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martes, 2 de abril de 2013

Mariana de Austria



Mariana de Austria - Diego Velázquez - Museo del Prado


El 24 de diciembre de 1634 nacía en Viena esta princesa hija del emperador Fernando III y de la Infanta española Dª María. Era pues, sobrina carnal del rey de España, Felipe IV. 

Felipe tenía 41 años y era ya viudo cuando en 1646 muere el príncipe Baltasar Carlos, su único y legitimo hijo varón - puesto que tenía otros muchos no legítimos - y por lo tanto el que estaba destinado a ocupar el trono. Considera entonces el rey que es el momento de buscar esposa y dar a España un nuevo heredero y como era habitual en los Austrias, se fija en su sobrina Mariana. El embajador español en Viena, D. Diego de Aragón,  realiza las gestiones matrimoniales y mediante procuradores se realiza la boda en Viena en noviembre de 1648. La ya reina de España llegó a su nuevo país por el puerto de Denia, Alicante, durante el mes de agosto del siguiente año pero no se encontró con su esposo hasta el mes de octubre en Naválcarnero, donde se celebró la misa de velaciones. 

Mariana era pálida tenía la nariz larga y los labios gruesos, no era por tanto una belleza según los cánones de la época, pero tenía 15 años y su rijoso esposo 44 por lo que, seguramente, a Felipe le agradó su esposa. No le ocurrió lo mismo a Mariana que se encontró con un hombre feo, artrítico y envejecido seguramente por la vida licenciosa que había llevado y con el que tenía la obligación de procurar dar hijos a la corona. Tampoco le gustó el Alcázar madrileño ni la oscura corte española y su carácter parece ser que se tornó rígido y huraño.


Felipe IV - Diego Velázquez -Museo del Prado

Su primer alumbramiento se produjo en 1651, fue una niña, la infanta Margarita, y como es lógico su sexo produjo una gran decepción, Cuenta Florez que la reina tuvo un sobreparto muy penoso, "que sólo fue feliz para los médicos y las comadres que la atendían por lo mucho que recogieron en la asistencia" y sigue diciendo "después de una larga convalecencia se celebraron fiestas para aliviarla de una terca melancolía que la fatigaba". Así pues parece ser que Mariana además de un puerperio complicado sufrió una depresión postparto. No sería hasta cuatro años después, en 1655, cuando la reina dio a luz de nuevo a una infanta que tan sólo vivió trece días. Al año siguiente nacería una nueva niña que murió al nacer.

Las esperanzas renacen ante un nuevo embarazo de la reina. Esta vez los astrólogos habían vaticinado que tendría un hijo varón, y así fue. El 28 de noviembre de 1657 la reina alumbró un infante pero, escribe su médico "la reina fue oprimida por una epilepsia antes del parto y durante el mismo, tenía epistaxis y hemicráneas con vómitos, contracción del maxilar, rechinar de dientes y había perdido la voz por lo que hubo que sangrarla varias veces". Algunos médicos, como Fernández Ruiz han calificado este cuadro como una eclampsia por lo que las sangrías fueron altamente eficaces. Al recién nacido se le puso el nombre de Felipe Próspero pero, a pesar de su nombre, no prosperó en la vida este pobre niño que murió a los cuatro años a causa de una epilepsia y de otras enfermedades. Un año después del nacimiento de este infante nace otro hijo varón al que se pondrá el nombre de Fernando Tomas y que morirá a los diez meses.

Dª Mariana, como consecuencia quizá de estos infortunios, está cada día más insoportable, su carácter se ha ido agriando día tras día y su gesto es avinagrado, por su parte Felipe tiene ya 55 años ha engendrado más de cuarenta hijos si sumamos los bastardos y los legítimos y es de suponer que su naturaleza estaba ya un tanto exhausta para ciertos menesteres. Pero, si algo une a estos dos seres, es su deseo de dar un heredero a España.

