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domingo, 19 de abril de 2015

Charlotte de Prusia



Charlotte de Prusia. Laszló



El 24 de julio de 1860 nacía en Postdam la princesa Charlotte. Era hija del príncipe Federico, heredero de Prusia, y de Victoria del Reino Unido. Cuando nació Charlotte, a la que toda la familia llamaría Charly, su hermano Guillermo tenía ya año y medio. Todo el mundo esperaba tras el parto que la princesa Victoria se sintiera contenta con su nuevo retoño ya que la niña había nacido en perfecto estado y no presentaba ninguna “tara física” como sí le ocurriera a su hermano pero, lo cierto es que tampoco con esta hija se sintió satisfecha Victoria. La niña no era agraciada y eso era suficiente para que la perfeccionista princesa se sintiera decepcionada. 

Conforme iba creciendo la princesita, el disgusto de su madre aumentaba, no solo no era una niña bonita sino que, además, tenía un carácter endemoniado. Era muy nerviosa, por cualquier motivo montaba una “pataleta”, se mordía las uñas y hasta los bajos de los vestidos se los metía en la boca. Su madre, consideraba que los castigos eran la mejor manera de conseguir que la niña no perdiera el control y se equilibrara, así que, la niña pasaba los días continuamente castigada.

El desarrollo emocional de Charly, como el de su hermano Guillermo, no debió ser el adecuado. La princesa Victoria había sido un dechado de perfección, una niña prodigio y además guapa y esperaba que sus hijos también lo fueran. Fue una decepción para ella encontrarse con que su hijo mayor presentaba un brazo inerte y que su hija ni era inteligente ni guapa y además parecía tener los brazos y las piernas cortos en relación a su estatura. Los niños, por poco inteligentes que sean, perciben el afecto o la falta de él de los mayores y probablemente y como consecuencia de la percepción de que no eran los hijos modélicos que su madre hubiera deseado y de que no conseguirían ganarse su cariño, ninguno de los dos tuvo una buena relación con su progenitora.

La calidez que estos niños no encontraban en su madre la hallaron en sus abuelos paternos y, tal vez, esa fuera la razón de que ambos, al madurar, se sintieran conservadores como sus abuelos y no liberales como sus padres. Además, y a pesar de sentir un enorme respeto por su abuela materna, la reina Victoria I, no mostraban ninguna simpatía por el Reino Unido y los dos se sentían enormemente prusianos y muy orgullosos de su origen.

La situación de incomodidad que Charlotte sentía en su casa hicieron que se comprometiera muy pronto, no porque se hubiera enamorado de una forma arrolladora sino porque el matrimonio le facilitaba la salida del hogar paterno. Así que en 1876 y con tan solo dieciséis años se comprometió con el príncipe Bernhard de Sajonia-Meiningen que tenía entonces veinticinco años, era heredero del Ducado y oficial en un regimiento de Postdam. 


Bernhard de Sajonia-Meiningen


Se casaron dos años después en una pomposa ceremonia, como correspondía a una princesa prusiana. Bernhard era todo lo contrario a su esposa, tenía buen carácter, no se metía en nada y era un gran estudioso, tanto, que llegó a convertirse en un erudito de la Grecia Clásica. 

Debido al trabajo de Bernhard se tuvieron que instalar en Postdam, cosa que no gustaba a Charly que deseaba una mayor lejanía de su familia. Un año después de la boda, en 1879, nació su hija Feodora. El embarazo no fue fácil ni el parto tampoco. Es posible que ésta fuera la causa de la displicencia con la que  Charlotte trató a la recién nacida no observándose en ella ningún instinto maternal. Le gustaba decir a quien quisiera escucharla que Feodora había sido su primera hija pero que también sería la última. La niña fue criada por amas, institutrices y por su abuela Victoria. 

A partir del momento en que nace su hija, Charlotte, considera que no está dispuesta a seguir viviendo cerca de sus padres y, una vez conseguido el traslado de regimiento de Bernhard, la familia se marcha a Berlín. Ya instalada en la capital, la princesa, iniciaría el periodo de su vida más rutilante, más lleno de fiestas y compromisos, más alegre. La vida social ocupaba todas sus horas y Charly se desenvolvía en ella como pez en el agua.

Recientemente, en 2010, se publicó en el periódico alemán "Dier Spiegel" un artículo que recoge una investigación realizada por el historiador Wolfgang Wippermann, según el cual, la princesa Charlotte habría promovido, en enero de 1891, una  fiesta de tipo sexual en la que participaron quince miembros de la corte de Guillermo II entre los que se encontraban familiares y amigos íntimos del Kaiser. Wippermann asegura haber encontrado más de doscientas cartas anónimas, algunas de ellas ilustradas con fotografías, que revelan prácticas sexuales prohibidas incluso por la ley de la puritana Prusia de aquellos años. Las cartas sobre la orgía desencadenaron una serie de duelos, promovidos - algunos de ellos - por el propio Emperador empeñado en salvaguardar el honor de la familia. Wippermann sugiere que las cartas podrían haber sido enviadas por la propia Charlotte, a quien gustaban las intrigas y a quien su propia madre calificaba de "malvada".



