Carlos Príncipe de
Viana
A los dos años de su nacimiento se traslada a Olite donde su
abuelo, el rey Carlos III de Navarra, apodado El Noble, le proporciona una
esmerada educación y un Principado, el de Viana, que instituye a favor de su
nieto en Real Carta fechada en Tudela el
20 de enero de 1423.
En la corte de su abuelo en Olite empezaba a soplar la
brisa del próximo renacimiento y Carlos fue sometido a un programa de educación
muy completo, llegó a hablar cinco lenguas, se aficionó a la literatura de tal
modo que llego a traducir a Aristóteles
y también a escribir ensayos y
poemas. Era muy aficionado a la música y tocaba el arpa y la vihuela, también amaba la pintura e incluso llegó a pintar. Su educación se
completaba con ejercicios físicos de remo, caza y equitación. Los estudios
literarios, los ejercicios físicos y los cuidados de su madre hicieron de él un
hombre tranquilo y amante de la paz. Le gustaba vestir bien y era frugal en sus
comidas. En resumen, un gentilhombre tal y como había deseado su abuelo.
Esta vida de caza, estudios, música, viajes y fiestas se
rompió bruscamente. En 1441, cuando Carlos llevaba ya dos años casado con Inés
de Cleves, muere su madre, la ya reina
Blanca I de Navarra y la política y la
ambición de su padre lo lanzan a un mundo de intrigas y guerras.
Castillo de Olite
D. Carlos y su padre siempre fueros espíritus
contradictorios, uno beligerante, el otro pacífico. Nada tenían en común. D.
Juan que había sido rey consorte de Navarra no podía soportar dejar en manos de
su hijo un poder que consideraba suyo. D. Juan se casa de nuevo con Juana Enríquez
y ésta que era soberbia e intrigante lejos de apaciguar las rencillas entre
padre e hijo las fomentará.
D. Juan obligaba al príncipe a gobernar en su nombre a pesar
de que éste ya era rey por derecho sucesorio del Reino de Navarra y el descontento de la nobleza navarra empieza
a ser patente. Las continuas provocaciones de D. Juan llevarán a Navarra a la
guerra entre los legitimistas
beamonteses, partidarios de D. Carlos y los agramonteses, partidarios de
D. Juan, dos bandos que se odian y que lucharán continuamente en una guerra
civil que desgastará al Reino. En 1451 y en la batalla de Aibar, Carlos es
derrotado y hecho prisionero junto a su Condestable, Luis de Beaumont y otros
nobles. D. Carlos permanecerá en prisión durante 20 meses y durante su encierro
nacerá en Sos su hermanastro Fernando, hijo de su padre y de su nueva esposa.
Años más tarde este niño se convertirá en Fernando el Católico.
En 1453, D. Carlos es puesto en libertad pero no por ello
llega la concordia. Navarra es un caos y las luchas continúan.
Escudo de armas del Príncipe de Viana
Cansado de tanta belicosidad que no va con su carácter, D.
Carlos decide solucionar el conflicto por vía diplomática y marcha a Nápoles a la Corte de su tío Alfonso el
Magnánimo. Considera D. Carlos que ya que su padre había sido nombrado lugarteniente
de Aragón y Cataluña por D. Alfonso mientras éste se encontraba gobernando los
Reinos de Nápoles y Sicilia D. Alfonso sería la persona más indicada para mediar en el
conflicto.
El Magnánimo lo recibe con cariño y declara a su sobrino D. Carlos sucesor
después de su padre de los reinos de Aragón, Valencia, Mallorca, Cerdeña,
Sicilia insular y el Principado de Cataluña. Intenta de este modo acabar con el
conflicto sucesorio y escribe a su hermano D. Juan haciendo patente su
decisión.
En Junio de 1458 muere D. Alfonso y D .Juan y su esposa, Juana Enriquez, obtienen
lo que siempre desearon, ser reyes de Aragón pero, si D. Juan se había
convertido en el rey Juan II de Aragón por derecho sucesorio el mismo derecho
asistía a D. Carlos que se convertía en heredero de todos los reinos de su
padre y en rey de Navarra por derecho propio. Difícil de soportar para Dª Juana que aspiraba a que su hijo Fernando obtuviera
esos derechos.
Tras la muerte de su tío, D. Carlos permaneció en Sicilia algún tiempo viviendo sobre todo
en las ciudades de Messina y Palermo. Durante su estancia en Messina retomó sus
aficiones literarias escribiendo, traduciendo, haciendo versos y llegando a
confraternizar con poetas y literatos de la época en especial con el valenciano
Ausias March. Fue un tiempo de paz para su espíritu a pesar de que la situación
con su padre continuaba siendo hostil.
En julio de 1459, D.
