasados los años se le apodaría el Cruel. A pesar de ser la madre del heredero a la Corona, María vivía recluida junto al infante en el monasterio sevillano de San Clemente, mientras Leonor vivía con el Rey.
A tenor de los hechos, es seguro afirmar que Alfonso XI amaba a Leonor con autentica pasión. No ha quedado reflejado en los escritos si el amor de la "Favorita" era igualmente apasionado. De lo que no cabe duda es de que le era leal y fiel y de que le acompañaba constantemente, aunque para ello tuviera que desplazarse a los mismos campos de batalla.
Leonor era una mujer prolífica y le dio al monarca diez hijos. Con cada nacimiento e incluso sin nacimientos que lo justificaran, el Rey le hacía donaciones de villas y lugares diseminados por todo el Reino. Pero no solamente ella era la beneficiaria de la generosidad de Alfonso XI, también los hijos bastardos habidos en esta relación recibieron del monarca apoyo económico y un reconocimiento social que los equiparaba al hijo legítimo, D. Pedro. Que duda cabe que el odio de Pedro hacia sus hermanos tenía que producirse, era un muchacho alejado de su padre, cautivo en un convento y educado y adoctrinado por una madre llena de rencor.
María de Portugal
Con tantas donaciones – algunas de ellas ni siquiera eran del rey, sino de personajes deseosos de congraciarse con la corona – Leonor se convirtió en una gran señora feudal que disfrutaba de todos los privilegios que esa posición le otorgaba. Los vasallos de los lugares que poseía contribuían con las cargas y tributos habituales a que la "Favorita" mantuviera esa posición de privilegio. Se podía decir que Leonor de Guzmán era "la reina y señora"de Castilla. Su posición que ya era prominente por cuna( pertenecía a la familia de los Ponce de León y era descendiente de Guzmán el Bueno), ahora también lo era por patrimonio. Se había convertido por lo tanto en todo un personaje con enorme influencia en el Reino.
Era la reina de "hecho" aunque no lo fuera de "derecho", se comportaba como una reina y como tal recibía honores. Permanecía al lado de D. Alfonso compartiendo lecho, confidencias y tiendas de campaña en las batallas del rey. Y seguía acumulando más villas y más derechos sobre más lugares. Esta obsesión suya por llegar a tener un patrimonio cada vez mayor estaba justificada por la enorme preocupación que tenía por el porvenir de sus hijos. Era consciente de que, a pesar de que el Rey les había concedido puestos relevantes, el día que éste muriera y se proclamará rey su heredero legítimo, la suerte de sus hijos cambiaría. Por ello pensaba, no sin razón, que un gran patrimonio sería lo mejor con lo que podrían contar.
La vida de Leonor da un vuelco inesperado en 1350. El rey Alfonso que se encontraba librando la batalla en el sitio de Gibraltar, cae enfermo muriendo a los pocos días.
En el momento de su muerte el rey tenía 42 años. Dejaba un hijo legítimo, el Infante Pedro, una reina viuda, María de Portugal, una amante, Leonor de Guzmán y diez bastardos habidos en los veinte años de relación con ella.
María de Portugal, señora de Talavera y reina consorte de Castilla había tenido veinte años para alimentar rencores, para ir amasando su odio y para rodearse de una camarilla de fieles que también menospreciaban a la "Favorita", así que, probablemente, desde el mismo momento en que muere el rey Alfonso se empieza a gestar la muerte de Leonor.
El cuerpo de Alfonso XI es conducido desde Gibraltar hacía Sevilla, donde esperan la Reina, María de Portugal, y el Infante Pedro. A su paso por Medina Sidonia, Leonor abandona la comitiva y se refugia en esta villa. El Infante es proclamado rey y se convierte en Pedro I.
Leonor está atemorizada, tanto, que incluso piensa en abandonar Castilla y escribe al rey de Aragón solicitando ayuda, El aragonés se limita a darle respuesta mediante una carta en la que trazaba una semblanza del rey Alfonso y recomendaba a Leonor que buscara consuelo en Dios.
Alcazar de Sevilla siglo XIV ( reconstruccion virtual)
Leonor había sido recluida en el Alcázar de Sevilla y llevada después a Carmona, allí permanecería hasta que María de Portugal decidió sacarla e incorporarla a su séquito, paseándola por todas partes, intentando demostrar de este modo que estaba a su merced, para verla así humillada hasta que llegaron a Talavera. El alcázar de esta ciudad, que pertenecía a la reina viuda, sería la última prisión de Leonor de Guzmán.