Mariana de Austria - Frans Luycks - Museo del Prado

Dª Mariana está de nuevo embarazada y el domingo 6 de diciembre de 1661 y cuando se disponía a almorzar comienzan los dolores del parto. Se llama entonces a D. Gaspar Bravo, catedrático de Valladolid y médico de cámara que la había atendido en todos sus partos y que dadas las circunstancias en que éstos se desarrollaban era partidario de sangrar a la reina de modo preventivo. Además del Dr Bravo también se colocaron todas las reliquias que se pudieron reunir: tres espinas de la corona de Cristo, un trozo del manto de la Magdalena, un diente de San Pedro y otras muchas que según nos cuenta Balansó se esparcieron por su cama. Sea por lo que fuere, en esta ocasión parece ser que el parto fue sencillo y tan solo duró una hora desde su inicio hasta que nació el nuevo vástago, un infante al que se le impondrá el nombre de Carlos. Este desdichado niño que no parecía tener mucha vitalidad y que según descripciones de algunos embajadores era casi monstruoso, estaba destinado a ser rey de España ya que contra todo pronóstico sobrevivió.

El 17 de septiembre de 1665 muere D Felipe y este niño que todavía no ha cumplido los cuatro años accede al trono con el nombre de Carlos II. La reina Dª Mariana parece estar llena de dolor tras la muerte de su esposo, cosa que no deja de sorprender a algunos comentaristas ya que en los dieciséis años que llevaba en España no había mostrado el más mínimo interés en hacerse amar por su esposo ni por sus súbditos y siempre se mostró fría y distante. Quizá en un intento de mostrarse extremadamente virtuosa desde el momento en que queda viuda Mariana decide vestir para el resto de sus días un hábito monacal.

Mariana de Austria - Juan Carreño Miranda - Museo del Prado

Dª Mariana se manifiesta también como una pésima Regente, aparta a D. Juan José de Austria de su lado granjeándose su enemistad y se entrega políticamente a su confesor, un jesuita alemán, el padre Nithard al que nombra Consejero de estado, Ministro primer consejero de Despacho e Inquisidor general, convirtiéndole de este modo en el hombre más poderoso del Reino.

Cuando el Rey Carlos II cumple los 14 años entra en su mayoría de edad acabando la regencia de Dª Mariana. Según lo dispuesto en el testamento de Felipe IV para cuando llegara éste momento "a la Reina viuda se le hayan de dar trescientos mil ducados cada año para alimentos y si quisiese retirarse para vivir en alguna Ciudad de estos Reynos se le dará el gobierno de ella y de su tierra con su jurisdicción". Pero Mariana no esta por la labor de abandonar el Alcázar madrileño y tan sólo la influencia que D. Juan José de Austria ejerce sobre su hermanastro, el Rey, la obligarán a marchar. No obstante, en cuanto D. Juan José muere, se apresurará a volver a Madrid y continuará influyendo sobre su hijo.

En la última etapa de su vida Mariana tuvo un cáncer de mama que por pudor parece ser que ocultó a sus médicos durante mucho tiempo. El parte redactado el 5 de abril de 1696 por el protomedicato dice: "Hace seis días que su altísima majestad nos mostró un tumor que tiene en el pecho izquierdo de la magnitud y tamaño de una cabeza de recién nacido...el tumor produce dolores que impiden a Su Majestad conciliar el sueño. Se intenta su curación por el método preservativo y paliativo con anuencia del Venerable Real Colegio de médicos y Cirujanos". La familia real consulta al protomedicato imperial austriaco presidido por el Dr Leopold que corrobora el diagnostico. El diez de Mayo el médico Geleen señala "la Reina viuda está peor, tiene tos,  opresión en el pecho y fiebre". 

Dª Mariana de Austria fallece en Madrid en el palacio de Uceda el 16 de mayo de 1696 de un cáncer de mama con probable metástasis pulmonar.

Esta enterrada, al ser madre de rey, en el Panteón de Reyes del Monasterio de El Escorial.

Sarcófago de Dª Mariana de Austria - El Escorial

23 comentarios:

  1. Como siempre, interesantísimo artículo. No tenía conocimiento de todos los partos que sufrió doña Mariana, pero, lamentablemente, las reinas estaban para eso: traer herederos a la corona. Me han encantado dos cosas: la palabra "rijoso" y el retrato de Luycks, que no conocía y da una imagen de Mariana bastante alejada de la que estamos acostumbrados en los retratos de Velázquez.

    Saludos.

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    1. Creo que según la definición de "rijoso" que da la RAE la palabra se acopla bien a D Felipe. A mí también me gusta mucho el cuadro de Luycks´
      Saludos

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  2. Hola Ambar:

    Qué coste tenían entonces las coronas, me refiero al humano, aunque si esto le pasaba a la reina, como sería lo del pueblo. La eclampsia, en la actualidad es fácil combatirla, ya que se dispone de los medios necesarios para diagnosticarla en su inicio, seguramente ya la padecía durante la gestación. Una exposición impecable, es un placer leerte.

