Isabel de Farnesio. Jean Ranc. Museo del Prado
El 14 de febrero de 1714 fallecía en Madrid María Luisa Gabriela de Saboya, primera esposa de Felipe V, dejando al Rey sumido en la tristeza y con una apatía todavía mayor de la que le era habitual. En estas circunstancias, Marie-Anne de La Trémoille princesa de los Ursinos - que había acompañado a Felipe hasta España por expreso deseo de Luis XIV- y Camarera Mayor de la corte, se había adueñado totalmente de la voluntad del Rey. Consideraba Marie-Anne que, dada la fogosidad sexual del Monarca, había que buscarle nueva esposa cuanto antes y para elegirla buscaría el consejo de Gulio Alberoni un clérigo, secretario del duque de Vendôme, y con grandes aspiraciones.
Alberoni sugeriría como candidata a Isabel de Farnesio alegando que : " es una princesa sumisa, obediente, sin deseos de mando". Esta descripción fue suficiente para que la princesa de los Ursinos la considerará la mujer ideal para ser la futura reina de España y un objeto manejable en sus manos y tanta fue su seguridad que se olvido de informar de su decisión, como era lo habitual, a Luis XIV. La candidata tenía, a ojos de Marie-Anne y de Felipe V, otro atractivo añadido: traía como dote los derechos sucesorios al Ducado de Parma que le daban la posibilidad de acabar añadiendo el ducado a la Corona de España.
Cuando estos hechos suceden Isabel, que había nacido el 22 de octubre de 1692, estaba a punto de cumplir los 21 años. Era hija de los Duques reinantes de Parma y sobrina de Mariana de Neoburgo, la Reina viuda de Carlos II que vivía desterrada en Bayona.
El duque de Saint-Agnau define a la futura reina de España como alta y bien formada aunque las huellas que en su rostro ha dejado la viruela le han restado muchos encantos y Luciano de Taxonera dice que Isabel era: " viva, intrépida, astuta, versada en idiomas, gustosa de la politica, aficionada a la historia y preocupada por todas las actividades artísticas e intelectuales".
Felipe V. Jean Ranc. Museo del Prado
En septiembre, y por poderes, Isabel y Felipe contraen matrimonio y la ya Reina emprende el camino hacia España. Durante su viaje recibirá la visita de su tía Mariana de Neoburgo, que desde Bayona acudirá a la localidad de Saint-Jean-Pied-de-Port para pasar con ella dos días. Durante ellos la pondrá al corriente de las costumbres de los españoles, del carácter de Felipe V y sobre todo la pondrá en contra de la princesa de los Ursinos, a quien Mariana atribuye su destierro. Por su parte Isabel prometerá hacer todo lo posible para conseguir el regreso de Mariana a la corte.
En diciembre llega por fin a España la nueva reina y al municipio de Jadraque sale a recibirla la princesa de los Ursinos. Marie- Anne acude al encuentro dispuesta a demostrar que ella es uno de los pilares del Reino y como considera que para adueñarse de la voluntad de Isabel es mejor un buen golpe de audacia que una actitud sumisa la toma por la cintura y le dice " cielos señora que cintura tan gruesa". Isabel palidece ante tamaña afrenta y en perfecto castellano ordena al oficial jefe de la guardia: " llevaos de aquí a esta loca que ha osado insultarme".
Ese fue el final de Marie-Anne de La Trémoille princesa de los Ursinos. Isabel daría en ese mismo momento la orden escrita de destierro y sin darle tiempo a recoger sus cosas en Madrid ni tan siquiera a despedirse del Rey, la princesa, acompañada por cincuenta soldados, fue depositada en la frontera con Francia. Aquella candidata a reina sumisa, obediente y sin deseos de mando le había ganado la partida en la primera jugada.
En Guadalajara la esperaba Felipe V y antes de que el Rey se recuperara del asombro que lo acontecido con la princesa de los Ursinos le había producido, ya se había celebrado la misa de velaciones y ya se había metido Isabel en su cama, lo cual le haría olvidar rápidamente a la que durante tantos años fuera su consejera. A petición de Isabel ratifica el Rey el destierro de Marie-Anne y de todos sus colaboradores.
Felipe V e Isabel de Farnesio. L.M. van Loo. Museo del Prado
Los madrileños se habían encariñado con María Luisa Gabriela de Saboya y con sus hijos y en la comparación Isabel salía perdiendo, todos la encontraban fea, estirada y con cara de madrastra mala. Despectivamente empezaron a llamarla la partisana.
