Sancho nació en 935, hijo del Rey de León Ramiro II y de su segunda esposa Urraca de Navarra y era nieto, por parte de su madre, de Toda de Pamplona, siendo esta reina una gran influencia en su vida.
Debió ser un niño mofletudo y hermoso porque , a decir de algunos cronistas, se convirtió en el favorito de su padre. Dicen que el rey Ramiro se esforzó en darle una buena educación, a pesar de que al no ser el primogénito no era a él a quien, en principio, correspondía heredar el Reino.
Corría el año 951 cuando moría Ramiro, siendo sucedido en el trono por su hijo Orduño III. No estaba contento Sancho con la pérdida de lo que consideraba su Reino, y se enfrentó a su hermano, hasta que cuatro años después Orduño moriría dejándolo como dueño y señor de León a cuyo trono accedió con el nombre de Sancho I. Pero, no estaba exento Sancho de enemigos entre la nobleza siendo de todos ellos el conde Fernán González el más peligroso.
Sancho además de ganar enemigos también ganaba kilos, y muchos, tantos que sus contemporáneos empezaron a llamarle el Craso. Era tal la cantidad de grasa que acumulaba en su cuerpo que llego el día en que no podía ni siquiera vestir una armadura, ni manejar las armas ni subir a un caballo, pues no había cabalgadura que soportase el peso del rey, y por lo tanto resultaba imposible que se pusiera al frente de sus hombres para dirigir una batalla. No reunía pues las características que debían adornar a cualquier rey de la época y los nobles, a cuyo frente estaba Fernán González, tardaron apenas dos años en expulsarle, colocando a Orduño IV, apodado el Malo, en el trono.
Miniatura representando a Sancho I de León
Sancho corrió a refugiarse en Navarra, donde su abuela Toda que no estaba dispuesta a consentir que su nieto perdiera el trono de sus padres y que, además, era una mujer inteligente y emprendedora, comprendió de inmediato que lo primero que necesitaba Sancho era una nueva imagen, perder muchos kilos y ganar de ese modo la estima de los soldados. Pero, también comprendió Toda que esa labor no podía realizarla sola. Necesitaba un médico que ayudara al nieto enfermo y necesitaba que fuera uno de los mejores médicos de allí donde la ciencia había avanzado a pasos agigantados, así que, tragándose su orgullo se decidió a pedir ayuda a su gran enemigo, Abderramán III. El califa de Córdoba respondió favorablemente y envió a Navarra a uno de sus médicos.
Hasday Ibn Shaprut, visitó al paciente, hizo su diagnóstico y dijo que el enfermo tenía curación, pero que para poder realizar el tratamiento Sancho debería viajar hasta Córdoba. Lógicamente el tratamiento tenía un precio y la reina Toda después de muchas discusiones ofertas y contraofertas, acordó ceder, siempre que la curación se produjera, diez fortalezas al Califa y desplazarse a Córdoba con su nieto para seguir el tratamiento recibiendo también, cuando éste finalizara, ayuda militar para volver a ganar su Reino.
Ya se había casado Sancho con Teresa Antúnez, así que real paciente, su esposa y la reina Toda se pusieron en camino. No era fácil el traslado, Sancho no cabía en un carro, así que en un principio se le trasladó en una torreta de asalto, pero cuando ésta cayó en un río y se rompió no sabían cómo continuar el viaje. Fue a Hasday a quien se le ocurrió colocar una tienda de lona especial tirada por cuatro mulas y sobre la que iría colocado Sancho, y así continuaron un viaje de 800 kilómetros, que se estaba convirtiendo en un autentico calvario.
Toda de Navarra
Por fin llegaron a Córdoba y fueron alojados con todos los honores en la Medina Azahara.
Allí comenzó el segundo calvario del enfermo que fue sometido a una dieta muy dura. Durante más de cuarenta días tan sólo podía tomar líquidos, unas hierbas preparadas por su médico, y purgantes. Como era de esperar durante estos cuarenta días, en los que estaba vigilado día y noche para evitarle tentaciones, las diarreas eran constantes así como los vómitos. Finalizado este periodo se le fueron dando pequeñas porciones de comida, preferiblemente fruta a la que se aficionó y que finalmente serían su perdición. Al final se consiguió el objetivo, la grasa fue desapareciendo y perdió casi la mitad de su peso. Mientras su nieto sufría el tratamiento la reina Toda iba perfilando junto al Califa el plan para recuperar el reino.
