La que fuera la última de los hijos de los Príncipes de Gales, Eduardo y Alejandra, vendría al mundo en Marlbourgh House, un frío día de noviembre de 1869. Durante su infancia pasaba, al igual que el resto de sus hermanos, largas temporadas en Sandringham, la otra residencia de sus padres y todos los años acompañaba a su madre, danesa de nacimiento, a visitar a sus abuelos maternos en Dinamarca.
Era una niña tímida y enfermiza y su educación fue meramente convencional. No era bella, no tenía carisma y ni siquiera era agraciada físicamente, pero con el tiempo se iría puliendo y daría ejemplo de elegancia y estilo destacando, al menos en esto, entre otras princesas de la época.
Durante varias semanas al año compartía juegos y, mas tarde, bailes y diversiones con sus primos daneses en el palacio de Fredensborg, no es extraño por tanto que se enamorase de uno de ellos. Fue Carl el elegido y el que pidió su mano en 1896. Carl era un Oficial de la Marina danesa, apuesto, simpático y con gran don de gentes. Toda la familia, tanto la danesa como la británica, estaban contentos con el noviazgo y se lanzaron a preparar una boda que sería la última a la que acudiría su abuela, la reina Victoria. Sólo una sombra se proyectaba en el horizonte de Maud: vivir lejos de su amada Inglaterra.
Se casaron el 22 de julio de 1896 en la capilla privada del palacio de Buckingham y recibieron por parte del padre de la novia, el Príncipe de Gales, un regalo muy especial y que jugaría un papel importante en la vida de Maud: un palacete al que llamaron Appleton y que se encontraba dentro de la propiedad de Sandrinham. Por tanto al lado de la familia.
Ceremonia matrimonial de Maud y Carl
Los daneses recibieron a Maud con verdadero entusiasmo, la habían visto en sus tierras desde pequeña y además era nieta de los reyes, por tanto medio danesa. Por desgracia el entusiasmo no fue mutuo. Maud añoraba todo lo inglés y además al ser su esposo un oficial de la Marina tenía demasiado tiempo para dedicarse a esta añoranza. Se quejaba constantemente de que el frío clima danés perjudicaba sus bronquios y, con esta excusa, se fue acostumbrando a realizar, cada vez con mayor frecuencia, escapadas a su casa de Appleton.
Al principio todo el mundo consideraba normal la nostalgia de la princesa por su familia y su país de origen, pero poco a poco se fue viendo que había también otras razones. La principal era que Maud se aburría mortalmente en Dinamarca, consideraba que la sociedad danesa era provinciana, extremadamente reducida y con excesivos escrúpulos morales que, para ella, rayaban en la mojigatería. Su familia danesa empezó a mirar con malos ojos el empeño de la princesa por permanecer en suelo inglés y el pueblo danés empezaba ya a preguntarse qué ocurría para que la princesa permaneciese tan poco tiempo en Dinamarca. La conclusión de la mayoría de la gente era que la pareja estaba tardando demasiado en engendrar un hijo.
Por fin Maud queda encinta, y el estado de buena esperanza es anunciado con gran alegría pero ocurre algo que los daneses no entienden: la princesa Maud pasa todo el embarazo en Inglaterra y es allí en Appleton donde, en julio de 1903, alumbrará a un varón que recibirá el nombre de Alejandro y que será su único hijo. El tiempo tardado en procrear, el hecho de que la gestación se desarrollara en Inglaterra y que incluso se produjera allí el parto fueron dando lugar a múltiples especulaciones a lo largo de los años que han llegado hasta nuestros días. Maud permaneció en Inglaterra con su hijo hasta que, varios meses después del nacimiento, el príncipe Carl acudió a por ella. Cuando llegó a Copenhagen su hijo tenía ya nueve meses. En total había permanecido fuera de Dinamarca dos años.
