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jueves, 18 de abril de 2013

Liebster Awards






Desde el blog Anónimo Castellano he sido nominada para el premio Liebster Awards. Este premio tiene la intención de servir como difusión del propio blog y cómo estimulo. Por tanto agradezco muchísimo la nominación porque sin duda el segundo objetivo ha sido conseguido. Estoy mucho más motivada que antes.

 Parece ser que hay que cumplir con algunas reglas:

- Agradecer el premio a quien lo concedió.
- Responder a once preguntas que formulan a continuación.
- Nominar a once blogs que tengan menos de 200 seguidores.
- Formular once preguntas para tus blogs nominados.
- Comunicar la nominación a los elegidos.

Ha sido para mí algo más que una sorpresa estar entre vuestros elegidos. No imagináis cuanto me anima a seguir bloqueando, siendo como soy una gran novata en este mundo. ¡! Mil Gracias ¡!

Ahora toca responder al cuestionario, así que voy a intentar pasar el examen

1. ¿De qué trata tu blog? 

Es un blog de historia en el que intento contar algunos aspectos personales de personajes históricos relacionándolos con su salud física y/o psíquica.

2. ¿Por qué has creado un blog? 

Porque sentía la necesidad de relacionarme con otros blogueros, de intercambiar conocimientos. Hasta ahora me había limitado a leer lo que los demás escribían y a aprender de ellos y un día pensé que a lo mejor también yo podía ofrecer algo…y así empecé.

3. ¿Has pasado alguna noche en vela haciendo entradas para tu blog?

Jamás. Habitualmente el despertador suena a las 6:45

4. Tres palabras que definan tu blog.

Escueto, estudiado y trabajado 

5. ¿Qué tiene tu blog de particular que no tengan otros? 

Quizás un enfoque diferente, resaltar una parte de la historia de los personajes por la que casi siempre se pasa de puntillas. 

6. ¿Qué te gusta encontrar en otros blogs? 

Me gusta encontrar artículos de arte, historia, literatura, la cultura en general y también los que me hablan de viajes, ciudades, tradiciones, música.

7. ¿Tienes algún post que nunca has llegado a terminar? 

Alguno. La razón suele estar en no haber podido contrastar algunos datos históricos y estar esperando a poder hacerlo. 

8. ¿Qué crees aporta un blog que no puedas encontrar en otras redes sociales o medios de      comunicación? 

El blog es como los libros, un amigo que puedes coger y dejar cuando quieres. Pero además te permite la interrelación con el autor a través de los comentarios y eso es siempre gratificante.

9. ¿Has pensado en abandonar alguna vez tu blog? 

Todavía no y después de lo que me habéis animado no pienso hacerlo….al menos de momento 

10. ¿Qué te parece Anónimo Castellano? 

Me parece un gran blog. Tiene un contenido variado, ya que habla de arte , literatura, teatro, da información sobre exposiciones. Sus textos son amenos y se leen con facilidad e interés y además tienen buenas imágenes 

11. ¿Qué mejorarías de Anónimo Castellano?

Pues no sabría que mejorar .Me sonroja decirlo en este momento en que me habéis nominado, pero la verdad es que me parece inmejorable.


 Esta es mi lista de blogs nominados: 

-Lejos 
-ZáLeZ 

Y éstas son las preguntas:

1- ¿ De que trata tú blog?
2- ¿ Cómo definirías tu blog? 
3- ¿ Que diferencia destacarías entre tu blog y los otros?
4- ¿ Que buscas en un blog?
5- ¿ Que te resulta más atractivo de un blog?
6- ¿ Como prefieres que sea el texto de un blog en cuanto a su extensión?
7- ¿ Qué razones le darías a la gente para que visitara tu blog?
8- ¿ Cuales son tus razones para escribir un blog?
9- ¿ Que cambiarías de la Medicina y la Corte?
10- ¿ Te gusta la relación con otras personas a través de sus blogs?
11- ¿ Lees con frecuencia la Medicina y la Corte?

Ahora paso a comunicar a los elegidos sus nominaciones y a dar de nuevo las gracias a Anónimo Castellano

viernes, 12 de abril de 2013

Rodolfo de Habsburgo



Rodolfo de Habsburgo
El 21 de agosto de 1858 nacía en Viena este príncipe, único varón del matrimonio formado por el Emperador Francisco José I de Austria, Hungría y Bohemia y la Emperatriz Elizabeth, la infortunada Sissi.

Rodolfo fue apartado de su madre casi desde su nacimiento ya que estaba destinado como Kronprinz (príncipe heredero) no solo a continuar la dinastía sino también el régimen autoritario y absolutista que su padre había impuesto.

Así pues, cuando solo contaba seis años, su padre le asignó un preceptor, Leopoldo de Grondecourt. Este preceptor estaba empeñado en convertir al príncipe en un buen soldado. Lo despertaba en plena noche a base de disparos y si lloraba lo sometía a un baño de agua helada con lo cual pretendía endurecer su carácter. Enterada la Emperatriz de sus métodos exigió al Emperador el cese de Grondecourt como educador de su hijo. Así se hizo, pero, seguramente, estos métodos influirían negativamente en el príncipe. No obstante recibió una buena educación académica, demostrando ser un brillante estudiante de ciencias naturales y mostrando una gran capacidad para los idiomas.

