martes, 26 de febrero de 2013

María Luisa de Orleans ( II )


María Luisa de Orleans - José García Hidalgo - Museo del Prado

El día 9 de febrero de 1689 y según manuscrito existente en la Biblioteca Nacional. "la Reina comió un plato compuesto por ternillas de ternera, sustancia de gallina y de carnero y pidió que se lo helaran con cuatro libras de nieve, después  merendó ostras frías con mucho limón, aceitunas, naranjas y una taza de leche fría, y habiendo merendado lo que se ha dicho pasó la noche con grandes congojas." Inició pues  la Reina un cuadro de vómitos y dolor abdominal.

A las 5 de la madrugada del día 10 es llamado Juan Lorenzo Francini, médico de cámara de la Reina a la que había acompañado desde París. Dada la intensidad del cólico fue llamado a petición de la Reina Don Lucas Maestre Negrete, médico de cámara del Rey.

La Reina expresó el temor de haber sido envenenada a lo que D. Lucas Maestre respondió "es verdad, Señora, que el cuerpo esta lleno de veneno pero es el que Vuestra Majestad ha tomado de sus propias manos, que si fuera de otra calidad yo se lo sacara. No piense Vuestra Majestad que en España se haga tal".

Ambos facultativos, dada la gravedad del caso, decidieron llamar a consulta a Don Gabino Fariñas, el más antiguo de los médicos de la Real Cámara, y los tres diagnosticaron el caso como de "cólera morbo".



Se le administraron  remedios internos, emulsión de opio, sal de perlas o extracto de yemas entre otros, y externos, óleos, ungüentos y ventosas sin ningún éxito. Finalmente  Dª María Luisa pidió que se le administrase el "agua de la vida" que era una pócima creada por un curandero malagueño, Luis de Alderete, y que estaba prohibida por el protomedicato. Tras tomarla le sobrevinieron grandes sudores y sintiéndose ya morir solicitó la presencia de su confesor un jesuita francés. "Por la mañana del sábado, a las ocho y cuarto, entregó  el espíritu al Creador".

Eran tantas las voces que hablaban de un envenenamiento por arsénico que el Rey dió su consentimiento para que se abriese el cuerpo de su esposa y se estudiase.

Juan Lorenzo Francini, según consta en Archivo del Quai d’Orsay, describe la autopsia diciendo: "el vientre grande y lleno de gases, los intestinos dilatados y como convulsos, pero abiertos éstos, sus membranas interiores estaban blancas sin ser corroídas. Los pulmones estaban llenos de sangre. El útero estaba sin defecto"Pero otros de los cirujanos y médicos presentes escribieron "el vaso de la generación era más pequeño de lo que suele ser".

Exequias de María Luisa de Orleans -Sebastian Muñoz - Hispanic Society de Nueva York

El médico de Cámara, Francini, en su informe oficial estableció como causa de la muerte una intoxicación alimenticia. En estudios posteriores los doctores Piga y Carro son de la misma opinión, atribuyendo la muerte a una salmonelosis. El Dr  Manuel Izquierdo considera en cambio que el fallecimiento de la Reina se produjo como consecuencia de una pelviperitonítis.

María Luisa de Orleáns murió el 12 de febrero de 1689. Tenía 27 años. Sus restos fueron sepultados en el Panteón de Infantes del Monasterio de El Escorial


viernes, 22 de febrero de 2013

María Luisa de Orleans ( I )

Retrato de María Luisa de Orleáns - Carreño de Miranda 


Nace esta princesa en Paris en 1662, hija del duque Felipe de Orleáns único hermano de Luis XIV, el Rey Sol y de Enriqueta de Inglaterra.

Su boda con Carlos II, el último Austria de España, se realiza por poderes en Fontainebleau en 1679, no llegando la reina a su nueva patria hasta cuatro meses después. El embajador español, marqués de Balbases, describe a María Luisa como "airosa, bien entallada y de ojos y cabellos negros" mientras que el embajador francés, marqués de Villars, dice de D. Carlos que era hombre que "asustaba de feo". Fuera como fuese, parece ser que ambos pusieron en un principio todo su empeño en cumplir su cometido que no era otro que el de la procreación.

Palacio de Fontainebleau

Dª María Luisa sufría frecuentes alteraciones menstruales que la llevaron a pensar en más de una ocasión que se encontraba en estado de gestación pero lo cierto es que el deseado embarazo no se producía. Según testimonio de una sirvienta de palacio, Margarita Lautier, la reina "lloraba mucho cuando se sentía con el achaque y tomaba durante esos días gran cantidad de bebidas heladas y de comida ácida". 

