Isabel de Borbón y Borbón. Vte Palmareli. Palacio Real de Madrid
Corría el mes de diciembre de 1851 y la Reina Isabel II de España se había puesto de parto. Tras un día y una noche larga y dolorosa la Reina daba a luz sobre las 11 de la mañana del día 20 a una niña hermosa y fuerte, a la que se impondría el nombre de Isabel. Como era la primera descendiente viva de la Reina fue nombrada Princesa de Asturias desde ese mismo momento.
Dos meses después y cuando, siguiendo la costumbre de la Casa Real Española, se iba a presentar a la pequeña a la Virgen de Atocha, un religioso español, Martín Merino, activista liberal y antimonárquico asestó una puñalada a la Reina. Como Isabel II estaba entrada en carnes, los refajos y corsés que llevaba eran de una dureza considerable razón por la cual la puñalada apenas le costó una herida en el brazo. A Martín Merino le costó la muerte.
Por los mentideros de Madrid corría el rumor de que el verdadero padre de la Princesa no era el consorte de la Reina, D. Francisco de Asís, sino un guapo diplomático llamado Jose María Ruiz de Arana. Sea como fuere y teniendo en cuenta que en aquellos años era la legítima heredera al trono, su educación se convirtió en un tema de Estado. Se comienzan a dar los nombramientos de aya, de camarera mayor , de directora de su educación y un largo etc, a pesar de lo cual la pequeña estaba muy sola. Había observado la Reina que su hija simpatizaba con la nieta de una de sus azafatas, una niña llamada Lolita Balanzat y Bretagne, y autorizó a esta niña a ser educada en Palacio y a convertirse en la compañera de estudios y juegos de la Princesa de Asturias. La amistad entre ambas perduraría para siempre.
Isabel era una buena alumna, hablaba inglés, estudiaba música y religión y le apasionaban los caballos y la gimnasia. A pesar de su corta edad aparecía con frecuencia en actos sociales y despertaba las simpatías de los madrileños por su abierta sonrisa y su nariz pequeña y respingona -curiosamente nada borbónica, a pesar de ser Borbón por partida doble-. Fue en aquellos años cuando empezó a ser conocida como “ La Chata”.
Cuando contaba seis años nace su hermano Alfonso y por tanto ella deja de ser Princesa de Asturias. Isabel se encontró de inmediato muy unida a su hermano, tal vez, por el hecho de que la Reina realizaba en aquella época multitud de viajes por las provincias españolas y siempre lo hacía acompañada de sus dos hijos.
Con el paso de los años Isabel se iba convirtiendo en una adolescente culta y de gran carácter. Era muy aficionada al teatro, a los conciertos de música y especialmente a los toros. Era, a decir de las gentes, muy campechana y lo mismo podía vérsela en una romería o en un a verbena popular que en una cena de gala. También era muy aficionada a las joyas de las que llegó a poseer una gran cantidad.
En 1868 la Reina decide, por razones políticas, que Isabel debe casarse con Cayetano de Borbón -Dos Sicilias, conde de Girgenti. Ni Cayetano ni Isabel deseaban casarse pero ambos habían sido educados para aceptar los compromisos que el Estado les impusiera. Isabel aportaría una cuantiosa dote, el novio - hijo del destronado Rey de Las Dos Sicilias - apenas aportaría nada.
Emprenderían el viaje de novios por distintas capitales de Europa y al llegar a Paris se enterarían de la revolución “ La Gloriosa” española. La destronada Reina Isabel, al llegar al exilio parisino, compraría un palacete en el que viviría con sus hijos pero, los Girgenti no se instalaran en él, prefiriendo mantener su independencia.
Fue en París donde Cayetano empezaría a sufrir crisis epilépticas - enfermedad que ya padecía pero que se le había ocultado a la Infanta- y esto le ocasionaría una profunda depresión que se agudizaría como consecuencia del aborto sufrido por la Infanta Isabel en septiembre de 1871. Dos meses después y mientras pasaban unos días en Suiza, Cayetano se suicidó disparándose un tiro en la sien.
Cayetano de Borbón - Dos Dicilias
Isabel, viuda a los 20 años, vuelve al hogar familiar de Paris donde se instala junto a su madre y hermanos. La relación con su hermano, el futuro Alfonso XII, no puede ser mejor. Con sus hermanas reina la armonía pero la diferencia de edad entre ellas impide una relación profunda.
