viernes, 20 de junio de 2014

D. Jaime de Borbón y Battenberg



Jaime de Borbón

Fue el segundo hijo de Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg y por lo tanto Infante de España. Nació el 23 de junio de 1908 en el Palacio Real de la Granja, a la una y media de la madrugada. D. Jaime nació sordo aunque algunos sostienen que quedó sordo a los cuatro años como consecuencia de una mastoiditis. En aquel momento, el "defecto" fue ocultado a la opinión pública, como también lo fue la hemofilia de Alfonso, su hermano mayor.

Según explica José Aperazena el hecho de ser sordo constituyó una limitación que lo marcó de por vida y que tuvo consecuencias políticas para él y sus sucesores.

Su educación se confió a dos religiosas, sor María y sor Avelina que tenían experiencia pedagógica con niños sordos y gracias a ellas, D. Jaime aprendió a leer en los labios y a hablar en español y más tarde también aprendería a hacerlo en francés, ingles, alemán e italiano. Tenía eso sí una voz gutural y se ayudaba mucho con los gestos, a pesar de lo cual representó al Rey Alfonso XIII en numerosos actos oficiales.

Durante años fue tratado por distintos especialistas en un vano intento de solucionar su problema. Acudía regularmente a Burdeos para recibir tratamiento de los Dres Portman y Moore , también en Italia fue tratado por el Dr Trafelli sin resultados positivos.

Según José María Zavala, D. Jaime era una persona sensible, muy inteligente, inseguro, dependiente de su entorno y proclive a dejarse influenciar por quienes lo rodeaban. Sentía un profundo amor por su madre y estaba muy unido a su hermano mayor, el Príncipe de Asturias, D. Alfonso.

D.Jaime y D. Alfonso de Borbón

D. Jaime acompaña a su madre hacia el exilio la noche del 15 de abril de 1931. El Rey Alfonso XIII ya había partido hacia Cartagena. Las banderas republicanas ondeaban en las calles y plazas de Madrid.

 Ya en el exilio y dos años después de la proclamación de la República, el entonces Príncipe de Asturias, D. Alfonso, renunciaría al trono español para contraer matrimonio morganático con la cubana Edelmira Sanpedro. Automáticamente D. Jaime pasaría a ser el heredero legítimo de la Corona de España. Esta situación no era del agrado de Alfonso XIII que deseaba como heredero a su hijo Juan, el único varón "sano" de la Familia Real.

D.Jaime es llamado por su padre a Fontainebleau. Allí el Rey, junto con el marques de Torres de Mendoza, Luis Miranda, Calvo- Sotelo y el conde de Ruidoms le convencen para que realice su renuncia al trono. Le dicen que dada la situación política en España, su minusvalía significaría una seria dificultad para la restauración monárquica y le aseguran que en el futuro no tendrá ningún problema económico, ya que, este sacrificio será recompensado, se sufragarán todos sus gastos y podrá llevar la vida que corresponde a un príncipe. D. Jaime se apresuraría a firmar. Era el 23 de junio de 1933. A partir de entonces utilizó el titulo de Duque de Segovia.

A pesar de la renuncia, Alfonso XIII tenía sus dudas y consideró que lo mejor sería casar a D. Jaime con una persona "no adecuada" lo que evitaría posibles tentaciones de su hijo en cuanto a invalidar el documento firmado. Así pues, se le buscó una esposa acorde con sus intereses, lo bastante aristocrática para emparentar con un Borbón pero sin sangre real. De este modo, la renuncia de D. Jaime quedaba asegurada al contraer como ya hiciera su hermano un matrimonio morganático

La elegida fue Emmanuela de Dampierre y Rúspoli, hija de un noble francés y de una princesa italiana, y el matrimonio se celebró en Roma, en la iglesia de San Ignacio de Loyola el 4 de marzo de 1935. Fue una boda, como tantas otras, de interés, sin que mediara el amor por parte de ninguno de los contrayentes. De este matrimonio nacieron dos hijos, Alfonso y Gonzalo. La renuncia que había firmado D. Jaime impedía a sus descendientes aspirar al trono de España y este hecho junto con la falta de amor , algunas infidelidades y las penurias económicas- puesto que el Rey no cumpliría la promesa que le hiciera en Fontainebleau- pesaron tanto en el ánimo de Emmanuela que tomó la decisión de romper el vinculo matrimonial. Se divorciaron en mayo de 1947, en Bucarest.

Boda de D. Jaime de Borbón

Dos años más tarde, en agosto de 1949, D. Jaime contrae nuevo matrimonio. La elegida sería una prusiana cantante de ópera llamada Carlota Tiedemann y que lo llevaría a la ruina económica y moral.