Pasaron los años y esta esterilidad tendría distintas interpretaciones. La marquesa de Villars, esposa del embajador francés, le comunica al diplomático Rebenac "la reina me dijo hoy que un defecto atribuido al exceso de vivacidad de Rey impedían que la cópula fuera perfecta". Mientras, el embajador Foscarini escribe al Dux y al Senado del Véneto en los siguientes términos "Fallida repetidamente la necesaria sucesión, se ha tachado de infecunda a la Reina llegando la malicia y la perversidad a sospechar que el rey Luis XIV, su tío, la había hecho propinar medicamentos esterilizadores y que ella misma toma brebajes con este fin".

Mucha gente pensaba que el Rey Sol estaba muy interesado en sentar en el Trono de España a un Borbón, y las sospechas llegaron a tal punto que se efectuó un registro en un mueble de la cámara de la Reina encontrándose cosméticos y otras sustancias, redactándose después un informe firmado por los doctores D. Juan de Clavería y D Miguel de Alba, protomédicos de su majestad y por D Diego Martinez Pedernoso, boticario mayor, en el que se hace constar "si fuera mujer la que lo usase pudiera infecundarse y si con los ingredientes que componen las confecciones dichas, polvos y aguas destiladas se hiciesen mechas y se aplicara su uso por la boca de la madre, con gran facilidad abortaran".

 Carlos II con armadura - Juan Carreño de Miranda ( Museo del Prado)

Los españoles sospechaban de todos los cortesanos y servidores que acompañaban a la reina y que habían venido con ella desde Francia, en especial de su ex nodriza Francisca Duperroy, viuda de Quentin, a quien los españoles deformando su apellido llamaban "La Cantina" y de quien se decía tenía orden de intentar privar al rey D Carlos de un heredero directo.

En agosto de 1685 el marques de Feuquiére escribe: "La reina de España esta en muy grave peligro, se la ha procesado secretamente por crimen de aborto y sus enemigos no tropezaran con dificultad ninguna para aducir a modo de prueba cuantos falsos testimonios necesiten. Temo que el Rey, por debilidad de carácter, la sacrifique al frenesí popular"

María Luisa de Orleáns murió en febrero de 1689 con el temor de haber sido envenenada.

El próximo día hablaremos de su muerte.

viernes, 15 de febrero de 2013

Fernando VI ( II )


Fernando VI - Louis Michel van Loo - Real Academia de Bellas Artes de San Fernando

Fernando acompañará el féretro de su esposa pero, ya no regresará a Madrid. El duque de Alba consideró que era preferible que el rey se mantuviera alejado de todos los lugares que le pudieran recordar a su amada esposa, así que, la comitiva que acompañaba a D Fernando se dirigió al castillo de Villaviciosa de Odón. Parece que había muchos personajes, además de Isabel de Farnesio, interesados en apartar al rey de la capital de España. Hay que recordar que el duque de Alba ya conspiró en 1754 propiciando la caída de Ensenada tras la muerte de Carvajal y logrando que fuera desterrado y sustituido en sus funciones por Ricardo Wall, gran amigo suyo, consiguiendo con este movimiento de ajedrez cambiar el curso de la política española.

Acompañaban al rey su hermanastro Luis Antonio, el duque de Alba, el duque de Béjar, el duque de Medinaceli y el resto de su séquito. Esta fortaleza será su última morada, ya que el rey sólo sobrevivió un año a Dª Bárbara.

El XII Duque de Alba

Ya, a primeros de septiembre, la enfermedad empieza a hacer mella en el rey que se muestra de mal humor enfrentándose incluso a su confesor. No quiere comer y tan solo bebe algún caldo medicinal preparado por los galenos que le asisten. Además, empieza a sufrir insomnio. De todo esto informaba puntualmente el infante Luis Antonio a su madre, Isabel de Farnesio. En una de sus cartas se expresa así:" Ayer estando yo sólo con él empezó a saltar y a brincar con los calzoncillos y las calzetas caídas sobre las chinelas y lo peor es que al poco de hacerlo no se acordaba de nada". A finales de septiembre la locura y la agresividad del monarca se hacen más patentes. Duerme sobre unas sillas y lo hace durante el día, vagando y gritando por las noches, arremete contra los que se le acercan incluyendo a sus médicos, Purcel, Suñol, Amar y Virgili entre otros y se niega a tomar los remedios por ellos prescritos.

