domingo, 22 de octubre de 2017

María Josefa Amalia de Sajonia, esposa de Fernando VII





 María Josefa de Sajonia - Francisco Lacoma y Fontanet - Museo del Prado



Fernando VII, a pesar de tener tan solo 34 años, había quedado viudo dos veces y lo que es peor sin descendencia. Así pues, urgía buscarle una esposa y a ser posible joven para que el tiempo de procreación fuera lo bastante dilatado como para asegurar la descendencia. 

La elegida será María Josefa de Sajonia, prima segunda y sobrina segunda del Monarca lo cual, como es sabido, no importaba en absoluto a la realeza. 

La princesa había nacido en Dresde en 1803 y tenía en aquel momento 15 años. Había quedado huérfana de madre a los pocos meses de su nacimiento y su padre, Maximiliano de Sajonia, la envió a un convento de monjas en la creencia de que éstas educarían a su hija como correspondía a su rango.

María Josefa salió de los muros del convento para contraer matrimonio. Era una niña tímida, ingenua e inexperta a la que nadie en el convento había osado preparar para el destino matrimonial que por su condición de princesa la esperaba. La pobre criatura pensaba que los hijos los traía al mundo una cigüeña, muy trabajadora y muy hábil en estos menesteres, y que ella tan solo tendría que abrir los brazos para recibirlos. 

Si ya era difícil para una niña, sin ninguna información sobre la vida sexual, enfrentarse al matrimonio hay que imaginarse lo difícil que debió ser, para una criatura como ella, ser desposada por un hombre veinte años mayor, nada agraciado fisicamente, con algún que otro achaque de salud -no hay que olvidar que ya sufría gota - y bastante avezado en correrías de faldas. 

Ignorando lo que la esperaba María Josefa llegó a España en octubre de 1819, llevando en su séquito como médico personal al Dr. Koberwein. El matrimonio se celebraría en Madrid, el día 21 de ese mismo mes y esa misma noche decide Fernando VII intimar con su esposa. 


Fernando VII - Francisco de Goya - Museo del Prado


Nadie se había preocupado de explicar a la joven reina la anatomía de un varón y tampoco nadie la había informado sobre la serie de prácticas requeridas e indispensables, al menos en aquellos años, para la procreación. 

Así que llegada la noche y cuando se vio ante Fernando VII, dispuesto éste a enseñarle todo lo que la joven debería haber sabido, fue presa del pánico. María Josefa sufrió una crisis nerviosa de tal magnitud que llegó a defecar y a orinarse encima en aquel mismo momento.Parece ser, según nos cuentan, que el rey  "al poco de entrar salió de la alcoba regia más que deprisa, en paños muy menores, echando pestes y apestando".  

A partir de aquella noche Dª María Josefa se negó a admitir contacto intimo con su esposo, convencida como estaba que ello era altamente pecaminoso y mancillaba su virtud. Ni su médico personal ni capellanes ni religiosos de la Corte la hicieron cambiar de idea y no hubo más remedio que comunicar al Papa la situación, bien para que la hiciera entrar en razón o bien para que dispusiera anular el matrimonio.

Intervino León XII y solo por ello consintió la reina aceptar a su esposo en su alcoba , no obstante y, tal vez, con la esperanza de evitar aquello que tanto le repugnaba, suplicaba a D. Fernando cada noche, que ambos rezaran el santo rosario antes de que el rey iniciara cualquier acercamiento. 

No es de extrañar que dadas las circunstancias los hijos no llegaran. Fernando VII, al que gustaba y mucho su esposa, no cejaba en su empeño y llevó a la reina en varias ocasiones a tomar las aguas de Sacedón y de Solán de Cabras pues los médicos las recomendaban para aumentar la fertilidad. Se cuenta que en una ocasión en la que viajaban hacia Solán en un caluroso mes de agosto y por polvorientos caminos, el rey sacando la cabeza perlada de sudor por la ventanilla del carruaje le dijo al oficial que cabalgaba junto al vehículo : "! De este viaje salimos todos preñados… menos la Reina!" 