A pesar de todos los intentos por fortalecer su carácter, Rodolfo era manifiestamente más parecido a su madre que a su padre. Era sentimental, individualista, nervioso, impulsivo, con cierta tendencia a la melancolía y con un enorme espíritu liberal. Había heredado también de su madre su pasión por Hungría y simpatizaba claramente con los movimientos separatistas húngaros. Este temperamento le enfrentaba continuamente a su padre. Durante su adolescencia viajó por varios países y comenzó a hacerse una idea de que existían otras formas de gobierno en otras monarquías.

Rodolfo era un hombre guapo, aficionado a cazar, a beber y tremendamente mujeriego. Esta circunstancia parece ser que le llevo a contraer sífilis, enfermedad muy frecuente entre la nobleza, tanto que basta con recordar lo que llegó a decir Erasmo de Rótterdam " Un noble sin sífilis o no es lo bastante noble o no es lo bastante hombre." Rodolfo padecía también dolores de cabeza muy frecuentes y de gran intensidad por lo que algunos de los estudiosos del tema sostienen que era consumidor habitual de morfina.

Estefanía de Belgica

En 1881 se casa con Estefanía de Bélgica. Esta boda, impuesta por su padre por motivos políticos, era una farsa que acaba haciendo del príncipe un ser más individualista y violento. La princesa Estefanía llega a escribir a su hermana "su caos interno le provoca terribles ataques de ira." Cuando tras el nacimiento de su primera hija le comunican los médicos que asisten a Estefanía en el parto que su mujer no podrá darle más hijos Rodolfo decide no volver a frecuentar el lecho de su esposa y la relación marital persiste tan sólo de cara a la opinión pública.

La frustración de saber que no podrá tener un heredero varón llevará al Kronprinz a frecuentar con mayor asiduidad la compañía de otras mujeres, Una de sus amantes, la bailarina húngara Mizzi Kaspar, le pondría en contacto con los nacionalistas húngaros con los que llegaría a conspirar.

En 1888 Rodolfo conoce a María Vetsera, una joven aristócrata de 17 años perteneciente a la nobleza rural, pero, hasta el otoño no comenzará su relación, una relación tímida al inicio y limitada a unos cuantos paseos y abrazos por el Prater. Al mismo tiempo, el príncipe continuaba con sus proyectos políticos y había llegado a un acuerdo con los nacionalistas húngaros para dar un golpe de estado contra su padre, de tal modo que, si triunfaba, él se convertiría en rey de Hungría y de algunas de las provincias más orientales quedando Austria diezmada y convertida en una potencia menor respecto al resto de Europa.

No sabemos si el Emperador tenía conocimiento de los planes de su hijo pero, lo cierto es que con la excusa de que Rodolfo sufría una gran agitación nerviosa, lo manda a principios de enero de 1889 a una isla del Adriático para que se tranquilice. El Kronprinz no se tranquilizó y el 11 de ese mismo mes regresa a Viena. Maria Vetsera y él se convierten en amantes y además espera que en Budapest se desencadene el golpe de estado que habría de darle el trono.

María Vetsera

En la mañana del 28 de enero Rodolfo comparece ante su padre. Francisco José lo ha llamado a su despacho. Son las 9 de la mañana. Nada se sabe de esa conversación, tan sólo que fue larga y que cuando Rodolfo se marchó, el ayudante de campo del emperador acudió al despacho de éste encontrándose al emperador desmayado en el suelo. Por su parte el príncipe partiría esa tarde  junto con María Vetsera hacia Mayerling, un pabellón de caza cercano a Viena al que solía acudir.

El 29 de enero la familia imperial tiene una cena en Hofburg. Rodolfo excusa su presencia y da orden a su criado de que le despierte al día siguiente pues tiene intención de salir de caza.

El día 30 de enero a las 7:30 de la mañana su criado Loschek acude a despertar al príncipe pero nadie contesta. El criado busca ayuda y se fuerza la puerta de la habitación. María yace sobre la cama con un tiro en la sien izquierda supuestamente disparado por su amante el príncipe Rodolfo quien después se quitaría la vida en un acto de enajenación mental. 

Mayerling

Esta fue la versión oficial. Especulaciones se han hecho de todo tipo. Se ha dicho que fue un suicidio pactado entre los dos amantes ya que la Vetsera había hecho testamento unas semanas antes con tan solo 17 años y además están las cartas que escribió Rodolfo antes de morir, una a su criado Loschek en la que le expresaba su deseo de ser enterrado junto a María en algún monasterio, otra a un amigo húngaro en la que le explicaba los motivos que tenía para quitarse la vida y que básicamente eran que no había otro camino. En carta escrita a su esposa Estefanía dice "yo camino con calma a la muerte, lo único que puede salvar mi buen nombre." También se ha dicho que el suicidio no fue pactado y que tal y como defiende la versión oficial se trató de un acto de locura transitoria del Kronprinz. Y hay también quien sostiene que se trató de un asesinato. El rey Leopoldo II, suegro de Rodolfo escribe a su hermano "el suicidio y la locura son los únicos medios de evitar un escándalo inolvidable cuyos detalles no os puedo confiar en esta carta". La emperatriz Zita, última emperatriz de Austria, afirmaba en una entrevista dada ya en el exilio  "Rodolfo no se suicidó, fue asesinado y su asesinato fue político. En nuestra familia siempre hemos sabido la verdad"

La escueta autopsia firmada por el Dr Hofmann, profesor de medicina forense y publicada el 1 de febrero se limitaba a decir que la bóveda craneana estaba rota y las partes frontales del cerebro aplastadas. No se han encontrado los informes policiales ni protocolos más extensos de la autopsia.