En 1905 Noruega se separa de Suecia y los noruegos ofrecen el trono de su país al príncipe Carl de Dinamarca. Acepta el príncipe y Maud se convierte de este modo en Reina consorte de Noruega. En su deseo de congraciarse con el pueblo noruego Carl cambia su nombre por el de Haakon VII y el de su hijo Alejandro por el de Olav.
Maud se daría cuenta de que su libertad se había acabado y que en lo sucesivo tendría que cumplir con lo que se esperaba de ella y se dispuso a realizar su papel de Reina con la mayor dignidad. Participó en cantidad de obras sociales, protegió a los jóvenes artistas, aprendió a esquiar y realizó todas aquellas cosas que sabía iban a satisfacer al pueblo noruego, consiguiendo de ese modo ganarse su cariño. Seguía sin ser bella pero, tenía mucho estilo, vestía con elegancia y los noruegos se sentían orgullosos de ella. Aunque visitaba cada año su país natal, permanecía muy poco tiempo en Inglaterra.
En 2004,el autor Tor Bomann-Larsen da origen a una gran polémica al afirmar en su libro ”Haakon y Maud”, que el Rey Olav no era hijo de Haakon. Según dicho autor la Reina Maud fue inseminada en Inglaterra por el médico de su padre, Sir Francis Laking, con semen de su propio hijo Guy Laking. Asegura Bomann que durante los diez meses anteriores al nacimiento de su hijo, Haakon y Maud solo estuvieron juntos una vez.
En marzo de 2005, Odd Arvid Storveen, un historiador de la Universidad de Oslo, publicó una reseña del libro de Bomann-Larsen en la revista Historisk Tidsskrift, en la que afirma que no se ha encontrado ninguna prueba que avale la hipótesis de Bomann.
La inseminación artificial no era común en aquella época pero desde luego no era una práctica desconocida entre los médicos, puesto que la primera inseminación confirmada fue llevada a cabo por William Pancoast en 1884.
También el historiador Svein Blindheim ha barajado la posibilidad de que Maud no fuera la madre biológica y de que el príncipe Olav fuera adoptado
La salud de Maud siempre había sido quebradiza, en 1938 estaba en Inglaterra cuando le sobrevino un fuerte dolor abdominal. Fue intervenida quirúrgicamente pero a los pocos días sufrió una insuficiencia cardiaca que le costó la vida. El Rey Haakon acudió de inmediato y trasladó el cuerpo de su esposa a Noruega.
Sus restos fueron depositados en el mausoleo real del castillo de Akershus.
Me has picado la curiosidad y le he seguido un poco la pista por internet. Al final vas a conseguir que me preocupe por mis amplias lagunas culturales en este campo.
ResponderEliminarSaludos.
La curiosidad es el motor de la investigación y por tanto de la sabiduría. !No te quejes!
EliminarSaludos
Una historia muy bonita y narrada de una manera que engancha.
ResponderEliminarBuena semana, guapa
Muchas gracias. Buena semana para ti también.
EliminarToda esa historia de la inseminación artificial, es como mínimo inquietante, y si la vida marital era casi inexistente, pues igual no se equivoca Tor Bomann-Larsen. Una prueba de ADN no vendría mal en estos casos, para sacarnos de dudas ;-)
ResponderEliminarSaludos.
No creo que el actual rey de Noruega, nieto de Maud, estuviera por la labor de hacerse una prueba de ADN. Seguiremos con la duda y, supongo, que él también.
EliminarSaludos dissortat
La historia de la inseminación yo diría que es mas antigua, ya se hablaba de que Enrique IV la había usado para engendrar a su hija Juana, y creo que ya los romanos tenían textos sobre la técnica. El indice de aciertos es lo que no sabemos. ME ha parecido interesante la vida de Maud, gracias Ambar.
ResponderEliminarDe Enrique IV de Castilla y de su pobre hija se ha dicho de todo y la teoría que más "seguidores"tuvo en su época fue la que aseguraba que Juana era hija de Beltrán de la Cueva. La técnica de inseminación en animales se inicio mucho antes y es muy posible que en humanos también pero, la primera que he encontrado confirmada es la que cito.