A los seis meses de la boda ya había quedado Isabel embarazada, cosa por otra parte bastante lógica si tenemos en cuenta que a los esposos les costaba abandonar el lecho conyugal y que incluso llegaban a despachar los asuntos de Estado desde la cama. Hubo quien dijo que el verdadero trono de Isabel era el tálamo y que desde él gobernaba a su esposo y al Estado.
Isabel, era consciente de que la Corona de España tenía ya herederos y que estos eran los hijos varones habidos por el Rey con su primera esposa, María Luisa. También era consciente de que su primera obligación como Reina era dar más hijos al Monarca y estuvo dispuesta a hacerlo. Pero también tenía una ambición y a ésta dedicaría gran parte de sus esfuerzos, Isabel deseaba, sobre todas las cosas, conseguir tronos en los que poder sentar a sus hijos.
El primer hijo de Isabel nacería en enero de 1716 y recibiría el nombre de Carlos. No sería el único pues a pesar de la deteriorada salud mental del Rey, sus obsesiones sexuales le seguían esclavizando e Isabel sabía como manejar esos asuntos en la alcoba. Siete hijos llegarían a tener, aunque uno de ellos moriría al poco de nacer.
Desde el principio de su matrimonio Isabel solía acompañar al Rey en todas sus actividades, incluida la caza, que llegaría a gustarle mucho. Ambos habían sido educados en el amor hacia el arte y la cultura y gracias a ello dejaron a los españoles un importante legado: El Palacio Real de la Granja de San Ildefonso, el Palacio Real de Madrid, las reformas y engrandecimiento del Palacio de Aranjuez y también la fundación de la Real Academia Española y La Real Academia de la Historia.
Felipe V sufría frecuentes episodios de melancolía y tristeza por lo que dejaba prácticamente el gobierno en manos de su esposa y de Alberoni. Se hicieron muchas reformas en política interior pero lo que realmente interesaba a Isabel era la política exterior, obsesionada como estaba en conseguir tronos para sus vástagos.
Luis I. Jean Ranc. Museo del Prado
Tal vez a causa de su enfermedad o quizá porque Felipe V albergaba el deseo y la ambición de reinar en Francia si Luis XV fallecía de forma prematura, el 10 de enero de 1724 se firmó un decreto por el que Felipe abdicaba en su hijo Luis.
Isabel y Felipe se habían retirado al Palacio Real de la Granja pero ocho meses después Luis I fallecería víctima de la viruela y lo haría sin descendencia. Isabel que poseía una gran habilidad política se las ingenio para que su marido volviera a ocupar el trono.
Isabel era una avispada política pero también una mujer con suerte de tal manera que, por los distintos tratados y pactos que en el tablero de la política europea se firmaban, obtendría el Reino de Nápoles y Sicilia, en cuyo trono sentaría a su hijo Carlos. Por el mismo tipo de pactos obtuvo el Ducado de Parma que paso a ser regido por su hijo Felipe. Poco a poco Isabel iba alcanzando sus objetivos.
La enfermedad del Rey se hacía cada vez más manifiesta, los brotes de la misma eran cada vez más frecuentes y finalmente fallecería en julio de 1746. El único hijo que queda de su matrimonio con Maria Luisa Gabriela de Saboya será el nuevo rey de España con el nombre de Fernando VI.
La relación de Isabel con sus hijastros no había sido ni buena ni mala, simplemente se ignoraban. Con la mujer de Fernando, Bárbara de Braganza, se llevaba francamente mal y como además la Reina viuda era incapaz de permanecer al margen de los asuntos políticos fue desterrada al Palacio de la Granja.
Isabel va a conocer la muerte de su nuera Bárbara y poco tiempo después la de su hijastro Fernando VI sin descendencia. Por tanto su hijo Carlos pasaría a ocupar el trono de España con el nombre de Carlos III.
Carlos III. Anton Rafael Mengs. Museo del Prado
Han pasado los años, Isabel está casi ciega y llena de achaques. Su obesidad la obliga a ser ayudada por dos personas para cualquier actividad incluso, para sentarse o acostarse pero ha conseguido casi todo lo que ambicionó en la vida. Ha sido Reina dos veces y, pese a parecer imposible, ha conseguido que su hijo Carlos ocupe el trono de España, que su hijo Felipe ocupe el ducado de Parma y que el último de sus hijos varones se convierta en Cardenal. En cuanto a sus hijas una es Reina de Portugal, otra Reina de Cerdeña y otra, muerta prematuramente, fue esposa del Delfin de Francia.
La muerte le sobrevino cuando contaba 73 años y su último deseo fue ser enterrada junto a su esposo en la colegiata del palacio de la Granja.