Seguimos sin saber que pasó realmente en Mayerling.

María Vetsera fue llevada precipitadamente a Heiligenkreuz, donde sería enterrada.

Rodolfo, príncipe heredero de Austria, Hungría y Bohemia fue enterrado en la cripta del Convento de los Capuchinos junto a las tumbas de los reyes y archiduques de la Dinastía de los Habsburgo, Tenía 31 años.


Sarcófago de Rodolfo de Habsburgo en Viena


martes, 2 de abril de 2013

Mariana de Austria



Mariana de Austria - Diego Velázquez - Museo del Prado


El 24 de diciembre de 1634 nacía en Viena esta princesa hija del emperador Fernando III y de la Infanta española Dª María. Era pues, sobrina carnal del rey de España, Felipe IV. 

Felipe tenía 41 años y era ya viudo cuando en 1646 muere el príncipe Baltasar Carlos, su único y legitimo hijo varón - puesto que tenía otros muchos no legítimos - y por lo tanto el que estaba destinado a ocupar el trono. Considera entonces el rey que es el momento de buscar esposa y dar a España un nuevo heredero y como era habitual en los Austrias, se fija en su sobrina Mariana. El embajador español en Viena, D. Diego de Aragón,  realiza las gestiones matrimoniales y mediante procuradores se realiza la boda en Viena en noviembre de 1648. La ya reina de España llegó a su nuevo país por el puerto de Denia, Alicante, durante el mes de agosto del siguiente año pero no se encontró con su esposo hasta el mes de octubre en Naválcarnero, donde se celebró la misa de velaciones. 

Mariana era pálida tenía la nariz larga y los labios gruesos, no era por tanto una belleza según los cánones de la época, pero tenía 15 años y su rijoso esposo 44 por lo que, seguramente, a Felipe le agradó su esposa. No le ocurrió lo mismo a Mariana que se encontró con un hombre feo, artrítico y envejecido seguramente por la vida licenciosa que había llevado y con el que tenía la obligación de procurar dar hijos a la corona. Tampoco le gustó el Alcázar madrileño ni la oscura corte española y su carácter parece ser que se tornó rígido y huraño.


Felipe IV - Diego Velázquez -Museo del Prado

Su primer alumbramiento se produjo en 1651, fue una niña, la infanta Margarita, y como es lógico su sexo produjo una gran decepción, Cuenta Florez que la reina tuvo un sobreparto muy penoso, "que sólo fue feliz para los médicos y las comadres que la atendían por lo mucho que recogieron en la asistencia" y sigue diciendo "después de una larga convalecencia se celebraron fiestas para aliviarla de una terca melancolía que la fatigaba". Así pues parece ser que Mariana además de un puerperio complicado sufrió una depresión postparto. No sería hasta cuatro años después, en 1655, cuando la reina dio a luz de nuevo a una infanta que tan sólo vivió trece días. Al año siguiente nacería una nueva niña que murió al nacer.

Las esperanzas renacen ante un nuevo embarazo de la reina. Esta vez los astrólogos habían vaticinado que tendría un hijo varón, y así fue. El 28 de noviembre de 1657 la reina alumbró un infante pero, escribe su médico "la reina fue oprimida por una epilepsia antes del parto y durante el mismo, tenía epistaxis y hemicráneas con vómitos, contracción del maxilar, rechinar de dientes y había perdido la voz por lo que hubo que sangrarla varias veces". Algunos médicos, como Fernández Ruiz han calificado este cuadro como una eclampsia por lo que las sangrías fueron altamente eficaces. Al recién nacido se le puso el nombre de Felipe Próspero pero, a pesar de su nombre, no prosperó en la vida este pobre niño que murió a los cuatro años a causa de una epilepsia y de otras enfermedades. Un año después del nacimiento de este infante nace otro hijo varón al que se pondrá el nombre de Fernando Tomas y que morirá a los diez meses.

Dª Mariana, como consecuencia quizá de estos infortunios, está cada día más insoportable, su carácter se ha ido agriando día tras día y su gesto es avinagrado, por su parte Felipe tiene ya 55 años ha engendrado más de cuarenta hijos si sumamos los bastardos y los legítimos y es de suponer que su naturaleza estaba ya un tanto exhausta para ciertos menesteres. Pero, si algo une a estos dos seres, es su deseo de dar un heredero a España.

Mariana de Austria - Frans Luycks - Museo del Prado

Dª Mariana está de nuevo embarazada y el domingo 6 de diciembre de 1661 y cuando se disponía a almorzar comienzan los dolores del parto. Se llama entonces a D. Gaspar Bravo, catedrático de Valladolid y médico de cámara que la había atendido en todos sus partos y que dadas las circunstancias en que éstos se desarrollaban era partidario de sangrar a la reina de modo preventivo. Además del Dr Bravo también se colocaron todas las reliquias que se pudieron reunir: tres espinas de la corona de Cristo, un trozo del manto de la Magdalena, un diente de San Pedro y otras muchas que según nos cuenta Balansó se esparcieron por su cama. Sea por lo que fuere, en esta ocasión parece ser que el parto fue sencillo y tan solo duró una hora desde su inicio hasta que nació el nuevo vástago, un infante al que se le impondrá el nombre de Carlos. Este desdichado niño que no parecía tener mucha vitalidad y que según descripciones de algunos embajadores era casi monstruoso, estaba destinado a ser rey de España ya que contra todo pronóstico sobrevivió.

