D. Juan de Austria. Anonimo. Museo del Prado
Todo es confuso en el nacimiento de este personaje. La mayoría de sus biógrafos coinciden en afirmar que se produjo en Ratisbona y durante el mes de febrero. Respecto al año vuelven a surgir las dudas : 1545 para algunos y 1547 para otros. De lo que no hay duda, puesto que el mismo Emperador lo reconoció, es de que era hijo de Carlos V pero, ¿ quién era la madre?. A día de hoy los historiadores aseguran que se trataba de Bárbara Blomberg, una hermosa mujer a la que la mayoría describen como perteneciente a la alta burguesía de Ratisbona, aunque el hispanista Bennassar considera que no se trataba más que de una ramera muy bella y con grandes dotes para el canto.
Está documentado que a Bárbara se la casó con Jerôme Pyramus Kegel ( tal vez por ello se conocía al hijo del Emperador como Jeromín) y que fruto de ese matrimonio tuvo dos hijos y también que cuando quedó viuda, pocos años después, empezaría a recibir una pensión primero del Emperador y a la muerte de éste de Felipe II.
Corría el año 1550 cuando Carlos V decide que es hora de ocuparse de su hijo. Su mayordomo mayor es enviado para firmar un acuerdo con D. Francisco Massy, un músico de la Corte flamenca cuya esposa era española y se decide que ambos, previó pago de 50 ducados, se encargarán del cuidado de Jeromín en la localidad de Leganés.
Cuatro años después, y tras la muerte del músico, D. Carlos encarga el cuidado de su hijo a Dª Magdalena de Ulloa, esposa de su consejero D. Luis de Quijada y el pequeño Jeromín se traslada al Castillo de Villagarcía de Campos, residencia de sus nuevos cuidadores.
Carlos V. Tiziano. Museo del Prado
Pocos años después y encontrándose ya el Emperador en Yuste da ordenes a D. Luis de Quijada y a su esposa para que se trasladen junto a Jeromín a la localidad de Cuacos de Yuste, pues deseaba tener más cerca a su hijo. Carlos V moría en septiembre de 1558 pero, previamente a su abdicación, había redactado un codicilo a su testamento en el que reconocía ser el padre de Jeromín.
Felipe II se encontró pues con un hermano y con la obligación moral de dar cumplimiento al testamento de su padre: reconoció a Jeromín como perteneciente a la familia del Rey - no a la Familia Real y por lo tanto no se le otorgaba el título de alteza sino el de excelencia -, cambió su nombre por el de Juan, le otorgó Casa propia y le asignó 15.000 ducados para su mantenimiento. También se ocupó Felipe de completar su educación y fue enviado a la universidad de Alcalá de Henares junto a dos de sus sobrinos: D. Carlos y Alejandro Farnesio.
D. Juan era rubio, de ojos azules y muy guapo por lo que no le faltaron pues las amantes desde muy temprana edad y ya en aquellos años tuvo relaciones con una dama llamada María de Mendoza con la que tuvo a su primera hija : Ana. Después y dado su carácter conquistador, vendrían otros.
El carácter y las inclinaciones de D. Juan convencieron a su hermano Felipe de que debía ser empleado como hombre de Estado y como guerrero y por tanto autorizó a su medio hermano a asistir a los Consejos de Estado.
Las relaciones entre D.Felipe y D.Juan pasaron por diferentes etapas. En un primer momento D. Felipe tendría una actitud paternalista hacia D. Juan , lo que originaría que en éste se desarrollara una actitud de respeto al hermano mayor que había venido a sustituir a un padre que nunca ejerció como tal. Con el paso de los años las relaciones se irían deteriorando; el carácter impulsivo y rebelde de D. Juan y la desconfianza y encorsetamiento moral de D. Felipe unido a la influencia de algunos personajes que mediatizarían en la relación fraternal en pro de sus intereses, irían creando un abismo entre los dos hermanos.
Felipe II. Tiziano. Museo del Prado
La mayoría de los biógrafos coinciden en afirmar que D. Juan era un gran guerrero, pero lo cierto es que siempre tuvo a su lado un Consejo militar del que formaban parte los mejores militares y que, aunque él ostentara la titularidad, era el Consejo quien ponía en marcha las operaciones y quien frenaba la temeridad de D. Juan impidiéndole malgastar tropas y dinero.