No permanecería en ella mucho tiempo. Según Victor Gebhardt, María de Portugal envió al alcázar a su escudero, Alfonso Fernández de Olmedo, con orden de asesinar a la "Favorita", ejecutándola éste al momento de su llegada. Según Bueno Domínguez "Atada a un poste a pleno sol y con una cuerda que rodeaba su cuello sujeto a la nuca con una cruceta" murió Leonor de Guzmán.
En cuanto a su inhumación la opinión de los historiadores es controvertida. Algunos como López Tejada dicen que está enterrada en la capilla de San Juan Bautista del alcázar de Talavera. Angel Ballestero dice por el contrario, que fue enterrada en la Colegial. En cualquier caso no son más que opiniones, tan sólo una prueba de ADN contrastada con otra realizada a alguno de sus hijos podría sacarnos de dudas respecto al lugar donde permanecen los restos mortales de esta inteligente mujer que siendo tan sólo la amante de un rey, logró ser la madre de otro y dar inicio a una dinastía : Los Trástamara.
Hace pocos días leía un articulo en un periódico digital sobre Pedro I y curiosamente me encuentro ahora con la amante de su padre, vamos que todo queda en familia. Un buen relato de la vida de Leonor amante hasta el ultimo momento y de la esposa relegada a un segundo plano. Espero y espero hasta que pudo devolverlas todas, la cosa es que ahi no acaba la historia pq los descendientes de ambas siguieron peleando matando y luchando por el poder. un buen finde Ambar.
ResponderEliminarPuedo comprender a Leonor de Guzmán, puedo llegar a entender a María de Portugal pero a Alfonso XI ni le entiendo ni le comprendo. Seguramente podría haber hecho mejor las cosas.
EliminarUna historia impresionante de intrigas y pasiones,es un lujo leerte,un abrazo
ResponderEliminarUn autentico folletín. Un abrazo.
EliminarMaravillosa historia. Ese hijo legítimo y esos diez hijos ilegítimos dan para una culebrón de enredos y envidias. En fín, todos sabemos que en la monarquía una cosa es el matrimonio y otra el amor, desde entonces y hasta el s.XXI.
ResponderEliminarY fue todo un culebrón. Ambiciones, envidias, asesinatos...no faltó de nada.
EliminarNo obstante debió de ser duro para María de Portugal verse al margen de Alfonso XI no tan solo por tenerla como su favorita y querida sino que ella era su consejera.
ResponderEliminarBonito relato también el de hoy.
Un abrazo.
No creo que María de Portugal sintiera ningún amor hacia su esposo pero lógicamente merecía un respeto y un trato digno. Castilla y los reinos vecinos conocían el ninguneo al que estaba sometida. No sería nada fácil asumir, sin rencor, esa situación
EliminarUn beso
Tremenda venganza la de la reina consorte. El lío está servido con tanto descendiente.
ResponderEliminarY de este terrible enredo saldrá, por vía de los Trastámara, Isabel, la futura reina de Castilla.
Un saludo.
En efecto, Isabel la Catolica era descendiente de Leonor de Guzmán.
EliminarSaludos Cayetano
Hola Ambar:
ResponderEliminarMucha descendencia...Mucha intrigas...Vengo de una familia muy grande (mi familia materna son 11 hermanos) así que conozco algo de esto. Algunos olvidan que fueron hijos de la misma madre...
Besos
Imagina lo que puede ocurrir cuando ni siquiera son hijos de la misma madre. Muchas intrigas, muchos enredos.
EliminarBesos Manuel
Totalmente a favor de María de Portugal y sin duda su venganza me parece totalmente justa en aquella época. Nunca he sido partidario de los Trastámara, así que ya puedes imaginar lo que pienso de toda esta historia.
ResponderEliminar¡Salud!
Es que a Leonor, mientras vivió el Rey, todo le salia bien. Era guapa, era noble, era fértil, era inteligente y fue haciéndose cada vez más rica. Por el contrario María de Portugal era feucha, sin gracia, le costaba procrear y vivía recluida. Una la esposa legítima, la otra la concubina....Imagino lo que piensas de esta historia.
EliminarSaludos dissortat
Hola Ámbar, no tomo partido por ninguna de las dos mujeres, entiendo las razones que asistían a cada una, y no dudo que la protagonista fuera ambiciosa, pero me desagrada su ejecución, como tantas habidas con o sin razón. También creo que reconocer a los hijos ilegítimos es un deber, llevaban la sangre real de su progenitor y no hablo de derecho a sucesión, pero sí, a dar el apellido y la herencia que corresponda, de no ser así, es una injusticia hablar de hijos de primera e hijos de segunda, de los que tantos ha habido en la historia.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Un abrazo y buen fin de semana.