Charlotte había estado siempre muy unida a su hermano. Durante la enfermedad y muerte de su padre, que enfrentó a Guillermo con su madre, Charly se posicionó en todo momento del lado de su hermano  y cuando éste ascendió al trono convirtiéndose en Guillermo II aprobó todas las medidas de exclusión y vigilancia que su hermano adoptó respecto a su madre. Algún tiempo después las relaciones se enfriarían, debido probablemente al carácter intrigante de Charlotte y a la orgía que había organizado. Tal vez por ello, el Kaiser ordenaría el traslado de Bernhard a un Regimiento de Silesia. Así pues, Charly se vió alejada de Berlín y  como el nuevo destino le  resultaba sumamente tedioso, se dedicó a viajar y a visitar a todos sus parientes europeos.

En 1914 muere el padre de Bernhard y éste se convierte en duque de Sajonia-Meiningen pero, poco le duraría a Charly el título de duquesa, ya que, al final de la Primera Guerra Mundial, Bernhard se ve obligado a abdicar. 

Además de su carácter caprichoso e irritable, la salud de Charlotte nunca había sido buena. Tenía problemas gastrointestinales, cefaleas y dolores articulares. Sufría insomnio y las crisis nerviosas eran frecuentes. Con los años los problemas se fueron agravando y aparecieron las complicaciones renales. Acudía a distintos balnearios que le recomendaban sus médicos que, por otra parte y por no encontrar un diagnóstico, tan solo podían aliviar sus síntomas. Finalmente, la muerte la sorprendió en Baden-Baden el 13 de enero de 1919. Tenía cincuenta y nueve años. 

Algunos historiadores sostienen que la enfermedad de la princesa Charlotte era una porfiria que le habría sido trasmitida por su tatarabuelo, Jorge III, a través de su madre. En el libro “Purple secret”, John Rohl, Martin Warren y David Hunt se decantan por esta causa. Las conclusiones a las que llegan estos autores se basan tan sólo en el estudio de los síntomas. Además y, de momento, tampoco esta demostrado, que Jorge III sufriera porfiria.



Charlotte fue enterrada en el parque del Palacio de Altenstein (residencia de verano de los Duques de Sajonia-Meiningen) en Bad Liebenstein

33 comentarios:

  1. Conocía la historia de las malas relaciones de el Kaiser Guillermo II con su madre Victoria, pero las de Charlote, no. Su madre siendo la primogénita de Alberto y Victoria había disfrutado sobre todo de el cariño de su padre del cual era la favorita. Quería lo que había vivido en su niñez y me temo que no fue así. un saludo y gracias por ilustrarnos.

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    1. Era exigente. Escribí una entrada sobre Victoria, tal vez, te interese.
      Besos Leonor y gracias por el comentario

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  2. La falta de cariño o de atención durante la niñez marca decisivamente toda la vida posterior de lapersona. No es de extrañar pues el desapego de los hermanos hacia sus progenitores ni las costumbres escandalosas para la época de Charlotte ni el carácter irascible y prepotente del futuro Kaiser Wilhelm II, tal vez agriado y agravado también por su problema físico.
    Un abrazo.

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    1. Victoria no manifestó cariño por ninguno de sus hijos mayores. Es posible que por ello se sintieran ambos tan poco amantes del Reino Unido.
      Un abrazo Cayetano

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  3. Esto suele pasar cuando se es exigente se quiere que todo sea perfecto en lo que a uno le rodea y más siendo sus hijos, lo malo de esto que se hace infelices a sus propios hijos y a pasar del carácter de Charlotte algo debió de influenciar con el comportamiento de su madre.
    Un abrazo.

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    1. Opino como tú, los niños tienen los instintos muy agudizados y pueden sentir tanto el cariño como su carencia. Ante la carencia de afecto la respuesta del niño suele ser la rebeldía.
      Un abrazo

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  4. Me resulta increíble imaginar una orgía en 1891 en la que participaran miembros de la corte y patrocinada por la hermana del Kaiser.

    Saludos

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    1. Debió ser una moda, una manera de diversión de la aristocracia. A mi no me parece increíble.
      Saludos dissortat

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  5. Como refiere Cayetano, la falta de afecto en la infancia marca y mucho la vida de adulto. Y luego su carácter intrigante. Imagino que no se podía quedar tranquila.