Así ocurrió en la batalla de las Alpujarras y también cuando capitaneó La Liga Santa y la batalla de Lepanto en donde se encontró rodeado y asesorado por los mejores militares de su época. Son muchos los historiadores que consideran que el genio militar atribuido a D. Juan lo era en realidad de sus asesores. Dice Marañón que: " D. Juan no era sin duda un genio de la política ni de la táctica guerrera "… y a esto el historiador Bennassar añade "la fama de don Juan, la admiración que le dedicaron sus coetáneos fue un fenómeno repentino, súbito resultado de una hazaña única: la victoria de Lepanto …". El éxito de Lepanto, propio o no, enardeció la ambición de D. Juan, que no solo se atrevió a solicitar el titulo de Alteza - aunque sistemáticamente le era negado - sino que también llegó a desear un reino propio.
La relación entre el rey Felipe y su hermano estaba prácticamente rota en los inicios de 1574 y en esta ruptura no fueron ajenas las intrigas y confabulaciones de Juan Pérez, secretario real, y Juan Escobedo, secretario de D. Juan.
Ya en 1576 D. Juan recibe la orden de abandonar Italia y dirigirse a los Países Bajos con el nombramiento de Gobernador de los mismos. No agradaría a D. Juan este destino que se encontraba en plena rebelión protestante. A su llegada los tercios españoles llevaban meses sin cobrar sus pagas, y cansados de esperar organizaron el "saqueo de Amberes", como consecuencia de ello la situación llegaría a su punto más álgido. No obstante, D. Juan, consigue apaciguar la rebelión y, a principios de 1577 se firma el Edicto Perpetuo en él que se reconocerían las libertades flamencas a cambio del reconocimiento de la soberanía española y de la restauración de la fe católica en el país.
Batalla de Lepanto. Valdés Leal. Iglesia de la Magdalena. Sevilla
En verano de ese mismo año D. Juan decidiría atacar la plaza de Namur. La entrada de las tropas españolas en la capital de Valonia provocaría que en los primeros meses de 1578 Inglaterra se involucrase en el problema flamenco mediante el envío de dinero a los rebeldes. Con el apoyo de la Reina Isabel, los Estados Generales depusieron a D. Juan acusándole de romper la paz.
A partir de ese momento la vida de D. Juan se desarrollaría en el infierno. El asesinato de su secretario particular, Juan Escobedo, en Madrid le llevaría a la paranoia, empezaría a pensar que existía una conspiración contra él y que sería la próxima víctima. El temor a ser asesinado le llevaría incluso a sustituir a su guardia personal por mercenarios alemanes.
Durante el estío se encontraba agotado y desanimado y en la segunda quincena de septiembre sufrió unas fiebres que lo dejaron postrado. Considerando que los aires del campo le vendrían bien y deseando mejorar su salud pidió ser trasladado a las afueras de Namur, a un campamento en cuyo palomar, una vez acondicionado, se le instaló.
Extenuado por la fiebre, los vómitos y los dolores que, de tanto en tanto, sacudían su maltrecho cuerpo, murió, según parece, el 1 de octubre de 1578. Tenía 33 años.
No acabaron aquí las incógnitas sobre la figura de D. Juan de Austria y la causa de su muerte sembraría también dudas. Se llegaría a pensar en un envenenamiento ( eso apuntan Porteño y Vander Hammen), en la mala praxis de quienes le trataron de una almorrana que sufría, como dejó escrito el que fuera su cirujano de Cámara Dionisio Daza Chacón, y también se habló de una enfermedad venérea. Por último se apuntó como causa del óbito al tifus exantemático y ésta es la patología que parece acercarse más a la realidad.
Tras la muerte su cuerpo sería trasladado, con todos los honores que correspondían a un hermano del Rey, hasta la catedral de Namur donde recibiría sepultura. A los cinco meses de estos hechos su Majestad D. Felipe II decidiría trasladar los restos de D. Juan a España y con tal propósito el cuerpo de D. Juan sería descuartizado y trasladado en secreto hasta El Escorial. Allí se le rindieron honores y se le dio nueva sepultura. Allí descansa, junto al resto de Infantes de la Monarquía.