El deterioro físico y mental del rey era cada día más preocupante y en octubre sus piernas comienzan a hincharse, la inapetencia del rey es absoluta y hacen su aparición el estreñimiento y la fiebre. Los médicos le aplican lavativas no sin riesgo para sus personas ya que, en una de ellas, el monarca intenta morder al galeno Amar.

No obstante, el rey tiene algunos momentos de lucidez, ó eso creemos, y el 10 de diciembre otorga testamento ante Juan Francisco Gaona y Portocarrero, Notario Mayor del Reino. A pesar de este bipolarismo, la salud del rey es cada día peor. Al estreñimiento pertinaz le suceden evacuaciones excesivas tras los remedios aplicados a lo que se añade la falta de higiene ya que, el monarca se niega a que se le cambien las ropas de cama e incluso la camisa.

Castillo de Villaviciosa de Odón

El año 1758 llega a su fin sin que haya más novedades que los cambios de humor de D Fernando que oscilan de la agresividad contra quien se le acerca y algún momento de estado tranquilo.

El nuevo año no se presenta mejor. El día 5 de enero el rey coge unas tijeras e intenta poner fin a su vida sin conseguirlo gracias a que sus criados se las quitan pero, ésto le provocará un ataque tal de rabia que obligará al cirujano Virgili a calmarle mediante una pócima observando al explorarle que presenta unos bultos en el vientre que el médico atribuirá al estreñimiento sin darle mayor importancia. 

No sería este el único intento del rey para suicidarse. Consciente ó inconscientemente lo intentará en varias ocasiones con todo lo que encuentre a su alcance, cuchillos, armas de fuego e incluso intentará ahorcarse utilizando las cintas de su camisa revolviéndose furioso contra quienes le impedían lograrlo.

Ya hemos apuntado que es posible que el rey sufriera un síndrome bipolar ya que, a estos estados sucedían otros de calma en los que se dejaba administrar los caldos tonificantes prescritos por los médicos y preparados en la botica. Andrés Piquer, nombrado médico de cámara supernumerario escribe en su "Discurso sobre la enfermedad del rey nuestro señor Fernando VI" que el monarca estaba afectado de manía y melancolía describiendo estos conceptos como parte de una única enfermedad. Sería según la moderna psiquiatría uno de los primeros en describir la psicosis maníaco-depresiva. Sin embargo, esta demencia, que sin duda padecía, no parece explicar las altas fiebres ni el estreñimiento ni la mancha negra que el médico Amar encontró en su lengua, ni tampoco los bultos en su abdomen ni la hinchazón de sus piernas. Es por tanto probable que existieran otras causas en sus dolencias además de la psicosis descrita por el insigne Dr Piquer.

Así fueron pasando los meses en Villaviciosa de Odón. Los médicos serían incapaces de aliviar y ni tan siquiera de controlar al real paciente. Cuesta creer en tanta impericia teniendo en cuenta el elevado numero de galenos a su servicio que lo acompañaron durante su encierro, cuesta creer que ni siquiera fueran capaces de mantener al enfermo en las condiciones de higiene mínimas y cuesta creer que todos estos médicos fueran incapaces de llegar a un diagnostico unánime y claro. Sólo la falta de profesionalidad ó de conocimientos ó tal vez, intereses ocultos, pueden explicar tan irresponsable trato.

Y llegó el 6 de agosto. A las nueve de la mañana el rey sufre una crisis convulsiva que lo deja sin conocimiento durante once horas pero "a pesar de los remedios espirituosos con los que se socorrió a S.M. la situación será ya irreversible".

El 10 de agosto de 1759 su Majestad D. Fernando VI expiró.

Sus restos reposan junto a los de su esposa bajo el altar del Monasterio de las Salesas Reales.

Mausoleo de Fernando VI -Convento de las Salesas Reales (Madrid)

martes, 12 de febrero de 2013

Fernando VI ( I )

Fernando VI de niño - Jean Ranc - 1723 - Museo del Prado

El 23 de septiembre de 1713 la reina María Luisa Gabriela de Saboya, esposa de Felipe V, da a luz al cuarto de sus hijos al que se pondrá de nombre Fernando.

Fernando no conocerá a su madre ya que la reina muere a los seis meses de su nacimiento. De sus hermanos, tan sólo conocerá a Luis pues los otros morirían en la infancia.