El 17 de septiembre de 1665 muere D Felipe y este niño que todavía no ha cumplido los cuatro años accede al trono con el nombre de Carlos II. La reina Dª Mariana parece estar llena de dolor tras la muerte de su esposo, cosa que no deja de sorprender a algunos comentaristas ya que en los dieciséis años que llevaba en España no había mostrado el más mínimo interés en hacerse amar por su esposo ni por sus súbditos y siempre se mostró fría y distante. Quizá en un intento de mostrarse extremadamente virtuosa desde el momento en que queda viuda Mariana decide vestir para el resto de sus días un hábito monacal.

Mariana de Austria - Juan Carreño Miranda - Museo del Prado

Dª Mariana se manifiesta también como una pésima Regente, aparta a D. Juan José de Austria de su lado granjeándose su enemistad y se entrega políticamente a su confesor, un jesuita alemán, el padre Nithard al que nombra Consejero de estado, Ministro primer consejero de Despacho e Inquisidor general, convirtiéndole de este modo en el hombre más poderoso del Reino.

Cuando el Rey Carlos II cumple los 14 años entra en su mayoría de edad acabando la regencia de Dª Mariana. Según lo dispuesto en el testamento de Felipe IV para cuando llegara éste momento "a la Reina viuda se le hayan de dar trescientos mil ducados cada año para alimentos y si quisiese retirarse para vivir en alguna Ciudad de estos Reynos se le dará el gobierno de ella y de su tierra con su jurisdicción". Pero Mariana no esta por la labor de abandonar el Alcázar madrileño y tan sólo la influencia que D. Juan José de Austria ejerce sobre su hermanastro, el Rey, la obligarán a marchar. No obstante, en cuanto D. Juan José muere, se apresurará a volver a Madrid y continuará influyendo sobre su hijo.

En la última etapa de su vida Mariana tuvo un cáncer de mama que por pudor parece ser que ocultó a sus médicos durante mucho tiempo. El parte redactado el 5 de abril de 1696 por el protomedicato dice: "Hace seis días que su altísima majestad nos mostró un tumor que tiene en el pecho izquierdo de la magnitud y tamaño de una cabeza de recién nacido...el tumor produce dolores que impiden a Su Majestad conciliar el sueño. Se intenta su curación por el método preservativo y paliativo con anuencia del Venerable Real Colegio de médicos y Cirujanos". La familia real consulta al protomedicato imperial austriaco presidido por el Dr Leopold que corrobora el diagnostico. El diez de Mayo el médico Geleen señala "la Reina viuda está peor, tiene tos,  opresión en el pecho y fiebre". 

Dª Mariana de Austria fallece en Madrid en el palacio de Uceda el 16 de mayo de 1696 de un cáncer de mama con probable metástasis pulmonar.

Esta enterrada, al ser madre de rey, en el Panteón de Reyes del Monasterio de El Escorial.

Sarcófago de Dª Mariana de Austria - El Escorial

domingo, 24 de marzo de 2013

Carlos de Austria y Portugal



Carlos de Austria y Portugal - Sanchez Coello - Museo del Prado


Hay quienes dicen que éste príncipe fue mal gestado y peor parido. Y quizá no les falte razón. Fue el fruto del matrimonio entre Felipe II, en aquella época príncipe de Asturias, y de Dª María Manuela de Portugal. Ambos cónyuges tenían dieciséis años cuando se celebraron los esponsales y existía mucha prisa por asegurar la descendencia por lo que María Manuela fue sangrada en varias ocasiones con el fin de aumentar su capacidad de procrear.

El 8 de julio de 1545 nació el ansiado heredero. El parto se desarrolló de mala manera a decir de los cronistas y tras largas horas de sufrimiento de la princesa nació Don Carlos que, además de venir "mal colocado" o quizá por esto mismo, causó la muerte de su madre.

Ya desde muy pequeño D. Carlos dió muestras de rarezas pues, parece ser que mordía los pechos de sus nodrizas hasta hacerlas gritar de dolor y no logró decir ni una palabra hasta pasados los tres años. El diplomático veneciano Badoero informaba al Senado de su país: "El príncipe D. Carlos tiene doce años. Su cabeza es desproporcionada con respecto a su cuerpo, su complexión es débil y anuncia un carácter cruel. Cuando le llevan liebres u otras piezas de caza, su mayor placer consiste en que las asen vivas. Arranca los ojos a los pajarillos que caen en sus manos. Es colérico y sumamente obstinado" 

Unos años después el embajador del rey de Bohemia, barón Dietrichstein describe al príncipe ya adolescente: "Tiene la piel amarilla, uno de sus hombros es más alto que el otro y su pierna derecha más corta que la izquierda. Come mucho y con avidez, no hace ningún ejercicio y cuando se propone alguna cosa la persigue con ardor. Al ver que su padre no le hace ningún caso ni le concede autoridad alguna anda medio desesperado". En ésta última frase es posible que radique la autentica razón de los problemas que habrían de desarrollarse con el tiempo. 