Pues menos mal que era "sumisa, obediente y sin deseos de mando".
ResponderEliminarBesos.
Si, una pobre criaturita de 21 años. Quién le iba a decir a la de los Ursinos lo que le esperaba.
EliminarBesos
Opino lo mismo que Macondo, jajaja. Nos das unas clases de historia bárbaras, gracias
ResponderEliminarGracias a ti Mª Ángeles, siempre das ánimos.
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Hello. It was a pleasure to explore the royal family. Sunny days to you.
ResponderEliminarInteresante blog el tuyo, me ha gustado conocerlo, por eso me quedo a vivir, voy a aprender mucho por aquí.
ResponderEliminarUn beso. Con sabor a huerto blogspot.com
Gracias por el comentario y por quedarte.
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muy interesante, creo que es la primera vez que te visito, llego hasta aquí siguiendo tu huella. Gracias por visitirme.
ResponderEliminarun saludo.
Gracias a ti Karin. Saludos
EliminarUna señora de armas tomar que le amargó la vida a su hijastro y a Bárbara, otra picada por la viruela, la mujer de este. Pudo finalmente ver sentado en el trono de España a su hijo Carlos. Del difunto marido Felipe V, solo decir que estaba más sonado que las maracas de Machín. Un día llegó a palacio tras un paseo matinal con su caballo diciendo que el sol le perseguía y mandó cerrar puertas y ventanas.
ResponderEliminarUn abrazo, Ambar.
Las anécdotas protagonizadas por Felipe V son cuantiosas. Dª Isabel amargaba la vida de us hijastro y de su esposa, por eso la desterraron.
EliminarUn abrazo
Luchó toda su vida para sus hijos y así logró sus propósitos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Además de luchar tuvo la suerte como compañera.
EliminarUn beso
Desde luego quién pensó que la mujer era sumisa y fácil de llevar se cubrió de gloria, tenía muy claro lo qué quería y luchó por ello.
ResponderEliminarUn abrazo
Era inteligente y sabía lo que quería, una buena combinación para lograr sus propósitos.
EliminarTenía una imagen distinta de Isabel de Farnesio...No era sumisa, no...
ResponderEliminarMuy Bueno Ambar.
Besote
De sumisa no tenía nada pero seguramente tuvo otras virtudes a ojos de Felipe V.
EliminarBesos
Fue una mujer de mucho temple, además la enfermedad de Felipe V y los frecuentes ataques que sufría ocasionaron que Isabel de Farnesio llevara las riendas del país y del palacio. Pues el destierro en el palacio de la Granja no debió gustarle nada, a felipe V sí, porque era un lugar aislado, pero a ella no.
ResponderEliminarInteresante entrada.
Un saludo, Ámbar.
Isabel, desde la Granja, seguía todos los movimientos de su hijastro Luis I y estaba informada de todo lo que se "cocía" en Madrid. No dejo la política en ningún momento durante ese breve periodo de tiempo.
EliminarUn abrazo
Que no hace una madre por sus hijos....
ResponderEliminarMuy bueno, gracias.
Besos =)))
También tienes razón.Besos
EliminarBoa tarde, gosto de ler historia, a Elizabeth Farnese ignorava e bem a submissão.
ResponderEliminarAG
Gracias por tu visita. Saludos
EliminarSaludos Ambar: Otro de los apodos que le pusieron era el la mantecona. Supo jugar bien sus cartas y lograr sus sueños y ambiciones, no todos lo consiguen, Un abrazo.
ResponderEliminarEra lista y tenía muy claro lo que quería. Lo de Mantecona no lo sabía.
EliminarBesos
Es una personalidad muy fuerte y por todos los medios que se esfuerzan por terminar. Funcionó, y creo que se sentía satisfecha. Muy interesante sus mensajes. Saludos.
ResponderEliminarSeguramente albergó ese sentimiento de satisfacción que tu citas.
EliminarSaludos
Sin duda, una mujer muy inteligente y con mucha ambición.
ResponderEliminarUn beso. Muy feliz fin de semana.
Ambiciosa, lista y dispuesta siempre a obtener sus propósitos.
EliminarFeliz semana. Besos
"La bola de queso parmesano" no es reina de mi devoción, aunque hay que reconocer que sus ambiciones dieron fruto, sin duda porque era lista e intrigante.
ResponderEliminarLa pasada que le hizo a la Ursinos demuestra lo malvada que podía llegar a ser. No obstante controló al imbécil de su marido, que estaba completamente loco, aunque fuese metiéndoselo en la cama, y eso es realmente digno de una reina que quizá debió gobernar por derecho propio.
