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viernes, 12 de marzo de 2021

Estefanía de Bélgica







Estefanía fue el tercer fruto de un matrimonio de conveniencia. Su madre, Enriqueta, era una Archiduquesa de Austria cuya vida discurrió feliz hasta que fue obligada a casarse con un ser demoniaco que acabaría convirtiéndose en uno de los mayores genocidas de la Historia : Leopoldo II.  
Nació en el Castillo Real de Laeken en 1864, un año antes de que su padre fuera coronado Rey. Como consecuencia del desgraciado matrimonio de sus padres su infancia fue también muy infeliz. Su padre, egoísta, cínico y cruel como era, menospreciaba a sus hijas por el simple hecho de ser mujeres y su madre, una mujer amargada y deprimida, fue la encargada de su educación que fue férrea en cuanto a las materias que se le impartieron. La muerte de su único hermano varón convirtió el gélido ambiente familiar en algo todavía más lúgubre.

El heredero al trono de Austria, el Kronprinz Rodolfo de Habsburgo, hijo del Emperador Francisco José y de la Emperatriz Isabel ( Sissi ) visitó Bélgica en 1880. El Emperador consideraba que Estefanía al ser hija de reyes y católica era una esposa conveniente y el matrimonio también convenía a Leopoldo II que deseaba el prestigio que pudiera otorgarle el emparentar con la principal rama de los Habsburgo. 

Rodolfo de Habsburgo


Estefanía dio gracias a Dios cuando vio a Rodolfo. Sus 16 años no pudieron resistirse a un príncipe tan guapo y con tan buenos modales y se enamoró de inmediato. Se daba la circunstancia de que su hermana mayor, ya casada, residía en Viena y Estefanía pensó que un mundo maravilloso se abría ante ella, un mundo de alegría y no de rencores y odios como aquel en el que ahora vivía. 

El compromiso se anunció de inmediato pero dada la inmadurez de la novia se decidió esperar un año para celebrar la boda. Durante este tiempo Estefanía mejorará su alemán, aprenderá húngaro y todo lo relativo al protocolo, nada sencillo, de la Corte austriaca. 

La boda se celebró en 1881 y cuando Estefanía llegó a la cosmopolita Viena con su aspecto infantil su figura nada grácil y su poca gracia en el vestir todas las mujeres del circulo del Kronprinz respiraron aliviadas. Rodolfo, aunque no estaba profundamente enamorado si sentía un especial interés en lograr que el matrimonio llegase a buen puerto e intentó conducir a su esposa hacia sus aficiones e intereses. El problema radicaba en que ambos eran diametralmente opuestos. En Rodolfo la genética materna de los Wittelsbach prevalecía y era, al igual que Sissi, hipersensible, nervioso y con tendencias depresivas Tenía grandes deseos de aprender y una enorme curiosidad por la cultura siendo sus ideas  profundamente liberales y anticlericales. Estefanía, por el contrario, era muy tradicional y conservadora. Las ideas anticlericales de Rodolfo la descomponían. 

No gozó la joven princesa de las simpatías de su suegra. La adorada Sissi se refería a ella como "esa gordita flamenca" o "el dromedario", pero a pesar de la falta de empatía con su nuera encontró en ella una manera de librarse de los compromisos a los que su rango la obligaba, y dejaba en manos de Estefanía inauguraciones, presidencias y todo tipo de actos públicos que ella detestaba. 


Estefanía y su hija Elizabeth


La pareja se había instalado en el palacio de Laxemburg y seria allí donde en 1883 nacería su primera hija, una niña a la que pondrían como nombre Elizabeth. Su nacimiento no había sido recibido con gran entusiasmo por no tratarse de un varón pero dada la juventud de la Princesa se esperaba que concibiese muchos hijos y en conseguirlo estaba la principesca pareja cuando, un año después,  Rodolfo enferma. El diagnostico es terrible, se trata de una enfermedad venérea. Los médicos examinan a Estefanía y la conclusión a la que llegan no puede ser peor, ha sido contagiada por su esposo y ha quedado estéril. 

Su matrimonio no era perfecto, ninguno había encontrado en el otro al compañero ideal pero, cuando esto sucede, Rodolfo decide no volver al lecho de su esposa al que, según parece, sólo visitaba con el fin de procrear. Estefanía por su parte siente una autentica aversión por ese Komprinz que la había dejado estéril. La idea del divorcio era impensable para la católica Corte de Viena y para la católica Princesa.

Estefanía se dedicaría por completo a ejercer su papel de Primera Dama y Rodolfo volvería a las correrías nocturnas de su época de soltería. Así, hablando tan solo de cara a la galería, realizaban las visitas protocolarias. En uno de esos viajes Estefanía conoce al conde Artur Potocki con quien se dice que inició una relación romántica que no paso del plano platónico.

