viernes, 15 de febrero de 2013

Fernando VI ( II )


Fernando VI - Louis Michel van Loo - Real Academia de Bellas Artes de San Fernando

Fernando acompañará el féretro de su esposa pero, ya no regresará a Madrid. El duque de Alba consideró que era preferible que el rey se mantuviera alejado de todos los lugares que le pudieran recordar a su amada esposa, así que, la comitiva que acompañaba a D Fernando se dirigió al castillo de Villaviciosa de Odón. Parece que había muchos personajes, además de Isabel de Farnesio, interesados en apartar al rey de la capital de España. Hay que recordar que el duque de Alba ya conspiró en 1754 propiciando la caída de Ensenada tras la muerte de Carvajal y logrando que fuera desterrado y sustituido en sus funciones por Ricardo Wall, gran amigo suyo, consiguiendo con este movimiento de ajedrez cambiar el curso de la política española.

Acompañaban al rey su hermanastro Luis Antonio, el duque de Alba, el duque de Béjar, el duque de Medinaceli y el resto de su séquito. Esta fortaleza será su última morada, ya que el rey sólo sobrevivió un año a Dª Bárbara.

El XII Duque de Alba

Ya, a primeros de septiembre, la enfermedad empieza a hacer mella en el rey que se muestra de mal humor enfrentándose incluso a su confesor. No quiere comer y tan solo bebe algún caldo medicinal preparado por los galenos que le asisten. Además, empieza a sufrir insomnio. De todo esto informaba puntualmente el infante Luis Antonio a su madre, Isabel de Farnesio. En una de sus cartas se expresa así:" Ayer estando yo sólo con él empezó a saltar y a brincar con los calzoncillos y las calzetas caídas sobre las chinelas y lo peor es que al poco de hacerlo no se acordaba de nada". A finales de septiembre la locura y la agresividad del monarca se hacen más patentes. Duerme sobre unas sillas y lo hace durante el día, vagando y gritando por las noches, arremete contra los que se le acercan incluyendo a sus médicos, Purcel, Suñol, Amar y Virgili entre otros y se niega a tomar los remedios por ellos prescritos.

El deterioro físico y mental del rey era cada día más preocupante y en octubre sus piernas comienzan a hincharse, la inapetencia del rey es absoluta y hacen su aparición el estreñimiento y la fiebre. Los médicos le aplican lavativas no sin riesgo para sus personas ya que, en una de ellas, el monarca intenta morder al galeno Amar.

No obstante, el rey tiene algunos momentos de lucidez, ó eso creemos, y el 10 de diciembre otorga testamento ante Juan Francisco Gaona y Portocarrero, Notario Mayor del Reino. A pesar de este bipolarismo, la salud del rey es cada día peor. Al estreñimiento pertinaz le suceden evacuaciones excesivas tras los remedios aplicados a lo que se añade la falta de higiene ya que, el monarca se niega a que se le cambien las ropas de cama e incluso la camisa.

Castillo de Villaviciosa de Odón

El año 1758 llega a su fin sin que haya más novedades que los cambios de humor de D Fernando que oscilan de la agresividad contra quien se le acerca y algún momento de estado tranquilo.

El nuevo año no se presenta mejor. El día 5 de enero el rey coge unas tijeras e intenta poner fin a su vida sin conseguirlo gracias a que sus criados se las quitan pero, ésto le provocará un ataque tal de rabia que obligará al cirujano Virgili a calmarle mediante una pócima observando al explorarle que presenta unos bultos en el vientre que el médico atribuirá al estreñimiento sin darle mayor importancia. 

No sería este el único intento del rey para suicidarse. Consciente ó inconscientemente lo intentará en varias ocasiones con todo lo que encuentre a su alcance, cuchillos, armas de fuego e incluso intentará ahorcarse utilizando las cintas de su camisa revolviéndose furioso contra quienes le impedían lograrlo.

