Alejandra de Dinamarca
Christián de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg y Luisa de Hesse- Cassel se habían casado por amor. Christián estaba en la linea de sucesión al trono de Dinamarca pero no era más que un capitán de la Guardia Real con un salario bastante exiguo. Tras la celebración del matrimonio fijaron su residencia en el palacio Amarillo que, a pesar de su nombre, no pasaba de ser una gran mansión con la fachada pintada del color que le daba nombre. Fue en este palacio donde vino al mundo el 1 de diciembre de 1844 la princesa Alejandra a la que todo el mundo comenzó a llamar Alix.
Ya hemos dicho que el sueldo de su padre era mas bien escaso y como consecuencia de ello, Alix compartía habitación con su hermana Dagmar - que habría de convertirse en zarina de Rusia- además de compartir con ella vestidos y adornos. Nunca faltó el cariño en aquella mansión que sus progenitores supieron convertir en un autentico hogar para los seis hijos que tuvieron: tres hijas ( Alix, Dagmar y Thyra) y tres hijos ( Frederick, Vilhelm y Valdemar). Supervisaron los padres la educación de los seis hijos y ante la falta de medios se convirtieron en sus maestros en muchas disciplinas. También podía verse a toda la familia paseando por Copenhage y practicando en público algunos deportes. Es posible que la naturalidad con que fue educada explique la tremenda facilidad que tenía Alix para conectar con la gente.
La Reina Victoria I del Reino Unido había decidido que era ya la hora de que su hijo Bertie, Príncipe de Gales, contrajera matrimonio. Pensaba que tal vez de ese modo acabaría por sentar la cabeza y se olvidaría de los líos de faldas en los que siempre estaba envuelto. Pidió consejo a su hija Victoria, princesa consorte de Prusia y ambas se pusieron a buscar candidata entre las princesas casaderas de Europa.
Aunque en un principio ni la madre ni la hija deseaban una princesa danesa -debido a los conflictos territoriales que Prusia mantenía con Dinamarca- al final llegaron a la conclusión de que Alix era la más idónea y presentaron a la pareja. No obstante y a pesar de que a Bertie le gustó Alejandra no fue hasta un año y medio después que se decidió a pedirle matrimonio.
El 7 de marzo de 1863 el Victoria and Albert arribó al puerto de Gravesend con la princesa Alejandra a bordo, tres días después se celebraba la boda en la capilla de St George del castillo de Windsor. La corte todavía estaba de luto y la celebración de los esponsales no destacó por su magnificencia.
Alejandra y Eduardo el día de su boda
Pocos meses después Federico VII de Dinamarca muere sin descendencia y el padre de Alejandra sube al trono con el nombre de Christian IX. Su hermana Dagmar se había comprometido con el zarevich de Rusia y su hermano Vilhelm se había convertido en rey de Grecia. Los Príncipes de Gales estaban por tanto emparentados con casi toda la realeza europea.
Alejandra disfrutaba de casi todas las cosas, era afable, cariñosa y divertida. Le gustaba bailar, montar a caballo, patinar sobre hielo e incluso cazar, algo que no dejaba de consternar a la reina Victoria. Se ganó muy pronto el cariño de la gente y también su admiración.
Tras la muerte del príncipe Alberto todo era oscuridad y tristeza en la Corte londinense, no se celebraban fiestas en palacio y la Reina Victoria vestía completamente de negro. La llegada de Alix supuso un rayo de luz entre la espesa niebla.
Tras la muerte del príncipe Alberto todo era oscuridad y tristeza en la Corte londinense, no se celebraban fiestas en palacio y la Reina Victoria vestía completamente de negro. La llegada de Alix supuso un rayo de luz entre la espesa niebla.
Los príncipes se instalaron en Marlborough House, aunque su residencia favorita siempre fue Sandringham Hall, en Norfolk. La mayoría de los biógrafos opinan que este primer periodo de su matrimonio fue feliz aunque no son pocos los que dan cuenta de que la afición del príncipe de Gales por las mujeres no se vio mermada por el hecho de que hubiera contraído matrimonio y que a pesar de que tuvieron seis hijos, Bertie seguía coleccionando amantes.
