sábado, 10 de febrero de 2024

Alejandro Mountbatten



 






En 1886 nacía Alejandro, primer hijo de la princesa Beatriz del Reino Unido y de su esposo Enrique de Battenberg. Al igual que el resto de sus hermanos nació en el país de su madre y bajo la tutela y el amparo de su abuela la reina Victoria I, la cual, para dar su permiso al enlace de la más pequeña de sus hijas con un miembro de “rango menor” del Ducado alemán de Hess-Darmstadt,  puso como condición que el matrimonio viviera a su lado. Alejandro, al que la familia llamaba Drino, estudió primero en el Stubbington House School y después completó su educación en el Wellington College, que había sido inaugurado años antes por su abuela.

Como algo había que hacer con el muchacho, que al fin y al cabo era nieto de la reina y por tanto pertenecía a la realeza británica, Drino ingresó, como cadete, en 1902 en la Royal Navy con poco más de dieciséis años y unos meses después lo hizo en la escuela de cadetes del MSD Britania. En la Royal Navy permaneció hasta 1908. Después de esa fecha se uniría al ejercito británico. No sabemos si su paso por la Marina británica marco su carácter o si llegó a suponer una  fuerte impresión afectiva perdurable a lo largo de los años, lo que si sabemos es que le llevó a convertirse en uno de los primeros miembros del The Castaways' Club, un lugar exclusivo donde los oficiales de la Navy podían reunirse y continuar en contacto aunque sus destinos  ya se hubiesen separado. Con  el tiempo 

más miembros de su familia se irían incorporando, incluido el príncipe Felipe de Edimburgo.







La  única hermana de Alejandro, Victoria Eugenia de Battenberg, se había casado con el rey de España y tanto Drino como sus dos hermanos la visitaban con frecuencia pasando largas temporadas en el Palacio Real, en La Granja y  también en Santander. Alejandro se convirtió en una persona muy cercana a Alfonso XIII, de hecho formaba junto a  los primos del rey, Fernando de Baviera y Alfonso de Orleáns, su núcleo más próximo. 

  
En el ejército británico llegaría a alcanzar el grado de capitán en 1915 siendo adscrito al Estado Mayor para actuar como Ayudante de Campo adicional. La Primera Guerra Mundial había comenzado un año antes. Alejandro combatió en Europa y Mauricio, su hermano  menor, cayó en el frente de Yprés en Bélgica. Alejandro sabía, teniendo en cuenta su origen alemán, que muchos de sus familiares combatían en el lado opuesto  algo que, imaginamos, debía ser difícil de asumir.

En el Reino Unido, dados los constantes bombardeos por parte del ejército alemán se había desatado un fuerte sentimiento antigermánico. El 13 de Junio de 1917 las bombas que cayeron durante el día  sobre una escuela de Londres causaron la muerte a 18 niños. El bombardero  que lo causó se llamaba Gotha. Esta situación precipitó la decisión del rey Jorge V de cambiar su apellido, Sajonia-Coburgo-Gotha, por otro que sonara totalmente británico y así fue como la Familia Real pasó a denominarse Windsor. El propio rey instó a sus familiares a cambiar sus apellidos alemanes para darles un aspecto británico y a partir de ese momento los Battenberg pasaron a apellidarse Mountbatten, que significaba lo mismo pero en inglés.

La renuncia al apellido Battenberg había supuesto para Alejandro la renuncia a sus títulos y al tratamiento que pudiera corresponderle del ducado del que provenía su padre y como compensación el rey Jorge V tuvo a bien concederle los títulos de Marqués de Carisbrooke, Conde de Berkhamsted y Vizconde Launceston. Así pues ganó con el cambio puesto que los títulos alemanes poco le proporcionarían en el futuro.


Un mes después de los trágicos hechos que propiciaron el cambio de apellido de los Sajonia-Coburgo-Gotha y de los Battenberg, Alejandro contraía matrimonio en la Capilla Real  del Palacio de St. James con  Lady Irene Denison, única hija del conde de Londesborough. La boda fue sencilla y sin recepción después de la misma ya que los tiempos  no estaban para festejos pero no por ello estuvo exento el enlace de la presencia del rey y de gran parte de la familia real.