D.Carlos, Príncipe de Asturias - Sanchez Coello - Museo del Prado


Aquel príncipe, huérfano de madre, separado de su padre, que había contraído nuevas nupcias con María Tudor, y que se encontraba en Inglaterra o en los Países Bajos y olvidado de su abuelo que se había retirado a Yuste, creció sin cariño y sin dirección y se convirtió con el tiempo en el protagonista de una tragedia familiar. Cuando Felipe II regresa a España en 1559 su hijo tenía catorce años. Lo encuentra enfermo de fiebres y con aspecto macilento. 

D. Carlos había sido prometido hacía tiempo a la hija del rey de Francia, Isabel de Valois pero, D. Felipe,  puesto que ya estaba viudo de María Tudor, decide desposar él mismo a Dª Isabel. Es posible que este acontecimiento supusiera un duro golpe para el príncipe.

Isabel de Valois tenía una edad aproximada a la del príncipe, era simpática y afectuosa y acogió a éste con amistosa ternura. Fue quizás la única vez que D. Carlos se sintió querido. Jerónimo de Moragas dice "Carlos se sintió comprendido y agradecido y amó a Dª Isabel como aman los perros." 

Pero esta relación fue entendida de distinto modo por quienes les rodeaban y fue también el inicio de la publicidad negativa que ha perseguido a Felipe II. Algunas calumnias se esparcieron desde los Países Bajos y otras fueron los enemigos del Rey las que las hicieron circular desde España. Esta situación dio lugar siglos más tarde a la opera de Verdi,  "D. Carlo"  que a su vez se basaba en el drama de Schiller "Don Karlos, infant von Spein".

Isabel de Valois - Juan Pantoja de la Cruz - Museo del Prado

El príncipe continuaba con su enfermiza constitución por lo que en 1561 los médicos aconsejan un cambio de aires y D.Carlos es enviado al palacio de Alcalá de Henares, en cuya Universidad se instruía en Latín y en otras materias, acompañado de D.Juan de Austria y de Alejandro Farnesio. Es allí donde, persiguiendo a una criada que le había resultado atractiva y que no se dejó convencer por sus requerimientos, cayó rodando por unas angostas escaleras sufriendo heridas de distinta consideración, la peor de ellas en la cabeza. Lo recogieron maltrecho y lo curaron, pero a los tres días apareció la fiebre, la herida se había infectado y se produjo una erisipela que se extendió por la cara y el pecho. Como es lógico se celebraron muchas consultas de médicos y se pensó en la trepanación, terapia que parece ser que realizó Vesalio, médico de cámara de Felipe II. A pesar de ello la gravedad continuaba y se recurrió entonces a la "terapia de las reliquias"  instalándole en su  cama el cadáver de un franciscano llamado Diego de Alcalá y que había muerto en olor de santidad muchos años antes. Fuera por lo que fuese, el príncipe se curó y fray Diego de Alcalá fue beatificado. 

Universidad de Alcalá de Henares

A partir de entonces D. Carlos regresa a Madrid y desde ese momento las fiestas se suceden y empieza a mostrarse caprichoso en su vestimenta y en el uso de joyas gastando gran cantidad de dinero. Además, empieza a mostrarse colérico ante las cosas que no eran de su agrado. En una ocasión intentó que un zapatero que no había confeccionado sus zapatos a su gusto se los comiera. Desafiaba y cruzaba apuestas con los cortesanos de su entorno y su espíritu era cada vez más competitivo y así pasaba los días cometiendo distintos desafueros. Como nada escapaba al conocimiento de D. Felipe, esta conducta de su hijo acaba provocándole un descontento y un despreció que los separa todavía más. Este mal entendimiento entre padre e hijo era la comidilla de todas las cortes europeas que eran puntualmente informadas por sus embajadores. 

D. Carlos se fue convirtiendo en un ser cada vez más violento y el intento de rivalizar con su padre le llevaba a cometer actos propios de un demente. Un día obligó al caballerizo de su padre a ensillarle el caballo favorito de éste y lo montó de tal modo que el pobre animal murió a los pocos días. Otro día abofeteó a dos amigos de D Felipe a quienes además llegó a amenazar con un puñal. No obstante junto a estos actos hay que mencionar otros radicalmente opuestos y que traducían una gran generosidad, ya que, se hacía cargo de la manutención de muchos niños abandonados y pagaba las deudas de algunos encarcelados. Cara y cruz de este extravagante personaje.

D.Carlos empezó a tener en su mente una única obsesión "Flandes."Ansiaba el gobierno de los Países Bajos como fuera y a cualquier precio. De hecho escribió a varios grandes de España solicitando dinero para iniciar su anhelado viaje y diciendo a quien quisiera oírle que su padre era el ser al que más detestaba. Cuando supo que el duque de Alba había sido nombrado lugarteniente de su Majestad en Flandes se abalanzó sobre él gritando "Soy yo quien debe partir, vos no iréis porque yo os mataré". El duque era hombre fornido y no tuvo ningún problema para quitarse de encima al enclenque príncipe. Llegado a éste punto Felipe II consideró que era ya el momento de acabar con tanta locura.

