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miércoles, 26 de noviembre de 2014

Carolina Matilde de la Gran Bretaña



Carolina Matilde de la Gran Bretaña.- Francis Cotes


No tuvo una infancia feliz. Nació en julio de 1751, cuatro meses después de la muerte de su padre, Federico Luis de Hanover, que había sido príncipe de Gales hasta el momento de su fallecimiento, título que ostentaría a partir de entonces el hermano de Carolina Matilde el cual se convertiría después en el rey Jorge III.

Tenía tan sólo 15 años cuando fue enviada a Dinamarca para contraer matrimonio con el rey danés Christián VII. Ya corrían rumores sobre la posible enfermedad mental de este monarca pero, no parece que eso importara mucho al rey de Gran Bretaña que se mostraba ansioso por afianzar los lazos con su familia del norte de Europa ya que, este enlace, podía constituir un freno a la influencia francesa y un aumento del poder británico en el Báltico.

Si en algún momento se le ocurrió pensar al rey Jorge III que enviaba a su hermana a un destino que la haría infeliz, el pensamiento se desvaneció en cuanto hablo con Titley, su enviado a Dinamarca. Los informes de éste no pudieron ser más favorables al rey Christián : era elegante, distinguido, varonil, muy amable en el trato y un gran estudioso de la teología. 

Convencido el rey británico de que su hermana era muy afortunada al casar con un rey de tan admirables virtudes, la envió a Dinamarca para los esponsales. Siguiendo la costumbre danesa, a Carolina Matilde no la pudo acompañar ninguna dama de honor. Lloró desconsoladamente la futura reina danesa cuando salió de su país.


Christián VII. - Jean Juel

Fue recibida con grandes muestras de cariño por parte del pueblo, la corte y el rey. El enlace se celebraría en el palacio de Christiansborg el 8 de noviembre de 1766. Sobre la impresión que produjo en Christián su esposa hay opiniones contrapuestas. Según Carlos de Hesse, el rey Christián le habría comentado que Carolina Matilde era muy bonita. Por el contrario, el embajador francés, Ogier, informaba a su gobierno que la princesa no había logrado enamorar al rey. Sea como fuere, Christián cumplió con sus deberes conyugales y dejó embarazada a su esposa a los pocos meses de celebrarse los esponsales. En enero de 1768 nacería el primer hijo de la pareja y heredero al trono. 

 Poco tardó Christián en aburrirse de su papel de marido. En realidad el rey se aburría con casi todo lo que significara una obligación, incluyendo los asuntos de estado. Así que, cansado ya de las obligaciones conyugales se empezó a dedicar a lo que de verdad le distraía: las juergas y el sexo.

Es entonces cuando el monarca conoce a Chatrine Benthagen,  más conocida como Stovlet Chatrine, una prostituta a la que convierte de inmediato en su amante. Parece que con ella podía dar rienda suelta a su” imaginativa sexualidad”. Visitaban juntos los burdeles de Copenhague y juntos paseaban por la ciudad sin ocultarse.

No sabemos si Carolina Matilde sufría por los devaneos de su marido como sufriría una esposa enamorada, lo que si parece cierto es que se sentía profundamente humillada y que este sentimiento produciría un distanciamiento entre los esposos. También los daneses se mostraban indignados ante la conducta de su rey quien, además de lucir amante, se dedicaba a provocar destrozos en sus salidas nocturnas. Los consejeros reales le sugirieron que se separara de su amante y que para enfriar los ánimos realizara un viaje por el extranjero. El viaje de su esposo cambiaría la vida de Carolina Matilde radicalmente.

Durante el recorrido por Europa, Christián conoce a Johann Friedrich Struensee un médico alemán con el que entabló una relación intelectual y de amistad y al que llevó a Dinamarca como médico privado pero, poco tardó en nombrarlo también consejero de estado.