En enero de 1864 nació su primer hijo, según aseguraba Alejandra dos meses antes de tiempo, aunque sus biógrafos afirman que dado que todos sus hijos nacían antes de tiempo o bien ella tenía un problema, o bien quería ocultar la fecha probable del parto a la reina Victoria, a fin de no tener que soportar a su suegra durante tan difícil trance.
A pesar de el difícil carácter de la reina Victoria, suegra y nuera se llevaban bien. De hecho Alejandra asumía algunas de las tareas que resultaban más pesadas para la Reina, y era ella quien acudía a inaguraciones, conciertos, visitas a hospitales y un largo etc de compromisos que resultaban agotadores a la Reina. Sólo en una cosa discrepaban: la manifiesta simpatía de Victoria I por todo lo alemán en contraposición a la profunda animadversión de Alix que, tras la invasión que sufrió Dinamarca por parte de Alemania, odiaba todo lo alemán.
En 1867 y con el nacimiento de su tercer hijo, sufre un brote de fiebre reumática que estuvo a punto de costarle la vida y que le dejó una cojera como secuela. Varios fueron los brotes de esta enfermedad que sufrió a lo largo de los años pero ninguno fue tan terrible como el primero.
Alejandra se había convertido en un icono de la moda. Era una mujer coqueta a la que gustaba vestir bien. Tenía una pequeña cicatriz en el cuello que, según ella la afeaba, razón por la cual siempre llevaba blusas y vestidos con cuello alto o gargantillas que prácticamente lo ocultaban. Puso de moda ese estilo y todas las mujeres de la alta sociedad acabaron llevando el cuello tapado. Tenía una gran afición por las joyas, probablemente debida al hecho de haber nacido en el seno de una familia de escasos medios. Las damas de la alta aristocracia la imitaban hasta el punto de que la mayoría de ellas andaba simulando una pequeña cojera, tal como lo hacía Alix.
Pero poco a poco Alejandra fue aislándose socialmente. A los problemas de salud que representaba la fiebre reumática que padecía se unía una otosclerosis de origen hereditario, que la iba dejando progresivamente sorda. Optó entonces por pasar más tiempo con sus hijos - el último de los cuales había muerto al poco de nacer - y dedicarse con mayor pasión a sus grandes aficiones: la acuarela y la fotografía. Durante varios años tomo clases de pintura y desde 1879 poseía una cámara Kodak aunque sus primeras fotografías datan de 1885.
En 1892 muere el mayor de sus hijos, Alberto Victor, a causa de una neumonía y la tristeza de Alejandra es tan profunda que sus hermanas, Maud y Victoria la animan a emprender juntas un viaje por el Mediterráneo a fin de distraerla pero, como ella misma decía, había enterrado su felicidad al enterrar a su hijo. No obstante el crucero le proporcionó la paz que necesitaba en aquel momento.
Alejandra se convirtió en Reina en 1901, a la muerte de la reina Victoria. No experimentó demasiados cambios su vida puesto que ya había asumido muchas de las tareas sociales de su suegra mientras era princesa de Gales. No llego a reinar ni siquiera una década puesto que Eduardo VII moriría en 1910 dejándola triste, confusa y aturdida según sus propias palabras.
A pesar de que Bertie siempre tenía alguna amante, Alix se sentía querida por él. Bertie admiraba su belleza, su elegancia y su porte, su sentido del humor y su gran humanidad. Eran grandes compañeros y ella soñaba con ver crecer juntos a sus nietos.
Su mundo empieza a tambalearse cuando estalla la Primera Guerra Mundial. El asesinato de su sobrino el zar Nicolas II y de toda su familia supone un golpe muy duro para la dulce Alix. No vuelve a viajar al extranjero y poco a poco se va apartando de la vida pública. Sus distracciones consistían en el cuidado de sus nietos y en las sesiones cinematográficas privadas que se organizaban en Sandringham.
Su salud va siendo cada vez más frágil, a su sordera se unió una hemorragia retiniana que la dejó casi ciega, su memoria se va deteriorando y aparecen problemas de lenguaje. El 19 de noviembre de 1925 sufre un infarto del que no se recuperaría. Falleció al siguiente día.
Unos días más tarde una de sus sobrinas escribió" toda su maravillosa belleza volvió a elle. Yacía en su lecho de muerte con una sonrisa de felicidad…..la fotografía de la paz."Fue enterrada en el castillo de Windsor.