María Josefa Amalia de Sajonia - Luis de la Cruz y Ríos - Museo del Prado


Lo cierto es que durante los diez años que duró su matrimonio no se produjo ninguna gestación de Dª María Josefa. Nunca intervino en la política del Reino, tan sólo le interesaban las obras de caridad, procuraba evitar cualquier evento festivo y su mayor distracción consistía rezar y escribir poesías. 

En abril de 1829, y encontrándose los reyes en Aranjuez, la reina enferma. La crónica de esta enfermedad se conoce gracias a las cartas que Fernando VII escribe a su secretario privado D. Juan Manuel Grijalva. En un primer momento la enfermedad parecía ser tan solo un resfriado que fue tratado por el Dr Castelló, médico de la Corte. Pero, poco a poco el estado de la reina fue empeorando, aparecieron las fiebres y la tos y como era costumbre en la época se iniciaron las sangrías. 

El estado de María Josefa no mejoraba y el Dr Castelló manda consultar a otros tres médicos ante la sospecha de que la egregia dama sufriera una pulmonía. De nada sirvió puesto que nada pudieron hacer los médicos consultados. La reina falleció el 18 de mayo de 1829, con tan sólo 25 años.
Fernando VII se encontró de nuevo viudo y sin descendencia.

Sus restos, al no haber dado hijos a la Corona, reposan en el Panteón de Infantes del Monasterio del Escorial.

55 comentarios:

  1. Hola Ambar, ya echaba de menos tus estupendos relatos. Pobre niña esta María Josefa, salir de un convento tan joven para casarse y ser reina no es tarea fácil para nadie, menos aún con Fernando VII, pero vivir solo diez años con él y morir, tampoco es lo que se hubiera esperado, cosas peores se daban entre la realeza. Bueno, espero la segunda parte del relato, el rey tuvo que seguir viviendo y seguro que sabes contarnos muy bien como lo hizo.
    Un beso.

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    1. Todo un castigo la vida de esta niña. Se queda sin madre, el padre se deshace de ella mandándola a un convento y con quince años la casan con semejante individuo. Como para soñar con ser princesa.
      Besos

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  2. No me extraña que la pobre señora fuera presa del pánico en la noche de bodas y después. El felón padecía una macrosomía genital, vamos que tenía el miembro descomunal, como caballo. Como para salir corriendo.
    Un abrazo, Ambar.

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    1. Era para salir corriendo, desde luego. Parece ser que durante su matrimonio con María Josefa se confecciono un cojín especial que - no entraré en detalles - facilitaba las relaciones entre los esposos.
      Un abrazo Cayetano

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  3. Eso sí que eran traumas y no los que se inventan ahora.
    Ya echaba en falta tus interesantes cachos de historia.
    Besos.

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    1. Yo también echaba de menos dedicarle un tiempo a estas cosas.
      Gracias y besos

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  4. Como noche de bodas no había oído nada igual...
    Horror es poco.
    Pobrecilla.

    Besos.

    Me encanta volver a tus historias.

    Gracias.

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    1. Ver al rey felón en paños menores o mejor dicho sin paños debió ser una autentica película de terror.
      Gracias por pasar y besos

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  5. Pobrecilla y por los gestos de los retratos no fue muy feliz, un placer reencontrar tus retozas de la historias y leerte. Bienvenida. Un abrazo.

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  6. Claro, con la formación del Convento.... ¡Qué espantoss noche de bodas! Además la niña reina era por demás aburrida, me imagino el contraste que debió haber entre uno y otro cónyuge, el dia y la noche, es poco decir.

    Besos, Ambar, desde mis vacaciones.
    Por cierto, me alegro de que hayas disfrutado mi entrada sobre arqueología y medicina egipcia antigua.





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    1. Fernando era vulgar, soez, chabacano, feo, egoísta y un largo etc de falta de virtudes. Ni a las fiestas quería la niña acompañarle y es comprensible, refugiarse en los rezos debía ser una liberación.
      Tu entrada es magnífica Myriam.
      Besos

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  7. Muy interesante tu reseña.