Johann F. Struensee. - Jean Juel

Struensee se convirtió en el hombre de confianza del rey. Era un hombre que creía firmemente en la modernización del estado y en una acción reformadora desde el gobierno. Fiel a sus creencias, nada más entrar en política iniciaría la reforma  promulgando leyes de manera profusa. Abolió la censura periodística, las torturas, los privilegios nobiliarios e inició medidas para reducir los gastos de la corte. Todo ello condujo a que los intereses personales que imperaban en la administración del estado sufrieron un duro golpe y como cabía esperar se desencadenó una reacción muy hostil hacia él. Para entonces, Struensee ya ocupaba un apartamento en la planta baja del palacio de Christianborg y había nombrado a Enebold Brandt como su asistente. 

No sentía Carolina Matilde simpatía por Struensee pero, cuando en octubre de ese mismo año cayo enferma y según relató Gunning “con síntomas poco auspiciosos”, aceptó ser vista por el médico de su esposo.

A partir de entonces la reina se siente atraída por el médico. Struensee la colmaba de regalos y ella por primera vez empezó a sentir que era importante para alguien. Carolina Matilde comenzó a perder la cautela y según narra Reverdil “la reina no le quita los ojos de encima ( a Struensee) y le permite unas libertades que dañarían la reputación de cualquier mujer.” 

Por lo tanto, mantener esa relación no resultaba nada sencillo, en palacio abundaban los espías y Struensee tenía muchos enemigos. Cuando en 1771 la reina daba a luz a su segunda hija, la princesa Luisa, casi todos pusieron en duda la paternidad del rey Christián y atribuyeron ésta a Struensee. Tanto la corte como el pueblo empezaba a considerar que el rey no era más que un títere en manos de aquel médico que se había adueñado de su mente, del estado y de su esposa. El ambiente de hostilidad crecía y la rebelión parecía inminente. Todo estaba bien orquestado por los enemigos de Struensee 

Carolina Matilde. - Jean Juel

Desde el palacio de Frederiksberg, donde vivía la viuda de Federico V, Juliana María madrastra de Christián , se empieza a tramar la conspiración. El 17 de enero de 1772 los conspiradores se reúnen en un baile de máscaras en la residencia de Juliana. Al día siguiente, todos ellos, con Juliana a la cabeza, logran entrar en los aposentos reales. Christián se siente aterrorizado, su madrastra le asegura que nada le ocurrirá si firma los documentos que le han traído. El rey los firma. 

Los documentos eran las órdenes de arresto de Struensee, Brandt y Carolina Matilde. 

A la reina se la confinó en Kronborg acusada de adulterio. A Struensee se le acusó de mantener relaciones con la reina , de no respetar la autoridad real y promulgar decretos sin la firma del monarca. A Christián no le tembló el pulso cuando firmó la sentencia de muerte de Struensee y de Brandt. 

Carolina Matilde confesó su delito y fue repudiada por Christián y condenada a cadena perpetua, condena que debía cumplir en el castillo de Aalborg. Carolina Matilde pidió clemencia a su hermano el rey Jorge III de la Gran Bretaña, quien consiguió que se la liberara. Pero, como tampoco Jorge III la quería de vuelta en el Reino Unido, mandó una fragata británica que la deportó hasta Alemania y en Celle, una población cercana a Hannover, se la mantuvo asignándole el rey Jorge III una renta para su sustento. 

Castillo de Celle

Poco más de tres años duró el exilio de Carolina Matilde pues el 11 de mayo de 1775 fallecía. Macalpine y Hunter dicen que probablemente la porfíria fue la causa del fallecimiento, pero no existen pruebas que lo demuestren. Según la mayoría de los historiadores Carolina Matilde contrajo escarlatina y ésta fue la causa del deceso. Tenía 23 años.

sábado, 15 de noviembre de 2014

Germana de Foix




Germana de Foix - G. Bausá - Museo de Bellas Artes de Valencia

Cuando nació en 1488, fruto del matrimonio entre Juan de Foix y María de Orleáns,  nada hacía pensar que llegaría a convertirse en reina de Aragón. Germana era sobrina de Luis XII de Francia, y nieta de Leonor de Navarra.