    Un beso.

    Moon.

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    1. No te quepa duda, hoy excepto en los países deprimidos a todas las gestantes se les controla la tensión arterial y se vigila estrechamente a la que presenta alguna posibilidad de poder llegar a sufrir eclampsia.
      Saludos Moon

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  3. Hace un par de años, leí sobre el cáncer de mama de la reina, por curiosidad. Acudía a un blog sobre Carlos II y escribí sobre el rey. Luego no hubo tiempo de escribir sobre la reina.

    Muy bueno.

    Saludos

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    1. Pasaré por tu blog para buscar esa entrada sobre Carlos II. Seguro que es interesante.
      Saludos

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    2. Hola Ambar

      Te dejo el link de Carlos II: http://docmanuel.blogspot.com.es/2010/11/el-hechizado-el-fin-de-una-dinastia.html

      Saludos

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  4. La peor dolencia que tuvo que sufrir Mariana de Austria es la de cargar con un hombre mucho mayor que ella, tío carnal y promiscuo empedernido. Y luego, recoger el fruto en forma de un heredero incapaz, feo y enfermizo. Una vida triste.
    Un saludo.

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    1. Creo que tienes razón un hombre 29 años mayor con el que estuvo obligada a mantener una relación casi incestuosa debió ser un enorme sufrimiento
      Saludos

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  5. La pobre! jovencita casándose con un viejo hombre y teniendo un mal parto, una depresión postparto e hijos muertos a los pocos tiempos, al final el heredero y por encima de todo el cáncer su vida no fue nada fácil dentro de todo lo que hubiese para disfrutar.
    Un abrazo

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    1. La vida de las reinas no suele ser un cuento de hadas, la mayoría de las veces su vida no tiene nada que envidiar
      Besos

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  6. Como Doc Manuel también participé en aquellas jornadas sobre Carlos II, el engendro que dicen nació de la última cópula del rey. Sobre el tumor de la reina, si no se exageró en el tamaño, como la cabeza de un recién nacido, debió ser algo insoportable para ella. Un fenomenal artículo, como es costumbre en usted. Un saludo.

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  7. Una vida de reina atroz llena de constantes partos con mal fin, la decadencia de la monarquía habsburgo estaba en su cenit.
    Saludos.

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  8. No parece que se haya exagerado en cuanto al tumor de la reina. Incluso hay descripciones de sus médicos que lo califican de mayor. Un dolor terrible en tiempos donde la analgesia era más bien pobre.
    Gracias por tu comentario
    Saludos

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  9. Como ya se ha dicho anteriormente, la vida de las reinas era un auténtico castigo físico y emocional. Traer hijos varones al mundo en un tiempo en el que la mayoría de las mujeres morían por infecciones en el postparto son palabras mayores, más si la herencia genética de los Habsburgo estaba tan desgastada por este gran libertino que fue el cuarto de los Felipes.

    Un artículo para enmarcar, querida amiga.

    Un saludo y perdón por el retraso.

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  10. La endogamia practicada por los Habsburgo condujo a esta degeneración que culmino con Carlos II.
    Gracias por vuestro comentario.
    Saludos

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  11. Solemnidad no les faltaba, a pesar de sus flaquezas y miserias.

    He aprendido mucho con su entrada.

    Saludos doña Ambar.

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    1. Me alegra mucho haber contribuido a que conozca un poco más las miserias de este personaje.
      Gracias por su comentario.
      Saludos

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  12. Hay historias que son verdaderos dramas personales. Impresiona la vida de esta Reina sin duda
    Que buena reseña Ámbar.
    Hace unos meses estuve de nuevo visitando el Monasterio y de paso la Cripta en dónde ya no dejan ni hacer una foto.
    Bss

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  13. Gracias por tu comentario Katy
    Besos

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  14. Querida Ambar, te felicito por este magnífico blog en que me cuentas ya como nueva seguidora; con esta entrada has trazado muy bien, con el ejemplo de esta reina desdichada, el triste papel de las mujeres de las familias reales usadas como moneda de cambio de pactos, alianzas, estrategias, al margen de sentimientos y pasiones personales.
    Mil saludos.

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