Si de algo no se puede acusar a D. Alfonso es de no haber cuidado de sus hijos ilegítimos. Se alegraba con cada nacimiento, les procuraba títulos y prebendas y tenía más contacto con ellos que con su heredero legítimo.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Besos
Es que veinte años relegada, diez hijos con la amante, son mucha humillación para una reina, que veía las ambiciones de la otra.
ResponderEliminarDefinitivamente el rey, es verdad, no vio o no quiso ver, seguramente esto último, el conflicto que creaba.
Un saludo.
Veinte años de humillaciones son demasiado y si además éstas son públicas y notorias, peor. D. Alfonso era rey desde que tenía un año probablemente nadie le había dicho aquello de " niño eso no se hace, eso no se dice, eso no se toca". Debía pensar sencillamente que si lo hacía él, todo estaba bien.
EliminarSaludos
Terrible desenlace para Leonor, que ama al Rey en unos tiempos que por razones varias el matrimonio era un convenio.
ResponderEliminarNo puedo decir que la Reina fuera engañada, por tanto podría haber seguido siendo Reina y Señora, sin dar ese final a Leonor ya excluída de la corte y mantenerla al margen hubiera sido suficiente, los hijos causas inocentes de las circunstancias merecen el apellido del padre, ya el legítimo es el sucesor.
El odio y el rencor son malos consejeros y muy facilmente se alimentan y crecen.
Muy interesante me ha gustado.
Un abrazo.
Ambar
Es posible que la Reina no fuera engañada, también es muy posible que las infidelidades de su esposo no le importaran. Lo que parece seguro, a tenor de los acontecimientos, es que se sintió humillada y además Leonor era muy poderosa y muy rica y tenía muchos hijos....Nada justifica el asesinato, pero eran tiempos en los que muchas rivalidades se zanjaban así.
EliminarMe alegra que te haya gustado
Un abrazo
Alfonso XI fue un monarca, sin duda, de cierta importancia en la propia formación del estado moderno. La instauración de la fitura de los corregidores y de los regimientos municipales, entre otras aportaciones.
ResponderEliminarSaludos.
Nombró regidores municipales en las principales ciudades del Reino, como usted bien dice, aunque no fue la única de sus aportaciones a la modernización del estado. También fue un buen guerrero.
EliminarSaludos
María de Portugal fue una asesina pero realmente es que había sido una mujer despreciada durante veinte años con lo que eso conlleva. Curiosamente, a la que destroza el matrimonio la compadecemos y ensalzamos mayormente sus habilidades para engatusar al rey. Así se escribe la historia.
ResponderEliminarUna buenísima historia como todas las tuyas. Un saludo.
Lo que a mi me resulta curioso es que nadie centre su atención en la figura de Alfonso XI. Podría haber mantenido sus amores con " La Favorita" en un discreto segundo plano.
EliminarUn saludo
Duro papel el de María de Portugal al ver la pleitesía de la corte hacia la favorita de su marido, Leonor de Guzmán. En un casamiento de estado no se buscaba el amor, sino los intereses políticos y era habitual que los reyes tuvierna amantes, que eran flor de un día y no estables, fructíferos y públicos como el de Alfonso XI.
ResponderEliminarLa muerte de doña Leonor fue terrible, aunque la venganza de su hijo mayor para con el hijo de doña María prolongó la guerra entre las dos damas.
Un beso
Esa venganza propició un reguero de sangre y un cambio de linaje en la monarquía castellana.
ResponderEliminarUn beso Carmen
Increíble. En aquella época, aunque fuera un rey, cuesta imaginar que pudiera vivir de esa manera, con una mujer legítima apartada de la corte y la favorita ejerciendo de mujer oficial. Ahora se entiende lo que vendría después con las continuas guerras entre hermanastros.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sembró el odio, probablemente sin enterarse de que lo hacia.
EliminarUn abrazo
Me encanta profundizar en esos personajes que "visto". Un descubrimiento tu blog.
ResponderEliminarSaludos,
Consuelo
Gracias Consuelo.
EliminarSaludos
En verdad que es un buen enganche el que tengo con tu blog.
ResponderEliminarQue interesantes historias todas verídicas y que poco tienen que ver con lo que siempre nos han contado, o al menos yo no sabía gran cantidad de las cosas que aquí escribes que son para mí un bonito hallazgo.
La historia de España está plagada de estrategias para llegar al poder, da igual que fuesen hermanos, los asesinatos era la mejor forma de llegar a reinar, y así en nuestra historia hay tanta sangre y tantas envidias. Una vez más quedo encantada con tu entrada. Un beso.