Educada en la corte francesa, le gustaba disfrutar de los placeres que la vida pudiera brindarle y destacaba por su habilidad con la música y el baile. Era alta y corpulenta y según Sandoval "poco hermosa y algo coja". 

Cuando en 1504 fallece Isabel la Católica, su testamento no deja lugar a dudas, su hija Juana es la heredera del trono de Castilla y su esposo Fernando el Católico pasa a ocupar un segundo lugar.

Dadas las ambiciones políticas respecto a Castilla de Felipe “El Hermoso”, esposo de Juana, Fernando el Católico lleva a cabo una inteligente maniobra y negocia con Luis XII de Francia, su matrimonio con Germana, a la que el rey de Francia cedía sus posesiones sobre Nápoles.

Los esponsales se celebraron en marzo de 1506 contando Germana 18 años de edad mientras que Fernando ya había cumplido 53. No gustó a la nobleza castellana este matrimonio que fue considerado una maniobra del Católico para impedir que Juana heredase la corona de Aragón.

Fernando el Cátolico

No les faltaba razón a los castellanos. Fernando ponía todo su empeño en conseguir que su joven esposa quedara embarazada pero, no lo conseguía. A pesar de que en su juventud el Rey Católico había sido un hombre galante y propenso a los amoríos, los avatares de la vida lo habían envejecido. En su intento por cumplir debidamente en el tálamo, Fernando, tomaba toda clase de hierbas y distintos preparados afrodisíacos pues, era mucho su interés y el de Dª Germana por tener descendencia. 

Pero, no fue hasta tres años después de su matrimonio, exactamente en mayo de 1509, cuando nació el ansiado heredero. Fue un varón y se le puso como nombre Juan. Según el cronista Alonso de Santa Cruz, el infante no llegó a vivir ni una hora. Si éste infante hubiese sobrevivido probablemente la historia de España sería otra.
A pesar de todos los intentos Germana no volvió a quedar encinta y en 1516 moría Fernando el Católico, según Pedro Mártir, por unos potajes que le daba la reina con el fin de lograr "habilitarle" para que pudiesen procrear más hijos.

Fernando, en su testamento, había encomendado a su nieto Carlos que no abandonase a su viuda " pues no le queda, después de Dios, otro remedio sino vos". Pero, también había asignado a Germana una cantidad de dinero para el sostenimiento de su casa” con toda la grandeza que correspondía a la reina viuda de Aragón”.

El encuentro entre abuelastra y nieto se produce en Valladolid, él apenas contaba 17 años y ella 29 pero simpatizaron de inmediato, Tenían como lengua común el francés y ambos provenían de una distinta cultura. Carlos organizó fiestas, justas y saraos en honor de Germana y según el historiador Fernández Alvarez hubo una relación amorosa entre ellos, fruto de la cual nació una hija a la que se puso de nombre Isabel, pero que no fue reconocida. Fernández Alvarez se basa en lo que dejó escrito Lorenzo Vital sobre el encuentro de Carlos y Germana en Valladolid. Dice Vital que cuando se saludaron, el rey la beso con mucho entusiasmo pero, si bien puede ser cierto que se besaron, también lo es que esa era una costumbre francoborgoñona y que por lo tanto pudiera no tener nada de extraordinario. También analiza Fernández Alvarez el testamento de Dª Germana y el legado de un collar de perlas a la "serenísima Dª Isabel, Infanta de Castilla", suponiendo Fernandez Alvarez que puede tratarse de la hija habida con D. Carlos.


Carlos I. Bernard van Orley

En 1519, Dª Germana, contrae segundas nupcias con un marqués, Juan de Bradendeburgo, del séquito de D. Carlos. En aquella época Germana había descubierto ya la variada y magnifica gastronomía española a la que se había aficionado tanto que su figura había sufrido una enorme transformación. Decía Sandoval que "era amiga de holgarse en banquetes, huertas, jardines y fiestas". 

Carlos nombró al nuevo matrimonio virreyes de Valencia y en la capital del Túria establecieron su residencia. Corría el año 1523 y nada más llegar, la nueva virreina tuvo que hacer frente a uno de los grandes problemas que se habían desencadenado en Valencia en 1520 : la revuelta de las Germanías. Para muchos historiadores una autentica guerra civil entre nobles y "agermanados".