Saludos.
Saludos
Lo de "la bola de queso parmesano" me ha gustado mucho. Era intrigante, lista y manipuladora. No necesitó volver loco al Rey porque ya se lo entregaron loco, pero supo aprovechar muy bien las imperiosas necesidades sexuales del Monarca y gobernar de hecho aunque no fuera de derecho.
EliminarSaludos dissident
¡Hola Ámbar!!!
ResponderEliminarPues mira que fue bien espabilada la Reina ésta, y eso que parecía una princesa sumisa, obediente y sin deseos de mando. Sin duda sabía bien lo que quería y lo obtuvo seguramente con esfuerzo y habilidad, puesto que ser hábil es un triunfo. En la vida en los de a pie: también pasa pero al revés, muchas veces tenemos lo que queremos tener y luego no quejamos... Pero es que no somos espabilados como Isabel. Aunque los hay muy espabilados, demasiado diría yo.
Gracias, por esta preciosa entrada y por tus bonitas letras en mi puerto.
Te dejo mi abrazo grande y mi inmensa estima.
Feliz domingo, reina.
Las ideas las tenía claras y sus prioridades también. Gracias por pasr.
EliminarBesos
Esta reina reino desde antes de llegar a España ¡¡¡ chica lista diría yo!!! Fue inteligente y supo quitarse gente de encima, siempre lo tuvo claro.
ResponderEliminarReino como quiso, no tuvo enfermedades de “locura” o mirándolo bien lo tuvo todo. Nos dejo a su hijo Carlos III como el mejor alcalde que jamás tuvo Madrid, y que aún se recuerda.
De esta reina algo sabía yo, pero mucho mejor contado por ti. Otra entrada maravillosa. Un beso amiga.
Era lista y entró al país con las tijeras en la mano. De haber nacido en esta época habría sido politóloga-
EliminarBesos
Caray con la sumisa... tenía bien claro lo que quería, y como buena madre lo mejor para sus hijos, al final los dejó todos bien colocaditos.
ResponderEliminarComo siempre Ambar tus entradas son fabulosas, nos facilitas la historia de forma agradable de leer.
Gracias por compartir.
Besos
Puri
Muchas gracias por el comentario Puri.
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Madre mía, cómo engañaba. Esa mujer era muy astuta, toda una triunfadora.
ResponderEliminarMe ha encantado la historia y cómo la has contado.
Besos, Ambar.
Gracias Celia. A mi lo que me ha encantado es verte por aqui.
EliminarBesos
¡Bendito tálamo y bendita su inteligencia!. además, para la época vivió una larga y provechosa vida. ISABEL, la parmesana- partisana
ResponderEliminarBesos, Ambar
Era lista y tuvo un marido con las neuronas un poco "tocadas", eso debió ayudar algo a sus ambiciones.
EliminarBesos
Para mí astuta , lista y de las que se envidian.
ResponderEliminarMuy buena es siempre tu forma de contar la historia.
Besitos
Era muy astuta y no le temblaba el pulso a la hora de pisar a quien fuera. Una gran combinación
EliminarBesos Inma
Una mujer de gran carácter que tuvo que coger las riendas del poder viendo la incapacidad de su esposo para gobernar y que no cejó en su empeño de posicionar a sus hijos en tronos de toda Europa frente a sus hijastros. La suerte pareció siempre acompañarla en su destino vital y la corona española en la frente de su hijo primogénito.
ResponderEliminarUn beso
Tuvo mucha suerte y la supo aprovechar. Incluso aquellas cosas sobre las que no tenía influencia le salían bien.
EliminarBesos Carmen
No hay duda de que esta mujer, trató de manipular a cuantas personas se hallaban alrededor, enredándolas con su inteligencia egoísta. Pero mirándolo por otro lado, como no ser controladora cuando se tiene un esposo loco, ocupado sólo de sus alucinaciones, o gobernaba ella o gobernaban los demás, se necesitan muchos pantalones, Isabel parecía que los tenía. Gracias por tu estupenda aportación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tenía las cosas claras y una mente despierta, poseía además dotes para la política y mucha suerte.
EliminarBesos Cristina
¡Líbranos Señor de las sumisas como Isabel de Farnesio!
ResponderEliminarSeguro que aprendió bien la lección que le proporcionó su tía al ponerla al corriente de lo manipuladora que era la princesa de Ursinos.