Mientras tanto, en España se declara la restauración monárquica y el joven Alfonso XII vuelve a ocupar el Palacio Real, no así la Reina Isabel II a quien todavía no se le permite el regreso. No obstante, Cánovas hace llamar a la Infanta Isabel para ser nombrada de nuevo Princesa de Asturias ya que D. Alfonso todavía no tiene descendencia.
Consideraba Isabel que " la familia real debe ganarse el respeto del pueblo llevando una vida recta y honesta, lejos de cualquier escándalo" y se dispuso por tanto a trabajar con entusiasmo en representación de la Corona impulsando las actividades sociales y culturales. Acompañada por su hermano el Rey - a quien iba imponiendo disciplina- acudía a representaciones, conciertos e inauguraciones, adquiriendo un protagonismo que despertaba los celos de su destronada madre, quien no sería autorizada a regresar a España hasta 1876 impidiéndole, no obstante la entrada en Madrid.
Casa D. Alfonso con Mercedes de Orleáns, y durante el breve tiempo que duró el matrimonio, Isabel se convertiría en el mayor ejemplo y en la fiel consejera de su cuñada. Tras la muerte de Mercedes pasaría a ser el paño de lágrimas de su hermano.
Pero la vida seguía y el joven rey debía contraer nuevas nupcias para asegurar un heredero a la Corona. Lo haría con María Cristina de Habsburgo Lorena y ésta, que no gozaba de la simpatía de los españoles, encontraría en su cuñada Isabel el más firme de los apoyos.
La Infanta Isabel deja de ser Princesa de Asturias cuando nace la primera hija de su hermano pero continua con su apretada agenda al servicio de la Corona. La muerte de Alfonso XII a finales de 1885 la sume en un profundísimo dolor.
Había nacido ya el hijo póstumo de los Reyes, Alfonso XIII, la Regente Dª María Cristina se ocupaba de los asuntos relacionados con el Estado y a la Infanta Isabel por orden del Gobierno de Sagasta solo se le permitía participar en los actos benéficos. Así pues la Infanta retoma sus aficiones: monta a caballo, caza, acude al hipódromo, ocupa su asiento en los toros y va a los conciertos y al teatro como cualquier dama de Madrid. No obstante se sintió humillada cuando en la Exposición Universal de Chicago el gobierno eligió a su hermana Eulalia para representar a España.
Pasan los años y en 1900 Isabel compra un palacete en la calle Quintana a donde se trasladará y donde vivirá el resto de su vida. Sigue siendo la más popular y la más querida de los miembros de la Familia Real y por su palacio pasará lo más granado de la nobleza, de la política, de las artes y de la música.Continúa teniendo una magnifica relación con su cuñada pero, sigue veraneando e la Granja, lugar al que se siente muy unida, a pesar de que María Cristina lo haga en San Sebastian.
Cuando llega a la política Antonio Maura la Infanta volverá a adquirir protagonismo y será enviada como representante de España al Centenario de la República Argentina. A pesar del agotamiento, éste viaje representará un gran éxito para Isabel.
Con el paso de los años la monarquía va perdiendo prestigio aunque esto no afecta a la Infanta cuya popularidad es cada vez más grande. Ni Alfonso XIII ni Victoria Eugenia de Battenberg, cuyo matrimonio hacía aguas, conseguirían despertar el cariño de un pueblo que sufría graves problemas económicos y sociales.
Durante estos años de senectud Isabel se siente muy sola, ha ido perdiendo a todas las personas a las que quería y ve con tristeza como se pierde también la institución monárquica a la que ha dedicado su vida.
Con setenta y nueve años y con una enfermedad degenerativa que la tiene prácticamente imposibilitada, Isabel ve como la Familia Real debe abandonar España ante la proclamación de la República. Ella es la única de la familia, tal vez por su debilidad física, a la que el nuevo Gobierno autoriza a permanece en Madrid. Fiel a si misma decide marchar al exilio y en una ambulancia abandona la capital de España y se dirige a Paris, al convento de Auteuil. Su salud se agrava con el viaje sufriendo una bronquitis que debilita su corazón y le ocasiona la muerte a los cinco días de abandonar España.