Los castigos que Dª Germana aplicó a su llegada a Valencia fueron durísimos. Todos los historiadores coinciden en ello, y en que la persecución fue feroz y el número de sentencias muy elevado.A la mayoría de ellos se les confiscaron sus bienes ya que, Germana había introducido también la posibilidad de conmutar las penas físicas por dinero. Gobernó con brazo de hierro pero, ese brazo represor obedecía las órdenes del rey D. Carlos de forma sumisa. También en esta época tuvo que hacer frente Germana, a las revueltas moriscas.

En 1525, muere el marqués de Bradenburgo y un año después, Germana vuelve a contraer un tercer matrimonio, esta vez el elegido será Fernando de Aragón, duque de Calabria. El emperador Carlos vuelve a entregar a los nuevos esposos el virreinato de Valencia.

Germana de Foix

Germana y el duque establecieron en el Palacio Real de Valencia una autentica corte y se rodearon de una enorme servidumbre. Más de 200 personas estaban a su servicio y al de toda la nobleza valenciana. Además de bailes y fiestas se organizaban veladas musicales, representaciones teatrales, debates y tertulias, cacerías y banquetes. El lujo y el boato imperaban en esta corte que era reconocida como una de las más brillantes de Europa.

Dª Germana seguía con su afición a la comida y tal era su obesidad que se llegó a decir de ella que más que obesa era "el mismo abdomen". Es probable que sufriera alguna alteración endocrina que justificara su esterilidad y el exceso de peso.

Dª Germana murió el 15 de octubre de 1536 en Liria. Probablemente la causa fue una hidropesía. Fue amortajada con un vestido de tisú de oro y con la cabeza apoyada en un almohadón revestido de armiño.

Según las crónicas valencianas su cuerpo fue trasladado a Valencia por 100 clérigos con antorchas y depositado en el monasterio de San Bernardo. 

En 1546 sus restos fueron trasladados al monasterio Jerónimo de San Miguel de los Reyes por orden de su viudo, el duque de Calabria, que quiso así cumplir con el deseo de D.ª Germana.

Monasterio de San Miguel de los Reyes

viernes, 7 de noviembre de 2014

Alejándro I de Grecia



Alejandro I

Corría el mes de junio de 1917 cuando el joven Alejandro se convertía en rey de Grecia en una ceremonia triste y desangelada y cuando todavía no había cumplido los veinticuatro años. No había nacido para ser rey ni había sido educado para tal fin.

Alejandro era el segundo de los hijos del rey Constantino I de Grecia y de la princesa Sofía de Prusia, era por tanto biznieto de la reina Victoria del Reino Unido, y estaba emparentado por ésta razón con la mayoría de las casas reinantes en Europa.

Nació en Tatoi en 1893 y tuvo una infancia bastante feliz junto a sus hermanos. Su educación fue esmerada y tuvo la oportunidad de viajar a los distintos países en los que reinaban sus familiares. De todos ellos el que visitaba con una mayor frecuencia era el Reino Unido pues, la relación de la reina Victoria con la familia real griega era excelente. Estudió en la academia militar griega mientras su hermano mayor, heredero de la corona, lo hacía en Alemania. No destacaba Alejandro por su inteligencia pero si destacó en combate durante la guerra de los Balcanes. 

Alejandro y sus hermanos

Cuando en 1914 estalla la Primera Guerra Mundial su padre, el rey Constantino, intenta que Grecia permanezca neutral, mientras que su Primer Ministro Venizelos es partidario de que Grecia se una a los aliados dentro de la Triple Entente. A pesar de que el rey Constantino seguía clamando por la neutralidad de su país, lo cierto es que los aliados consideraban que el Rey había tomado partido por los alemanes. Su admiración por el sistema militar germánico era patente.