La ley de sucesión promulgada por Franco en 1947 requería que el futuro sucesor tuviera más de 30 años y fuera de estirpe real, así que la ambiciosa Carlota consideraría que su flamante marido cumplía con todos los requisitos y parece ser que instó a D. Jaime para que reclamara su derecho al trono, sobre la base de que su renuncia, al amparo de la nueva ley de sucesión no tenía trascendencia jurídica. El documento intentando invalidar la renuncia se presentó en diciembre de 1949. A partir de ese momento las relaciones con su hermano Juan, convertido en heredero al trono, se deterioraron.

Su matrimonio con Carlota fue turbulento, ella bebía alcohol en exceso, las discusiones entre la pareja eran constantes y el poco dinero que tenían estaba siendo dilapidado. Esta última circunstancia fue el argumento que utilizaron sus hijos cuando en 1960 iniciaron un expediente ante un tribunal francés pretendiendo incapacitar a su padre por un supuesto desequilibrio mental. El Dr. Alajouamine asistido por el Dr, Denike fueron los encargados del examen, concluyendo ambos que D. Jaime estaba en pleno uso de sus facultades mentales. Eso sería lo que el tribunal dictaminó, obligando a sus hijos a pagar las costas. Duro trance para un padre.

Cuando en 1969, Franco decide que la monarquía en España será "instaurada" a su muerte, y que el sucesor a titulo de rey será su sobrino D. Juan Carlos, cesa en sus pretensiones como heredero.

Moriría seis años después en el hospital suizo de Saint-Gall a causa de una hemorragia cerebral tras estar tres semanas en coma. Según explica Zavala, la hemorragia se produjo como consecuencia de un botellazo en la cabeza que le propinó su esposa Carlota en el transcurso de una discusión. No se realizó autopsia.

D. Jaime de Borbón

Los restos de D. Jaime de Borbón y Battenberg, heredero a la Corona de España durante diez días y Duque de Segovia y de Anjou, fueron trasladados 10 años después de su muerte y por deseo del Rey D. Juan Carlos I al Panteón de Infantes del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

miércoles, 4 de junio de 2014

Leopoldina de Austria. Emperatriz de Brasil



Leopoldina de Austria. J. Kreutzinger


Nació en Viena, en el palacio de Schönbrunn, un 22 de enero de 1797. Era hija del entonces emperador del Sacro imperio Romano-Germánico Francisco II y de Maria Teresa de las Dos-Sicilias y por lo tanto Archiduquesa de Austria.

Su infancia transcurrió mientras Europa atravesaba una difícil coyuntura política, las guerras napoleónicas acabaron desmoronando el Sacro Imperio y su padre terminó, por exigencias de Napoleón, siendo el emperador Francisco I de Austria. No obstante, su educación fue esmerada y su vida familiar simple y tranquila. Su madre murió cuando Leopoldina contaba diez años de edad y fue la tercera esposa de su padre la que se encargaría de su educación. Aprendió idiomas, historia y se sintió especialmente atraída por las ciencias naturales.

En 1816, su padre, el emperador Francisco I, consideró que una alianza con Portugal era lo más conveniente para reforzar el comercio exterior de Austria. Por otra parte, Juan VI del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarbe también deseaba la celebración de este matrimonio. El príncipe heredero Pedro, vivía con sus padres, los reyes, en Brasil desde que Napoleón había invadido Portugal, así que, en Brasil estaba el destino de Leopoldina. 

La boda se celebró por poderes y la princesa embarcaría poco después en Livorno rumbo a Río de Janeiro, y allí llegaría el 5 de noviembre, acompañada de un nutrido grupo de científicos curiosos por descubrir un país tan desconocido para los europeos.

Pedro I de Brasil-S. Rodrigues de Sá

Leopoldina se enamoró a primera vista del príncipe Pedro aunque al parecer no le ocurrió lo mismo a él. La educación del príncipe había estado totalmente descuidada, era bebedor, pendenciero y mujeriego y su flamante esposa era refinada, educada, culta y no poseía los atributos físicos capaces de atraerle. También le impresionó vivamente a la princesa su nuevo país, los colores, la exuberancia de la vegetación y sin duda el clima bochornoso y sofocante para alguien que llegaba de Austria.

El matrimonio se instaló en el palacio de San Cristóbal en la Quinta Boa Vista. Leopoldina, que era una mujer sencilla se acostumbró pronto a una vida y a un escenario tan distinto a aquel del que procedía. Escribía habitualmente a los miembros de su familia y en sus cartas daba descripciones exactas de su hogar. Estaba convencida, así lo deja claro en sus cartas, que tenía que cumplir con sus deberes para con Brasil, intentando reforzar el papel político y económico de este gran país y por tanto participaba activamente en el auge de su nueva patria.