En el año 960 Sancho con ayuda de las tropas cedidas por Abderramán y con Ibon Tumlus al mando de las mismas y con las del Reino de Navarra de su abuela, recuperó Zamora y volvió a lucir en su cabeza la corona como Rey de León. Tocaba ahora a Sancho cumplir con lo pactado y entregar al Califa las fortalezas prometidas pero, se dio la circunstancia de que Abderramán murió en 961 y el Rey leones pensó que podría muy bien librarse de cumplir con lo prometido. El sucesor de Abderramán no estaba por la labor de consentir el agravió y mando a sus tropas para obligar al de León a cumplir su palabra. Sancho fue derrotado y se vio obligado a solicitar a los musulmanes una tregua.
Abderramán III
Esta derrota le costó un nuevo enfrentamiento con los nobles y en esta ocasión, la rebelión de la nobleza tuvo consecuencias muy graves para su persona. Sancho moría en 966 víctima de envenenamiento al comer una manzana.
Según el cronista Sampiro fue el conde Gonzalo Menéndez quien le dio la manzana envenenada, aunque no todos los historiadores se muestran de acuerdo en la autoría del asesinato.
Joder como estaba el colega de gordo y grasiento; que ni caballo, ni armaduras, ni leches ni cristiano alguno podía con aquella bola de pringue y grasienta. Y ya para remate ni cabía en los carros, lo que no me explico es como no reventó. Pero mira oye, ya con aquel régimen de vómitos y diarreas perdió la mitad de peso, que no es poco. Y ya que se estaba acostumbrado a comer como las personas, van y lo envenenan con una manzana; pobre Sancho. Por cierto al principio había leído nieto de toda Pamplona, luego ya me ha quedado claro. Aunque bueno tan gordísimo como estaba, desde luego que sí; podía perfectamente ser nieto de todos los pamplonicas, porque tenía cuerpo para ello. Y anda que Abderramán el pájaro tampoco era listo. Muy buena entrada; me ha gustado.
ResponderEliminarBesos Ambar.
Me alegra que te haya gustado. Hasday fue el artífice de la pérdida de peso de Sancho, y lo hizo bien.
EliminarUn beso Rafa
Tampoco hace falta pasarse...
EliminarEl operativo para el traslado de Don Sancho es asombroso. Y es también muy interesante comprobar que, en cierta medida, la imagen tenía importancia en el siglo X.
ResponderEliminarSaludos.
La imagen siempre ha sido importante. La primera impresión que los demás tienen de nosotros depende de la imagen. Otra cosa es llegar ha ser esclavos de ella, como le ocurre a más de uno en nuestros días.
EliminarSaludos
Es sin duda uno de los casos donde lo cómico se une a lo adverso.
ResponderEliminarSin duda para la reina Toda de Pamplona no fue en gracia lo sucedido y menos aún ver a uno de sus nietos caer por culpa de sus vasallos.
Lo de la dieta fue de mucho un tratamiento extremo pero le hizo bien, aunque no cambio en.mucho su destino, ser menospreciado por sus vasallos.
El traslado a Córdoba tiene su lado cómico, no cabe duda. Gracias por el comentario.
EliminarSaludos
He leído que Toda de Navarra era tia o abuela de Abderraman III, vamos que las dos casas estaban emparentadas, vamos que todo quedaba en familia., Buen articulo Ambar, buen fin de semana.
ResponderEliminarPrecisamente las familias eran las que peor se llevaban. Morir a manos de algún hermano por cuestiones de herencia era bastante habitual.
EliminarBesos Leonor
Si es que cuidarse en el yantar es cosa de sabios. No diré que se tenía merecido el final que tuvo, pero debió cumplir con su promesa y pagar lo estipulado al califa-dietista.
ResponderEliminarMe encantó la historia de este rey del que no sabía absolutamente nada.
¡Salud!
Claro que debió cumplir con lo pactado. Demostró ser muy poco noble y muy ambicioso. Al final le paso factura.
EliminarSaludos dissortat
Mira que morir por comer una manzana... una muerte muy tonta a no ser que estuviese envenenada, porque con la de porquerías grasientas que llegó a devorar este señor y no sufrir un mal infarto, ya fue cosa milagrosa.
ResponderEliminarUn saludo.
Posiblemente murió antes de que sus excesos en la comida le provocaran males mayores. Apenas tenía 31 años cuando le visitó la Parca disfrazada de manzana.
EliminarSaludos Cayetano
Hola Ambar:
ResponderEliminarMe imagino la voluminosidad del rey...en estos días estaba con un paciente que me refería estar sano aun siendo obeso, porque sus valores metabólicos estaba bien (colesterol, glucemia, tensión arterial). Andaba buscando información para refutarlo. Ademas me has dado una idea para un post de sobrepeso...