Estas posturas enfrentadas entre el Rey y su Primer Ministro produjeron también un enfrentamiento en el pueblo heleno que se dividió en dos bandos, los republicanos liberales que apoyaban a Venizelos y los monárquicos que seguían al Rey. El país se encontraba al borde de la guerra civil, se habían establecido dos gobiernos paralelos, el del Primer Ministro y el del Rey. 

Finalmente en junio de 1917 el Alto Comisario de los Aliados en Atenas solicitó la renuncia del rey Constantino y de su heredero, el príncipe Jorge. Ante la amenaza de un desembarco del ejército aliado en el Pireo, Constantino cede a la presión de gran parte del pueblo griego y de los aliados, pero no abdica. Alejandro su segundogénito ocupará el trono hasta que la situación cambie y se le permita regresar. 

Alejandro I

Y así se convierte en rey Alejandro, a pesar de no sentir ningún deseo de serlo, de no tener ambiciones políticas y de estar enamorado de una mujer considerada inapropiada para un rey. 

Cuando sus padres y hermanos parten hacía el exilio, Alejandro I se ve obligado a encargar a Venizelos la formación de un nuevo gobierno. A partir de ese momento Grecia entra en guerra al lado de los aliados.

La soledad del nuevo rey era grande. Venizelos se había ido encargando de separarle de sus amigos, de interceptar las cartas que escribía a su familia y de limitar al máximo sus funciones reales. Tan sólo se le permitían algunas salidas para alentar a las tropas y un gran número de papeles para firmar que a veces ni leía. Así las cosas, y a pesar de que había prometido a su padre no desposarse con la mujer de la que estaba enamorado hasta que no cambiara el panorama político en Grecia, Alejandro no pudo resistir y decidió casarse con la mujer de sus sueños, una plebeya llamada Aspasia Manos.

Ésta mujer pertenecía a una de las mejores familias de la nobleza helénica pero no era de sangre real y por lo tanto el matrimonio de Alejandro con Aspasia no recibiría la autorización del Primer Ministro ni de la Familia Real ya que se consideraba morganático. A pesar de toda esta oposición Alejandro decidió casarse en secreto y así lo hizo en noviembre de 1919 pero, los secretos en los palacios son difíciles de guardar y cuando salió a la luz que el matrimonio se había celebrado y sin la autorización debida, el escándalo en Grecia fue enorme.

Como consecuencia de ello y aunque el matrimonio tuvo que considerarse legal, Aspasia jamás ostentaría el titulo de reina de Grecia, y se la consideraría tan sólo la “señorita Manos”. Además, se la obligó a abandonar el país y Aspasia se traslado a París. Finalmente y en el verano de 1920, el gobierno autorizó que el matrimonio residiera en Grecia pero siempre y cuando esta unión permaneciera en secreto. La alegría de los esposos fue grande ya que además Aspasia anunció que se encontraba embarazada.

Aspasia Manos

Poco duró la felicidad de la pareja. El 2 de Octubre de 1920 Alejandro se encontraba dando un paseo por los jardines del palacio de Tatoi en compañía de su perro cuando éste fue atacado por un mono, Alejandro defendió a su perro golpeando al mono con un bastón pero, este se revolvió y mordió al monarca. Una de las peores heridas la sufrió en la pierna. 

Lo que en un principio pareció una herida banal empezó a complicarse y pasados diez días la fiebre hizo su aparición y en la herida de la pierna se presentó una enorme infección. La duda de los médicos ante la amputación originó que a los pocos días la infección se generalizase. El 23 de octubre Alejandro I de Grecia moría victima de una sepsis.

Ya durante la enfermedad y dadas las terribles noticias que llegaban a Suiza, la madre de Alejandro había solicitado al gobierno heleno que se le permitiera entrar al país para ver a su hijo. Se le negó la autorización y tan sólo se permitió a su abuela – la reina madre Olga- que acudiera. Cuando llegó Alejandro ya había fallecido.

El funeral se celebró en la Catedral de Atenas y tan sólo la reina madre Olga estuvo presente como representante de la Familia Real. 

Alejandro I fue enterrado en el Cementerio Real del palacio de Tatoi. Tenía veintisiete años.