EliminarBesos Leonor
Obrigada pela partilha...bj
ResponderEliminarGracias por el comentario.
EliminarSaludos
Hola,
ResponderEliminarque buen blog sobre la historia!
Gracias por la adición a mi blog de cocina. Me correspondido poner yo entre sus seguidores!
http://thatisammore.blogspot.it/
That’s amore
Gracias por el comentario.
EliminarBesos
Hola, bonita historia la de Maud, aunque triste, siempre toca a las mujeres seguir a sus maridos y dejar familia y un país natal querido. No creo que nunca fuera feliz. Un beso grande!!
ResponderEliminarEstaba muy unida a su familia pero sobre todo se aburría mortalmente en Dinamarca.
EliminarBesos
Hermosa historia , muy bien relatada...
ResponderEliminarMuy buen espacio histórico, me quedo a seguirle
Saludos
Muchas gracias. Me alegra que le haya gustado.
EliminarSaludos
Hola Ambar:
ResponderEliminarAlgo sabía del asunto del embarazo de la Reina Maud. Siempre habrá especulaciones al respecto.
La Reina fue (y es) tan querida, que tiene un área geográfica en la Antártida con su nombre: Tierra de la Reina Maud, que en su momento denominó también la zona británica, pero después solo se nombra así el sector noruego.
Besos
Gracias por la aportación. No se me ocurrió incluirlo y eso que fue motivo de arduas negociaciones.
EliminarBesos Manuel
El tema del embarazo por inseminación, lejos de Dinamarca, es suficientemente potente para sembrar sospechas y fabricar hipótesis no sin fundamento. Otra cosa es que la hipótesis sea cierta. Seguramente, pero quién sabe. A veces las cosas no son lo que parecen y la realidad se encarga con frecuencia de estropearnos las conclusiones que asoman como más evidentes. Parece que había algo de "frialdad" y "distancia" en las relaciones conyugales. Y no lo digo solo por el frío clima escandinavo y por las estancias en Inglaterra, distante en efecto. Lo que sí parece es que las tierras noruegas y sus gentes le llamaban más la atención que las danesas.
ResponderEliminarUn saludo, Ambar.
"Frialdad" y "distancia" en las relaciones conyugales si que hubo y no fue por el frío clima danés. En Noruega estuvo más feliz puesto que allí era la Reina y no la esposa de un príncipe.
EliminarSaludos Cayetano
Se fue a la tumba con el secreto de su hijo.
ResponderEliminarUna mujer que aunque hizo lo posible para adaptarse a su reino al final no lo logró ya que para ella nunca fue su país.
Muy bien redactado y claro.
Un beso
Si, se llevó el secreto y esta demasiado cercana en el tiempo su historia como para que lo podamos averiguar mediante métodos científicos. El actual rey noruego es su nieto.
EliminarBesos
Vaya! pues nunca se sabrá la verdad....bonita historia, gracias.
ResponderEliminarun abrazo =)))))
Nunca lo sabremos.
EliminarUn beso Liliana
Interesante historia como todas las que nos traes. Siempre un placer seguirte. Un abrazo.
ResponderEliminarEl placer es que pases por aquí. Muchas gracias por el comentario.
EliminarUn abrazo David
Una vida muy interesante aunque me parece que Maud de Gales no fue precisamente muy feliz, ni como esposa consorte ni como reina. Si se pudiera hacer la prueba de paternidad saldríamos de dudas:-)
ResponderEliminarFeliz inicio de semana. Bss
Me parece que no saldremos de dudas.
EliminarBesos
Muchas gracias por estas historias tan bien narradas.Empiezas a leer y has de continuar hasta el final.Una historia interesante y con una incógnita; no se sabrá nunca cómo fue el embarazo de la reina.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias por el comentario. Me alegra que te haya gustado.