A las once de la noche del 19 de Enero de 1568 el Rey vestido con casco y coraza y acompañado de miembros de su corte entró en los aposentos del príncipe. Ordeno que fueran recogidos todos sus papeles, registrados todos sus muebles y retiradas todas las armas y objetos metálicos. La furia del príncipe llegó al paroxismo, insultó a su padre y lo llamo tirano. Felipe con rostro gélido se limito a responder: "dada vuestra conducta no os trataré como padre sino como rey".

El Rey ordenó después que se pusiera vigilancia en la puerta de los aposentos de su hijo y que nadie entrara en ellos sin su consentimiento. Isabel de Valois se enteró de los acontecimientos a la siguiente mañana y solicitó a D. Felipe permiso para ver al príncipe pero le fue denegado. El embajador francés informó a su gobierno que la Reina lloró amargamente.

Como era de esperar estos sucesos provocaron un autentico escándalo en España y fuera de ella. Los embajadores acreditados en Madrid informaron de los hechos a sus gobiernos que quedaron conmocionados ante la frialdad de Felipe II. Uno de los más grandes historiadores de la época, Gachard, escribe: "Es muy difícil saber si la actitud de Felipe II denotaba la firmeza de carácter propia del justo o simplemente dureza de corazón y ausencia de sentimientos paternales". Gachard sigue escribiendo: "Su Majestad ha decidido excluir al Príncipe de Asturias de la sucesión a la corona y mantenerlo recluido hasta el fin de sus días".

Retrato de Felipe II - Sofonisba Anguissola

Calculador como era y dándose cuenta de la mala impresión que éstos hechos habían provocado, D. Felipe envió cartas al Papa y a las cortes europeas contando su versión de los hechos y argumentando que la resolución de recluir a su hijo había sido tomada "por motivos tan justos y razones tan urgentes que le resultaba imposible dejar de tomarlas si quería cumplir con sus obligaciones como rey, convencido como estaba de que era lo más conveniente para el servicio de Dios y el bien de los reinos".

Dándose cuenta el príncipe de cual era su destino decidió que debía morir. Como no tenía armas ni instrumentos que le permitieran el suicidio consideró que lo mejor era dejarse morir por inanición y así inició una huelga de hambre. Informado el rey de las intenciones de su hijo sólo respondió "ya comerá cuando le apriete el hambre" Y así fue. D. Carlos volvió a comer y lo hizo de manera compulsiva como era propio a su carácter y persistieron sus rarezas y su desesperado comportamiento.

A mediados de Julio, seis meses después de su reclusión, le fueron servidas al príncipe unas perdices con gran cantidad de especias, parece ser que fueron de su agrado puesto que se las comió enteras. Al poco sintió mucha sed y para saciarla bebió gran cantidad de agua fría. Por la noche se vio acometido por grandes dolores abdominales y vómitos que no cesaban a pesar de los purgantes y de los distintos remedios que le administraron. El príncipe hizo llamar a su confesor para preparase a morir y tras dictar su testamento solicito ver a su padre. Aunque parezca increíble Felipe II no acudió a la llamada de su hijo. 

D.Carlos, Príncipe de Asturias, murió el 24 de Julio de 1568. El Rey, que no acudió a confortarlo en sus últimos momentos, ordenó solemnes funerales y la corte estuvo de luto durante un año.

Esta muerte dio lugar a muchos rumores recogidos en la "leyenda negra" contra el monarca español y se llegó a decir que el príncipe había sido envenenado por orden de su padre. Estas acusaciones hace tiempo que fueron desmontadas pero dice el historiador Gachard "No sólo se mata con el hierro, el veneno o el garrote. Las torturas morales son también un suplicio y Felipe II podrá ser difícilmente justificado ante la posteridad de las que le hizo sufrir al desgraciado D. Carlos".

A día de hoy la causa de la muerte de D. Carlos sigue siendo de origen desconocido. 

lunes, 4 de marzo de 2013

Enrique VIII de Inglaterra



Enrique VIII - Hans Holbein "El Joven" - (Museo Thyssen-Bornemisza)

Nacido en 1491 en Greenwich en el palacio de la Placentia, fue el tercer hijo de Enrique VII de Inglaterra y de Isabel de York.

Enrique recibió una buena educación, hablaba latín, francés y español y era gran amante de la música, de las artes y de la arquitectura. Era además un joven deportista que gustaba de participar en justas y en cacerías . Algunos de los cronistas de la época lo describen como un hombre guapo, de tez blanca, pelo castaño-rojizo y muy elegante. Con el tiempo, este atractivo joven que no había nacido para reinar, se convertiría en un rey absolutista y tiránico. 

Enrique llego a ser Rey por una jugada del destino. Su hermano Arturo era el primogénito y por lo tanto fue jurado Príncipe de Gales como heredero al trono de Inglaterra. Arturo se había casado con la Infanta Catalina, hija de los Reyes Católicos, pero moría a las pocas semanas del matrimonio tras sufrir una infección. Quedó pues Catalina en la corte de su suegro a la espera de que éste y su padre decidieran su futuro.

Muere el Rey en 1509 y unas semanas antes de ser coronado, Enrique desposa a la Infanta Catalina, viuda de su hermano, para asegurarse la alianza con España, y ambos son coronados Reyes de Inglaterra en Junio.

Catalina de Aragón - Michel Sittow - Kunsthistorisches Museum

Aquel joven, elegante y atractivo que se había convertido en Rey de Inglaterra, va engordando conforme se acerca a la edad madura y además, ha sufrido distintos accidentes mientras participaba en las Justas uno de los cuales le deja una herida en el muslo que no consigue cicatrizar. Su carácter va cambiando, come y bebe en exceso y da muestras constantes de despotismo.