    Un abrazo

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  8. Una triste historia , que habla de la crudeza de esos tiempos que debieron soportar tantas mujeres ...y me atrevería a decir que en muchas culturas se sigue dando...no se a ese extremo del relato d e una noche de bodas...al menos a ella la desposaron, otras corren peor suerte...
    Y que decir del hombre, quizás él era quien no podía gestar, con tres matrimonios y nada? , me parece sospechoso y obvio la mujer era la que llevaba la de perder en este caso.
    A pesar de su melancolía de esta mujer se ve hermosa.

    Gracias por ir a mi blog.
    Estés muy bien!

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    1. Fernando podía gestar, en sus anteriores matrimonios llego a tener dos abortos de la primera y un aborto y una hija que vivió apenas unos meses. Su última esposa le dio dos hijas una de las cuales se convirtió en la reina Isabel II de España.
      Gracias por el comentario.
      Un beso

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  9. Interesante Ambar y gracias por volver a contar la historia de esta forma tan amena. Te echábamos en falta.
    Que mal lo pasaban antes las mujeres, de la realeza, las casaban sin importarles la edad . Eran crueles y en este caso la crueldad fue extrema, la mujer salió del convento y sin saber nada de la vida de pareja la casan y con un hombre mayor y por lo que se ve con bastante bruto.
    A lo mejor era él quien no podía tener hijos, a saberr.
    Un abrazo Ambar.
    Puri

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    1. Yo también tenía ganas de volver pero he disfrutado de poco tiempo para dedicarle a esta afición.
      Gracias Puri por pasar.
      Un beso

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  10. Lástima que la última esposa le diese descendencia a un rey tan estúpido. Quizás el infante Carlos María Isidro hubiese gobernado mejor, a pesar de sus ideas.

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    1. Todos tenemos una tendencia natural a pensar que lo que pudo haber sido y no fue habría resultado más beneficioso. Nunca lo sabremos.
      Mucho tiempo sin saber de ti. ¿Para cuando alguna de tus publicaciones?

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  11. Dios mio que penosa la historia de esta mujer, seguro que quedo taunatizada para toda la vida, una criatura que no sabia nada de la vida, solo estar en ese convento y el susto tan grande que se daria la noche de boda no me extrañaria que se pudiera quedar exteri por ese trauna. Mil besicos cielo

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    1. El susto debió ser tremendo al contemplar la desproporción de lo que se le venía encima. Traumatizada debió quedar sin ninguna duda.
      Besos María

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  12. No puede ser que a una chiquilla de quince años sin ninguna formación ni preparación se le case con un hombre como Fernando VII. Pero así era la época. Triste y penosa vida la de esta mujer.
    Un abrazo.

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    1. Hasta teniendo preparación y formación me parece terrible estar casada con Fernando VII.
      Un abrazo

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  13. Hola Ambar:
    Welcome back!! Hacía falta estas historias de la historia. Pobre dama...no sé si entonces era mejor ser mujer del pueblo llano...aunque quien sabe.

    Besos

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  14. Ni idea tenía Ambar, pobre niña, me imagino el trauma.
    Qué bueno que ya volviste!!!

    Besos =)))

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  15. ¡¡¡¡Hola!!!! Qué bien volver a leerte.
    Menudo trauma, pobre niña, menos mal que las cosas han cambiado porque casar a una chiquilla con un hombre así, y para colmo tío segundo, ufffff.
    Besos, feliz semana y mil gracias por una historia tan interesante, siempre me sorprendes.

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  16. Interesante como siempre Ambar, pobre muchacha y qué poco bien le hicieron aquellos que nada le explicaron.
    Hace unos días estuve viendo la película de las hermanas Bolena y me acordaba de tu blog y de estas historias de la corte que me encantan porque les da una dimensión más humana.
    Besos

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    1. Por mucho que le hubieran explicado encontrarse en la noche de bodas con un varón añoso, feo y con una macrosomía era para asustarse.
      Besos Conxita

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  17. Hola guapísima !!!
    Qué alegría verte de nuevo Ambar, ya se te echaba de menos con tus entradas siempre tan entretenidas y amenas.
    Desde luego María Josefa no pudo tener peor destino, del convento a la noche de bodas, porque no podremos decir Luna de miel, más bien de hiel lo que vivió la pobre. Ya sabemos la fama que tenía el monarca sobre su fisonomía. La falta de delicadeza que demostró, detestable.
    Qué vida más triste, la verdad.
    Besotes mi niña.