Me imagino que la princesa, al estar acostumbrada a manejar al Rey de España desde que tenía 17 años, no quería que la nueva esposa se interpusiera en sus decisiones y... de esta vez su táctica le falló, a mí entender, se pasó un montón, ha pecado de grosera, lógico que se ganase el destierro.
Se dice que detrás de un hombre importante siempre hay una mujer inteligente y en este caso el dicho es toda una realidad.
Logró todo lo que se proponía y sus hijos, gracias a los tratados y pactos que llevó a cabo en política exterior, tuvieron todos su trono.
A la muerte de su hijastro Fernando VI y de la esposa de éste, gana la partida de nuevo y su hijo Carlos pasa a ocupar el trono de España.
Aquí podemos decir que hay mujeres que nacen con estrella, lo que ya me queda la duda es de si ha sido feliz al casarse con el rey Felipe.
Cariños.
kasioles
Feliz, lo que se dice feliz no creo que fuera al lado de un hombre como Felipe. Ella tenía claras sus obligaciones y supo, eso si, sacarles el máximo partido.
EliminarBesos Kasioles
Mal ojo tuvo "Marie-Anne de La Trémoille para elegir a la nueva esposa de Felipe V" A Isabel de Farnesio desde que llego a España, le salió todo redondo desplegando toda su astucia. Una entrada muy interesante Ambar, gracias por traerla.
ResponderEliminarBesos.
Marie-Anne fue muy ingenua al dejarse convencer por un hombre ambicioso como Alberoni, y muy prepotente al intentar desde el primer encuentro demostrar que ella era la que mandaba en la corte.
EliminarBesos Conchi
Es admirable que pese a todo ella logra sus propósitos y al fin lo que desea es quedar al lado con quien fue fiel en su vida...
ResponderEliminarMujeres decididas se quieren hoy ...claro reservando las formas ...pero esa mano inteligente no debe faltar en ningún gobierno...
Tuvo ambición, inteligencia, mucha suerte y un marido con una enfermedad psíquica, una buena combinación para triunfar.
EliminarBesos
Hola guapísima !!!
ResponderEliminarEntró pisando fuerte a este país, y por mucho que se empeñó su recién estrenado marido en que volviera la de los Ursulinos, supo mantenerse firme y conseguir lo que nadie había pensado que ocurriría, el destierro inesperado de la marimandona de la corte. La subestimaron desde el principio, y no supieron errar mejor.
No creo que fuese muy feliz con semejante marido, pero desde luego tuvo claro sus objetivos y pocas pueden decir que los cumplió, con esfuerzo y suerte, que la tuvo de cara en muchas ocasiones.
Como siempre, un gustazo venir a leerte.
Besotes mi niña.
Nada más entrar en España dio muestras de cómo era su carácter y de quien iba a mandar en el país. Los que la subestimaron se llevaron una buena decepción.
EliminarBesos Nuria
Debía tener muy escondido su carácter;de sumisa nada.Era una mujer fría, calculadora y ganadora.Entró sabiendo lo que quería y luchó por conseguirlo.
ResponderEliminarConocía el punto flaco del rey y le complacía.Esto le dio agallas para tirar adelante con sus ambiciones.
Me ha gustado mucho conocer a esta reina tan singular
Te felicito por tu trabajo.
Un abrazo Ambar
El tálamo fue su aliado, mediante el tuvo contento y satisfecho al Rey.
EliminarBesos Carmen
Una mujer ambiciosa y segura de si misma, con una fuerte personalidad y capaz de conseguir lo que se proponía.
ResponderEliminarMe ha encantado esta fémina tan decidida.
Como siempre, Ambar, es un placer recordar la historia de tu mano.
Besos.
Estaba muy segura de si misma y al lado de un hombre que no lo estaba. Una combinación que la favoreció.
Eliminar¡Madre de Dios!, que carácter y que personalidad tenía la señora.
ResponderEliminarBesos.
Todo un carácter, si señor.
EliminarBesos Manuel
La que fue imprudente y poco precavida fue la princesa de los Ursinos, que se topo con todo un carácter que no se esperaba.
ResponderEliminarUn saludo.
La prepotencia muchas veces es el peor enemigo. Tal vez esa prepotencia fue la que llevó al fracaso a la princesa de los Ursinos.
EliminarSaludos.
Pues al final no era tan sumisa y además supo que sus hijos acabasen bien "colocados" Algo había leido cuando visité el Palacio de la Granja, pero desde luego no tan extenso ni tan bien explicado. Un abrazo Ambar!
ResponderEliminarDe sumisa no tenía nada y efectivamente dejó a sus hijos en "buena situación.
ResponderEliminarBesos