Inspiraría el cuento de Blancanieves? :D
Besos
Sería bueno que hicieras un post sobre el sobrepeso. Es necesario que la gente conozca los problemas de salud que se derivan de la obesidad.
EliminarBesos Manuel
Creo que comer y cazar esa su hobby. Comía siete veces al día y cada comida constaba de 17 platos. Con este curriculum de más de 200 Kg. lo que me extraña es que no se hubiera muerto de sobrepeso. En fin vaya derroche de oportunidades. Un abrazo
ResponderEliminarComer era su principal "distracción". Su historia viene a demostrar que los excesos en la comida pueden ser un gran enemigo.
EliminarUn abrazo Katy
Genial como solo tu nos haces la historia,me imagino al rey con ese enorme volumen para transportarlo en esos tiempos ,al final una simple manzana,un abrazo querida amiga
ResponderEliminarImagina lo reforzada que debía estar su cama y sus silla. No quiero ni imaginar lo que debió sufrir su esposa.
EliminarUn abrazo
Es lo que pasa cuando por motivos personales tienes que rendir cuentas, que los tuyos no te lo perdonan. Vamos, lo que está ocurriendo en la política española actualmente. Si es que ser gordo no puede traer nada bueno...!!!
ResponderEliminarNo, ser gordo no suele traer nada bueno. Diabetes, hipertensión y un largo etc, eso es lo que trae.
EliminarSaludos Deme
Un problema de sobrepeso en la Edad Media y bien documentado no es frecuente encontrarlo en los anales de la Historia. Este ha llegado hasta nosotros porque se convirtió en razón de estado. Muchos se preguntarán la causa del interés del califa de Córdoba por atender a un enfermo cristiano y además enemigo. Muy sencillo: con su adelgazamiento se producirían enfrentamientos entre los reyes cristianos lo cual aseguraba su debilitamiento y su alejamiento del califato. Me imagino al pobre Sancho corriendo por Medina Azahara como cuentan las crónicas...
ResponderEliminarUn beso
El califa de Córdoba nunca daba puntada sin hilo.
EliminarBesos Carmen
¡Hola Ámbar!!!
ResponderEliminarO sea que la obesidad ya viene de largo... Hasta puede ser heredada de nuestros ancestros. Me ha gustado mucho esta interesante historia, pues siendo enemigos y todo, se ayudaban... aunque claro esta, el Abderramán no se quedaría con las manos vacías algo tendría que conseguir. Gracias Ámbar.
Perdona el no haber pasado antes, he esta fuera de mi casa y sin tocar un ordenador. La verdad es que no me encuentro muy bien. Te dejo mi gratitud y mi estima siempre.
Un abrazo y se muy muy feliz.
Lamento que no estés bien. Lo importante es que mejores y que pongas todo tu empeño en ello.
EliminarBesos Marina
Un gran problema de salud en la edad media, y que cantidad de trabajo solo para el transporte de un lugar a otro.
ResponderEliminarComían más de la cuenta quien podía, y malamente también los pobres, casi todos engordaban por la mala comida, pero el hambre es mala.
No quiero ni pensar como pudo sobrevivir esos cuarenta días a base de líquidos, con diarreas y vómitos. Después de poco le sirvió su sacrificio. Como siempre un placer leerte.
Debieron ser días muy duros para Sancho pero, parece ser que, estaba dispuesto a perder peso y lo consiguió.
EliminarUn beso Lola
Una estupenda entrada, demostración además de cómo cristianos y musulmanes se enfrentaban a veces y pactaban otras. Un conflicto de ocho siglos no puede acontecer de otra forma.
ResponderEliminarUn abrazo.
Había mejores médicos entre los musulmanes que entre los cristianos y los cristianos lo sabían. En ocasiones no había más remedio que pactar.
EliminarAbrazos
Como siempre, una interesante entrada de la que he aprendido un poquito más.
ResponderEliminar(Te contesté en mi blog que si quieres que te envíe el adelanto de la segunda parte de Toulouse que voy a publicar el viernes, no tienes más que decírmelo. Estaré encantada. Me escribes a carmen.tuporaki@gmail.com)
Un saludo
Muchas gracias Carmen pero, si vas a publicar el viernes, me da tiempo a leerte en el blog. No emprendo viaje hasta mediados de mes. Estoy deseando leerte.
EliminarBesos
El peso excesivo fue su desgracia en toda su vida teniendo una muerte estúpida por una manzana, no mejor dicho la manzana del pecado.
ResponderEliminarBesos
No sé si la manzana era la del pecado pero, que era venenosa parece ser que si.