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    1. Pedirle delicadeza a Fernando VII es como pedir peras al olmo. No pudo tener peor destino la pobre niña.
      Besos Nuria

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  18. Con un hombre así, no me extraña que la pobre se asustara.

    Lástima muriese tan joven y sin poder disfrutar de una vida mejor.

    Un placer volver a leerte. Me alegra mucho tu regres.

    nn beso.

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    1. Con un hombre así hasta la mujer más experimentada se asustaría.
      Besos Amalia

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  19. Hola, te echaa de menos, leer tus relatos me encanta. Hoy volvemos a a ller una triste historia, la de una niña que nunca fue feliz. Pobrecilla, la vrdad es que pocas mujeres lo fueros en aquella época. ya veremos cómo contunúas . un beso preciosa!!

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    1. Gracias Elisa, siempre son un placer tus visitas.
      Besos

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  20. Una experiencia espantosa...Pobre niña enfrentarse a ese Majestuoso horror dejó una triste realidad que marcó su vida..
    Un placer leerte nuevamente Ambar, excelente relato como siempre
    Fuerte abrazo

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    1. Me ha hecho mucha gracia la expresión "Majestuoso horror", lo define muy bien.
      Besos

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  21. Hola amiga Ámbar, después de tanto tiempo paso a leerte de nuevo, a recrearme con tus historias de la historia, y a leer cosas que parecen de mentira. Qué pena de niña- mujer, que horror de vida, y que diez años de matrimonio, que debieron parecerle la eternidad.
    Gracias por tus letras. Te mando un abrazo grande.

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  22. No es extraño que la tierna joven de 25 años muriera por un simple catarro, dada la dichosa manía de los cirujanos y médicos de la época de sangrar y sangrar para debilitar el estado general de la paciente, creyendo que con ello sanaría. ¡Qué bien vivir en el siglo XXI!, ¿no te parece?
    Un beso

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    1. Se pensaba que la sangre contenía los "humores" malignos que ocasionaban la enfermedad, de ahí que al sangrar se intentaba una limpieza del organismo.
      Un beso Carmen

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  23. Otra pobre desgraciada de la realeza, y que jóvenes morían la mayoría de ellos.
    Hubo un insigne clínico que dijo que los sangradores habían hecho correr la sangre de los enfermos en mayor cuantía que las tropas de Napoleón en los campos de Batallas. Muchos morían por la debilidad causada con las extracciones continuas de sangre.
    Un Beso.

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    1. Afortunadamente la medicina ha avanzado. es cierto que la debilidad causada por las continuas sangrías podía hacer llegar a la muerte más rapidamente.
      Besos

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  24. Fue para ella un matrimonio de pesadilla, por lo joven que era cuando se casó y por no tener el menor conocimiento de lo que es una una relación de pareja. Muy interesante tu entrada Ambar.

    Besos.

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    1. Un autentico castigo estar casada con semejante persona. Gracias por el comentario.
      Besos

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  25. Poco puedo añadir a lo contado, y tan bien contado, salvo exclamar: ¡Pobrecilla!
    Saludos.

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  26. Hola Ambar, interesante historia. Llama la atención que todas esta gente de la realeza lo joven que se casaban , y más sin saber nada de lo que es una relación. Cuanta soledad tuvo que soportar y que final mas injusto, morir tan joven. Me da mucha pena de ella!
    Un calido abrazo.

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    1. No creo que, aquellas princesas, se casaran por propia voluntad.
      Gracias por el comentario Cristina

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  27. Pobre criatura, lo que me extraña que durara todo ese tiempo, con el susto de la noche de bodas era suficiente para darle un yuyu y quedarse en el momento.
    Pobre Rey, viudo tres veces, cualquiera podría pensar que las mataba.
    Menos mal que nació por fin un heredero de su cuarto matrimonio, con su sobrina María Cristina de Borbón, pero resultó ser hembra (la futura Isabel II).
    Un abrzo.
    Ambar

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    1. No me da ninguna pena Fernando VII y es muy probable que las matara...pero de asco.
      Un beso y gracias por pasar.

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