Me has hecho recordar viejas historias que se suelen contar por Extremadura. Y que posiblemente tengan mucho de invención o de exageración popular.
ResponderEliminarA los naturales de Cuacos –Cuacos de Yuste es su denominación correcta- se les conoce popularmente con el calificativo de “los perdonaos”, porque según la tradición oral, el emperador les tuvo que perdonar en más de una ocasión por las jugarretas que le hicieron, a él o a su hijo Jeromín. Y es que éstos de Cuacos eran muy suyos.
Según cuentan los del lugar, el bastardo Juan de Austria salía por el pueblo más de una vez a darse una vuelta y tuvo algún encontronazo con los chavales del lugar. Una vez parece que fue apedreado porque se dedicó a coger unas cerezas y resultó que el cerezo tenía dueño. El caso es que el chico subía llorando al monasterio y el padre, más cansado que enfadado, aguantando el tirón porque, al fin y al cabo, había que convivir con aquellas sencillas gentes que le suministraban caza, pesca y productos del lugar.
Un saludo, Ambar.
También yo conocía ese nombre y esa tradición. Hace unos años visite la comarca de la Vera, que tiene unos pueblos preciosos, y lógicamente estuve en Cuacos y en Yuste.
EliminarSaludos Cayetano
Amiga Ámbar, cada día leo con más entusiasmo tus entradas magnificas, y que me enseñan cómo fue nuestra historia de España y que no siempre está en los libros más cercanos al “pueblo” ya que se escondía demasiado por entonces.
ResponderEliminarYo he recordado al leerte una película de hace mil años que se llamaba “Jeromin” y que yo vi sin gran interés, ahora sí que me gustaría verla, seguro que la encontraría más que interesante.
Siempre tus entradas pasan por mi mente como si fueran esos años, y pienso en como seria el día a día de esos personajes, que vivieron vidas dispares, según su nacimiento y condición del padre, que ya se sabe que solo la rama legitima tendría “derecho” a estar en las páginas de la historia.
Muchas gracias de nuevo por tu interesante entrada que me ha encantado al saber ya muchas cosas de la historia por ti también escritas. Un beso.
No sabes como me alegra que te aporten algo mis entradas. Gracias por el comentario.
EliminarBesos
Jeromín, vaya, no tenía ni idea.
ResponderEliminarGracias por estas lecciones de historia, me vienen genial dada mi mala memoria.
Muchos besos.
Gracias a ti por pasar y comentar.
Eliminarbesos Celia
Me ha encantado esta entrada por lo mucho que he aprendido.
ResponderEliminarTe digo como nuestra querida amiga Lola. Recuerdo la película "JEROMIM ".
Muy interesante y siempre estupendo leerte.
Un beso.
Seguro que eras muy pequeñita cuando viste Jeromín. No creo que te hubieran dado aún lecciones de historia en el colegio. Gracias por comentar.
EliminarBesos
Gracias por seguir enriqueciendo de forma tan entretenida mi ignorancia histórica.
ResponderEliminarBesos.
Difícil pensar que ignoras algo y las gracias a ti por pasar por mi espacio.
EliminarUn beso
Ambar, me gusta mucho leerte, muchas veces no sabía de la existencia del personaje, pero no por eso lo he disfrutado menos, gracias.
ResponderEliminarBesos....e identifícate en mi entrada con el número ;)
Gracias por el comentario Liliana, me alegra que te guste leer mis relatos.
EliminarYa me identificado en tu blog. besos
Desde no saberse quien era su madre, hasta no saberse de qué murió (o lo murieron), su vida fue ante todo interesante. La historia que ha contado Cayetano, la supe por un compañero enfermero que es uno de esos "perdonaos" :D
ResponderEliminarBesos Ambar
Si no conoces esas tierras te sugiero que hagas una escapada en primavera, hay unos pueblos preciosos.
EliminarBesos Manuel
La leccion semanal de historia...Gracias!!!