ResponderEliminarBesos Mari-Pi-R
Interesantísimo este relato. Pobre Sancho, tan craso y tan tonto,
ResponderEliminarque creyó que podía engañar a los musulmanes y no pagar lo acordado,
aunque la miniatura no se ve tan craso.
Besos
La miniatura se debió realizar después del tratamiento porque, verdaderamente no se aprecia en ella signos de obesidad.
ResponderEliminarBesos
Que curioso lo de llamarle el graso, no sabia de esto, y como siempre te digo pasar a tu blog es aprender cultura con cada una de tus entradas. Mil besicos querida amiga
ResponderEliminarHola Ambar.
ResponderEliminarMe encanta la historia y la geografía, a veces paso leo y me voy sin comentar por falta de tiempo, llevo unos meses bastante ocupada y desanima, pero me gusta leerte.
No te tengo en olvido, a veces paso leo rápido y salgo sin comentar por falta de tiempo.
Hoy tengo unos minutos y disfruto de tus bellas letras y todo en conjunto.
Un afectuoso saludo desde mi ausencia y un cariñoso abrazo.
Ambar
Había leído algo sobre la reina Toda de Navarra y su estancia en la Córdoba califa, pero no conocía nada sobre el rey Sancho I, un personaje muy peculiar, tanto que murió como si fuera Blancanieves.
ResponderEliminarUn abrazo.
Saludos querida amiga
ResponderEliminarQué interesante... La verdad es que la historia de España es apasionante. Un saludo!
ResponderEliminar¡Hola Ambar!!!
ResponderEliminarPaso de nuevo a empaparme un poco más de las culturas históricas de antaño, que es bien bueno conocer lo pasado para caminar hacia el presente y el futuro.
Te dejo un abrazo. Y feliz fin de semana.
¡Hola Ambar!!!
ResponderEliminarPaso de nuevo a empaparme un poco más de las culturas históricas de antaño, que es bien bueno conocer lo pasado para caminar hacia el presente y el futuro.
Te dejo un abrazo. Y feliz fin de semana.
Hola! Como,estas?feliz verano,un abrazo
ResponderEliminarQue forma mas bonita de aprender historia con lo que publicas Mil besicos cielo
ResponderEliminarLa historia es tremendamente interesante y más con tratamiento para bajar de peso en aquella época, toda una novedad. Un abrazo desde Chile!
ResponderEliminar¡Hola Ambar!!!
ResponderEliminarVeo que aún sigues de vacaciones, yo ya estoy de vuelta, te dejo un gran abrazo y toda mi gratitud y estima.
Se muy feliz y vuelve pronto a este tu interesante espacio.
¡Hola Ambar!!!
ResponderEliminarVeo que aún sigues de vacaciones, yo ya estoy de vuelta, te dejo un gran abrazo y toda mi gratitud y estima.
Se muy feliz y vuelve pronto a este tu interesante espacio.
¡Hola Ambar!!!
ResponderEliminarMe inquieta tu tardanza en publicar... Deseo con el alma en la mano, que todo esté bien en tu vida, reina.
Te dejo un fuerte abrazo y toda mi estima.
¡Hola Ambar!!!
ResponderEliminarQue alegría me da saber de ti, estaba un poco inquieta al no ver una nueva publicación en tu bello e importante blog, mio tranquiliza saber que estás, estar vale mucho!!! Bien pues cuando tú decidas no entregas algo de historia que para mí es muy importante. Supongo que todos los que por aquí pasamos, es por que gusta lo que leemos. Y si fuera sobre otra cosa que no sea historia... También gustaría lo mismo estoy segura.
Te dejo mi gratitud y mi estimas siempre.
Un abrazo y se muy muy feliz.
Le comí alguna letra y quedo rabiando... Donde escribo no, es nos entregas. donde escribo mio, es me tranquiliza.
ResponderEliminarPerdón.
Gracias querida amiga por visitarme,espero continúes publicando,espero te encuentres bien ,un abrazo
ResponderEliminarEs la tercera vez que entro en tu espacio, siempre me tenía que quedar hacia la mitad de la lectura y al regresar, volvía a empezar.
ResponderEliminarCréeme si te digo que bien podía examinarme de esta lección de historia, pero lo que al fin he sacado en conclusión es que lo que se promete se debe cumplir, en caso contrario nos tendremos que atener a las consecuencias.
¡Bien caro le ha salido a Sancho que, a la larga, pagó con su vida!
Cariños y buena semana.
kasioles
Tanto régimen para al final morir envenenado con una manzana. Está claro que el poder siempre maquina. Un abrazo
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