EliminarBesos
Interesante historia de una vida diferente.
ResponderEliminarBesos
Gracias Inma.
EliminarBesos
La raíces siempre tiran y cuesta acostumbrase a otras costumbres, y a nuevos retos. Lo que esta claro que Maud, no era muy feliz y siempre que podía regresaba a Inglaterra para oxigenarse, y llenarse del el cariño de su familia.
ResponderEliminarMuy interesante historia. Ámbar, un abrazo.
Su familia era un tanto peculiar pero ella siempre se encontraba bien en Inglaterra.
EliminarUn beso Cristina
¡Hola Ambar!!!
ResponderEliminarBueno, aquí nos empapamos de historias sorprendentes y esta es súper interesante. Siempre pensamos que las familias reales son las más dichosas... Pero realmente no es así, en este tu pogs vemos que la realeza tiene sus más y sus menos, si a caso más que el plebeyo. ¡Mira que viene de lejos lo de la inseminación! Y claro está, teniendo el marido siempre fuera... algo tendría que hacer para tener un heredero. Sabes, no me parece tan fea en la foto... Pero bueno puede estar retocada.
Ha sido un inmenso placer pasearme por tus letras.
Te dejo mi cálido abrazo, mi estima y gratitud.
Ten una feliz semana.
No suelen ser muy felices las familias reales, tal vez, porque es más fácil ser feliz con las cosas sencillas y la vida de la realeza no suele serlo.
EliminarBesos Marina
Una historia sumamente interesante.
ResponderEliminarMil gracias.
Un beso
Gracias a ti por leerla.
EliminarBesos Amalia
Las especulaciones podrían terminar hoy día con un oportuno análisis de ADN que seguramente no se realizará nunca, o por lo menos en fechas tempranas. Daremos un voto de confianza a Maud y diremos que hizo lo mejor para su familia y para su destino, y no creo que lo hiciera de mala fe.
ResponderEliminarUn beso
No creo que el actual Rey de Noruega esté por la labor de sacarnos de dudas mediante una analítica de ADN. Pienso en lo terrible que debe ser para él que se haya sembrado la duda porque, es probable, que también él dude.
EliminarBesos Carmen
Una vez es suficiente ;-)
ResponderEliminarComo le gusta a la gente especular, me refiero a la tesis de.ka inseminación artificial...
Que hay de malo en querer ser madre
Y de paso, producir un heredero, de esos varoncitos tan deseados...;-)
A mi me parece linda.
Y cumplió muy bien con su
Papel de Reina de Noruega.
Que feo es verse obli!gadaa vivir
Donde ni le gusta y la entiendo
Dinamarca puede ser muy aburrida
O muy interesante. Depende de von quien trates.
Besotes
Perdón por lis errores te escribo el comentario desde el móvil...
ResponderEliminarA pesar de que su madre era danesa se adaptó mejor a la vida en Noruega. Es posible que influyera el hecho de que su marido permaneciera más tiempo a su lado que cuando era un simple oficial de la Marina.
EliminarBesos Myriam
La vida de Maud de Gales se ve muy interesante.
ResponderEliminarSaludos Ambar,
Casi todos los hijos de Eduardo VII fueron peculiares. Gracias por el comentario.
EliminarSaludos Eva
Al menos consiguió como reina de Noruega el aprecio de su nuevo país, lo que en Dinamarca no había conseguido.
ResponderEliminarUn saludo.
En Noruega tuvo lo que en Dinamarca no habría conseguido y, por tanto, supo adaptarse mejor al país.
EliminarSaludos dlt
Que interesantes estos relatos tuyos de estas vidas de la realeza tan infelices la mayoría de las veces.
ResponderEliminarLo haces muy ameno.
¡Me encanta leerte!
Muchos besos.
Muchas gracias Maripaz. A mi me encanta que pases por este espacio.