Enrique empieza a obsesionarse con la idea de conseguir un heredero varón que asegure el trono de Inglaterra a la dinastía Tudor pero, a pesar de que su esposa Catalina queda embarazada en al menos siete ocasiones, todos los hijos se malograrán y sólo llegará a la edad adulta María

A los 24 años del matrimonio, Enrique consigue el divorcio de su esposa argumentando relación incestuosa por haber estado Catalina casada con su hermano. Lograr este divorcio le costó la ruptura con la Iglesia de Roma. Enrique se casó cinco veces más. Sobre sus esposas está casi todo escrito. Dos de ellas fueron decapitadas por orden del Rey tras los juicios pertinentes y con argumentos falsos. Tres de ellas le dieron hijos: Catalina de Aragón a María. Ana Bolena a Isabel y Jane Seymour al ansiado varón, Eduardo, que, no obstante, fue un niño débil y murió a los 15 años.

Mucho se ha dicho sobre las enfermedades de Enrique VIII; que padeció viruela, cosa muy probable dada la época histórica, que estuvo enfermo de paludismo, que sufría gota y diabetes, lo cual teniendo en cuenta su obesidad y su dieta es algo más que probable y que tenía úlceras en las piernas y enormes venas, lo que podría explicar que estas úlceras fueran de origen varicoso. Pero, también se ha llegado a decir que, con toda seguridad, Enrique VIII era sifilítico y esto habría ocasionado su dificultad para engendrar hijos sanos al trasmitirla a sus esposas pero, esta teoría, está cada vez más desacreditada ya que engendró hijos sanos y los síntomas que presentaba el monarca en lo que hubiera sido la fase tardía de la enfermedad podrían ser debidos a otras causas.

Enrique VIII - Hans Holbein "El Joven" (Galleria Nazionale d'Arte Antica) 


La teoría más novedosa aparece en Mayo de 2011, cuando Catrina Banks y Kira Kramer publican en The Historial Journal un articulo titulado "Una nueva explicación para los males de la reproducción y el declive de Enrique VIII". Las autoras de éste artículo consideran que era más que probable que Enrique fuera antígeno Kell positivo, lo que, según ellas, explicaría sus dificultades para engendrar hijos sanos. Además, consideran que también es probable que sufriera un síndrome de McLeod, síndrome que esta ligado al antígeno Kell y que se manifiesta en la cuarta década de la vida con trastornos neurológicos y demencia.

El Dr Malcon Needs, director del Departamento de Sangre y Trasplantes del Tooting Medical Centre de Londres, publicó pocos meses después un artículo en The Biomedical Scientist rebatiendo estas teorías y demostrando que tanto Banks como Kramer muestran una escasa comprensión de las leyes Mendelianas. Si un hombre Kell positivo engendra un hijo en una mujer Kell negativo, este primer hijo podría nacer pero no los siguientes, ya que, los anticuerpos creados en la madre destruirían al siguiente feto. Hay que recordar que la princesa María nace en la cuarta gestación de Catalina de Aragón. Por otra parte - añade el Dr Needs - los enfermos del Síndrome de McLeods sufren infecciones de repetición debido a que los glóbulos blancos no son capaces de destruir las bacterias y teniendo en cuenta que no era la época de los antibióticos el monarca habría muerto a temprana edad, cosa que no sucedió. Concluye además diciendo que, una gran cantidad de enfermedades neurodegenerativas podrían haber dado estos síntomas y que no existe ninguna evidencia que permita decir que Enrique fuera Kell positivo. 

 Enrique VIII falleció el 28 de Enero de 1547 en el palacio de Withehall. Fue sepultado en la Capilla de San Jorge en el Castillo de Windsor

Castillo de Windsor

martes, 26 de febrero de 2013

María Luisa de Orleans ( II )


María Luisa de Orleans - José García Hidalgo - Museo del Prado

El día 9 de febrero de 1689 y según manuscrito existente en la Biblioteca Nacional. "la Reina comió un plato compuesto por ternillas de ternera, sustancia de gallina y de carnero y pidió que se lo helaran con cuatro libras de nieve, después  merendó ostras frías con mucho limón, aceitunas, naranjas y una taza de leche fría, y habiendo merendado lo que se ha dicho pasó la noche con grandes congojas." Inició pues  la Reina un cuadro de vómitos y dolor abdominal.

A las 5 de la madrugada del día 10 es llamado Juan Lorenzo Francini, médico de cámara de la Reina a la que había acompañado desde París. Dada la intensidad del cólico fue llamado a petición de la Reina Don Lucas Maestre Negrete, médico de cámara del Rey.

La Reina expresó el temor de haber sido envenenada a lo que D. Lucas Maestre respondió "es verdad, Señora, que el cuerpo esta lleno de veneno pero es el que Vuestra Majestad ha tomado de sus propias manos, que si fuera de otra calidad yo se lo sacara. No piense Vuestra Majestad que en España se haga tal".

Ambos facultativos, dada la gravedad del caso, decidieron llamar a consulta a Don Gabino Fariñas, el más antiguo de los médicos de la Real Cámara, y los tres diagnosticaron el caso como de "cólera morbo".