Es enterrada en Paris, en una ceremonia estrictamente familiar
La noticia llega a España y en Las Ventas se guarda un minuto de silencio. El diario ABC le dedica una portada.
En 1991 y durante el reinado de Juan Carlos I sus restos serían trasladados a España y sepultados en el panteón real de la Colegiata de la Granja, probablemente su lugar más querido.
Una historia conmovedora, Ambar; La cahata debió ser una gran mujer.
ResponderEliminarBuen finde, guapa
Según dicen tenía sabia conectar con la gente y era simpática. Gracias por comentar.
EliminarBesos
" la familia real debe ganarse el respeto del pueblo llevando una vida recta y honesta, lejos de cualquier escándalo".
ResponderEliminarSi la pobre levantara la cabeza.
Un abrazo.
Tenía un enorme respeto por la institución monárquica y siempre consideró que era su deber trabajar para que los demás también la respetasen. Besos
EliminarElla se hubiera merecido ser Reina, seguramente hubiera reinado con honestidad y luchando por su pueblo. Una gran mujer que como muchas otras, quedó en el olvido sin merecerlo.
ResponderEliminarMil gracias , siempre vengo con gusto a leerte!! Un beso
Gracias a ti por pasar y por dejar tu comentario.
EliminarBesos
Así es
EliminarMujer= lucha resultado= a siempre perder, en la historia y en los que nos queda.
ResponderEliminarMuy buen trabajo.
Besos muchos
Gracias Inma. Besos para ti
EliminarSiempre que leo tus geniales trabajos me pregunto cuánto te llevan desarrollarlos. Mucho curre, amiga pero te cunde maravillosamente
ResponderEliminarGracias Mª Ángeles, te confesaré que hay curre detrás de las entradas.
EliminarBesos
Hola Ambar:
ResponderEliminarDesde que ayer descubrí tu blog, no sabes cómo lo estoy disfrutando.
Estoy leyendo desde la primera publicación que hiciste, un recorrido estupendo de Historia, que lleva un gran trabajo detrás, y contado de una forma tan amena que se queda una con ganas de más.
Felicidades por el blog.
Besotes mi niña.
Muchas gracias Nuria, siempre eres bienvenida.
EliminarBesos
Ámbar, es una entrada que nos has permitido que descubramos un poco más acerca de nuestra ciudad y sus protagonistas mas queridos. Ella que nunca quiso ser reina, fue un gran pedazo del corazón de España y el corazón entero de Madrid. Enhorabuena por estos magníficos documentos e historias, es fantásticos!
ResponderEliminarUn abrazo.
Fue muy leal primero a su hermano Alfonso XII y después a su sobrino Alfonso XIII y lo fue hasta el final de sus días.
EliminarBesos Cristina
Era una gran mujer
EliminarFelicidades y gracias por este post. Algo sabía de La chata pero con tu escrito me he enterado muy bien de esta mujer ejemplar.
ResponderEliminarUn beso querida Ambar.
Es un personaje del que todo el mundo ha oído hablar pero del que la mayoría conocen muy poco. Me alegra que te haya gustado el post.
EliminarBesos
La entrada me da pie a una reflexión.
ResponderEliminarNo es la primera vez que nos encontramos con descendientes de reyes mucho más sanos, dinámicos y capaces que sus propios progenitores. Pensaba en Juan José de Austria, bastardo de Felipe IV, habido con La Calderona. Y, dada la promiscuidad de Isabel II, no me extrañaría nada que La Chata también fuera una hija de sangre mestiza, con lo positivo que suele tener el parir hijos que no provengan de la consabida endogamia dinástica, tan nociva casi siempre.
Un abrazo, Ambar.
Su paternidad se atribuía a Jose María Ruiz de Arana y quién sabe si fue así. La promiscuidad de Isabel II era notoria y que sus deslices trajeran consecuencias tampoco era extraño. La endogamia de los Austrias y de los Borbones fue efectivamente muy dañina.
EliminarUn abrazo Cayetano
Y qué linda que era!!! (de "chata" nada). Recuerdo muy bien haber leído de su presencia en Buenos Aires para las celebraciones del Centenario. Impactó mucho.
ResponderEliminarBesos
Tuvo mucho éxito en ese viaje. fue un acierto de Maura el haberla elegido para representar a España.
EliminarBesos Myriam
¡Qué curioso! Alguna vez oí a mi abuela nombrar a La Chata, me ha encantado conocerla visitando tu casa.