  






 

Alejandro continuó en la Guardia de Granaderos hasta junio de 1919, fecha en la que habiendo finalizado la guerra presentó su renuncia pasando a la Reserva General de Oficiales. Fue en esa misma época cuando dejó embarazada a su esposa de la única hija que tendrían.

 

A partir de ese momento, Alejandro inició su andadura por el mundo de los negocios y según parece lo hizo con cierto éxito y recorriendo distintos aspectos del espectro comercial. Se inició en la casa bancaria de Lanzard Brothers, más tarde fue director de Lever Brothers después de lo cual trabajó en la Metropolitan Housing Corporation, haciéndose cargo de la labor social relacionada con las fincas que ésta controlaba. Todo ello le proporcionó un prestigio en el mundo empresarial. El prestigio en la alta sociedad británica ya lo tenía ganado y se debía  al hecho estar emparentado con la Familia Real y de ser cuñado del rey de España.


Alejandro era un hombre al que gustaba la notoriedad y el boato y de hecho jamás se perdió la inauguración anual al Parlamento, lo cual le permitía desfilar luciendo pomposamente la túnica parlamentaria.


 


 





También Irene, su esposa, procuraba ser el centro siempre que participaba en actividades de la alta sociedad. Trabajó en numerosos comités de recaudación de fondos con fines caritativos y en todos los eventos que con tal fin se realizaban. Le gustaba el golf y se unió a la Asociación Parlamentaria de Golf Femenino. Su amor a los animales también la llevaría a participar en todos los eventos sociales con ellos relacionados. Mantenía una gran cercanía con el rey Jorge V y la reina María, lo cual también la tenía sumamente entretenida.


Se decía que tanta actividad era una manera de "hacer la vista gorda" ante las aventuras homosexuales de su marido. Siempre había habido rumores sobre la sexualidad de Alejandro, rumores que, en aquellos años, se intentaban acallar con un matrimonio aunque, claro está, no siempre se consiguiera. Hay, no obstante, pocas pruebas de que realmente existieran esas relaciones si exceptuamos los diarios publicados por Cecil Beaton en los que afirmaba que durante muchos años Alejandro fue el amante del anticuario Simon Fleet. 

 

Cuando dió comienzo la Segunda Guerra Mundial Alexander tenía 50 años a pesar de lo cual se unió a la Reserva de Voluntarios de la Royal Air Force, llegando a ser Comandante en Jefe del Comando de Cazas de la RAF. Renunció al cargo unos meses antes de la finalización de la guerra.




 


 

Los años que siguieron al final de la contienda los pasaron los Carisbrooke haciendo aquello que más les gustaba a ambos: lucirse en eventos y acudir a fiestas hasta que llegó el día en que la vida empezó a darles esos momentos de amargura de los que casi nadie se libra. En 1953 Alexander sufrió un coágulo cerebral del que parece que fue intervenido quirúrgicamente con éxito. Tres años después fallecía su esposa y aunque la relación entre ellos había sido un tanto peculiar parece ser que Alejandro pasó parte de su tiempo diseñando los nichos en los que ambos descansarían en la Capilla Battenberg de la isla de Wight.







Alejandro Mountbatten, marqués de Carisbrooke falleció en febrero de 1960 en el Palacio de Kensington a consecuencia de un derrame cerebral, tenía 73 años. Su hija Iris, que vivía en Canada, acababa de llegar a Londres para asistir a otro sepelio de la Familia Real lo cual le permitió asistir a las exequias por su padre aunque, por desgracia, no pudo ver a su progenitor con vida.


La personalidad de Alexander quedó seguramente marcada por el hecho de ser medio alemán, medio británico. Una dualidad que se vería acrecentada por dos guerras en las que, sirviendo a su país, se enfrentaba a un ejercito en cuyas filas sabía que estarían algunos de sus parientes. Su deseo de pompa y boato, de figurar con notoriedad en cualquier acto, podría explicarse por el hecho de que muchos de sus primos eran príncipes herederos de reinos europeos. Su misma hermana se había casado con un rey y él, que no recibía asignación real, había tenido que conformarse con formar parte del ejército británico y dedicarse al comercio para poder mantener lo que Alexander consideraba el "mínimo status" que le correspondía. Sea como fuere intentó disfrutar de aquellas cosas que la vida, por su posición y por su trabajo, le proporcionó.

 

Fue enterrado en la Capilla Battenberg en la isla de Wigth.