En enero de 1889 la vida de Estefanía cambiará por completo. El día 30 Rodolfo y su amante María Vetsera son encontrados muertos en el pabellón de caza de Mayerling. Se especularía con la posibilidad de que fuera un asesinato de Estado o bien de que se tratara de un suicidio pactado entre los amantes. La carta que Rodolfo escribió a Estefanía y en la que decía "yo camino con calma a la muerte, lo único que puede salvar mi buen nombre" daría pie a la idea del suicidio. 

En el verano de 2015 la Biblioteca Nacional de Austria ha comunicado el descubrimiento de tres cartas de despedida que María Vetsera escribió a su familia antes de morir y que parecen confirmar que lo ocurrido en Mayerling fue un suicidio pactado entre los amantes. 

Estefanía y su segundo esposo.


Tras la muerte de su esposo a Estefanía le entra, al igual que a su suegra, la fiebre viajera. Deja a su pequeña hija bajo el cuidado de su abuelo Francisco José y se dedica a recorrer Europa. Así conocerá a Elemér Lónyay un conde húngaro con quien iniciará una relación que acabará en boda en 1900. El enlace le haría perder todos los títulos y privilegios que ostentaba en la Corte austriaca y la custodia de su hija que permanecería en Viena al cuidado de su abuelo. 

La pareja se establecería en el Castillo de Oroszvar en Eslovaquia y aquí tendrían una vida plácida salpicada por algunas situaciones negativas como el tener que reclamar junto a su hermana la herencia de su padre, Leopoldo II, o el tener que desheredar a su hija - con la que ya no mantenía ningún contacto - como consecuencia de la desaprobación que le produjo los intentos de divorcio de ésta. 

En 1935, Estefanía, publicaría sus memorias con el titulo " Debería ser Emperatriz". Esa publicación  supuso un gran escándalo en Viena. 

El matrimonio, ya anciano, seguiría viviendo en su castillo a pesar de las sugerencias de sus amigos para que lo abandonaran una vez iniciada la Segunda Guerra Mundial En 1945 y ante la llegada de los rusos son trasladados a la abadía benedictina de Pannonhalma que en aquel momento estaba ocupada por la Cruz Roja. 

En este centro pasaría la princesa las últimas semanas de su vida. En agosto de 1945 sufrió un accidente vascular cerebral que le causaría la muerte el día 23 de ese mismo mes.

15 comentarios:

  1. La vida de esta gente, a veces es realmente muy poco atractiva.
    Buen trabajo.
    Un saludo.

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  2. Saludos, Alfred.Gracias por pasar.

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  3. ¡Vaya vidas! No fue fácil la vida de esta mujer. Me resulta muy romántico, en el sentido estricto de la palabra, el suicidio de los amantes. Un saludo.

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  4. Madre mía, qué vidas apasionantes hay tras cada figura histórica que nos conmovió. Muchas gracias por compartir esta historia de amor, con ese final tan romántico

    Un abrazo

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  5. Hola Ambar
    Todo lo que hay detrás de la apariencia...
    Al menos, disfrutó su vida, luego de viuda.

    Besos

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  6. Muy interesante gracias Ambar. Vidas unidas por el poder y muchas veces por la desgracia. Un abrazo enorme.

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  7. Al menos con el conde húngaro, aunque perdió privilegios, ganó en la madurez una vida más tranquila.
    Un saludo.

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  8. Al menos con el conde húngaro, aunque perdió privilegios, ganó en la madurez una vida más tranquila.
    Un saludo.

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  9. Celebro tu regreso para contarnos otra de tus apasionantes historias.
    Bienvenida.
    Un abrazo.

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  10. Hola Ámbar, bienvenida y de nuevo con una historia muy interesante que no conocía, al menos Estefanía conoció la felicidad con el conde húngaro.
    Un beso

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  11. Bueno, al final pudo encontrar el amor
    y viajar. No se si tendría remordimientos o pesar
    por abandonar a su hijita y dejarla con el abuelo.
    No soy quien para juzgar, no estoy en sus zapatos.

    Besos

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  12. Al menos, pudo ser un poco feliz.
    Una gran historia, sin duda dramática.
    Un beso.

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  13. Que interesante lo que nos cuentas de Estefanía de Bélgica.
    Tuvo una vida muy dura.
    Al final pudo recuperar un poco de su tiempo, pero no cabe duda de que fue todo muy doloroso.
    Me encanta esta manera tuya de contar la historia.
    Gracias.
    Besos.

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  14. me gustar leer sobre historia muchas gracias

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  15. Como en otras muchas historias que no has contado, los hijos son las víctimas, y todo por conseguir un sonado e interesado bodorrio.
    Como de costumbre, querida amiga, una historia muy bien contada.
    Un fuerte abrazo.

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