Se le administraron  remedios internos, emulsión de opio, sal de perlas o extracto de yemas entre otros, y externos, óleos, ungüentos y ventosas sin ningún éxito. Finalmente  Dª María Luisa pidió que se le administrase el "agua de la vida" que era una pócima creada por un curandero malagueño, Luis de Alderete, y que estaba prohibida por el protomedicato. Tras tomarla le sobrevinieron grandes sudores y sintiéndose ya morir solicitó la presencia de su confesor un jesuita francés. "Por la mañana del sábado, a las ocho y cuarto, entregó  el espíritu al Creador".

Eran tantas las voces que hablaban de un envenenamiento por arsénico que el Rey dió su consentimiento para que se abriese el cuerpo de su esposa y se estudiase.

Juan Lorenzo Francini, según consta en Archivo del Quai d’Orsay, describe la autopsia diciendo: "el vientre grande y lleno de gases, los intestinos dilatados y como convulsos, pero abiertos éstos, sus membranas interiores estaban blancas sin ser corroídas. Los pulmones estaban llenos de sangre. El útero estaba sin defecto"Pero otros de los cirujanos y médicos presentes escribieron "el vaso de la generación era más pequeño de lo que suele ser".

Exequias de María Luisa de Orleans -Sebastian Muñoz - Hispanic Society de Nueva York

El médico de Cámara, Francini, en su informe oficial estableció como causa de la muerte una intoxicación alimenticia. En estudios posteriores los doctores Piga y Carro son de la misma opinión, atribuyendo la muerte a una salmonelosis. El Dr  Manuel Izquierdo considera en cambio que el fallecimiento de la Reina se produjo como consecuencia de una pelviperitonítis.

María Luisa de Orleáns murió el 12 de febrero de 1689. Tenía 27 años. Sus restos fueron sepultados en el Panteón de Infantes del Monasterio de El Escorial


viernes, 22 de febrero de 2013

María Luisa de Orleans ( I )

Retrato de María Luisa de Orleáns - Carreño de Miranda 


Nace esta princesa en Paris en 1662, hija del duque Felipe de Orleáns único hermano de Luis XIV, el Rey Sol y de Enriqueta de Inglaterra.

Su boda con Carlos II, el último Austria de España, se realiza por poderes en Fontainebleau en 1679, no llegando la reina a su nueva patria hasta cuatro meses después. El embajador español, marqués de Balbases, describe a María Luisa como "airosa, bien entallada y de ojos y cabellos negros" mientras que el embajador francés, marqués de Villars, dice de D. Carlos que era hombre que "asustaba de feo". Fuera como fuese, parece ser que ambos pusieron en un principio todo su empeño en cumplir su cometido que no era otro que el de la procreación.

Palacio de Fontainebleau

Dª María Luisa sufría frecuentes alteraciones menstruales que la llevaron a pensar en más de una ocasión que se encontraba en estado de gestación pero lo cierto es que el deseado embarazo no se producía. Según testimonio de una sirvienta de palacio, Margarita Lautier, la reina "lloraba mucho cuando se sentía con el achaque y tomaba durante esos días gran cantidad de bebidas heladas y de comida ácida". 

Pasaron los años y esta esterilidad tendría distintas interpretaciones. La marquesa de Villars, esposa del embajador francés, le comunica al diplomático Rebenac "la reina me dijo hoy que un defecto atribuido al exceso de vivacidad de Rey impedían que la cópula fuera perfecta". Mientras, el embajador Foscarini escribe al Dux y al Senado del Véneto en los siguientes términos "Fallida repetidamente la necesaria sucesión, se ha tachado de infecunda a la Reina llegando la malicia y la perversidad a sospechar que el rey Luis XIV, su tío, la había hecho propinar medicamentos esterilizadores y que ella misma toma brebajes con este fin".

Mucha gente pensaba que el Rey Sol estaba muy interesado en sentar en el Trono de España a un Borbón, y las sospechas llegaron a tal punto que se efectuó un registro en un mueble de la cámara de la Reina encontrándose cosméticos y otras sustancias, redactándose después un informe firmado por los doctores D. Juan de Clavería y D Miguel de Alba, protomédicos de su majestad y por D Diego Martinez Pedernoso, boticario mayor, en el que se hace constar "si fuera mujer la que lo usase pudiera infecundarse y si con los ingredientes que componen las confecciones dichas, polvos y aguas destiladas se hiciesen mechas y se aplicara su uso por la boca de la madre, con gran facilidad abortaran".

 Carlos II con armadura - Juan Carreño de Miranda ( Museo del Prado)

Los españoles sospechaban de todos los cortesanos y servidores que acompañaban a la reina y que habían venido con ella desde Francia, en especial de su ex nodriza Francisca Duperroy, viuda de Quentin, a quien los españoles deformando su apellido llamaban "La Cantina" y de quien se decía tenía orden de intentar privar al rey D Carlos de un heredero directo.

En agosto de 1685 el marques de Feuquiére escribe: "La reina de España esta en muy grave peligro, se la ha procesado secretamente por crimen de aborto y sus enemigos no tropezaran con dificultad ninguna para aducir a modo de prueba cuantos falsos testimonios necesiten. Temo que el Rey, por debilidad de carácter, la sacrifique al frenesí popular"

María Luisa de Orleáns murió en febrero de 1689 con el temor de haber sido envenenada.

El próximo día hablaremos de su muerte.