EliminarBesos
Desconocía la historia de esta mujer. Creo que la estatua que vi con su nombre en Oslo en junio pasado, estaba dedicada a ella, solo que estaba junto al Palacio Real, al lado de unos jardines pequeños pero muy bonitos. Muy interesante.
ResponderEliminarSi, hay una estatua dedicada a Maud en los jardines que rodean el Palacio Real.
EliminarGracias por el comentario. Saludos
Bueno pues al final de todo se mereció el respeto del país que es lo importante. En cuanto a la paternidad, me imagino que nos quedaremos siempre con la duda.
ResponderEliminarMe encanta como cuentas las historias Ambar, eres la profesora de historia que todo el mundo sueña tener.
Un abrazo
Carmen
Muchas gracias por el comentario. No es mi profesión la docencia pero, como tengo mucho respeto por los profesores hasta me he sonrojado.
EliminarBesos
Hola Ámbar, me encanta cómo escribes, estaba totalmente enganchada al relato desde el principio al final!.Me encanta pasar y leerte. Totalmente de acuerdo con Carmen, no hay manera más bonita de describirte!
ResponderEliminarQué triste separarte de tu gente y el país que tanto amas para llegar o otro país en el que no encuentras tu lugar...
O soy yo o veo a Olav muy rubio... Me encanta la polémica que desató en la época la posible inseminación o la dudosa paternidad de Haakon.
Un beso enorme!
No sabes cuánto me alegra que te guste lo que escribo. A mi me pasa lo mismo con tus entradas.
EliminarGracias, un beso.
¡Hola!
ResponderEliminarMe he quedado embobada leyendo la entrada, al contrario de lo que pensaba cuadno he empezado a leerla. No conocía la historia y es curioso como muchas veces las vidas de la realiza eran bastante infelices...
Gracias por descubrírmela.
Un besazo.
Muchas gracias. Como puedes ver - tu que eres una lectora empedernida - la realidad anda de la mano de la ficción en muchas ocasiones.
EliminarBesos
Hola!!
ResponderEliminarMe ha encantado la entrada! Me parece muy interesante, he leído alguna que otra entrada de tu blog y me encanta! Me encanta conocer estas historias! Muchas gracias por compartirlas con nosotros! Por supuesto que me quedo por aquí!
Nos leemos, un beso^^
Siempre serás bienvenida y gracias por comentar.
EliminarBesos
Otra entrada interesantísima que me ha dejado ensimismada leyéndote, y es que da gusto ver como explicas cachitos de historia que son desconocidos y que a mi tanto me gustan. Me ha gustado mucho leerte. Un beso.
ResponderEliminarGracias Lola. No sabes cuánto me alegra que te gusten.
EliminarBesos
Me has enganchado con la historia Ambar, muchas veces creemos que por ser nobles, unas personas viven mejor que las que no lo son... y Cuanto hubiese dado Maud, por continuar viviendo en su Inglaterra querida.
ResponderEliminarDesconocía la historía y me ha encantado, lo de la inseminación pudo ocurrir o no, pero como mujer al tener a su hijo al menos sería mucho más feliz aunque fuese en Dinamarca.
Un abrazo con cariño.
Ángeles
Maud cambió mucho con la maternidad, se centró en su vida en Noruega y cumplió con su papel de reina a la perfección.
EliminarGracias por comentar. Besos
Que interesante lo que nos cuentas, buena entrada, me quedo siguiendote y te invito a mi blog, besos y nos leemos.
ResponderEliminarhttp://estoyentrepaginas.blogspot.com.es/
Gracias por el comentario Cristina,
ResponderEliminarBesos
La historia de las casas reales está llena de hijos de padres misteriosos por múltiples razones. Lo que importa es el amor del padre oficial y que el niño se sienta querido. Lo que hay que hacer en este "trabajo" (de reyes) es desempeñar el papel de familia maravillosa y perfecta y cumplir con las obligaciones sociales que se exigen. Y si te aburres, te aguantas.