ResponderEliminarMuchos habíamos oído hablar de La Chata a nuestras abuelas. me alegra que te haya gustado.
EliminarBesos
Me ha gustado mucho leer está historia. En días pasados, hablando con un primo (más primo de mi papá, que mío) Estuvimos hablando sobre la visita de La Chata a Ourense a principios del siglo XX.
ResponderEliminarIba a buscar sobre ella y mira por donde me la encontré en tu blog :D
Besos
A Dª Isabel, La Chata, le gustaba viajar y recorrió muchas ciudades y pueblos de España. Tenía mucho carisma y sabía ganarse el cariño de la gente. En su viaje a Argentina el ayuntamiento de Buenos Aires le dedicó una calle.
EliminarBesos Manuel
Encantada de conocer a la Chata!
ResponderEliminarGracias Ambar, tú sí que eres sabia, ves??? :P
Besos =)))
Seguro que ella también habría estado encantada de conocerte. En cuanto a tu segunda frase..... ya quisiera yo.
EliminarBesos Liliana
¿Alguno de los hijos de Isabel II no es sospechoso de ser bastardo?
ResponderEliminarSaludos, querida Ambar.
Doce fueron los hijos que engendró Isabel II y la paternidad de todos ellos fue atribuida a su esposo pero, parece ser que esa paternidad fue muy variada.
EliminarSaludos dissident
Sabes amiga, yo apenas sabía nada de La Chata, y en verdad que en Madrid hay una estatua en la calle pintor Rosales por los que paso muchas veces, no me he parado a verla detenidamente, seguro que después de leerte me resulta más interesante.
ResponderEliminarYa ves amiga, entre tus escritos y todas las series de historia de reyes que voy encontrando en imagenio, cada día visito tu blog con más ganas, me encanta, eres una mujer estupenda y culta que me hace sentir una profunda admiración por tu saber. Un abrazo grande Ámbar.
Conozco el monumento que se le dedicó en Madrid, si no recuerdo mal había en él otros personajes y uno de ellos le ofrecía flores. Gracias por el comentario tan halagador como falto de realidad.
EliminarBesos Lola
Algo sabía de esta historia
ResponderEliminarParece que era muy sencilla y la gente la quería.
Hay una poesía dedicada a ella. Creo que su autor es Rafael Duyos.
Hace años, en la radio la ponían bastante.
Un fuerte abrazo. Encantada de leerte,
No recordaba esa poesía pero tienes razón fue muy querida por la gente.
EliminarBesos Amalia
Interesante la vida de esta mujer que por aquello de serlo no pudo ser reina, seguro que sería una buena monarca por tal y como cuentas que trascurrió su vida.Algo había escuchado sobre ella pero no lo recordaba con tanto detalle.
ResponderEliminarFabulosa la forma en como narras la historia , es agradable de leer.
Besos
Puri
La vida de Isabel estuvo marcada por lo que ella consideraba el cumplimiento del deber y eso no les pasó desapercibido a los españoles.
EliminarMuchas gracias y un beso Puri
Muchas gracias por traernos la historia de "la chata";conocía poco de esta mujer ejemplar y
ResponderEliminarcon tanto carisma.Me ha encantado todo lo que cuentas sobre su vida.
Narras las historias con mucha gracia y claridad.Estoy muy contenta de poder aumentar mis pobres conocimientos sobre historia. Te felicito
Un fuerte abrazo
Muchas gracias Carmen. Me alegro.
EliminarBesos
Aunque conozco algo de la Historia, tu entrada tan completa me ha hecho conocer mas, un resultado muy interesante Ambar.
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias Conchi.
EliminarUn beso
Curiosamente yo había escuchado que tanto el rey emerito como su hija Elena heredaron el amor por los toros y la campechania de la chata. Un placer como siempre leerte. Un abrazo Ambar.
ResponderEliminarEso se dice y ambos han dado muestras de su afición a la tauromaquia. Gracias por pasar Ainhoa.
EliminarUn beso
Conocía algo de ella, pero el resto me lo has explicado tu. Su excéntrica madre la trajo muchas veces a Sevilla, ya que les encantaba esta ciudad, y ambas eran muy queridas por el pueblo. Es una casualidad pero, precisamente estoy trabajando en estos momentos sobre una de esas visitas.