ResponderEliminarGracias a ti Mª Ángeles. Un beso
EliminarYo creo que los celos de Felipe II por su medio hermano eran la causa de que aquel no hiciese mejores cosas. Siempre he sentido gran simpatía por don Juan de Austria, quizá porque algunos de mis conocidos decían que en mis tiempos de juventud, este regio personaje y yo, nos parecíamos... Anécdotas tontas.
ResponderEliminarUn placer leerte, como siempre.
Pues parecerse a un personaje atractivo, guapo y conquistador no es una anécdota tonta es más bien una suerte. Aunque digas que fue en tu juventud ya sabes el dicho " donde hubo siempre queda".
EliminarSaludos dissident
Jajajaja ¡Muchas gracias!
Eliminar;-)
Hoy he conocido más de Juan de Austria.Desde que te leo me va interesando más la historia.
ResponderEliminarEscribes con mucha claridad y sencillez.
Gracias por compartir.
Un abrazo
Me alegra que te guste la historia. Gracias por pasar.
EliminarBesos
He visitado en muchas ocasiones Villagarcía de Campos. En la colegiata están los restos de D. Luis de Quijada y Doña Magdalena de Ulloa, mencionando que cuidaron de Jeromín. En esta villa quedan los restos del castillo. Da la casualidad que trabajé de maestro en Toro en el colegio llamado "Magdalena de Ulloa". Casi he escuchado más las andanzas de Jeromín y los cuidados de Doña Magdalena de Ulloa, que lo educó como un hijo, que el resto de su vida exceptuando la batalla de Lepanto. Hoy, con esta entrada, rellenas una parte de la vida de don Juan de Austria.
ResponderEliminarUn abrazo.
No conozco Villagarcía de Campos, si que he estado en Cuacos de Yuste y he visitado toda aquella zona. Por lo que yo sé Dª Magdalena de Ulloa y su esposo no tuvieron hijos, cabe suponer que se encariñarían y mucho con el pequeño Jeromín. Gracias por el comentario.
EliminarUn abrazo
La historia de un hijo buscando el reconocimiento de su padre y dedicándose a la guerra como tarea de manifestación personal y parece ser que en ambas circunstancias le fue bien. Lo que me ha impactado es su final tan desgraciado rodeado de extrañas enfermedades. Gracias por tu lección de historia.
ResponderEliminarTu si que das lecciones en tu blog. Gracias por el comentario.
EliminarSaludos
Ya sabes que siempre que vengo a visitarte, aprendo algo nuevo o me traes a la memoria acontecimientos ya olvidados.
ResponderEliminarAdmiro al Emperador por reconocer a ese hijo y preocuparse de su educación, aunque estuviese en manos de gente extraña a su familia.
Es de admirar también la actitud de su hermano Felipe, se preocupó por él y cumplió con la voluntad de su padre.
Pero D, Juan ha tenido una corta vida y muchos altibajos a lo largo de ella, yo me pregunto ¿sería un niño feliz?
Cariños y buen comienzo de semana.
kasioles
Quién sabe si fue un niño feliz. Es presumible que durante el tiempo que vivió con Dª Magdalena de Ulloa si que lo sería porque seguro que se le trató con cariño.
EliminarBesos Kasioles
Un infante de dura infancia, soñada adolescencia y épica madurez que murió en la oscuridad de un lecho abandonado por su rey y hermanastro, ¡cuántas injusticias se dan en la Historia con las grandes figuras que la crean!. Digno hijo de su padre, tuvo la desgracia de provocar con su don de gentes, simpatía y talento militar las envidias de su hermano, alentadas por un ambicioso y corrupto secretario de estado que sólo miraba por sus propios intereses, Antonio Pérez.
ResponderEliminarUn beso
D. Felipe y D. Juan tenían personalidades muy distintas y por tanto era difícil que congeniaran. Otras figuras que existieron a su alrededor, como Antonio Pérez, echaron leña a un fuego que ya había prendido.
EliminarBesos Carmen
Interesante articulo Ambar, siempre es agradable aprender sobre personajes tan ilustres de tu mano. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Ainhoa. Un beso
EliminarGracias a ti Ambar. Buscando información sobre Don Juan me he topado con sus hijas naturales, y he recordado lo del pastelero o panadero del Madrigal. Curiosa historia. Un abrazo.