El rey, debido al estricto protocolo de la corte, no tuvo una autentica relación paterno-filial con sus hijos y su segunda esposa, Isabel de Farnesio, manifestó siempre un absoluto desprecio por ellos. Es posible que estos desafectos conformaran su compleja personalidad ya que, la única persona con la que guardó una estrecha relación fue con su hermano Luis. 

Tímido, inseguro e introvertido, de carácter melancólico y quebradiza salud. Así lo definiría uno de sus médicos de Cámara.

Su padre, el rey Felipe V, abdica en enero de 1724 en su hijo Luis, pero este morirá en agosto, parece ser que de viruelas, y Felipe V vuelve de nuevo al trono. Fernando se encuentra entonces huérfano de hermano y convertido en el nuevo Príncipe de Asturias.

Como era habitual, se considera llegado el momento de elegirle esposa y tras descartar a distintas princesas europeas se cree que la más conveniente sería la princesa portuguesa, Bárbara de Braganza. Se describe a esta princesa como la más fea de todas las candidatas y se cuenta que tenía la cara picada de viruelas y un peso excesivo. Los príncipes se conocieron en enero de 1729 en la frontera luso-española aunque los desposorios ya habían sido realizados por poderes. El embajador Keene, diplomático inglés que asistió a la ceremonia, dijo que "el príncipe pese a sus prevenciones la miraba cómo no dando crédito a lo que veía"  A pesar de estos malos augurios iniciales, Dª Bárbara suplió su falta de belleza con sus cualidades. Hablaba varios idiomas, amaba la música y las artes y tenía en definitiva una gran preparación e inquietud intelectual. Además, su carácter también era melancólico como el del príncipe lo que creó una gran complicidad entre ellos. A partir del momento en que se inicia la convivencia D. Fernando encuentra en su esposa todo el afecto del que careció durante su vida.

Bárbara de Braganza - Jean Ranc - Museo del Prado

No llegaban los hijos y la esterilidad de la pareja parece que era atribuible a Fernando ya que el médico Le Mack dejó escrito que "en el príncipe había muchos resplandores pero sin llamas para la generación". Dicho más simplemente, Fernando era capaz de tener una erección pero no una eyaculación. Las causas podrían ser muchas y variadas, desde orgánicas hasta psicológicas pero, las desconocemos. 

La pareja vivió apartada de la corte, como era deseo de su madrastra Isabel de Farnesio, y dedicada a la vida contemplativa, a escuchar los cantos del castrado Farinelli, a los recitales de música y a las artes hasta que en 1746 y a la edad de 33 años Fernando se convierte en rey tras la muerte de su padre.

No pretende este escrito analizar la política de su reinado aunque si apuntar que fue un tiempo de paz para España y que contó con dos grandes colaboradores, Ensenada y Carvajal, y que se reorganizó la Hacienda Pública y que se mejoró la economía gracias al impulso de las obras públicas.

Los ya reyes, que habían vivido aislados durante el reinado de Felipe V, se instalan en Madrid y dado que Isabel de Farnesio seguía intrigando en su contra sería expulsada de la corte. El rey continuará sufriendo estados de melancolía que se alternarán con otros de euforia pero seguirá teniendo en su esposa su más grande consuelo. Tal será el amor de los esposos que dado que Dª Bárbara no podía ser enterrada junto al rey en El Escorial al no haber tenido hijos, decidieron la construcción del Monasterio de las Salesas Reales a fin de poder reposar juntos bajo su altar el día que murieran. 

La familia de Fernando VI - Jacopo Amigoni - 1752 - Grabado por Joseph Flip

En la primavera de 1758 y mientras los reyes se encontraban en Aranjuez, la reina cae enferma y el 27 de agosto fallece. Ese es el comienzo del fin de D. Fernando. A partir de ese momento España tendrá un rey de derecho aunque no de hecho. De lo que pasó en ese último año de la vida del Monarca hablaremos otro día.

viernes, 1 de febrero de 2013

Alfonso de Borbón y Battenberg



Alfonso de Borbón y Battenberg


Nace en Madrid el 10 de mayo de 1907 Alfonso de Borbón y Battenberg y su nacimiento supone para el rey Alfonso XIII y su esposa la reina Victoria Eugenia una inmensa alegría. Había nacido el heredero varón de la Monarquía española. Había nacido el Príncipe de Asturias.