ResponderEliminarTienes toda la razón, no todos son quienes parecen en las casas reales.
EliminarGracias por el comentario. saludos
La historia de las casas reales está llena de hijos de padres misteriosos por múltiples razones. Lo que importa es el amor del padre oficial y que el niño se sienta querido. Lo que hay que hacer en este "trabajo" (de reyes) es desempeñar el papel de familia maravillosa y perfecta y cumplir con las obligaciones sociales que se exigen. Y si te aburres, te aguantas.
ResponderEliminarMuy interesante la historia de esta familia real, el bucear en las monarquías puede llevar a conocer hechos que como este sorprende años después por lo que los historiadores dicen. Me acabo de enterar que la inseminación artificial ya fue practicada en la antigüedad es algo que desconocía y mira por donde el refrán de " no te acostarás sin saber una cosa más" es aplicable a este momento.
ResponderEliminarUn gusto leer estas cosas Ambar, gracias por compartir.
Besos
Puri
Gracias a ti por pasar por aqui.
EliminarBesos
Yo entiendo la postura de Maud, tira tanto la tierra natal...
ResponderEliminarCuando yo llegué a Castilla, siendo muy jovencita, al encontrarme con una tierra completamente distinta a la mía, alejada de mis padres y con un clima en el que tanto te asas como te hielas...
Hasta llegué a preguntarme ¿Cómo podrá vivir aquí la gente? ¿Podré aguantar yo?
Menos mal que yo tenía a mi marido al lado todos los días, de no ser así, seguro que haría como ella.
Historiadores, muchos por hacerse notar, si no tienen un buen tema que tratar, se lo inventan. ¡Demos gracias de no caer en sus manos! Nos podrían arruinar la vida.
Cariños.
kasioles
Es cierto que tira mucho la tierra de uno aunque, en el fondo, lo que de verdad tira es la familia.
EliminarBesos Kasioles
Q malo tiene que ser vivir en un sitio que no te encuentres a ti misma, esa es la desgracia que tenian estas personas que no eran dueños de hacer y tener lo que su corazon le dictaba , siempre aprendo con tus entradas querida amiga. Mil besicos
ResponderEliminarGracias María por el comentario.
EliminarBesos
Así que nunca sabremos que hay de cierto en cuanto a la inseminación, pero me ha sorprendido saber que ya se podía hacer en aquella época.
ResponderEliminarUn saludo.
Ya ves, la inseminación no es un tema tan nuevo como se cree.
EliminarUn abrazo Valverde
Ambar,
ResponderEliminarSempre que venho ao seu blog aprendo mais alguma coisa sobre História, uma das matérias que mais gosto. Desta vez, o seu tema é "Maud de Gales. Reina de Noruega", com um texto primoroso. Parabéns.
Abraços.
Muchas gracias por el comentario.
EliminarSaludos Pedro
Muy interesante la historia que nos traes Ambar. No creo que en aquellos tiempos fuera fácil quedarse embarazada por inseminación artificial, pero como dice el refrán, "siempre hay quien le quiere buscar tres pies al gato".
ResponderEliminarUn abrazo.
No debía ser fácil pero, ya había avances en éste terreno.
EliminarBesos Conchi
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPerdón Ámbar
ResponderEliminarDecía que tal vez Maud era infertil o bien que Carlos Haakon fuere homosexual como un tío de él, Valdemar ya que era muy conocido por la familia la relación homosexual se Valdemar con un familiar suyo, que si no mal recuerdo ya había relatado tu en anteriores entradas.
Yo no he encontrado ninguna referencia a una posible homosexualidad de Haakon. En cuanto a su esterilidad tan sólo lo que refiero en la entrada. Gracias por el comentario.
EliminarSaludos
me ha encantado aprender lo que no sabia
ResponderEliminarTe deseo un feliz comienzo de semana.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy interesantes siempre tus apuntes médicos añadidos a tus biografías. Un saludo
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