EliminarEs uno de los episodios más curiosos de nuestra historia y a dado pie a varias obras literarias. Besos
EliminarMagnifico trabajo.
ResponderEliminarLo que aprendo contigo de verdad.
Gracias siempre.
Besos
Gracias a ti Inma.
EliminarBesos
Querida amiga, no es la primera vez que te leo a ti y a DT de valencia, lo mal que lo han pasado en su juventud los primogénitos de las antiguas monarquía de toda Europa, parece como si existiera un patrón dentro de estas familias, y también se repiten las formas tan trágicas y sufrimiento, en que les llega su fin.
ResponderEliminarComo siempre......Un placer leerte.
Besos.
Gracias por pasar. Para mi siempre es un placer visitarte en tu blog porque siempre aprendo.
EliminarUn abrazo
Gracias por tus letras, me alegra saber que hemos coincidido al gustarnos el mismo plato.
ResponderEliminarMi madre lo hacía con rape.
Ah! antes se me había olvidado agradecer tu alabanza, pero no te fíes, en aquella entrada antigua ya ponía que es pintar como querer, aquél francés me vio con buenos ojos, estaban muy distantes de la realidad.
Cariños.
kasioles
La pintura me gustó y supongo que los pintores siempre "ven" más que el resto de las personas. Gracias por pasar.
EliminarBesos
Gracias Ambar por enseñarnos este pasaje de nuestra historia,la vida de este hombre estuvo repleta de vericuetos muy interesantes.
ResponderEliminarCada vez que paso por aquí descubro un personaje de nuestro pasado histórico nuevo y por eso quiero felicitarte, ya que además de texto ilustras muy bien los textos.
Un abrazo.
Puri
Gracias por el comentario Puri.
EliminarBesos
Ámbar, interesante reseña histórica en la que nos das a conocer D. Juan de Austria. Una gran entrada, recuerdo perfectamente la película de Joromin.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo no he visto la película "Jeromín" aunque creo que está basada en la novela del padre Coloma.
EliminarBesos
La novela del P. Coloma está muy bien documentada. Aporta interesantes noticias sobre la muerte de Don Juan de Austria que fue ejemplar y modesta.
ResponderEliminarMis saludos.
Hace muchos años que leí la novela del padre Coloma. Creo recordar que atribuía la enfermedad y muerte de D. Juan o bien a la peste o bien al envenenamiento. También recuerdo que la novela de Coloma estaba, como usted señala, muy bien documentada y que también poseía esa pátina ejemplarizante y didáctica que han caracterizado sus novelas.
EliminarSaludos D. Ángel
Me agradaría ver la película Jeromín , aunque esta presentación es bien completa ., gracias Ambar por darla a conocer .
ResponderEliminarSaludos
A mi también me gustaría ver la pélicula. Tal vez algún día la repongan.
EliminarSaludos
Muy interesante todo el relato. Jeromin, suena simpático. Pobre Juan descuartizado!!!! Lo habran vuelto a pegar antes de sepultarlo la segunda vez? Me imagino que cada parte de su cuerpo habrá ido a parar a una caja de bombones, de abanos etc...etc....
ResponderEliminarVaya trabajo que tuvieron para el transporte disimulado...
Qué raro que interesados metieran cizaña entre lOS hermanos!!!!
BESOTES
Los restos de D. Juan fueron transportados en absoluto secreto hasta llegar a la Abadía de Párraces en Segovia. Alli se recompuso su cadáver y con todos loa honores se le trasladó hasta el Escorial.
EliminarBesos Myriam
Por alguna parte tengo el libro, aunque no sabía quién era el personaje. Tampoco sabía que hubiese muerto tan joven. Muy interesante.
ResponderEliminarGracias por el comentario Tawaki.
EliminarUn abrazo
Vaya que en la vida hay historias complicada, pero esta lo es en verdad.
ResponderEliminarEs la primera vez que leo acerca de Jeromín, luego Don Juan, a los 33 años, bastante joven para morir, muy interesante toda la historia, pero descuartizarlo después de cinco meses, un cuerpo descompuesto, pobres de aquellos que tuvieran que hacer semejante trabajo.
También tener que ser cortado en pedazos para llegar a España.
Me encanta leerte.
Un abrazo.
Ambar