ResponderEliminarMe ha encantado tu trabajo.....como siempre.
Un fuerte abrazo., Ambar.
Pues espero con impaciencia esa entrada tuya. Gracias por el comentario.
EliminarUn abrazo
Lo cuento aquí, pues como es usted valenciana quizá lo conozca. Siempre que oigo hablar de ella recuerdo el tablero de mármol, con las fechas de sus visitas a Valencia grabadas en la piedra, que adorna la entrada de la Chocolatería Santa Catalina de Valencia. Tuvo desde luego un triste final.
ResponderEliminarUn saludo.
A pesar de haber nacido en Valencia no conocía ese dato. Debo confesar que desde que tenía 20 años no he vuelto a Santa Catalina pero pienso volver y ver ese tablero de mármol. Gracias por la información.
EliminarSaludos
Fue amada en los suyos, obedeciendo en lo que le habían destinado sin tener suerte en las etapas de su vida y muriendo se podría decir sola.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay que reconocer que fue una mujer sensata,teniendo en cuenta quienes le servían de ejemplo.
EliminarUn beso
El decadentismo de Don Cayetano de Borbón Dos-Sicilias es de película de Visconti.
ResponderEliminarSaludos.
Habría representado un papel muy acorde con los personajes de " Muerte en Venecia".
EliminarSaludos D. Ángel
Me encanta esa mujer, Ambar. Me parece fascinante y además muy guapa.
ResponderEliminarNo sabía que habían intentado asesinar a Isabel II.
Genial post.
Muchos besos.
Y a mi me encanta que pases por aquí. Era una mujer fiel a sus principios y con capacidad de atracción para gente de cualquier tipo y condición.
EliminarNo fue éste el único atentado de Isabel II ya había sufrido otro unos años antes.
Besos Celia
Una interesante personalidad fue entretenido leer su vida , la de Isabel , en la forma amena que es presentada..,
ResponderEliminarCristal
Gracias por pasar Cristal. Un beso
EliminarMuy interesante la historia de la "Chata", una mujer digna y valiente y más cerca de nuestros tiempos, se sabe de Alfonso y Mercedes y de su segundo matrimonio con Cristina de Habsburgo Lorena.
ResponderEliminarPero la historia de su hermana Isabel no lo sabía, muy interesante, muy buen relato, me gusta la hestoria y la expones muy amenamente.
Un abrazo.
Ambar
Me alegra que te haya resultado interesante la entrada. Gracias por el comentario.
EliminarBesos
Gran mujer digna de haber sido reina. Muy triste final para esa vida de entrega en su patria.
ResponderEliminarMuy completo, interesante y amena historia Ámbar.
Un abrazo
Muchas gracias Celeste.
EliminarBesos
Muy interesante, como siempre, tu crónica de la historia de España.
ResponderEliminarQue dura la vida de estas personas que se debían a la corona y a su linaje, sin poder decidir por ellas mismas como querían vivir su vida. A pesar de que las educaban desde su más tierna infancia para ello, no deja de ser complicado.
Me ha encantado la historia.
Siempre es un placer leerte, querida, Ambar.
Un beso.
Muchas gracias por el comentario Maripaz.
EliminarBesos
Una vida bien azarosa, vivida con integridad y sentido de la responsabilidad hasta el último momento. Es curioso cómo las amistades de la infancia se abren camino hasta la senectud.
ResponderEliminarFue fiel a sus principios y eso era algo poco común en quienes la rodeaban. Las amistades de la infancia suelen ser muy profundas. Gracias Tawaki.
EliminarNunca imaginé que la tiísima solterona, Isabel la Chata, había estado casada y enviduado tan pronto y en tan luctuosas circunstancias. Por Béjar vino esta mujer en dos ocasiones, causando un revuelo tremendo, ya bastante mayor y en el siglo XX. A lo mejor lo cuento un día...
ResponderEliminarUn beso
Anímate, seguro que sería una entrada interesante porque es un personaje del que se habla poco.
ResponderEliminarBesos Carmen
Una mujer admirable.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Ambar:
ResponderEliminarVengo a desearte unas Felices Navidades y un feliz Año Nuevo.
Aún tardaré algo en volver.
Muchos besos.
Gracias Celia. Lo mismo te deseo.
EliminarBesos