Carlos decide que no puede permanecer por más tiempo en Sicilia. Su padre ha
nombrado a su hermanastro Fernando de 6 años de edad, duque de Mont-Blanc,
señor de Ribagorza y señor de Balaguer, títulos que le correspondían a él por
acuerdo matrimonial de D. Juan con su madre D. Blanca. Recala en Mallorca desde
donde escribirá a su padre una carta llena de sumisión y respeto en la que se
compromete a liberar la parte de Navarra que todavía estaba en poder de los
beamonteses y a no vivir ni en Navarra ni en Sicilia con tal de que los suyos
no fueran oprimidos y conservar la sucesión y la heredad.
En enero de 1460
se firma la llamada "concordia de
Barcelona" en la que el rey Juan II perdona a su hijo y se compromete a liberar
a Luis de Beaumont y al resto de los nobles, prisioneros desde hacía 7 años. D.
Carlos, que había permanecido ya siete meses en Mallorca, se embarca hacia
Cataluña.
El Príncipe de Viana permanecía viudo desde hacía años y aunque tenía
tres hijos ilegítimos y había tenido varios amores no había vuelto a casarse.
Cuando a finales de 1460 se entrevista con su padre en Lérida y le comunica su
intención de contraer matrimonio con Isabel de Castilla, hermana de Enrique IV y
futura Isabel la Cátolica, su padre monta en cólera, lo desarma y lo encierra
argumentando supuestas deslealtades y traiciones por haber tenido acuerdos secretos con Castilla.
Esta inesperada acción alborota de nuevo a navarros y catalanes que se arman y
solicitan la ayuda del rey de Castilla. En febrero de 1461 consiguen la
liberación del príncipe. Cuando D. Carlos entra en Barcelona el recibimiento es
apoteósico.
Ya durante su
encierro D. Carlos se sentía cada vez más débil. Durante los tres meses que
permaneció prisionero se le obligó a recorrer distintas prisiones y cuentan los
historiadores que hacía tiempo que "le consumían las fiebres" y que cuando llegó a
la prisión de Morella, solicitó la atención de un médico por sufrir "fuerte
dolor en las entrañas".
El 21 de septiembre la fiebre se hizo crítica. Se ofrecieron votos, se
hicieron rogativas públicas y se oficiaron
misas para su salvación. Todo fue inútil.
Príncipe de Viana - Jose Moreno carbonero - Museo del Prado
El 23 de septiembre de 1461 moría D. Carlos, Príncipe de
Viana en el Palacio Real de Barcelona. Tenía 40 años. Más de quince mil
personas asistieron a las exequias. En 1472 sus restos fueros trasladados al
Monasterio de Poblet.
La versión oficial atribuyó la muerte a una pleuresía. La versión oficiosa, al
envenenamiento posiblemente causado por su madrastra para poder trasmitir sin
obstáculos a su hijo Fernando los derechos de la Corona de Aragón.
El profesor Reverte Coma, antropólogo forense, realizó un
estudio de los restos encontrados en la tumba del Monasterio de Poblet y que, supuestamente, se correspondían con los del Príncipe de Viana. En el estudio se
comprobó que la parte superior – cabeza, torax y extremidades superiores-
correspondía a un varón de entre 40 y 45 años pero, la parte inferior pertenecía a una mujer de entre 50 y 60 años. En el examen del tronco y tras su
estudio, se comprobó que aparecían huellas de haber sufrido una pleuresía de
origen tuberculoso. Es probable que las tumbas
fueran violadas a la búsqueda de objetos de valor. Pero, entonces surge la
pregunta ¿es el Príncipe de Viana el que esta enterrado allí y cuyos restos se
analizaron?.
El gobierno de Navarra solicitó un informe genético de los
restos encontrados en Sta María de Nieva en Segovia y atribuidos a Blanca I de
Navarra y los de su hijo Carlos Príncipe de Viana encontrados en Poblet al
Departamento de Medicina legal de la Universidad de Granada. Este mismo estudio
se realizó también por el Departamento de Antropología de la Universidad de
Pennsylvania. Estos estudios del ADN mitocondrial se dieron a conocer en 1995 y son concluyentes, no
existe relación materno filial entre
ambos restos.
Investigadores de la Universidad de Barcelona y de la
Universidad de Granada bajo la dirección de la historiadora Mariona Ibars han
realizado un estudio genético de la momia del Poblet y los han comparado
con los realizados a ascendientes y
descendientes de origen indudable. El estudio publicado en 2008 demuestra que
los restos hallados en el Monasterio de Poblet no pertenecen a D. Carlos,
Príncipe de Viana. Tampoco los restos hallados en Sta María de Nieva pertenecen a Blanca I de Navarra
¿Dónde esta enterrado Carlos de Trastamara y Evreux?