    Hay síntomas de porfíria, pero eso no significa que la tuviese. Había fotodermatitis??
    Besos

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    1. No parece que la fotodermitis fuera un síntoma que llamara la atención de sus médicos, no he encontrado nada que haga referencia a alteraciones cutáneas.
      Besos Manuel

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  6. No conocía gran cosa de esta perla, pero informado quedo.

    Besos.

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  7. Veo que ya te han comentado lo mismo que me parece a mi:
    la falta de afecto por parte de la madre principalmente.
    Algo que, por lo que dices, es multigeneracional.
    (Leí la entrada de la madre de Charlotte, también).

    Un abrazo, Ambar

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    1. En el fondo fue una persona muy desgraciada, es posible que además de la falta de afecto la enfermedad - si es que existió - fuera determinante. Su única hija se suicido.

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  8. El tema de la orgía, aunque conocida en petit comité (imagino que no por el gran público) debió deser un escándalo de órdago para las graves y estiradas familias nobles prusianas. A partir de entonces tacharían de la lista de invitados a fiestas y bailes a Charlotte, que sufriría el ostracismo de la buena sociedad. No me extraña que el kaiser quisiera tenerla lejos porque ella le podía traer mala prensa entre sus cortesanos aunque fuese su hermana de sangre.
    Un beso

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    1. No sé si las estiradas familias prusianas dejaron de invitarla a sus fiestas, lo que está claro es que el Kaiser se la quitó de encima.
      Besos Carmen

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  9. Ella volvió a repetir esquemas,tener un carácter complicado hizo la vida difícil todo su alrededor,brillante entrada un abrazo

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    1. No debía ser fácil mantener el equilibrio con esa familia y con esa genética.
      Un abrazo Amatista

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  10. ¡Hola, Ambar!!!

    Nos dejas un brazado de una interesante historia. En las aristocracias es donde existen más vicios y menos amor. Hay que ver que dura fue la madre de Charloty; y claro está que los hijos copian de los padres. Me ha encado leerte.
    Gracias por tu visita, yo voy poco a poco haciendo alguna. Sigo de descanso pero hago un escapadita de cuando en vez.

    Te dejo un abrazo grandote y toda mi estima.
    Se muy feliz.

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    1. Me alegra tu visita, muchas gracias por pasar y por tus buenos deseos.
      Besos

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  11. Aparte de que Charlotte pudiera tener un carácter inquieto, la falta de cariño en su niñez seguramente le influyó y mucho.
    Un abrazo.

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    1. La niñez nos influye a todos, incluso lo acontecido en aquellos años de los que no conservamos recuerdos, nos deja huella.
      Un abrazo Valverde

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  12. Dos madres desnaturalizadas. El poco apego de la abuela por su hija Charlotte, debió dejar mella en ésta para con su hija Feodora. ¿Qué sería de Feodora?
    Un abrazo Ambar.

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    1. Feodora se suicidó tras repetidos ingresos en distintas clínicas. Según algunos historiadores también ella sufría porfiria.

      Un abrazo dlt

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  13. La falta de cariño materno hizo que ella tampoco le diese cariño a su hija... es extraño, debería haberse volcado en ella mas d elo normal, no te parece? Pregunto yo también si Feodora siguió el mismo camino que su madre y su abuela.
    Un saludo

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    1. Feodora aunque se casó no tuvo descendencia. De haber tenido hijos, es posible que hubiera seguido los pasos de su madre y su abuela. Saludos Carmen

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  14. Me encanta visitar tu blog, cuanta historia se conoce en el, Cuanta falta de cariño hubo en esta familia, asi que fue un acierto que FEodora ni tuviera descendencia y asi se corto la rama. Mil besicos cielo

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  15. Es posible que tengas razón y la falta de descendencia de Feodora fuera una bendición.
    Besos María

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  16. Un placer disfrutar de este blog y de su historia

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  17. Que interesante entrada, que cantidad de datos, y que bien escrito esta todo.
    Yo estoy enganchada a tu blog leyendo cosas que ya has publicado hace un tiempo, todo me sirve, la historia es necesaria, saber escribirla así de bien hace que todas queramos aprender, y me doy cuenta que pocas princesas fueron felices, que siempre había cantidad de cosas que las hacia infelices, aunque pienso que en esa época cientos de niñas se hubiesen cambiado por ella, pero seguro que después se hubiesen sentido malamente al no ser queridas por su madre.
    Encantada de volver a leerte. Un abrazo amiga.

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  18. Muchas gracias por tu comentario. Y tienes razón, la mayoría de las niñas han soñado con ser princesas.
    Besos Lola

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  19. Vaya escandalazo el del sarao. ¡Quién lo diría de esos prusianos tan circunspectos y derechos!.

    Saludos.

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