Pero, este nacimiento iba a ser el inicio del drama que  ensombreció, y ya para siempre, la vida de un matrimonio que se había casado por amor y que terminó en el desamor más absoluto.

Cuenta Balansó que: "Existía en la corte española la costumbre de circuncidar a los príncipes a los pocos días de  nacidos; puede ser que ésta costumbre tuviera su origen en aquellos monarcas castellanos que se aconsejaban de sabios judíos. Así se hizo con el príncipe recién nacido, en la nursery de palacio se reunieron médicos y enfermeras y entrando en funciones el bisturí se realizó una incisión anular de la que se desprendió el colgajo y se procedió a suturarla  con sumo cuidado viendo con sorpresa que no cesaba la hemorragia….se acababa de tropezar con la hemofilia".

La enfermedad le había sido trasmitida por su madre la reina Victoria Eugenia  y  parece  ser que Alfonso XIII  "nunca pudo resignarse a que su heredero contrajese una enfermedad que  había sido traída por la familia de su mujer" según nos cuenta José Mª Tavera en su obra "Los últimos días".


El Rey Alfonso XIII con el Príncipe  de Asturias


La vida  del pequeño hemofílico no fue fácil. Al  todavía heredero, se le tenía medio escondido, a salvo de cualquier golpe ó herida que le pudiera causar una hemorragia, pero también a salvo de todos aquellos que pudieran dar publicidad a su enfermedad ya que  el rey intentó ocultar a todo el mundo el padecimiento de su hijo.

Pero llegó el 14 de abril de 1931 y se proclama  la II República en España. La familia  real debe abandonar el palacio y huir. Esa noche  recogen apresuradamente sus pertenencias privadas y ante los rumores hostiles que llegan de la plaza de Oriente y  por razones de seguridad se decide que la reina y sus hijos tomarán el tren en El Escorial. El príncipe se encuentra enfermo, ha sufrido un accidente de caza de poca importancia pero que lo tiene encamado y debe abandonar el palacio en camilla camino del exilio; "soy el ser más involuntariamente inoportuno que existe", se dice que confesó. Deprimentes palabras sin duda.


Alegoría de la República Española» por Teodoro Andreu (1931)


Desde ese momento, el matrimonio real se separa de hecho y parece ser que el posicionamiento de Don Alfonso al lado de su madre le enfrenta definitivamente con su padre.

El príncipe de Asturias cae de nuevo enfermo y es ingresado en el sanatorio de Leysin en  Suiza. Allí conoce a una joven cubana, Edelmira Sanpedro,  hija del propietario de una plantación de caña de azúcar de origen español, de la que, al parecer, se enamora perdidamente decidiendo casarse.

Enterado el rey por la prensa de las intenciones de su hijo le exige su renuncia a sus derechos dinásticos por ser el matrimonio morganático y así lo hará D Alfonso el 11 de junio de 1933  tomando desde entonces el titulo de conde de Covadonga. Diez días después, el 21 de junio, contrae matrimonio con Edelmira en la Iglesia del Sagrado Corazón de Ouchy, junto a Lausana. A la ceremonia acudieron la reina Victoria Eugenia y sus hijas.


Boda de D. Alfonso y Edelmira Sanpedro


Empieza aquí un periodo de “vino y rosas” que durará dos años hasta que finalmente Edelmira lo abandona y regresa a Cuba. Allí la sigue el conde pero el matrimonio quedará definitivamente disuelto  por sentencia de divorcio dictada en  La Habana en mayo de 1937.

Dos meses después de su divorcio, en el mes de julio, Alfonso  vuelve a casarse, esta vez con  una modelo de alta costura también cubana a la que había conocido en Manhattan y llamada Marta Rocafort. El matrimonio duró apenas 6 meses.

Se lanza entonces el conde de Covadonga a una carrera loca por vivir y anda de nuevo en amores con Mildred Gaydon, la cigarrera de un club nocturno de Miami, cuando sufre un accidente de  automóvil. Escribe José María Zabala:  “postrado en el lecho de una desangelada habitación del Hospital General de Miami, el príncipe se dispuso a consumir la gran  tragedia de su vida en completa soledad. Balansó añade:“murió como un perro abandonado por los suyos”

Murió desangrado a causa de una hemorragia interna.

Era el 8 de septiembre de 1938. Tenía 31 años.

A su entierro en el Graceland Memorial Park de Miami sólo asistieron  tres personas.


Graceland Memorial Park