Desde 1819 y hasta el año de su muerte Leopoldina tuvo un hijo por año. A pesar de lo que pueda parecer por sus continuos embarazos, la princesa fue enormemente desgraciada en su matrimonio. Las infidelidades de su esposo fueron continuas desde el mismo día de su matrimonio demostrando además tener un carácter sumamente violento.

Palacio de San Cristobal

Durante esos años la inglesa Mary Graham se convirtió en su mejor amiga y en su confidente. A esta mujer inteligente, intelectual, independiente y con ideas modernas confió Leopoldina la educación de sus hijos y Mary se instaló en el palacio hasta que las intrigas en la corte y los conflictos con Pedro, que no aprobaba sus métodos educativos, la apartaron de este cometido. No obstante, siguió viviendo en Río y manteniendo un estrecho contacto epistolar con Leopoldina y no cabe duda que su influencia fue positiva y aumentó la autoestima de la princesa. El que algunos estudiosos del tema hayan pretendido encontrar en la correspondencia de ambas “algo más” que una profunda amistad carece por completo de fundamento.

A principios de 1821 su suegro, Juan VI, regresa a Lisboa dejando a su hijo como regente. Desde ese momento los privilegios de los que había disfrutado Brasil durante los 13 años en que Río de Janeiro fue la capital del imperio desaparecen. Por un lado Portugal exigía el regreso del Príncipe y por otro los nacionalistas luchaban por la independencia de Brasil. En la correspondencia de Leopoldina a su familia queda claro que la Princesa simpatizaba con el movimiento independentista.

Finalmente, Pedro declara en septiembre de 1822 la independencia de Brasil. En octubre Leopoldina se convierte en la primera emperatriz del nuevo estado.
Días antes de la proclamación de independencia Pedro conoce a una tal Domitila de Castro, en Sao Paolo, lugar al que había acudido para apaciguar una revuelta. La pasión surge entre ambos con tal fuerza que el ya Emperador que hasta entonces había mantenido a sus amantes discretamente apartadas de la Corte, exhibe a Domitila por todos los lugares. Le compra una casa cerca del palacio de San Cristóbal y le concede el título de vizcondesa de Santos.

Domitila de Castro- Fco Pedro de Amaral

Tras su participación activa en la vida política de Brasil, este adulterio de su marido, conduce a Leopoldina a una depresión y sufrimiento mental que deja patente en sus cartas, abandona poco a poco el escenario social y siente que su función es meramente reproductiva. Propensa como era a la depresión cae sumida en ella .

La emperatriz esta embarazada de nuevo cuando en octubre, Pedro I nombra a su amante marquesa de Santos, este nombramiento y las continuas noches que Pedro pasaba con su Domitila, conducen a Leopoldina a la desesperación.

A finales de 1826 la salud de la Emperatriz era ya precaria, los continuos embarazos la habían agotado y la flagrante infidelidad de su esposo habían acabado por minar su resistencia. Cuando Pedro pretende que su amante, la marquesa de Santos, acompañe a Leopoldina a una ceremonia oficial la Emperatriz se niega. Se iniciará entonces una violenta discusión, que a decir de algunos, terminó con un puntapié que el Emperador propinó a su esposa. Sea como fuere lo cierto es que Leopoldina abortó y que el aborto le provocó una septicemia que acabó con su vida. 

La emperatriz Leopoldina con sus hijos-D. Failutti

¿Fue Leopoldina de Habsburgo-Lorena, Archiduquesa de Austria y Emperatriz de Brasil, víctima de la violencia de género, ó es tan sólo una leyenda urbana? Lo cierto es que no hay documentación que avale el posible golpe propinado por Pedro. No obstante, tres días antes de su muerte, la Emperatriz dicta una carta a la marquesa de Aguiar destinada su hermana María Luisa, en la que pueden leerse frases como estas: "por el amor de un monstruo seductor me encuentro reducida a un estado de mayor esclavitud …… Últimamente, me acaba de dar la prueba final de su total olvido de mí, maltratarme en presencia de la que es la causa de todas mis desgracias……… me falta la fuerza de recordar el horrible ataque que sin duda será la causa de mi muerte".

 Los restos de la familia imperial fueron exhumados en 2012 a instancias de la historiadora y arqueóloga Valdirene Do Carmo y los exámenes realizados, que contaron con el apoyo de la Facultad de Medicina de Sao Paolo, no constataron ninguna fractura ósea.

Leopoldina murió el 11 de diciembre de 1826. Sus restos fueron depositados en la Cripta Imperial de Sao Paolo.