Ya hemos apuntado que es posible que el rey sufriera un síndrome bipolar ya que, a estos estados sucedían otros de calma en los que se dejaba administrar los caldos tonificantes prescritos por los médicos y preparados en la botica. Andrés Piquer, nombrado médico de cámara supernumerario escribe en su "Discurso sobre la enfermedad del rey nuestro señor Fernando VI" que el monarca estaba afectado de manía y melancolía describiendo estos conceptos como parte de una única enfermedad. Sería según la moderna psiquiatría uno de los primeros en describir la psicosis maníaco-depresiva. Sin embargo, esta demencia, que sin duda padecía, no parece explicar las altas fiebres ni el estreñimiento ni la mancha negra que el médico Amar encontró en su lengua, ni tampoco los bultos en su abdomen ni la hinchazón de sus piernas. Es por tanto probable que existieran otras causas en sus dolencias además de la psicosis descrita por el insigne Dr Piquer.

Así fueron pasando los meses en Villaviciosa de Odón. Los médicos serían incapaces de aliviar y ni tan siquiera de controlar al real paciente. Cuesta creer en tanta impericia teniendo en cuenta el elevado numero de galenos a su servicio que lo acompañaron durante su encierro, cuesta creer que ni siquiera fueran capaces de mantener al enfermo en las condiciones de higiene mínimas y cuesta creer que todos estos médicos fueran incapaces de llegar a un diagnostico unánime y claro. Sólo la falta de profesionalidad ó de conocimientos ó tal vez, intereses ocultos, pueden explicar tan irresponsable trato.

Y llegó el 6 de agosto. A las nueve de la mañana el rey sufre una crisis convulsiva que lo deja sin conocimiento durante once horas pero "a pesar de los remedios espirituosos con los que se socorrió a S.M. la situación será ya irreversible".

El 10 de agosto de 1759 su Majestad D. Fernando VI expiró.

Sus restos reposan junto a los de su esposa bajo el altar del Monasterio de las Salesas Reales.

Mausoleo de Fernando VI -Convento de las Salesas Reales (Madrid)

13 comentarios:

  1. A lo que puede conducir una enfermedad del sufrimiento a casi la locura y al final casi perder la dignidad.
    Un abrazo

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    1. La enfermedad mental es terrible. Pero al menos en un enfermo mental la pérdida de la dignidad esta justificada.
      Un abrazo

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  2. Que fin más tétrico.

    Buen fin de semana.

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    1. Si el final fué terrible.
      Que tengas una buena semana

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  3. Triste final el de un rey que no fue de los peores. A su locura unió otras patologías sin diagnosticar ni curar, creo que más que por impericia por la falta de conocimientos precisos, propios de la época. No era la ciencia médica entonces lo resolutiva que es hoy, por suerte para nosotros esto último. Un saludo.

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    1. No,no fue de los peores y no debió ser fácil teniendo en cuenta la cantidad de conspiraciones que se fraguaron a su alrededor.Tienes razón, la ciencia médica nunca es hoy tan resolutiva como lo será en el próximo año, quiero decir que en medicina siempre estamos avanzando.
      Saludos

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  4. Grandes trabajos padeció -y dio- Su Majestad.

    Mis saludos.

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    1. Pobre D.Fernando poco amado cuando nació y nada querido cuando murió.
      Que tengas una buena semana

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  5. Heredó de su padre la tendencia a los trastornos mentales, agravados tras la muerte de Bárbara de Braganza.
    Gracias por tu comentario en mi blog. Veo que compartimos hasta siete blogs amigos.
    Un saludo.

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    1. Efectivamente su padre también presentaba trastornos mentales.Tienes un blog tan interesante que siempre es un placer visitarlo.
      Saludos

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  6. Aunque hubiera estado diagnosticado seguramente no se habría podido medicar correctamente.
    Cada día me alegro más de haber nacido en épocas más modernas.
    Me imagino lo que debía ser intentar poner una lavativa a un rey bipolar.

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  7. Realmente ponerle una lavativa debió ser terrible. Gracias por tu comentario.
    Saludos

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  8. Muchas gracias Ambar por darte a conocer , así que aquí vengo a a prender historia porque reconozco que estoy un poco pez. La geografía ha sido mi asignatura preferida y de historia la antigua:-)
    Un abrazo

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